—Listo—. Suspire tranquila al ver mi edificio. ¿Realmente pasó todo esto? ¿Realmente fue algo de seriedad?, pero que tonta soy, claro que no. Trate de abrir la puerta del auto, pero le pone seguro, yo solo miro la puerta sin entender que pasaba—¿cómo te la has pasado?—. Me pregunta y yo volteo a verlo. Sinceramente estoy muy confundida en muchos aspectos que ni siquiera sé cómo preguntarte.

¿Tu nuevo look? ¿Por qué me dijiste que mi prima iría si no era así? ¿Qué clase de antro era ese? ¿Realmente que soy yo para ti? ¡Carajo Rapunzel! Has metido la pata y durísimo, estás tan confundida que no sabes qué decir o qué hacer.

—Bien, realmente bien—. Si mentía, pero siempre o la mayor parte del tiempo lo hago. El me mira con media sonrisa.

—Claro...—aprieto mis labios y lo miro con seriedad

— ¿Por qué la temática de ese bar?—. Él voltea a ver con una ceja levantada—. Es raro e incluso diferente—. Sonríe ampliamente al escuchar aquellas palabras—Además ¿cómo saben qué es tu pareja y no tu amante? —. El me quita la mirada para colocarla enfrente, es una pregunta muy válida y perfecta para romper el hielo...¿creo?

— Sensores—contestó con rapidez—. Hay una tecnología Japonesa que detecta tu ritmo cardiaco, y se prende en rojo si la pareja no es verídica o si—. Fruncí el ceño.

—Pero tú y yo no somos pareja—. Alza los hombros y me mira.

—Bueno, tampoco negaste nada—aprieto mis labios. Sabía respuesta. Dejo escapar un suspiro y me quito las arracadas.

—¿Has llevado a...otra chica aparte de mí a ese lugar?—Aciente ligeramente, no es necesario que diga su nombre ya que me han dado la respuesta con anterioridad.

—Solo una—se acomoda mejor para verme—. ¿Realmente no me crees qué quiero impresionarte?—. Río ampliamente y me acerco a él para acariciar su mejilla. ¿Han escuchado como es el beso de Judas?. Si no es así, te lo explicaré poco a poco.

—Te creeré, cuando dejes a todas por mi, te creeré con más actos y te creeré cuando me digas que me amas—. Me aleje de él y levanto el seguro, para poder salir del carro sin antes voltear a verlo—.Es ahí cuando te creeré. Linda noche—. Cierro la puerta del carro y me doy media vuelta, camino hasta la entrada de mi edificio.

El beso de Judas: no se le conoce por ser realmente un beso. Se pide algo, obtiene lo que quiere, vende información, hasta la vista te desvaneces. Eso lo aprendí con el tiempo, con la vida. Este hombre no me deja otra opción más que poder aplicar aquella estrategia.

Aprieto el botón del elevador y siento como toman mi mano haciendo que volteara.

—¿Y si lo hago...me creerás?—me acerqué a él hasta el punto que su aroma a alcohol llegara hasta mi nariz.

—¿Tan desesperado estás por hacerme tuya antes que tus amigos?—cuestione—¿o acaso realmente te traigo loco Frost?— sonrió y las puertas del elevador se abren. Ya veremos, ya veremos.