•Capítulo 5•

— ¡Fue una fiesta increíble! —. Observer exclamó una vez salieron de ahí los cuatro.

— HABIT no parece tan feliz —. Patrick señaló a su amigo ahora borracho, vomitando detrás de uno de los arboles, ignorando las miradas de disgusto de los demás —. Deberíamos llevarlo a su casa.

— Bien, yo lo llevo —. Firebrand dijo, dándose la vuelta para agarrar fuertemente a HABIT.

— ¡Perfecto, nos vemos el lunes! —. Observer los saludó antes de irse corriendo a su casa, con una sonrisa enorme en el rostro.

Los chicos lo saludaron de vuelta y Observer se fue, esperando con ánimos a que llegara el lunes para poder encontrarse con sus amigos de vuelta.
El camino a casa fue algo largo, pero no tenía miedo, ya que por donde vivía siempre habían personas caminando, autos y vecinos fuera de sus hogares, compartiendo ideas o hablando de cualquier cosa. Incluso saludó a algunos en el camino. Su camino a casa no fue tan solitario.
Abrió la puerta de su casa lo más lento posible para no malestar a sus padres, de seguro estaban durmiendo y su presencia no sería muy buena a estas horas de la noche. Cerró la puerta detrás de él y, cuando quiso prender la luz, alguien lo hizo por él. Miró alrededor, confuso, hasta que vio a su madre frente a él. Se la veía enojada y en su ropa para dormir, ¿acaso no durmió en toda la noche?.

— Hola, mamá —. La saludó, sonriendo, algo nervioso.

— ¿Sabes acaso la hora qué es, William? —. Observer se sintió incómodo con eso, siempre se acostumbró a que le digan Observer —. Responderé por ti, ¡son las cinco de la madrugada!.

— Lo sé, mamá, yo...

— Dijiste que estarías aquí a las una —. Continuó con sus reproches —. Ese era el plan. No te queríamos ahí por mucho tiempo. Y mucho menos rodeado de comida chatarra, ¿acaso te viste?.

Observer se miró de arriba a bajo, se veía bien, o eso era lo que sus ojos veían. Volvió a dirigir su mirada a su madre, más confundido ahora, mientras ella se cruzaba de brazos y fruncía el ceño. Aquí vamos, cómo todos los días, diciéndole que se cuide de cosas normales: carne, vegetales, frutas. Según ella, Observer era un glotón, que era su pecado, que debería dejar de comer. Todos los días diciéndole que se veía horrible físicamente, metiendo a su padre en medio, quién no sabía qué decir o cómo actuar. Ya no sabía que pensar de él. No tenía una visión linda de si mismo, pero intentaba ignorarlo.

— Mamá, estoy bien, no comí nada hoy. De echo, ni siquiera había comida en la fiesta —. Intentó hablar, pero su madre lo agarró del brazo con fuerza, arrastrándolo hacia el sofá para que se sentara.

— Tu saco —. Le extendió la mano para que se lo entregara. Observer se quitó el saco y se lo entregó a su madre —. Bien, veamos tu peso.

— Mamá.

Una mirada fue suficientes para hacerlo callar.
El fin de semana fue horrible, ya que él y su madre fueron a un gimnasio juntos para bajar peso. Cosa que Observer no necesitaba en lo absoluto. Entraron y su madre lo agarró de la muñeca, llevándolo hacia quien sabe donde y luego lo subió a una de las caminadoras.

— Vamos a correr unos minutos, estás muy gordo.

— Mamá, no estoy gordo —. Dijo, viéndola correr sin importarle lo que le tenga que decir —. Maldita sea...

Hicieron gimnasia por casi una hora, sin parar. Observer ya estaba agotado y con mucha hambre, en cambio, su madre, era determinada y quería proseguir con el ejercicio físico. Era horrible. Se sentó un momento, tomando agua de una de las botellas que trajo con él. Estaba pensando en que iba a morir aquí, tenía demasiada hambre, y sabía que su madre no le iba a dar de comer, diciéndole: “solo sientes hambre ahora porque eres un glotón del demonio.
Se levantó, fue hacia el baño y se miró en el espejo, él se veía bien. Se levantó la remera, viéndose el cuerpo en todos los ángulos posibles. Se veía bien, ¡estaba perfecto!. Largó un suspiro. Supuso que su madre tenía mejor cuerpo que él.
Salió del baño, miró a su alrededor y sintió la ansiedad fluir en su cuerpo. Todo tenían cuerpos perfectos y él no. Todos eran perfectos, invencibles, y él no lo era. Intentó no llorar hasta que sintió a alguien agarrarlo del hombro.

— ¡Obs! —. HABIT dijo, sonriendo —, ¡no sabía que hacías ejercicio!.

