Regrésame mi cuerpo

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Agito mi cabeza un poco aturdida, en serio ese golpe me ha dolido... aunque no lo suficiente. Bien, ahora veo que este cuerpo es útil para algunas cosas. Sin embargo cuando veo a la persona que me ha tacleado me quedo boquiabierta. Soy yo. Aunque una versión muy rara, mi cabello está despeinado, no llevo nada de maquillaje y mi ropa es terrible. Que mal me veo. Además llevo el ojo morado por el golpe que recibí ayer de Adrian.

—¿Quién eres? —me pregunto eso a mí misma, o más bien dicho, es Amy hablando conmigo que soy Adrian. Rayos, que locura.

—Eso mismo quisiera saber —anuncio mientras me pongo de pie y me ayudo, digo, ayudo a Amy a ponerse de pie.

Todos a nuestro al rededor nos miran de manera muy extraña, por lo que tomo mi mano y me llevo lejos. Estoy más que segura que Adrian está en mi cuerpo.

—Deja de tocarme y dime tu nombre, no te conozco. Es que no me creo nada de esto. —Me miro de una manera intensa, en serio que me veo fatal. Quien sea la persona que esté en mi cuerpo, no ha sabido cómo arreglarse, que desagrado.

—Soy Amy Callum, ¿y tú? —mi cuerpo lanza un bufido. Vamos, tranquilízate persona dentro de mi cuerpo, esto es una pesadilla, todo pasará, yo lo sé.

—Adrian Cassavets —sentencia la persona en mi cuerpo. Sí, por fin mis teorías se han aclarado, Adrian y yo hemos intercambiado cuerpos—. Espera, ya te recuerdo, yo ayer choqué contigo y te llevé a la enfermería.

Sus palabras me hacen recordar lo que pasó el día de ayer. Pero tan sólo dejo que una sonrisita me llegue a los labios, este sueño es tan real, esto en serio se está convirtiendo en una situación muy realista.

—Sí, pero tranquilo "Adrian" pronto despertare y esta terrible comedia va a terminar. Deja de volverte loco, o loca porque estás en mi cuerpo. —Adrian lanza un grito bastante agudo y desesperado, lo cual me deja un poco sorda.

—¿Estás loca Adaline? Esto no es un sueño, ya me he pellizcado muchas veces como para comprobarlo. Mira. —Adrian levanta la blusa que se ha puesto y noto mi estómago lleno de marcas rojas. ¿Cómo se atreve a herir mi cuerpo?

—Mira, para empezar no me llamo Adaline, soy Amanda. Y segundo, te prohíbo que lastimes mi cuerpo. Esto pasará, es una pesadilla. Tranquilo —contesto mientras miro fijamente a Adrian en mi cuerpo.

—Reacciona niñita tonta, esto no es un sueño. Es imposible, esto está pasando en serio. Tú estás en mi sexy cuerpo y yo estoy en... ¡en el tuyo! —Lo último lo dice con desprecio, pero lo dejo pasar, la autoestima en serio me duele.

—Uy Adrian, dejarás que una chica te grite —alzan la voz un par de tontos a lo lejos. Noto de inmediato cómo las mejillas de Adrian (que son mías) se ponen rojas de furia.

—No sé lo que está pasando Amanda, pero esto debe arreglarse. Me he puesto más sentimental, lloro por cualquier cosa. Devuélveme mi cuerpo niñita tonta. —Las lágrimas de Adrian en mi cuerpo son evidentes y provocan que su rostro se ponga de un color rojo y sus ojos hinchados. ¡Que son los míos!

—No sé cómo resolver esto, quizás después de clases todo termine —le comento a Adrian en mi cuerpo, quien parece tranquilizarse un poco.

—Está bien, nos vemos luego de clases. —Termina por decir Adrian. Sin embargo a la mente me llega una pregunta. Por lo que alcanzo a Adrian en mi cuerpo y le tomo el brazo.

—¿Cuáles son tus clases? ¿Cuál es la clave de tu casillero? No puedo llegar con mis libretas o con mi mochila a tus clases. —Adrian en mi cuerpo decide acompañarme hasta el casillero y poner su clave. Yo hago lo mismo, ahora sí, a comenzar con el día.

Después de una jornada completa de clases decido buscar a Adrian en mi cuerpo. Lo cierto es que aunque intenté llevar un bajo perfil, fue imposible, todos se arremolinaban a mi al rededor y eso es un poco fastidioso. No entiendo cómo es que Adrian puede soportarlo. Pero bueno, pronto esto terminará, algo me lo dice. Sin embargo me llama mucho la atención que no he visto a Hideaki Nakamura, el mejor amigo de Adrian, siempre están juntos. Qué raro. Pero dejo ese pensamiento lejos de mí.

Aunque, ahora que lo pienso otra vez,  no me he topado con Adrian en mi cuerpo en ningún momento. Lo cual en serio me parece genial, no quisiera ver mi bello rostro con alguien más dentro. Aunque las cosas buenas no tardan mucho pues encuentro a Adrian en mi cuerpo. Se encuentra sentado bajo un árbol, lleva la capucha de mi chamarra puesta y parece que pronto cometerá un crimen, da un poco de miedo. Así que bueno, me acerco a él.

—¿Qué haremos Adrian? —le pregunto al chico en mi cuerpo. Al oír mi voz, eleva la mirada y pone una cara de asco. Pero no tarda ni un segundo en ponerse de pie.

