Época de reyes y reinas
Barry 7 y Oliver 8
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1ª

De nuevo lo mismo de siempre en el castillo, la comida era la misma, el entretenimiento era el mismo y las lecciones sobre como ser un buen rey seguían.

No entendía de que le servían, al día siguiente olvidaba casi todo lo que su padre le decía. Miro por la ventana de su cuarto y todo eres hermoso, había grandes árboles y arbustos llenos de flores de colores, nunca salía del castillo amenos que fuera una de esas ceremonias raras con otros pueblos o algo por el estilo.

Tuvo una idea, algo descabellada pero podría funcionar, se puso sus zapatos, salió de la habitación y comenzó su recorrido por el castillo, ya le faltaba poco para la puerta principal cuando su padre lo interrumpió

-¿A dónde cree que va el pequeño heredero?- Era su madre, con una voz tan dulce que se podría confundir con la de un ángel.

-Voy afuera, vi una flores muy lindas, te traeré unas- Mintió y puso su mejor sonrisa para despistar

-Esta bien Barry, pero vuelve temprano, sabes que bajando el sol tienes que descansar-

-Te lo prometo mami-

Dicha la última frase corrió a la puerta y la abrió, saludo a los guardias que le devolvieron el saludo, siguió hasta la "gran puerta" como el la llamaba, era la que separaba su castillo de el pueblo, pidió que la abrieran.

-Se necesita una orden directa del rey o reina para abrir la puerta-Respondio el guardia

-Mi mami me dio permiso, y ella es la reina, así que soy el príncipe, también puedo dar ordenes-

Luego de unos minutos de tratar de explicarle que así no funcionaban las cosas, la madre de Barry llegó y autorizo que se abriera el portón (siempre y cuando su el rey no supiera).

Cuando salió lo primero que hizo fue correr hacia la aldea, las únicas veces que había estado ahí era para dar discursos o platicas de reclutamiento para guerras.

Se detuvo al ver una flor morada muy linda, parecía hecha por los dioses de los jardines sagrados, la iba a tomar cuando una mano lo detuvo, levantó la vista y era un niño que parecía de su edad, rubio y con ropas un poco viejas y sucias.

-No puedes tomar las flores del jardín, tardan en crecer y también sienten dolor- le dijo el niño

-Lo siento, no lo sabía. Me llamo Bartoloméo, pero me dicen Barry, tengo 7 años ¿Y tú?- Pregunto mientras quitaba su mano de encima de la flor

-Me llamo Oliver y tengo 8 años- Sonrió, ninguno lo sabía en ese momento, pero habían iniciado una gran aventura.

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Una mini historia nueva, espero les vaya a gustar mucho.
Los amo