— ¿HABIT? —. Una sonrisa de felicidad resplandeciente apareció en su rostro. Si hay algo que amaba con toda su alma era pasar tiempo con sus nuevos amigos —, ¿qué haces aquí un sábado?, pensé que tenías cosas mejores que hacer.

— Bueno, esto no se mantiene solo —. Señaló sus brazos, piernas y abdomen. Observer sonrió —. Oye, ¿quieres boxear conmigo?.

— ¿Hm? —. Se confundió, pero HABIT lo ignoró, agarrándolo del hombro y llevándolo hacia una bolsa de boxeo.

— Solo hay que golpear y golpear —. Le dio un golpe a la bolsa, uno... muy duro. Observer se puso nervioso —. Vamos, prueba golpeando, sé que sabes golpear.

Observer lo miró, mordiéndose el labio inferior para ocultar sus nervios. HABIT se rió para añadir algo al silencio incómodo entre ambos.

— Sí sabes, ¿cierto?.

— ¡Oh, claro! —. Mintió —. Es solo que... nunca lo intenté antes. Aún así, ¡puedo hacerlo!.

— ¡Esa es la actitud positiva que estoy buscando! —. HABIT lo apoyó, ambos sonriendo.

Aquí vamos, supongo. Observer se preparó y, sin más, le dio un golpe, cerrando los ojos sin saber porque. HABIT aplaudió, pero luego se rió cuando la bolsa volvió, golpeando a Observer en la cara con la misma fuerza. Era un inútil.
HABIT lo ayudó a mantenerse en pie, agarrándolo de la mano y del hombro, viendo a su amigo algo atontado, acomodándose los anteojos con una sonrisa avergonzada en la cara. Bueno, eso no salió cómo esperaba.

— ¡Buen golpe, Obs! —. Se rió entre dientes.

— ¿Quién es él, William?.

Observer se volteó, viendo a su madre furiosa otra vez. Logró que HABIT lo soltara, siendo lo más delicado posible para que su amigo no piense que lo odiaba o algo así. Conociendo a su madre, ella no estaba muy de acuerdo en que su hijo tenga tantos amigos, ya que ellos podían obligarlo a comer cosas que no eran necesarias y volverlo más gordo de lo que ya era. HABIT sólo sonrió, mirando a ambos algo confundido, sentía una profunda incomodidad en ellos dos, así que prefería no intervenir.

— Él es HABIT —. Lo presentó —. HABIT, ella es mi madre.

— ¡Un gusto! —. Saludó, agarrando a su amigo del hombro, casi abrazándolo cómo siempre lo hacía.

— ¿HABIT? —. Preguntó, mirándolo de arriba a bajo —, que nombre más extraño, ¿cuál es tu nombre verdadero?.

— Prefiero no decirlo, señora —. Agarró algo fuerte a Observer. Que extraño. Observer lo miró, preocupado ahora —. Bueno, fue un gusto conocerla. Obs, seguiré practicando.

Observer asintió, siendo agarrado por su madre una vez HABIT volvió a la bolsa de boxeo. No podía evitar mirarlo con extrañeza, parecía que descargaba su ira contra la bolsa de boxeo, lo estaba golpeando tan fuerte que se podía escuchar por todo el gimnasio. Su rostro demostraba ira, tristeza, estrés. Intentó volver hacia él, pero su madre ya lo había sacado del gimnasio con tanta brutalidad que sería imposible no sentir el dolor.
Ya afuera, ella se cruzó de brazos, siendo la tercera o tal vez la doceava vez en su vida que lo hacía.

— ¿Ahora te juntas con personas peligrosas?.

— ¿Qué?, ¡claro que no!, HABIT no es malo —. Exclamó, no pudiendo entender a qué se refería.

— ¿No viste las marcas en sus piernas, o en su cuello? —. Observer abrió los ojos, no lo había visto —. Eso pensé. No te juntes con él por mucho tiempo, no quiero que te contagie sus malos hábitos.

Ambos se fueron del gimnasio, una enojada y el otro pensando en que problema se había metido su amigo ahora. No era una persona peligrosa, o una que busque problemas, siempre se defendía si era necesario y hasta ahí llega. Se mordió el labio, ignorando el hambre que su cuerpo sentía para pensar en HABIT ahora. Tal vez pueda preguntarle algún día que le había pasado.
Domingo, Observer tenía hambre y lo único que había comido era una maldita manzana. Su madre no le dio otra cosa. “Dieta es dieta” decía. Su celular vibró y abrió los mensajes.

PatPat: ¡Chicos!, ¿quieren ir a tomar un café?

HABBY: ¡Me encantaría, Rabbit! >:D.

Brandy: Me parece bien, Patrick. Me gustaría ir, no tengo nada que hacer de todos modos.