—Bien, explícame que fue lo último que hiciste el día de ayer. Porque al parecer al despertar esta mañana amanecimos en el cuerpo del otro, pero... ¿qué pasó la última vez? —Pienso en que tan sólo llegué a mi casa y me quedé más que dormida, el golpe me había dejado muy adolorida.

—Después de que me golpearas llegue a mi casa y me quedé dormida toda la noche. Luego desperté y estaba en tu cuerpo Adrian —contesto con un tono de voz muy a la defensiva. Bien, es que incluso aún no puedo controlar su voz gruesa y masculina.

—Yo me fui a festejar con mis amigos, pero también estaba muy cansado y me quedé dormido. —Me quedo un poco ofendida por el hecho de que Adrian se fue a festejar con sus amigos después de haberme dado un buen golpe en el ojo y dejarme inconsciente—. Espera Amy, claro, el golpe tuvo que haber causado algo extraño. Quizás si volvemos a chocar entre nosotros todo se arregle.

Miro confundida a Adrian en mi cuerpo y comienzo a reír a carcajadas.

—Esto es muy "Un viernes de locos", ¿no lo crees? —Adrian en mi cuerpo se queda pensando un segundo en lo que le he comentado y comienza a caminar de un lado a otro.

—¿No has comido una galleta de la suerte? ¿No nos hemos puesto unos aretes extraños? ¿No nos hemos peleado frente a una deidad azteca? Dame más referencias de películas sobre cambio de cuerpos Amanda —exige Adrian y yo miro mi ojo, en serio está muy morado.

—Contestaré a todas tus preguntas, ¡no! Ni siquiera me conocías antes de esto Adrian —El chico en mi cuerpo hace un asentimiento de cabeza y eso me deja más claro lo invisible que era en su vida. Que dolor, no le importaba lo más mínimo a mi crush, ¡y ahora estoy en su cuerpo! Que locura.

—Entonces nos convertimos en esto luego de chocar, hagámoslo una vez más Amanda —miro a Adrian en mi cuerpo y termino por lanzar un bufido. No perderemos nada en intentarlo.

—Está bien, aléjate lo más posible, a la cuenta de tres comenzamos a correr sin detenernos —Adrian asiente y comienza a caminar lejos de mí.

Así que lo hacemos, cuando estamos lo suficientemente lejos comienzo a contar hasta tres, es hora de chocar una vez más. Luego siento como las piernas de Adrian me llevan más rápido que las mías, ya no hay marcha atrás. Pasados unos segundos Adrian en mi cuerpo y yo en el suyo chocamos provocando que caigamos al suelo. Aturdida me quedo viendo el cielo azul sobre nosotros.

—¿Ya estoy en mi cuerpo? —pregunta Adrian con mi voz delgada y tierna. Jamás había notado lo linda que es.

Sin embargo me miro las manos y noto que aún no son las mías.

—No —es lo último que sentencio antes de ponerme de pie y ayudar a Adrian en mi cuerpo. Aunque comienza a sonar algo en la mochila de Adrian, que claro, cuelga sobre mi espalda.

—¡Mi teléfono! —grita Adrian mientras me da la vuelta y abre la mochila—. Me ha llegado un mensaje de mi madre, al parecer quiere decirme algo importante, será mejor que vaya.

Pero cuando Adrian en mi cuerpo ya está muy lejos, yo lo detengo gritando con su voz gruesa y masculina que regrese. Obviamente espera a Adrian, no a Adrian en el cuerpo de Amy.

—Genio, por ahora yo soy tú y tu madre quiere verme a mí —le recuerdo mientras le arrebato el teléfono de sus manos finas, pues son las mías—. Por cierto, debes de darme la clave de tu teléfono, mientras esto no termine debemos de seguir con la vida del otro.

Noto como los ojos de Adrian, o más bien dicho, mis ojos se abren mucho. Yo también voy a tener que darle la clave de mi teléfono.

—¡Estas loca Amanda! Claro que no te daré mi teléfono. Mejor dame el mío y yo te doy el tuyo, si alguien te busca lo diré. —Pero sus palabras no me convencen para nada.

—No hagas esto más difícil Adrian, no veré nada, sólo te recuerdo que ahora estoy en tu cuerpo, y oh sorpresa ahora soy tú. —Adrian me mira con un poco de pánico en los ojos.

—Por favor Amanda, dame mi teléfono, sabremos cómo arreglarlo. Es más dame tu número y así estaremos en contacto siempre. —Lanzo un suspiro al escuchar las palabras de Adrian, pero tiene razón, no hagamos esto más difícil.

—Bien, pero tienes que comentarme todo —le exijo con la mirada y poniendo el dedo frente a su cara. Él asiente y le entrego su teléfono. Ahora debo de correr y saber lo que quiere decirme la madre de Adrian.

—Pero me dices lo que quiera mi madre —amenaza Adrian desde la lejanía. Yo sólo le gritó un sí y sigo con mi carrera hacia la casa de Adrian.

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Nota de la autora:

No paro de reír con estos chicos. Pobrecitos, al parecer tendrán que vivir por un tiempo en el cuerpo del otro. ¿Y qué querrá la madre de Adrian? Ay no, que nerviosos nos ponen.

Díganme sus teorías, ¿por qué cambiaron de cuerpo? Los estaré leyendo con mucho gusto.

Canción: Open Up (Dis Le Moi)– Matt Simons, Lola Dubini

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