Flatmates VII (Final)

Léa

—Necesitaba tanto estas vacaciones —comenta Maggie cuando el avión aterriza de nuevo en la ciudad, después de nuestro viaje de un mes a Francia.

Hemos ido a visitar a mi familia a su casa de campo. Las cosas no iban muy bien con ellos, cuando empecé a salir con Ryan me distancié y perdimos contacto, pero ahora Ryan es historia y he recuperado mi relación con mis padres y Maggie, y soy feliz. Me siento yo otra vez, me siento dueña de mí misma y mis inseguridades se fueron con Ryan. Él me estuvo llamando después de que lo dejara hasta el punto en que tuve que bloquearlo, pero ahora estoy mejor que nunca.

—Bueno, me dirás que no has echado de menos a Thomas. —La miro con complicidad y se sonroja.

—Un poquito... —admite.

—Pero si no has dejado de hablar de él —le recuerdo.

—Ay, déjame —se queja, y me echo a reír.

Mi relación con Maggie ha vuelto a ser la de siempre, y eso me hace feliz. Me ha contado que, tras conocer a Thomas y John, quedó con Thomas varias veces y, aunque no ha pasado nada entre ellos y no quieren admitirlo, sé que se gustan.

Pero ahora hay otra cosa en mi mente, algo que he querido hacer desde hace tiempo y que se ha intensificado en el mes que he estado fuera.

Recogemos las maletas y, tras salir del aeropuerto, nos subimos en un taxi. Primero deja a Maggie en su apartamento, y luego llega mi turno. Para delante del edificio en el que he vivido el último año con John, e inhalo profundamente antes de pagar y salir del taxi.

—Allá voy —me digo a mí misma.

Abro la puerta principal del edificio sin necesidad de usar mi llave ya que, al parecer, todavía no la han arreglado. Thomas rompió esta puerta hace unos meses intentando hacer, según él, una patada voladora.

Sonrío al recordarlo y subo con el ascensor hasta llegar a mi piso. Tomo una larga bocanada de aire antes de sacar las llaves de mi bolso, caminar hasta la puerta e introducir la llave en su ranura.

Abro la puerta y veo el salón delante de mí, tal y como lo recordaba. Bueno, yo lo recordaba hecho un desastre y ahora está limpio y ordenado, algo bastante inusual. Ni John ni yo somos muy ordenados, así que la casa solía estar patas arriba.

—¿Léa? —su voz resuena al otro lado del salón y miro en esa dirección, encontrándome a John con un trapo en una mano y el spray limpiamuebles en la otra.

—¿Quién iba a ser sino? —contesto, cerrando la puerta, y él sonríe ampliamente antes de venir hacia donde estoy.

Viene con un entusiasmo que se pierde un poco cuando está delante de mí, siendo sustituído por una notable inseguridad, pero no voy a darle tiempo para pensar demasiado.

Me acerco a él y lo beso. Sin preliminares ni avisos, lo beso, y él deja caer el bote de spray, que golpea el suelo haciendo ruido, junto con el trapo, para enredar sus manos en mi pelo. Lo empujo un poco, de modo que queda contra la pared. Rodeo su cuello con mis brazos y profundizo más el beso. John gime y me muerde el labio, excitado.

Seguimos besándonos mientras que la ropa va desapareciendo. Con John no tengo miedo, sé que puedo confiar en él, que no me hará daño. Admiro cada parte de su cuerpo que va quedando desnuda hasta que solo estamos en ropa interior.

—Joder... —murmura al ver mi cuerpo.

No puedo evitar sentirme un poco cohibida y mis manos van a tapar mi barriga, pero John me las coge antes de que pueda hacerlo y las aparta.

—John... —digo, avergonzada.

—No te tapes. —Me mira a los ojos— Eres preciosa, no deberías taparte nunca.

Le doy una sonrisa tímida y él vuelve a besarme, haciendo desaparecer todas mis inseguridades. Sus manos se pasean por mi espalda, acariciándola y pasando por mis costados, mis caderas, mi trasero...

Noto su erección dura contra mi barriga y bajo mis manos ahí. Aprieto ligeramente y John gime en mi boca.

—¿Quieres... quieres ir a la habitación? —me pregunta, separándose unos pocos centímetros de mi boca.

—No —niego con la cabeza a la vez que contesto—. Lo quiero aquí, y ahora.