Observer pensó en que responder, se quedó viendo la pantalla del celular en completo silencio, manzana en mano y mente en blanco. Su estómago pedía comida. Parpadeó luego de unos minutos, se acomodó los anteojos en su rostro, dejó la manzana en la mesa de noche y decidió responder.

Obs: ¡Cuenten conmigo! ❤

No estaba seguro de esto, pero ver las sonrisas de sus amigos siempre lo animaban.
Se encontraron en una de las cafeterías en la que usualmente iba con su madre y padre, ya no lo hacían por desgracia, estaban muy ocupados para eso. Observer recordó lo que su madre le dijo antes de irse: “No comas nada que te haga subir de peso, así que tragó saliva y fue a su cita con sus amigos pensando en tomar solo un café y nada más que un café.
Todos se encontraron, abrazando a Firebrand para molestarlo a él y a sus no ganas de abrazar a la gente, entraron, se sentaron y pidieron un café.

— Yo quiero un pedazo de torta de chocolate, por favor —. Firebrand pidió. Maldita sea. Observer se quería morir ahora mismo.

— ¡Yo quiero lo mismo! —. HABIT dijo, haciendo sonreír al camarero —, pero de frutilla.

— ¿Te gusta de frutilla?, gustos pésimos, HABIT —. Firebrand bromeó.

Los cuatro se rieron, incluyendo al camarero. Patrick compartiría con Firebrand el pedazo de torta, así que le quedaba pedir algo a Observer.

— N-No quiero nada, gracias.

— ¡Eso es basura!, ¡trae una de chocolate para Obs también! —. HABIT le dijo al camarero, quien asintió y se retiró.

Esto estaba mal, esto era terrible. No debió venir. Su madre estaría muy decepcionada de él. Le hará bajar peso una y otra vez hasta que se convierta en nada más que cenizas.
Los cafés llegaron junto a los postres, HABIT se lamió los labios y Firebrand ya estaba comiendo junto a Patrick el pedazo de torta. Observer comenzó a sudar, sus manos agarrando con fuerza la mesa, sentía calor y al mismo tiempo frío. Tenía mucha hambre. Agarró el tenedor con su mano temblando, miró a sus tres amigos y los vio comiendo, tomando el café y riendo. Supuso que estaba bien. Agarró un pedazo y comió.

— Ayer me encontré con Obs en el gimnasio —. HABIT comentó, sonriéndole a Observer.

— ¿En serio? —. Firebrand preguntó, bebiendo su café lentamente —. Pensé que Observer no hacía actividad física.

— ¡Lo hace! —. Agregó —, recién me entero, por cierto.

Observer recordó lo que dijo su madre, HABIT tenía golpes o marcas en las piernas y cuello. Intentó sacar eso por su boca, preguntarle si estaba bien, pero por alguna razón no pudo. Cuando parpadeó ya no tenía café ni postre delante de él, ¿había acabado tan rápido?. Miró a su derecha, viendo a Firebrand bromear junto a Patrick, dándole de comer cómo si fueran pareja con un HABIT riéndose entre dientes. Se sentía enfermo. Se agarró el abdomen y se levantó.

— Ahora vuelvo, debo ir al baño, chicos.

— ¿Está todo bien? —. Patrick preguntó, agarrándolo del brazo antes de que se vaya —, estuviste muy callado en todo el día...

— Está todo bien, Pat, no te preocupes —. Sonrió.

Comenzó a vomitar. El baño estaba silencioso. Su cuerpo dolía, sus piernas no podían dejar de temblar y sus ojos bien abiertos no dejaban de llorar. No quería decepcionar a su madre. Respiraba con dificultad, su garganta ardiendo y su mente en blanco. No era suficiente. Mantuvo la compostura, intentó respirar un poco y, lenta y dolorosamente, volvió a meter dos dedos dentro de su boca en un intento de vomitar lo que había comido. Lo logró con éxito.

— M-Mierda... —. Susurró, limpiándose las lágrimas.

Se sentó en el suelo, su corazón estaba latiendo a mil por hora y ni siquiera sabía que estaba haciendo. Simplemente no quería que su madre vea que había subido peso por una maldita torta y un café. Estaba harto ya de todo esto.
Tiró la cadena del inodoro, se levantó y fue directo al lavamanos. Sentía un gusto horrible en la boca. Se lavó la cara y salió para encontrarse con sus amigos de nuevo.

— ¡Volviste, Obs! —. HABIT exclamó, pareciendo un perro feliz al ver a su dueño —, queríamos saber si podías ir al cine, iremos ahora ya que no tenemos nada que hacer.

— y-yo... —. No iré —. ¡Me encantaría!. ¿Qué película iremos a ver?.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top