Lunae

Cuando era pequeño mi padre llegó a decir algo realmente absurdo ante un incógnita que me generé al ver que la luna me seguía a donde yo fuese. "Quizá la luna está enamorada de ti" dijo con inocencia intentando asombrarme, pero yo sabía que eso era ridículo. Al menos eso pensé durante mucho tiempo. 
Lo más irónico de todo es que no era ella la que estaba enamorada de mi, sino yo de ella. 

Pero era algo que entendería millones de años después. Todos podrían amarla estando brillante y preciosa en el firmamento, pero yo estaba presenciando su lado más oscuro, su lado más frágil, su lado más roto y aún así seguía creyendo que era asombrosa. Incluso en la oscuridad del universo brillaba de una forma tal que alumbraba la oscuridad que alguna vez creí permanente. 

Su piel pálida y frágil me parecía preciosa, incluso con aquellas cicatrices que tanto odiaba. No podía concebir que algo pudiese hacerle daño a alguien tan dulce como lo era ella. Sin embargo, cuando menos me di cuenta, me encontraba abrazandola, reconfortando su llanto descontrolado e irregular. 
Mi corazón se estrujaba con cada gimoteo que salía expulsado de su alma torturada; jamás había sentí un dolor tan grande como el que experimenté al escucharla romperse frente a mi, sin pudor ni vergüenza, aquel llanto que contuvo durante años sin que nadie pudiese escucharla. 

Me sentía en el limbo, flotando sin ningún rumbo fijo, pero incluso sintiéndome así entendía perfectamente que mientras ella estuviese cerca para verla brillar, yo brillaría con ella. Porque no eramos un complemento, eramos dos estrellas con brillo único. ¿Almas gemelas? ¿Personas destinadas a encontrarse? No lo sé, no está comprobado por la ciencia, sin embargo sabía que la misma gravedad nos había unido. ¿Fue ella en su campo electromagnético? ¿Fui yo? ¿Qué importaba? Solo importaba el hecho indiscutible que mi dopamina estaba alterada, que mi segregación de oxitocina estaba irrefutablemente alta y que la serotonina se había apoderado totalmente de mi sistema. En términos simples... 

Estaba indiscutiblemente cautivado de aquella chica de cabellos naranjas. 

LUNAE 


— Eres el mejor... —Murmuró de forma suave y delicada la fémina quien se encontraba ya un poco más calmada, jamás había llorado tanto como lo había hecho en los brazos del cientifico y eso de cierta manera había ayudado a ir filtrando todo el dolor que había estado cargando por tanto tiempo.

—Shiho... Yo tengo que decirte algo. — Senku estaba abrazándola sin embargo agradecía a la ciencia que estaba lo suficientemente oscuro para que ella no notara que sus manos estaban temblando. Había dicho aquello en un acto de impulso, y ahora no sabía cómo lidiar con las consecuencias de haber hablado sin pensar. Era demasiado problemático. 

Shiho se mantuvo callada un segundo, temiendo que aquella seguridad en sus brazos desapareciera, que de pronto le dijese que no estaba comodo y que se alejara. Podría lidiar con la ausencia, después de todo no sentía una dependencia hacia él, pero en serio quería compartir su calma y su paz con el de cabellos verdosos. 

— ¿Puede... puede ser mañana? — La voz temblorosa de Shiho se hizo presente en un hilo de voz suave y delicado que causó que a Senku se le erizara la piel. "¿Esto era parte de tener emociones por alguien? ¿Sentirste vulnerable todo el tiempo?" pensó el ojicarmín. 

— Supongo, de cualquier forma no era... importante... —Murmuró de forma calmada sintiendo como la respiración acelerada de Shiho se iba calmando en aquel abrazo 

Lo ojos ambar de Shiho entraron en el campo de visión de Senku causando que su corazón diera un vuelco descontrolado. Estaba demasiado cerca. 

