— Naruto— Oí que pronunciaron mi nombre, volteé y era Sasuke.

— Oh, hola Sasuke— Le dije un poco decaído.

—¿? ¿Que tienes?—

—nada, dattebayo—

El se acercó.

—¿Enserio me estas diciendo que nada?  Pero si esta escrito en toda tu cara, tengo algo, por favor escuchame— Lo dijo mientras me dió un golpecito en la frente.

— Auch— Es una costumbre de el, tambien lo hace su hermano, Itachi, parece que es un TIC familiar.

— ¿No me dirás?— Seguía insistiendo.

— Tch, esta bien, dattebayo, es... acerca de mi princesa— Le dije tímidamente.

Sasuke tiró una carcajada.

— Ahh, estas hablando de Hi...—

—¡No termines!— Me tapé los oídos —Te he dicho que no lo quiero saber hasta que ella me lo diga a mí, dattebayo—

— Lo siento, lo siento— Sasuke seguía riendo, se estaba burlando de mi.

— Maldito...me estas provocando, ¿Quieres pelear, dattebayo? — Lo dije mientras me posicionaba para hacer un rasengan.

— ¿Con que quieres pelear, eh?— Lo dijo mientras se preparaba para hacer el chidori.

—¡En marcha, dattebayo!—

—¡Si!—

Creé mi rasengan, Sasuke su chidori y...corrimos.

— ¡Rasengan!—

—¡Chidori!—

Estabamos a punto de chocar rasengan con chidori, cuando fuimos interrupidos por sakura-chan.

— Naruto, Sasuke-kun, ¿¡que estan tramando?! 💢💢— Nos detuvimos.

—S-solo estabamos entrenando, ¿Verdad Sasuke?—

—S-si— Dijimos titubeando.

—Dejen de estar jugando, saben muy bien lo peligroso que es— Cruzó sus brazos.

— Si, lo siento— Asintió arrepentido Sasuke.

—Lo siento, dattebayo— Bajé la mirada.

— Hombres, nunca aprenden...Como sea, Kakashi-Sensei los mandó a buscar, al parecer tenemos una nueva misión—

—¿Nueva misión?  ¡Al fin dattebayo!— Hace mucho que no teníamos una misión así que estaba emocionado.

— Entonces, vamos— Dijo Sasuke.

—¡Si!— Sakura y yo afirmamos.

Al final del día, me dirigí a casa.

— Ya volví, dattebayo—

—Ohh, bienvenido, dattebane— Me saludó mi madre sonriente.

—¿Y papá?— Pregunté mientras me quitaba las sandalias.

— Aún no ha regresado—

—Ya veo, iré a ducharme— Bajé la mirada.

— Esta bien—

La verdad es que no me gusta que papá no este en casa. Entiendo que su trabajo es proteger a la aldea, pero a veces me siento solo sin él. Ser hokkage es un trabajo muy difícil, y no me gusta la idea de ser uno, pero si alguna vez me piden que lo sea, no me negaré.

— Hoy fue muy duro, ¿no Kurama?— Le dije a Kyubi mientras entraba a la ducha.

—SI, PERO NO TANTO—

Al menos te tengo a ti kurama. La verdad es que el día que me enteré de que estabas dentro de mi, me asusté un poco, pero miranos ahora, somos los mejores compañeros.

— si... tienes razón—

—¿PASA ALGO?—

— No, nada, solo estoy cansado, dattebayo—

—YA VEO, NO TE SOBREESFUERZES—

Sonreí —Si, gracias—

Cuando terminé de ducharme, me dirigí a mi habitación, cuando mamá me llamó.

— ¡Naruto!  Baja un momento por favor—

—¡Si, ya voy!— Bajé lo más rápido posible y cuando llegué a la cocina me encontré con papá.

—¡Papá!— Fuí a abrazarlo.

— Hola, Naruto— Sonrió.

—¿Que haces aquí tan temprano, dattebayo?—

—Pues vine a decirte, que mañana quiero que vallas a mi oficina, tengo algo que decirte—

—¿Eh? ¿P-pero por qué no me lo dices ahora?— Estaba confundido.

—Es que, tengo mucho trabajo que hacer, solo vine a decirte—

—Ya, veo...esta bien, dattebayo—

Y se fue.

¿De que será que quiere hablar?  Me fuí directamente a dormir.