JongDae observaba como su hermano bailaba junto a SeHun, quien parecía tener una nula habilidad para el baile pero que aun así no había dejado de bailar.

YiXing se veía radiante y hermoso con esa sonrisa. Quería que sonreirá de esa manera cada día de su vida, no quería verlo con los ojos hinchados de tanto llorar, ojos que ocultaba para que ninguno de los dos se diera cuenta de que la pasaba mal.

JongDae no era tonto, él sabía muy bien todas las dificultades que su hermano mayor tuvo que enfrentar desde que perdieron a su papá Jae y lo mucho que se esforzaba para mantenerlos. Lo vio llegar sosteniéndose de las paredes a altas horas de la madrugada, creyendo que tanto él como JongIn dormían y no podían darse cuenta, claro que se encargaba de que Nini no supiera pero él no podía ignorar el peso que recaía en YiXing.

Porque soy el mayor, es lo que siempre les decía cuando le pedían descansar o dejarles más tareas para no agobiarse.

Yo también la paso mal viéndote así, quería decirle.

Lo único que pudo hacer para aligerar la carga de su nuevo héroe era cuidar de JongIn, ser un muy buen estudiante y ayudar en todo el aseo de la casa; también esperaba en su cama hasta que YiXing llegara sano y se encargaba de arroparlo cuando se quedara durmiendo en el sillón o en la mesa, le dejaba aperitivos y vitaminas, pidiéndole a todo dios que cuidara de su hermano cuando saliera de casa.

Que SeHun llegara de la nada sí que despertó sospechas y puede apostar que en JongIn también, más se limitó a juzgar con las actitudes que tomara el rubio hacia su hermano; logro convencerlo cuando al cabo de los días, encontró el mismo brillo en sus ojos cada que miraba a YiXing y conociendo que no era nada malo, pudo descansar un poco.

SeHun quería a YiXing y YiXing quería a SeHun, hasta JongIn lo podía ver.

Como hermanos, estaban acostumbrados a las carencias y a trabajar como un súper equipo de apoyo hacia YiXing, su escuadrón de rescate, protección y amor. Ellos cuidarían de YiXing y ahora, también de SeHun. No niega que el giro de 1000° que dio su vida no le gusto, hablando de las cosas que ahora podían permitirse gracias a SeHun; desde la casa donde vivían, la ropa que les compro, zapatos, comida y lo más importante: un descanso para su hermano. El dinero no era vital como el aire para ellos pero agradecían tener un poco más para que no se sintieran con un soga al cuello cada que revisaban su cartera.

Durante el transcurso de la boda, el pensamiento de que su adorado y despistado hermano mayor, tuviera un bebé con SeHun, lo hizo sonreír como tonto; el si quería que YiXing se preocupara más por sí mismo ahora que estaba casado y se pensara tener a su propio retoño, a pesar de los terribles celos que le daba la sola idea de pensar en SeHun siendo meloso con su hermano. No era su culpa, y JongIn simpatizaba con la causa.

— ¡Dae, Dae! —el grito de un JongIn emocionado lo hizo saltar en su silla. — ¡Vamos a bailar con YiXing hyung! —lo tomo de la mano y lo hizo correr hasta la pista donde un sonriente YiXing los esperaba.

Por la siguiente hora siguieron bailando con YiXing, haciendo pasos graciosos o gestos que los hacían reír. Tenían que disfrutar a su hermano antes de que se fuera de luna de miel y les dejara la casota para ellos solos.

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¡Linda noche!