Inuyasha sostenía a su espada, ella tenía una ruptura por el impacto que trato de hacer contra el demonio, ambos se encontraban seriamente lastimados, incluso un líquido espeso salía de su hombro derecho.

"Apesar de ser solo una criatura mitad bestia tienes resistencia!"

Inuyasha: (Debo continúar...Tengo que hacerlo si quiero protegerla...Si quiero estar con ella...)

Miroku: Por más que quiero ayudarlo no puedo...Incluso se que mis ataques no le causarán ningún daño a ese ser... Inuyasha...Perdóname por esta vez

"No alargaremos más tu agonía...¡Muere de una vez por todas!"

Se aproximó con sus garras intentando esta vez atravesar su estómago, sin embargo, Inuyasha evadió su ataque barirendose por debajo de él.

"Aún herido sigues dandonos problemas..."

Inuyasha: ¡¡Cállate!!...¡No dejaré que me derroten! *Les advirtió apuntando con colmillo de acero mientras recuperaba su aliento*

"Yo no estaría seguro si fuera tu...Aunque en cierto modo talvez tengas razón...No lograremos asecinarte...Pero si a la mujer que tanto amas..."

Inuyasha hizo un gesto de disgusto.

"¿Que pasa?...¿Es que ya te olvidaste que nosotros lo hicimos una vez?...¿Que te hace pensar que no lo haremos nuevamente?"

Inuyasha: ¡¡Ustedes!!...*Expresó furioso* ¡¡Morirán!!...

Extrañamente el color de sus ojos cambiaron, tenían un contraste realmente perturbador que incluso el demonio noto de inmediato y por primera vez sintió lo que era el temor, en su mirada se situaba el mismo infierno, las llamas de la ira se consumían ahí dentro, su rostro pronto se mostró enfadado, como si su fuerza hubiera emanado en ese instante.

Inuyasha levantó a su espada con el brazo que estaba lastimado, no hizo ningún gesto de dolor, su rostro estaba neutral pero con el ceño fruncido, avanzo sostenido a colmillo de acero, ella inmediatamente cambio de color, se cubrio por diamantes azules: su siguiente ataque.

Corrió velozmente y con la fuerza de sus pulmones gritó.

Inuyasha: ¡¡¡Lanza De Diamantes!!!

Miles de fragmentos azules se dirigieron al demonio, este golpe hacia que se clavaran en la piel del rival liberando ondas de poder, fracturando y dejando a la derivé su alma.

La fusión de los mil demonios se vieron en apuros, su armadura estaba ahora rota, aunque no resivieron ningún daño gracias a ella, aún así termino destrozada.

Pero Inuyasha no contaba con algo, en ese último ataque había forzado y llevado a su límite a colmillo de acero, la grieta se expandió más, otro ataque de ese magnitud la llevaría a su destrucción, de igual forma si era golpeada. Rápidamente Inuyasha noto que su espada ya no podía dar mas y resignado la guardo en su funda, la cual se encontraba atada en su cadera. Trato de mantener la cordura tanto como pudo, sin verse desesperado ni cansado, más bien confiado.

"Guardaste tu espada...¿Acaso ya te diste por vencido?"

Inuyasha: ¡Cierra la boca!...Aún no he terminado contigo (Está es mi única oportunidad...La armadura que llevaba se ha roto...Ahora mi ataque funcionará)

Baño nuevamente de su sangre las garras que poseía, trono sus dedos y dispuesto a atacar se preparó.

"¡No te dejaremos que te acerques!"

Antes de que Inuyasha atacara con sus "garras de fuego", el demonio con un tentáculo sujeto con gran fuerza su muñeca, impidiendo que lanzará las llamas de sus garras, él se mostró sorprendido y desesperado al mismo tiempo, sujetándolo de ese manera no podía liberarse. Aprovecho ese momento para por fin perforar su abdomen, con la otra extremidad embistió su cuerpo atravesándolo hasta salir por el otro lado, ya estando adentro libero toxinas y veneno para que se paralizará y muriera de una vez.

Inuyasha gritó con gran fuerza mostrando un gesto lleno de dolor.

Kagome: ¡Inuyasha! *Alzó la voz intentando ir hasta él*

Shippo: ¡Alto Kagome!...ese demonio también te lastimara

Sango: ¡No te acerques Kagome!

Miroku: ¡¡Señorita Kagome!!

El demonio no se detuvo, cruelmente dirigió otro tentaculo a la altura de su pecho, este perforó su cuerpo haciendo un gran agujero, Inuyasha apunto de desmayarse escupió sangre por la boca, estaba totalmente cansado, destruido, derrotado. La sangre de la bestia caía como si fuera una cascada, el veneno dentro de su cuerpo estaba haciendo efecto, Inuyasha estaba totalmente inerte, no podía moverse.

