Longing

Senku... 
Recuerda... 

Abrió los ojos de golpe, se incorporó sintiendo el corazón a mil y la respiración tan agitada que podía asegurar que había corrido un maratón, por un segundo el científico se desorientó violentamente; pues el creía que aquel lugar con Shiho en el pasado era su realidad y que el mundo petrificado del ahora era el sueño. Apretó los dientes con fuerza notando hasta ahora las lágrimas que descendían por sus mejillas, sintiendo una frustración que jamás había sentido; desde que había despertado en este mundo de piedra jamás se permitió tener pensamientos negativos, jamás pensó en lo que él sentía al respecto... porque el desapego a todo era como la ausencia de anclarse a un pasado que ya no existía. Así fue siempre, siempre mirando hacía adelante sin detenerse, pero Shiho le había tomado la mano y le había detenido a disfrutar el viaje. Ya no era solo él caminando sin mirar a su alrededor en busca de una meta, la felicidad y la alegría que había experimentado era sin duda alguna lo que disfrutaba del viaje... a su lado. 

Aún recordaba la voz de Shiho pidiéndole que no la olvidara, pero por más que intentaba buscar en su memoria el recuerdo de aquellas palabras no encontraba nada, frustrando y angustiando al científico de manera colosal. «Concéntrate, ella está allá abajo... Podemos restaurarla y regresarla a la vida cuando obtengamos el platino. No puedo detenerme ahora, no puedo dejar que las emociones me dominen» Pensó apretando los ojos con fuerza. 

No tenía tiempo que perder. Cumpliría la misión costara lo que costara. Estaba determinado y aunque fallara mil veces, mil veces más intentaría traerla de vuelta. 

La única forma de obtener el liquido despetrificador de una forma más acelerada en definitiva se encontraba con el platino, y gracias a las mil historias de la aldea Ishigami el científico meses atrás pudo obtener la información requerida. El tesoro se encontraba en la capsula de descenso en la que Byakuya y los demás astronautas habían bajado del espacio, y esa misma capsula se encontraba en la isla. Para obtenerla requería trabajar junto con el escuadrón infiltrado, mientras que el trabajo del equipo científico escondido en la caverna preparaban formas de distraer al enemigo y también obtener la forma de traer de vuelta el platino. No fue tarea fácil, pero gracias a que confiaron en Ishigami y en la ciencia pudieron obtener lo que se escondía en la capsula. 

El interior del tesoro era arena, pero no una cualquiera, en ella había oro en polvo. 
—Seguramente el equipo de Byakuya debió reunirlo del pequeño rio de esta isla. Asiduamente desde cero. —Dijo el científico analizando la arena entre sus dedos. 

Aún recordaba las palabras de Ruri "El oro se esconde en el cofre del tesoro, El platino también se guarda en el cofre del tesoro. —En el oro en polvo, dependiendo del área un porcentaje ridículamente pequeño, a veces hay mezclado... —Comenzó a explicar mientras acercaba una lupa al pequeño montículo de arena, sus ojos se ensancharon con notoria emoción colocando su dedo sobre un pequeño grano de arena brillante, pero no era más ni menos que... —Platino. —Expresó con emoción. Estaba tan cerca de poder obtener el liquido para despetrificar a todos, y con ello también a Shiho. 

—¿Está bien que sea tan poco? —Preguntó Suika nerviosa y preocupada. 

—Será difícil, pero obviamente no tenemos más opción, yo al menos quería lo suficiente para cubrir la yema del dedo. —Dijo Senku con una sonrisa confiada. Suika propuso ir ella misma a buscar más platino al rio pero Senku la detuvo de inmediato. —No, es inútil. El platino es tan raro que por cada tonelada de corteza de la tierra, hay solo 0.001 gramos de valor. Estoy increíblemente agradecido con este simple grano, esforzándose lo máximo cribando el rio, tomaría algunas décadas poder encontrar más... —Pausó en seco mientras observaba la arena, pero entonces Senku hizo un descubrimiento absolutamente increíble. Lentamente comenzó a separar pequeños granos de platino, juntándolos en un pequeño montículo. Todos quedaron en shock al ver tal cantidad de platino junto. 