Él se muerde el labio y aprovecho que está con la guardia baja para besar su cuello. Paso mis labios por su zona sensible y doy un pequeño mordisco al que él reacciona con un gruñido.

—Vas a volverme loco —susurra entre dientes.

Sonrío en su cuello y acaricio su torso hacia abajo hasta llegar al elástico de sus bóxers. Tiro de él hacia abajo hasta que su polla sale libre. Paso un dedo, recorriendo toda su longitud, y escucho cómo John aguanta la respiración.

Me siento tan segura de mí misma, tan llena, tan capaz. Con Ryan nunca fue así, y es en momentos como ahora que me doy cuenta del mal que me hacía. Me hacía sentir inferior, torpe. Pero con John todo es tan diferente...

De repente sus manos están en mi espalda y, cuando quiero darme cuenta, mi sujetador está fuera. Dejo que caiga por mis brazos hasta que está en el suelo, y las dos manos de John van a mis pechos. Los acaricia suavemente, y luego los coge entre sus manos. Presiona un poco, como si los estuviera descubriendo con sus manos, y entonces su pulgar roza mi pezón y gimo.

Mi clítoris duele de pura necesidad. Necesito que me toque, me está excitando mucho y no encuentro alivio.

Me bajo las bragas, la última prenda de ropa que queda entre nosotros, y dejo que se deslicen por mis piernas hasta caer al suelo.

John sonríe y, mirándome a los ojos, se arrodilla delante de mí. Me muerdo el labio, anticipándome a lo que va a pasar, y entonces él hunde sus carnosos labios en mi sexo. Suelto un gemido y echo la cabeza hacia atrás. Abro más las piernas y me apoyo con las manos en la pared que tengo delante. John lame y succiona mi clítoris hasta que, sin aguantar más, llego al orgasmo. La sensación me azota con fuerza, recordándome lo bien que se siente tras mucho, muchísimo tiempo sin sentirme así de bien.

Se levanta del suelo, satisfecho. Me giro y empiezo a caminar, imaginando la cara de confusión que debe haber puesto ahora mismo. Me vuelvo a girar, viendo cómo me mira, con una expresión de incertidumbre, y entonces me siento en la mesa del comedor, abriendo las piernas como una invitación. John sonríe y camina hacia mí, pero parece recordar algo porque se va rápidamente hacia su habitación. Vuelve colocando un preservativo en su dura polla, y cuando por fin está puesto se coloca entre mis piernas.

Guía su miembro a mi entrada y, tras frotar la punta en mi sensible clítoris y hacerme tirar la cabeza hacia atrás por el placer, lo introduce dentro de mí. La sensación es increíble, nunca me había sentido tan bien. John empieza a moverse y no puedo reprimir los gemidos y jadeos que escapan de mi boca. A decir verdad, él no tiene el miembro más grande que he visto, de hecho es de un tamaño bastante normal, pero lo sabe usar mejor que cualquier hombre con quien he estado. Sabe cómo excitarme porque quiere hacerme disfrutar, y se esfuerza en ello. Todo eso sumado al hecho de que es John, el hombre que me gusta y con el que llevo tiempo esperando hacer esto, hace que sienta que voy a estallar otra vez.

Bajo una mano y estimulo mi clítoris con el dedo índice. John empieza a gemir más fuerte, indicando que le queda poco, y poco después de que me azote mi segundo orgasmo, llega el suyo. Se abraza a mi cuerpo, moviéndose descoordinadamente mientras se vacía en el preservativo.

Dejo un último beso sobre sus labios en cuanto se aparta, peinando su sudado cabello.

—Me alegro de que hayas vuelto —dice con una sonrisa cansada.

No sé qué pasará con nosotros de ahora en adelante, pero sé que con él podré ser yo misma, y no tengo miedo.


___________

Y aquí termina Flatmates. ¿Qué os ha parecido?

La siguiente historia corta que subiré será Sarah y Jean. Muchas de vosotras la recordaréis por Passion, aunque cambiaré bastantes cosas.

Aviso: dado que Sarah y Jean es una historia con alto contenido sexual, me estoy planteando ponerla en privado (de modo que solo mis seguidores puedan leerla). No es para que me siga más gente, como hacen muchos escritores, es simplemente porque tengo miedo de que me borren este libro tal y como me borraron Passion. Escribir historias con contenido sexual es difícil por aquí porque nunca sabes si te despertarás un día y te encontrarás que te han borrado la historia :(

No sé qué haré, ya avisaré.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top