Kagome con arco en manos corriendo intentaba llegar hasta donde Inuyasha, pronto el demonio se cansó de jugar con él y lo dejo caer al suelo.

"Te advertimos que morirías" *Dijo al mismo tiempo que preparaba el golpe de gracia*

Inuyasha: Prometí...Que yo...La hiba a...Salvar *Pronunció cortante* No puedo...No debo aún...Morir...*Intento poner se de pie*

"¿Que no te das cuenta de que este es tu final Inuyasha?" *Expresó en cuanto coloco su pierna en sima de él para que no se moviera*

Inuyasha: Tengo...Yo tengo que... Protegerla *Susurró casi sin voz*

"Y dime...¿Quien te protegerá a ti?" *Mostró sus garras dispuesto a clavárselas* "¡Muere!"

Pero antes de que ejecutara su ataque final, una flecha sagrada desvío su mano y la quemo con su poder espiritual.

Inuyasha volteo a ver a Kagome quien estaba a unos cuantos metros de él, parecía que no había echo ningún movimiento, incluso ella observaba asombrada.

"¿Pero que?... ¡Tú!"

La presencia de otra sacerdotisa se encontraba cerca del demonio, con arco en manos y la mirada fija hacia él. En esa dirección se había lanzado la flecha.

"¡Tu!...Se suponía que estabas ya sin poder espiritual" *Giro su cuerpo apartando su pie del abdomen de Inuyasha*

Inuyasha: ¿Kikyo? *Dijo al mismo tiempo que intentaba pararse*

Kikyo: Apartate de él *Pronunciaron sus labios fríamente*

"¿Lo quieres?...¡Ven en ese caso!" *Sonrió conmocionado y dispuesto a luchar*

La mujer mostraba una mirada amenazante, por su aspecto estaba dispuesta a destruirlo.

Kikyo: ¡No tendré piedad contigo! *Estiro la cuerda tomando aire*

Kagome: (¡Kikyo!...Ella fue capaz de detener el ataque del demonio)

"No necesitamos que una sacerdotisa nos ceermone" *Alzó sus tentáculos por enésima de su cabeza apuntando hacia a ella*

Kikyo lanzo la siguiente flecha la cual se dirigió a una de las tantas extremidades de su contrincante, está se derritió por la purificación que el arma de la sacerdotisa tenía, comenzó a quemarse y a perder su forma, el tentáculo por primera vez había sido dañado.

"¡¡Maldición!!" *Expresó con temor* "¡Ahora sí ya colmaste nuestra paciencia mujer!...¡¡Te enviaremos al inframundo!!"

Inuyasha: (Mi espada no logro hacerle ni un solo rasguño a ese demonio...pero las flechas sagradas de Kikyo si...Incluso me atrevería a decir que él le teme a Kikyo)

La criatura abrió su enorme boca y de ella comenzó a salir llamas intensas que intentaban quemar todo a su paso. Agotada no le quedó más que colocar una barrera para que el fuego no quemará su cuerpo, pero aún así, sentía el calor que las llamas provocaban.

"¡Este fuego!...¿No te trae algún recuerdo Kikyo?" *Se burlaba mientras intentaba destruir el campo que tenía la mujer para protegerse*

La barrera cada vez se hacía más pequeña, el poder espiritual de la sacerdotisa se estaba nuevamente acabando, si continuaba allí, no le quedaría otra alternativa más que el desvanecer su campo y ser destruida por el fuego.

Inuyasha aún tenía veneno en su cuerpo, pero no fue impedimento para ponerse de pie e ir hasta donde estaba Kikyo y brindarle su ayuda. Corrió quitándose su traje, resistente por ser creado por "las ratas de fuego", capaz de soportar altas temperaturas de calor. Al observar como su amada estaba en aprietos no dudo en acercársele e ignorar las llamas, justo a tiempo cuando su barrera se desvaneció, él le coloco en sima su traje y de esa manera ella dejo de sentir como el fuego quemaba su alma.

El demonio al ver a Inuyasha detuvo su ataque, asombrado y asustado al mismo tiempo comenzó a creer en su capacidad.

"(Este híbrido...Ya no tenía fuerzas, ni siquiera podía moverse...Nuestro veneno debió aver destruido sus nervios...¿Por que esta de pie?)" *Pensó observándolo extrañamente*

Kikyo se arrodilló tomando aire, respirando agitadamente, estaba cansada, pero en ningún momento soltó su arco, su meta era destruir a ese demonio.

UwU...
No diré nada...Adios y gracias