Capitulo III

A la mañana siguiente, me fuí temprano a su oficina.

—Ya me voy, dattebayo—

—Que te valla bien— Sonrió mi madre.

En el camino, me topé con Sasuke, estaba entrenando.

—Buenos días, Sasuke—

—Ohh, Naruto. Que raro verte despierto tan temprano— Dejó de entrenar para mirarme.

—No es tan raro, dattebayo—

Sonrió —y entonces, ¿Cual es la razón?—

—Papá quiere verme—

—¿? ¿Tan temprano?—

—Si,también me lo pregunté, pero tal vez no es tan serio, dattebayo—

—Si, tal vez—

—Bien, tengo que apresurarme, así que nos vemos más tarde, Sasuke—

-si-

Llegué a la oficina de papá.

Estoy un poco nervioso, papá nunca me había llamado tan temprano—Entré.


Toqué la puerta ya abierta — ¿Puedo pasar, papá?—

—Oh, Naruto, si, toma asiento—


— Si— Tomé asiento —¿Para qué me necesitas?—

Papá se levantó y observó por la ventana.

-— Verás, Naruto, nuestra aldea, ha sido atacada varias veces, y nos hemos debilitado. Hemos buscado muchas maneras para poder ser de nuevo la aldea que solíamos ser. Tras mucho pensarlo, el líder del clan Hyuga nos ha brindado una idea, unir dos poderes que puedan hacer nuevos ninjas. Por tal razón, el líder del clan Hyuga, ha ofrecido a su hija mayor en matrimonio, para así fortalezer la sangre Hyuga y crear ninjas más fuertes, y así fortalecer la aldea. Ahí entras tú, Naruto. Tu serás quien se case con la hija mayor del señor Hyuga, para así, con su byakugan y el chakra del kyubi obtener lo que tanto deseamos. Pasa por favor—

Mmm, ¿Quien será?— Pensé confundido.

— (entra)  un gusto, soy Hyuga Hinata, (hace una reverencia)  a partir de hoy, me convertiré en su fianza, Naruto-kun—

Ella es... ¿mi princesa?

No podía creer lo que estaba viendo, ¿mi princesa es mi prometida?  Es...un sueño, hecho realidad.

Luego de explicarnos a ambos la situación, papá nos despidió, pues tenía que seguir con su trabajo. Ella y yo empezamos a caminar, hasta que nos detuvimos en un banco. Todavía no lo podía creer. Había un gran silencio, hasta que ella lo rompió.

—Nunca te había visto antes, Naruto-kun—

— ¿A-ah no?  Que raro, pues siempre sobre salgo mucho, dattebayo— Reí para cortar lo nervioso que estaba.

— ¿Me... Habías visto antes?—

Si, muchas veces, en todas partes, a cada momento.

—Pues, no, es la primera vez que te veo— Mentí.

— Ya veo, me imagino que debes ser muy popular, pues eres el hijo del hokkage— Preguntó mientras me observaba fijamente. Me senti un poco intimidado.

— Si lo soy, pero no por mi padre, sino por mi propia cuenta , aunque eso me ayuda también,  dattebayo, pero me imagino que también eres popular, pues eres del clan Hyuga, un clan muy reconocido

— No tanto, la verdad es que soy un poco débil, pero hago lo posible para hacerme más fuerte y así  demostrarle a mi padre que puedo soa— Desvió la mirada.

— ¿Tu padre no cree en ti?—

Asintió.

— El sólo, ve a Hanabi, mi hermana, como la más fuerte, para el, soy débil y no quiero que me vea así, por eso haré lo mejor posible para ser mas fuerte— Levantó la mirada decidida.

Ella, es, increíble, es la primera vez que hablo con ella y siento como si la conociera desde que nací.

—¡Hinata!—  Se escuchó alguien gritar.

— K-kiba-kun—

¿mm?— Volteé y vi a un chico alto, pelo marron, con rayas rojas en los párpados, llevaba un perro blanco, era el chico que siempre ha estado con mi princesa, Kiba.

—¿Que haces aquí? Tenemos que entrenar— Cruzó sus brazos, estaba enojado.

— Lo que pasa es...c-como decirlo— Empezó a jugar con sus dedos.

—¿Mmm?— Fijó sus ojos en mi. —¿Quien eres?—

— Soy Uzumaki Naruto—

— Ahh, eres el hijo del hokkage, soy Kiba y el es Akamaru—

Akamaru ladró en forma de saludo.

— ¿Nos vamos, Hinata?—

— No puedo— Bajó la cabeza.

—¿¡Ah?! ¿Por qué no? Shino nos está esperando y sabes como el se pone cuando se enoja—

—L-lo se, pero es que...—

Tenía que ayudarla.

— Ella no puede porque está ahora conmigo— Le mire a los ojos para intimidarlo.

—¿Y?—

— 💢 No entiendes nada, así que no quiero problemas, dattebayo—

—¿Quieres pelear, cabrón?— Se acercó amenazante, pero Hinata se interpuso en el medio.

—K-kiba-kun, Naruto-kun...¡es mi prometido!— Exclamó con la cara toda roja.

—¡¿EH?! ¿tu prometido...desde cuándo?  ¿Por qué no me dijiste nada?—

—Es que me lo acaban de decir—

—¿¡Ah?! ¿Te obligaron?  Maldito, ¡nadie toca a mi Hinata!-

¿Eh, su Hinata?— Observé a mi princesa, estaba toda roja, no lo podía creer.

— Ella es mi novia, ¡exigo una explicación!-

—¿Que?—

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top