— Senku... —Se notaba nerviosa, ahí en la oscuridad del observatorio podia asegurar que inclusive se encontraba mordiendo su labio inferior debido a los nervios. — Yo no sé otra forma de agradecerte... —Murmuró llevando sus manos lentamente al rostro del cientifico causando que el corazón de éste comenzara a latir con violencia, su expresión era de confusión pero la sorpresa era notoria también. Las delicadas manos de Shiho ahuecaron tomando a Senku de las mejillas para posteriormente acercarse y depositar un suave beso en la frente del cientifico. 

En japón las muestras de afecto son especialmente intimas, el simple hecho de romper el espacio personal de una persona es bastante sorprendente, y éste caso no es la excepción, pues la sorpresa de Senku ante tal acción resultaba surrealista. Para muchas personas en probablemente sería un gesto sutil, minimo para demostrar el cariño que ambos se tenían, pero para Senku y para Shiho era un salto de fé. 

Como si todo este tiempo hubieran estado en el limite del risco sintiendo solo un sutil deseo de libertad. 

La gente pasa toda su vida en el limite del risco, teniendo miedo que al caer terminen heridos, pero sin aquel primer paso, si nunca das ese salto de fé siempre tendrás la insertidumbre y la duda si tras saltar habrás surcado los cielos. 

A veces es necesario arriesgarlo todo para no vivir con arrepentimientos...

— Shiho... — El cientifico estaba anonadado, simplemente se había perdido en aquel acto y en aquellos ojos ambar. 

—No hay nada que decir... —Susurró callando los labios del cientifico colocando suavemente su dedo indice en ellos mientras le dedicaba una sonrisa.

Los delicados haces de luz se filtrarón por las rejillas de madera provenientes de la ventana indicando el amanecer y la agonía de la noche. Es momento exacto en donde el ambiente se encuentra entre colores azules y rojizos gracias al choque de ambas estaciones del día. Como si la luz y la oscuridad dieran ofrenda ante aquel acto íntimo que habían presenciado entre ambos cientificos. Significado que solo, quizá le derían ellos dos en el silencio de aquel observatorio. 

Senku pudo observar como la pupila de Shiho se agradaba y contraía de forma lenta e irregular cuando sus miradas se encontraron y pudieron notar los detalles de ambos rostros gracias a la luz tenue que se filtraba del exterior. En caso contrario tendría que haber sido solo una contracción de la pupila, pero el hecho de que se agrandara al encontrarse con sus ojos solo le causaba que su corazón se acelerara de una forma increíblemente violenta. 

Simplemente Senku le respondió con una sonrisa, sutil, suave, honesta. En ese momento solo eran ellos dos en el silencio del amanecer y no pudo ser más perfecto. Pues aunque no dijeran nada ellos podían entender los silencios del otro. 

— ¿Alguien ha visto a Senku? — Preguntó el castaño de Chrome con el ceño fruncido y de brazos cruzados. Se supone que ese día iban a revisar los ultimos ajustes del barco y era necesario que se vieran desde temprano, pero no lo encontraban por ningún lado. 

— No lo veo desde anoche... —  Dijo Taiju soltando un bostezo bastante sonoro que hizo que lagrimeara un poco. El festejo de anoche se había descontrolado un poco, sin embargo todos se veían bastantes felices y más motivados. 

— Si lo ves dile que vaya directo al barco para pasar lista de los ajustes que necesita, estamos a un par de días para sarpar en busca de la señal del hombre del why...— Murmuró enarcando una ceja pero con una sonrisa, definitivamente no iba con Chrome ser un mandón como Senku o Ryusui. 

Taiju afirmó con una sonrisa alegre mientras se disponía a buscar al cientifico. Ultimamente había actuado de forma diferente y eso le causaba incertidumbre, normalmente Senku no se comportaba de esa manera, y aunque ante el razonamiento de Taiju le resultaba diferente solo era en casos puntuales. 
Por ejemplo se le veía más alegre y sonreía de forma discimulada de vez en cuando, o en ocasiones se le veía distraído o comía menos. Bajo la perspectiva de Taiju ese tipo de detalles eran casi imperceptibles para el resto, pero no para Taiju. El grandulón conocía perfectamente al cientifico despés de haber vivido casi toda su infancia y adolescencia junto al de cabellos de cebelleta. 

