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A D V E R T E N C I A.
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El tic tac avanza, cariño. Mi deber es guiarte en esta lectura. Y me temo que... lo previamente/primeramente planeado ahora tornarán giros; para ponerlo a tu nivel, más serios, más realistas. Peores, si lo ves por el otro lado.

El tiempo existe; pasado, presente, futuro.
Lo bueno y lo malo.
Luz y oscuridad.
Día y noche.
Normal y anormal.
La vida y la muerte.
Lo fantástico y lo real.
Hasta el destino...

Todo existe por algo. Si no es que por alguien.
Igual que todo tiene un inicio y un final. Tu existencia la tiene. El famoso big bang, responsable o causante de nuestra galaxia, nuestra existencia misma. Y lo antes enlistado, fue creado o si no descubierto por la raza que es tanto bien como para mal a la flora y fauna que se nos brindó como hogar, la raza humana, tanto un dios como un demonio mortal. Fue creado o descubierto para crear un equilibrio en, lo que ellos llaman, cordura.

¿O me equivoco?

Ahora, quiero recordarte esto. Todo tiene un inicio, como todo tiene un final. ¿O no?

El universo mismo lo tuvo. Nadie estuvo ahí para presenciarlo y poder explicarlo en la actualidad. Pero lo que sí se puede saber, es que tuvo su procedimiento de creación. Ocurrió lo que debía ocurrir. La vida se formó y para ello igual tuvo un inicio. Y como dije, todo tendrá su final, tarde o temprano. Nuestra existencia la tendrá. Sea por el sol, por un meteorito, por guerras; sea externo o interno, nos concierna o no, lo tendrá. De una forma u otra. Y, utilizando un ingrediente para darte una referencia más... básica, utilizaré el tiempo. Éste elemento no posee piedad por lo que se lleva; nunca cambió ni cambiará, su velocidad jamás podrá corromperse o cambiarse, aumentar o disminuir; lo que dejó ahí se quedará, marcado en memoria tras memoria que pasarán de boca en boca. Pero... ¿y cuándo todo lo que tú conoces como realidad general, acabe? No quedará nada. Absolutamente nada. Toda vida en el planeta, que fue un lugar conocido como el único con vida, ya dejará de serlo. Y entre el infinito universo, quien sabe lo que pasará.

Absolutamente nadie lo sabe.

Y ahora yo, mi querido lector. Voy a preguntarte una cosa, que quiero que me respondas con conocimientos más allá de los tuyos. Con pensamientos... que en tu sano juicio jamás hubieses dicho o pensado siquiera. Contéstame con la pura verdad.

¿Estás seguro de querer leernos, o te iras como los demás? Cobarde, temeroso a lo que la ciencia no ha probado, huyendo con mamá, buscando su consuelo, que te calme con aquellas míseras palabras: todo estará bien, esa niña está loca, eso es todo. Si eso es lo que vas a pensar, bien por ti, sigue viviendo en tu burbuja, que como dije, tendrá un final, un límite como tú lo conoces.

Quiero jugar un juego, mi amado lector, uno de supervivencia. Como recompensa, ganarás el juego llamado vida. Quien cierre el libro por temor, por estar abrumado, por cansancio, etcétera; perderá. Y de cualquier forma. Yo ganaré aquí, de ser la segunda opción tu caso. La depuración habrá tenido un rotundo éxito. Uno más allá inclusive de mi limitada mente de... (¿lo diré o no?, ¿qué importa? Al fin y al cabo, mi teoría podrá ser cierta y nadie recordará esto.) Lo que mi limitada mente de 13 años puede abarcar.

Ahora. Quiero jugar un juego.

¿Las reglas?

Muy simples:
• No temas.
• No huyas.
• Mente sumamente abierta.
• Deja que tu mente vaya procesando.

Y la más importante,
• No confíes ni en las víctimas.

Sin más, cariño...
Comenzaremos con el juego —>