—Para reunir tanta cantidad... ¿Cuantas decadas habrá...? —Mencionó Gen intrigado. Dando alusión con su comentario a que Byakuya probablemente pasó toda su vida en la tierra juntando oro del río, con la intención de dejarsela al legado que Senku tendría... Byakuya hasta el día de su muerte pensó en Senku, teniendo la esperanza de que el los salvaría a todos. Jamás dejó de creer en él. 

Aunque no tuvieran lazos de sangre, Senku desde siempre y hasta ahora consideraba a Byakuya de como su padre. Y era tan fuerte ese vinculo que inclusive en todos esos años Byakuya siguió creyendo que Senku sería capaz de lograr despertar y salvar el mundo. Un legado para proteger a su hijo y cuidarlo incluso cientos de años después de su muerte. Ahora más que nunca, gracias a la luz que le brindaban personas como Byakuya o Shiho estaba decidido a que todos esos años de esfuerzos valdrían completamente la pena. 

El esfuerzo fue brutal, pero pudieron lograr obtener una maquina capaz de crear acido nítrico para poder despetrificar al resto de la tripulación del Perseo. Pero aunque Senku deseaba despetrificar primero a Shiho, no podía poner sus emociones y deseos por sobre su deber como líder. Debía tener prudencia, y así la tuvo. Por alguna razón Mozu, el horrible hombre que despedazo las estatuas petrificadas de sus amigos y de la pelirroja le habían gustado de sobremanera las ropas de Ryusui, y para mandar una advertencia para que nadie se rebelara obligó al grupo de infiltración despedazar la estatua de Ryusui. En un principio, Kohaku se negó, llena de impotencia y coraje por semejante acto inhumano, pero a pesar de su negativa confió en Senku quien le pidió destrozar la estatua en pedazos que pudiesen ensamblarse fácilmente. 

Así lo hizo, y gracias a los métodos de recuperación pudieron obtener los restos de Ryusui, siendo éste la primer persona en ser despetrificada una vez que lo ensamblaron, confirmando la teoría que ocurrió en la guerra de la ciencia. No importa si tu estatua es quebrada, si se encuentran los pedazos correspondientes y se ensamblan volverás a la vida sin ninguna herida. Gracias al trabajo en equipo pudieron obtener a Kaseki, quien era clave crucial para obtener el dron y así tomar el petrificador que los enemigos tenían una vez que el plan se efectuara. Y a Taiju, quien sería el encargado de sacar a los demás tripulantes del fondo del mar. Lentamente comenzaba la búsqueda y rescate de toda la tripulación; Ishigami Senku estaba preparado, no tenía tiempo que perder. Rescataría a todos y obtendría la forma de salvar a Tsukasa de la inminente muerte que lo acechaba. 

Todo había ocurrido de una forma tan rápida que todos estaban festejando el despertar. Lentamente la tripulación regresaba, y aunque Senku se encontraba concentrado en sus labores como cientifico siempre que Taiju regresaba de sus viajes marinos esperaba ver la estatua de Shiho, pero por más que lo veía entrar a la cueva no veía ningún rastro de la pelirroja. 

—¿Algún rastro? —Pregunto Senku concentrado en la soldadura de un metal sin mirar a Taiju. Éste solo apretó los labios negando con la cabeza. 

—No he podido encontrar sus restos, tengo la teoría que pudieron haber sido enterrados en la arena o quizá la misma corriente marina la llevo pendiente abajo de la fosa. Pero no me detendré de buscarla. Solo falta ella y otros dos, no falta mucho. ¡No nos daremos por vencidos! —Exclamó Taiju con determinación, cosa que hizo sonreir sutilmente a Senku. Debía confiar en su equipo, todo estaría bien, pero para ese momento, el científico estaba mental y emocionalmente agotado. Era hora de dormir, cada vez más se acercaban a la recta final y debían mantenerse resguardados por protección. El científico se alejó un poco del resto para tomar aire, subió a una piedra observando las pequeñas olas golpeándose en contra de la arena, soltó un suspiro y cerró los ojos. Debía esperar, debía ser prudente pero el mismo ahora experimentaba cientos de emociones completamente violentas como la ansiedad o la inseguridad que no encontrar a Shiho. Claro que esa clase de cosas no podía expresarlas al resto, si veían dudar a su propio lider ellos también dudaría, era por eso que Senku siempre se miraba sumamente determinado cuando se trataba de obtener resultados ante escenarios tensos, pero era humano. Y el cargar solo con todo era asfixiante hasta cierto punto. 

