El ambiente está vez se mostró húmedo, las nubes grises ocultaba el sol, el viento desprendió los pétalos de un árbol de cerezo trayendo con sigo un aroma tenue, el cielo compartía el dolor de Kikyo y sufría junto a ella, pero aún mostraba la cordura negándose a llorar.

Kikyo despertó, salió de la aldea y se apartó de ella, estaba dispuesta a obtener pistas de Naraku, él ser híbrido que la repudiaba.

Camino hacia el Norte, pues ahí se murmuraba que estaba presente una energía maligna, pensado que sería Naraku el ocasionante de despedir esa aura.

Mientras caminaba recordaba los tiempos vividos y el tiempo perdido, preguntándose así misma que hizo mal, realmente quería destruir a Naraku, pensaba que ella sería la única capaz.

Para llegar a dichoso lugar ella debería viajar dos días, pero pensó que sería un gran desperdicio de tiempo, asi que optó por tomar el camino más corto, era peligroso pero para una sacerdotisa los imposibles no existan.

Se topó en su camino con varios demonios que después purificó, el cielo comenzó a tronar y ventiscas de brisas se aproximaban a ella, el viento advertía que pronto llovería, luces que pertenecían a los relámpagos iluminaban el valle.

Pronto las primeras gotas cayeron, conectando el cielo con la tierra, mojando el pasto, tiempo después se avecino una tormenta, sacudía los sauces con brutalidad, Kikyo se encontraba ya empapada, sin embargo no le tomo importancia y continuó.

Los truenos se escuchaban cada vez más cerca, en el cielo por encima de las nubes se podía observar los relámpagos, el viento era frío y despiadado arrancando cruelmente los pétalos de las flores, la lluvia besaba su rostro y recorría su cuerpo.

Kikyo distraída en el suelo comenzó a llorar, sus lágrimas se confundían con la lluvia, el cielo y ella ya no soportaron más, pero su pesadumbre fue interrumpida por un aura maligna, se aproximaba a ella y enseguida tomo de su arco.

La silueta de dicho demonio se detuvo, interesada ella comenzó a caminar para observar más de cerca, al ver detuvo sus pasos y bajo su arco, se quedó sin aliento al ver lo que tenía delante, se trataba de un demonio de cabellera blanca que disfrutaba de la lluvia, su aspecto era el de un humano, sin embargo tenía orejas y sus ojos eran cafés rojizos, portaba un kimono amarillo y por debajo de el una armadura negra, bajo su poder tenía dos espadas, ambas sujetas por cada lado de su cadera.

De pronto el demonio se percató de que ella le observaba.

¿?: Adivinare... Por la espesa neblina te has perdido ¿No es asi?

Kikyo: ¿Inuyasha? *Susurró*

¿?: No me confundas... Yo no me llamo así *Dijo molesto*

Kikyo: Si ese no es tu nombre entonces dime ¿Cuál es?

Kogitsunemaru: Entiendo...veo que el tiempo a borrado mi nombre de tu recuerdo...Te refrescare la memoria...Soy un demonio zorro, probablemente el más fuerte que has conocido...También soy el guardián de la espada escarlata

Kikyo: ¿Guardián de una espada llama Escarlata?

Kogitsunemaru: Deja que tus pupilas se deleiten con su poder

Kikyo: Muéstrame entonces *Dijo engreída*

Kogitsunemaru: Solo observa mujer

Blandió la espada que se encontraba sujeta a su cintura, está se tiñó en escarlata y pronto todo a su alrededor igual, haciendo crecer miles de flores rojas.

La lluvia que descendía del cielo se convirtió extrañamente en sangre, ella guardaba una gran herida, todo se matizo en rojo, pronto el demonio zorro elevo la espada mostrándola al cielo, recolectando toda la sangre y convirtiéndola en letal veneno, él estaba dispuesto a atacar a Kikyo con ondas de sangre, pero la espada se negó en obedecer sus órdenes quemando la mano de Kogitsunemaru y volviendo a su funda ella misma, dejándose caer en las flores.

Kogitsunemaru: Tsk! Maldición! ¿Que fue ese rechazó? *Su mano comenzó a sangrar*

Kikyo: ¿Quién te dió esa espada?...¿A quien se la has robado?*Dijo seriamente*

Kogitsunemaru: ¡Cierra la boca!...¡No la robe!

La espada comenzó a palpitar desprendiendo de ella un color rojizo.

Kogitsunemaru: Esto solo ocurre cuando la espada... Se encuentra cerca de su portador *Observó a Kikyo* ¿Que eres tú?

Kikyo sin dudarlo tomo su arco preparando una de sus flechas para después apuntarle a Kogitsunemaru, lanzó su flecha y está inmediatamente soltó un resplandor rosa, él esquivo su primer ataque con un movimiento veloz.

Kogitsunemaru: ¡¡Eres una sacerdotisa!! *Mencionó mientras retrocedía*

Kikyo: ¡No escaparás! *Preparo otra flecha*

Kikyo lanzó su segundo ataque acertando justo en el pecho, pero depronto su mente trajo a ella una escena.

Kikyo colapso y se arrodilló, dentro del ser de Kogitsunemaru vio a Inuyasha, se detuvo, simplemente  no podía seguir atacandole, dejo a un lado su arco, fue entonces cuando la espada soltó un resplandor rojizo acercándose a Kikyo, ella empuño la espada y la desenvainó poniéndose de pie erguida.

Kogitsunemaru: ¡No es posible...La espada te está recibiendo! (Debe ser ella...La mujer que falleció hace cincuenta años...¿Como es posible que ahora ella esté aqui?)

Kikyo: Es porque me pertenece... No sé dónde la has encontrado pero no te la devolvere

Kogitsunemaru: Entonces, si dices ser la verdadera dueña de esa espada supongo que conoces su verdadero poder ¿no es así?

Kikyo: Ya te lo dije antes, yo soy quien la única que pude blandir está espada, aquel acto que montaste no era más que una ilusión

Kogitsunemaru: Ya veo...

Kikyo: Está espada no es más que un instrumento inútil  que fue creado por mi maestro *Hablo para si misma* Pensé haberla extraviado en el fuego

Kogitsunemaru: No digas eso...

Kikyo: (Sucedio mientras Inuyasha atacaba la aldea, ese mismo día fue cuando yo falleci, la espada debió perderse en el fuego también) *Alzó la mirada y la posos sobre los ojos del demonio zorro* (Y luego aparece Kogitsunemaru con ella, mirándolo detalladamente me recuerda a Inuyasha ¿pero porque?)

Huy qué tal...Pensé que como Kagome se parecía a Kikyo debería de haber alguien que se pareciera a Inuyasha para hacer competencia, aquí veo un triángulo amoroso.

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