Mientras el fuego consumía la vida del bosque, en un remoto lugar desconocido vagaba un demonio cargando en brazos a una mujer de piel pálida pero manchada en carmesí. La neblina y la lluvia abrían paso al líquido rojizo que este emanaba de su cuerpo.

El extraño ser se encontraba inquietó, su aliento y el aura que despedía disminuyeron drásticamente. Al igual que un ciervo herido presintió su muerte, sabía que no sobreviviría no sin antes huir de esa mujer.

Tomo espada en mano y dejo a Kikyo recostada descansando bajo el cuidado de un sauce que ataba las gotas del agua, no quería dejarla pero dentro sabía que había cometido un error, una condena que se le castigaría por salvar a una humana.

Agitado huyo de ese lugar, llevando en mano el tesoro perdido de Kikyo y fue así como su figura se perdió en el bosque dejando atrás un lago de sangre que pronto la misma lluvia difumino.

Kikyo lentamente movió su cabeza y abrió sus ojos, tratando de recuperarse de aquel extraño sueño que presenció. Su mente se encontraba sumamente con fundida, recordando a un joven de melena plateada pero de rostro irreconocible que pareció ver en un sueño.

Kikyo: Que descuidada soy, al parecer me quedé dormida bajo este árbol... No suelo ser así *Se dijo a sí misma mientras caminaba colina arriba*

La tormenta parecía no acabar, era como un abismo interminable de lágrimas que daban consuelo a Kikyo. Estando ya arriba de la colina miro a sus alrededores, intentó orientarse para después descubrir hacia donde estaba el norte, pues recordó que el motivo de su partida era aniquilar a un demonio.

La noche era cálida y la luna llena ayudo a la mujer a seguir con su camino, como era de esperarse siempre en las noches, llamó a sus fieles compañeras quienes después ofrecieron una ofrenda de almas, esto fortaleció su energía y su aura.

Aquellas impactantes serpientes caminaban junto a la sacerdotisa, no era extraño para ella el deambular sola en las noches, ya que casi siempre lo hacía e incluso la ayudaba a despejar su mente.

Kikyo: Que elocuente eres Kikyo *Se dijo a si misma* Ni siquiera en tus sueños puedes descansar... ¿Me preguntó que fue todo eso que se sintió tan real?

Por un largo momento olvido a su salvador "Kogitsune" quién arriesgo la vida por ella, pensaba que todo era solo una simple pesadilla pasajera pero en realidad no fue así. Su cabeza daba muchas vueltas y su mente borro aquella coincidencia  que encontró en ambos, después de eso jamás volvería a conciliar el sueño.

Conforme la noche avanzaba, Kikyo se acercaba aún más a la dichosa región en donde se murmuraba que merodeaban energías malignas, pensando que el ocasionante de ello sería Naraku.

El joven demonio que se parecía tanto a Inuyasha se perdió entre la niebla del olvido de Kikyo.

Hasta aquí el capítulo de Hoy...voten si os a gustado y compartan lo...me despido y hasta la próxima 0w0