capítulo 12

De todos los colores y formas.

Jungkook parpadea ante la extensa variedad de plantillas que decoran los estantes de la tienda que Jimin escogió para comprar sus stickers.

—¡Mira, hyung!

Gatitos, perritos, conejitos, postres, todo.

—Pero no se cual llevar...

Jungkook siente tanta ternura ante ese precioso puchero que es inevitable no suspirar como el tonto enamorado que es.

—¿Por qué no tomarlas todas?

Jimin niega, con los ojitos abiertos y un montón de plantillas en sus rechonchas manos. El rubor sube por sus esponjosas mejillas.

—Solo una, no puedo dejar que gastes más en mí.

Jeon realmente está impresionado. El que tiene un Ferrari y bueno, ¿cuanto gastará en no se... unas 100 plantillas? Pero incluso si Jimin sabe sobre su posición económica, nunca ha exigido o siquiera insinuado sobre costosos regalos que debería tener por ser su omega.

La bolita dulce sólo está frustrado por no poder decir sobre sus stickers favoritos.

Suspirando, Jungkook toma una pequeña canasta de colores y le da un rápido beso en la frente a su omega, avanzando por los pasillos y tomando todas las plantillas que ve.

—¡Hyung!

Decidido a ignorar por primera vez a su dulzura, regresa a su lado y arrebata las plantillas que sostiene, dándole un coqueto guiño y trotando hasta la caja registradora.

—¡Hyung!

—Ya, Minnie.

En medio de pucheros y un entrecejo fruncidito, Jimin recibe la bolsa plástica en forma de conejo. La cosa incluso se siente pesada y aunque la emoción de tener todos esos stickers le puede, también se siente mal de saber que su alfa gastó en él.

—Hey —Jungkook suspira, entrelazando sus dedos con los mas gorditos del omega—. Ven.

Con una sonrisa en los labios y un par de mimitos suaves en las mejillas, el alfa deposita besitos en las mismas y uno mas grande en su frente bonita.

—No hay nada en el mundo que yo no haga por ver tu hermosa sonrisa ¿uh? tu felicidad es la mía y además, yo quiero ver esos stickers en tus mejillas o en tus manos.

—Uh-uh...

—¿Quieres besitos?

Jimin asiente con las mejillas tintadas.

—¿En la boquita? —Y aunque aquello sale como un susurro, es suficiente como para que Jungkook lo escuche y niegue, apretando el agarre en sus manos.

—Pronto te daré muchos besitos en tu boquita de cereza, pero por ahora quiero hacerme digno de ellos.

Jimin tiene que preguntarle a sus papis sobre los besitos en la boca.

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