— A veces me da la impresión de que está enamorado... — Murmuró buscando en el taller cientifico sin encontrar al de ojos carmín. — Pero eso es imposible, Senku no le interesa ninguna chica...— Se quiso autoconvencer sin exito. — Pero es que si lo pensamos bien... puede que sí lo esté. — Llevó su mano a su barbilla de forma comica analizando la situación. Era un mastodonte con energía interminable pero de algo debía servir vivir tantos años con Senku. 

— ¡Es hora de hacer un proceso de investigación cientifica! — Exclamó chocando su puño contra su mano contraria teniendo una sonrisa enorme en sus labios. Se metió de nuevo a hurtadillas al taller sacando una especie de vata de cientifico que Yuzuriha había confeccionado para el cabellos de cebolleta. —  Y decían que no iba a servir de nada. — Dijo con orgullo mientras sacaba una tabla y una especie de hoja para apuntar sus hipotesis. 

En la hoja apuntó todos los puntos mencionados de las actitudes de Senku que le resultaban bastante diferentes y raras. 

Definición del problema: 
El extraño caso de Senku y sus compartiemientos poco usuales. 

Planeación de la investigación: 
Primer paso: Encontrar a Senku.
Segundo paso: Administrar un interrogatorio directo con uso de violencia. 
Tercer paso: Saber quién es la persona de quién está enamorado.

Recolectar información:
Primer paso: Obtener pruebas fidedignas de nuestra hipotesis

Analizar la información:
Para este paso se requieren dos cerebros. Hablar con Yuzuriha al respecto.

Presentar resultados:
Pendiente

Después de hacer su boceto en el papel se dispuso a investigar haciendo entrevistas cortas a todos los que pudo para ver si ellos habían captado algo que el castaño no. Era ciertamente muy comico verlo andando por toda la aldea con aquella bata de cientifico. 

— ¿Has notado algo extraño en Senku Ishigami ultimamente? —Preguntó Taiju con aspecto intelectual, realmente se tomaba muy en serio el papel de cientifico en ese momento. Taijú acercó una especie de roca en forma de microfono a Chrome quien lo observaba asombrado. Él también quería unirse a la investigación. 

— Ahora que lo mencionas... — Chrome fruncio los labios de forma sutil ante la pregunta. Ciertamente el castaño menor estaba preocupado por Senku. Pero no porque algo estuviese mal o fuera ultimamente ineficiente en su trabajo supervisando, sino que ultimamente se le veía más distraído cuando estaba en eventos sociales. — Creo que ha estado actuando de forma rara, ayer por ejemplo al final del festival desapareció sin decirle nada a nadie... y no durmió en su habitación como usualmente lo hace. —Expresó en confusión analizando la situación. 

— Sí, sí, como si algo llamara su atención... —Dijo de forma ingenua Taiju llevando su mano a su barbilla. Eran demasiado ingenuos. 

Mientras los dos idiotas dialogaban sobre teorías conspiranoicas respecto a comportamiento extraño sobre el ojicarmín desde el observatorio bajaron Shiho y Senku, este ultimo extendiendole la mano para que ella pudiera afirmarse y no caer a la hora de tocar el suelo. Los dos estaban bastante alegres, riendo por algún comentario exagerado de la pelirroja. Lo más raro era verlo a él sonreir de esa forma, detalle que Taiju y Chrome notaron al instante. 

Su misión era observar a detalle el comportamiento de esos dos para descartar o afirmar la teoría inicial de que Senku estaba enamorado.  Así que ejecutaron su plan de forma torpe, hecho que pasó desapercibido por Senku y Shiho.









// Lamento que el capitulo sea corto pero tuve que cortarlo a la mitad para que no se volviera pesada la lectura despues de mi ausencia. Les recuerdo que esta ultima parte no es "relleno" en esta historia todo tiene un propósito para desarrollar relaciones, personajes y tramas futuras.

El próximo capítulo es el próximo sabado. ❤️

Zomnien.

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