—Lo siento... —Murmuró observando el vaivén del agua. Fue en ese momento que sintió la presencia de otra persona, Ryusui estaba a su lado observando el agua. 

—¿Estás preocupado por ella? —Preguntó el rubio, Senku negó de inmediato. Nunca aceptaría esa clase de sentimientos ante otras personas, no era su estilo. 

—Claro que no, todo va a estar bien. Solo estoy cansado. —Dijo con calma y media sonrisa en sus labios de forma despreocupada, esa faceta tan típica de él que todos conocían. 

—Ella estaría realmente preocupada por ti. —Dijo el rubio desviando su mirada al científico, el cual apretó los labios de forma inconsciente. —Ciertamente no la conozco demasiado, convivimos muy poco... pero es curioso. —Pausó un momento. —Es sumamente curioso que Shiho sea la clase de persona que llega a tu vida a dejar una huella, ¿no lo crees? Es casi como si no fuese de este mundo o algo parecido. —Soltó una carcajada audible y negó con la cabeza. —No debería meterme en esta clase de cosas, pero no siempre podremos depender de la petrificación para regresar a los otros a la vida. A veces olvidamos que solo tenemos una vida y no podemos tener arrepentimientos... —Dijo el contrario con una sonrisa calmada. —Eso lo aprendí de ella. —Explicó encogiéndose de hombros. —Así que la próxima vez que la veas debes decirle todo lo que sientes, nunca sabes cuando será el ultimo día que verás a alguien...—Dio una pequeña palmada en la espalda del científico que generó que éste tosiera violentamente por lo delgado que era, pero al final de cuentas había entendido el mensaje. Aprendería de ese error. 

Aún recordaba como es que la había dejado en el invernadero cuando ella pidió hablar de los sentimientos, que tonto había sido... 

Gen por otro lado estaba dubitativo, por alguna razón sentía que Senku ocultaba algo. Desvió su mirada hacía donde se encontraba, notando que intercambiaba palabras con Ryusui. Estaba preocupado y en su rostro era más que notable. 

—¿Gen? ¿Te encuentras bien? —Dijo Yuzuriha cargando un par de canastas con tela que estaba por confeccionar para cuando algunos de los tripulación regresaran con el ácido nítrico. Gen negó con la cabeza frunciendo un poco el ceño en angustia. ¿Debía contar lo que sabía? ¿Y si encontraban a Shiho y su presencia volvía a amenazar la integridad del grupo? Gen a diferencia de Senku se encontraba de un bando, y era el salvaguardar la seguridad del equipo. No conocía a Shiho, y no le tenía la confianza suficiente para tener la certeza que ella no era un peligro para todos. Él bajo su percepción estaba por hacer algo que iba a ayudar a los demás a tener las ideas más claras de quien realmente era esa chica pelirroja. 

—Asamos un par de mariscos, no tardes en regresar Senku. Recuerda que aunque seas el líder también eres nuestro amigo. —Dijo Ryusui antes de regresar con el resto, quienes estaban en medio de una pequeña fogata listos para cenar antes de poner en acción el plan de Ishigami. 

Senku solo asintió observando el mar, pensando que ahí en las oscuras profundidades del lecho marino se encontraba ella, recordaba lo nerviosa que se encontraba por estar en la oscuridad y lo mucho que le gustaba estar acompañada en las noches. Soltó un suspiro preocupado pero confiado en que podría encontrarla, mientras tanto regresaría con el resto después de un par de minutos. Una vez que se acercó a todos notó algo extraño, todos estaban tensos con una mirada confundida, angustiada y hasta cierto punto consternada. 

—¿Qué sucede? —Murmuró Senku con el ceño fruncido en confusión. Entonces Ryusui desvió su mirada, era de confusión e incredulidad total. 

—Dime por favor que no sabías... Senku. —Mencionó el rubio. De pronto Senku no comprendió que ocurría, desvió su mirada a Taiju y Yuzuriha, ésta tenía la boca cubierta con su mano completamente asustada. 

—Lo siento, Senku. Pero ellos debían saber quién es Shiho Asakura. —Lo hacía por protección, para advertir... sin saber toda la tormenta que había desatado en aquel momento. Senku ensanchó los ojos temiendo lo peor. 

Gen había contado el secreto de Shiho a toda la tripulación del Perseo. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top