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Así que aquí estoy, vistiendo a Noah a las siete y cuarto de la mañana, regañándole constantemente para que deje de bailar al son de la canción de Bob Esponja y pueda vestirle bien, pero al final tengo que apagar la tele.

¿Quién iba a decirme que con veinte años estaría teniendo que levantarme a las siete de la mañana para vestir a un niño y llevarlo a la escuela? Todo gracias a mi maravilloso padre y su incapacidad de cuidar de sus hijos o de soportarlos en general.

Cuando llegamos a la escuela dejo que, a diferencia de ayer, Noah entre con el resto de sus compañeros a la hora que toca, es decir, a las ocho y media. Así al menos no tengo que soportar a la recepcionista.

Vuelvo a casa fumando un cigarro, intentando no pensar demasiado en la locura en la que se ha convertido mi vida en tan solo cuatro días, y en cuanto llego me echo a dormir.

Hacia las once, me levanto y decido irme a uno de mis lugares favoritos, un paseo con varios bancos a orillas del río Thames. Al llegar allí, me siento en el banco de siempre y saco mi bloc de dibujo y mis acuarelas. Paso toda la mañana y el mediodía pintando varios paisajes del río, es algo que me relaja mucho y me permite desconectar de todo, aunque sólo sea durante algunas horas.

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Recojo a Noah en la puerta de la escuela a las cuatro en punto, y cuando estamos empezando a irnos a casa, el pequeño empieza a correr.

-¡Noah! -le llamo, pero no me hace caso, y se para delante de un chico que va con una niña de su edad.

Me acerco a ellos y veo a Noah reír y hablar con la niña, morena y de ojos verdes. El chico debe tener mi edad o incluso un poco más, tiene el cabello castaño y los ojos marrones, es un tío muy guapo pero bastante básico y normalito hasta que ves tatuajes saliendo del cuello de su sudadera y de las mangas de ésta.

Woah, tatuajes.

-¡Ali! -exclama Noah, emocionado-. Es Sophie.

-Oh, hola Sophie -saludo a la pequeña, y ella me da una sonrisa. En realidad no sé muy bien qué más decir, básicamente porque el único niño al que soporto y con el que he tenido contacto es Noah, no me gustan ni sé tratar con los niños pequeños.

-Es Ali, mi mana -explica Noah.

-Me llamo Alice, en realidad -digo, mirando al chico.

-Yo soy Liam, el hermano de Sophie -se presenta el tatuado-. Sophie quería invitar a Noah a ver películas en casa hoy, ¿te parece bien?

-Um, no sé, él solo lleva algunos días conmigo -dudo.

-Ali, plis -dice Noah, haciendo un puchero.

-Está bien -ruedo los ojos, y Noah sonríe.

Gacias Ali!

-Bueno, entonces pásalo a buscar hacia las nueve o así, ¿te parece? -me pregunta, y yo asiento-. Te daré mi dirección y mi número, por si acaso.

Me encojo de hombros y Liam apunta en un papel su dirección y su número de teléfono. Me despido de los tres, y es cuando ya se han ido que me doy cuenta de que acabo de dejar a Noah con un completo desconocido. Me da bastante igual pero hey, tampoco tengo nada mejor que hacer, así que voy a asegurarme de que el tal Liam es de fiar. Además, si al niño le pasa algo, mi padre me va a dar mucho por culo.

Empiezo a caminar hacia la dirección que me ha dado Liam, que por suerte sé dónde está, pero por el camino me asaltan dos niñatas que quieren fotos conmigo, así que simplemente las ignoro y sigo con mi camino.

Estoy harta de que me toquen los cojones. Odio a mi padre y su carrera como actor por hacernos ir a todas las putas ceremonias de entregas de premios a fingir ser la familia feliz, y a darnos fama, porque ahora sigo apareciendo en portadas de revistas y la gente me reconoce por la calle cuando yo sólo quiero que me dejen en paz.

Finalmente, cuando consigo esquivar a las chicas, llego a la dirección indicada. No queda lejos de mi piso, es en el mismo barrio de hecho. La puerta de abajo está abierta, así que entro y subo por las escaleras hasta el primer piso, y llamo a la segunda puerta. El chico tatuado no tarda en abrir, y me mira levantando una ceja.

-Oh, hola Alice -me saluda-. ¿Qué haces aquí?

-No es por ser borde ni desconfiada ni nada de eso, pero me he dado cuenta de que he dejado a mi hermano con un desconocido y bueno, si le pasa algo mi padre me asesina, así que aquí estoy -explico, y él se echa a reír.

-Eh, que no soy un secuestrador ni nada de eso -dice-. Pero pasa, si te quedas más tranquila.

Me encogo de hombros y entro en el piso. No es ni muy grande ni muy pequeño, pero deben vivir con sus padres -no como Noah y yo, eso está claro- porque los objetos de dentro dudo que los haya comprado Liam solo, y además hay varias fotografias de familia donde salen Liam, Sophie y los que supongo que serán sus padres.

-Trabajan -dice la voz de Liam detrás de mí.

-¿Huh? -pregunto, girándome hacia él.

-Nuestros padres -contesta-. Trabajan, por eso yo estoy con Soph.

-Ah, vale -me limito a contestar. No sé si es que el tío lee mentes o me he quedado demasiado rato mirando las fotos.

-¡Ali! -exclama Noah corriendo hacia mí con una sonrisa, y se abraza a mi pierna.

-Hola, hola -digo, intentando tranquilizarle, y muevo la pierna para que se suelte.

Al final terminamos viendo Atlantis los cuatro en el sofá. Sophie se sienta encima de Liam, con Noah al lado y yo en el otro extremo.

-¡Sophie tú tienes el pelo malón! -dice Noah cuando se aburre de la película-. Y Liam también, y yo marillo y Ali asul. Yo lo quelo tener asul.

-Noah, deja ya el tema del cabello -ruedo los ojos.

-Pelo Ali... -se queja, haciendo un puchero.

-Ali nada, no seas pesado y deja ver la película -le interrumpo, ganándome una mirada reprobatoria de Liam.

Cuando termina la película, Noah y Sophie se van a la habitación de ésta a jugar, y yo me quedo sola con Liam.

-Eres muy borde con Noah -dice, y bufo.

-Le conozco de hace cuatro días, ¿cómo cøño quieres que le trate? No me gustan los niños -gruño.

-¿Conoces a tu hermano desde hace cuatro días? -pregunta, levantando una ceja.

-Sí, es una historia larga que no es de tu incumbencia -digo, cansada de sus preguntas.

-Eh, Noah no va a decirte nada cuando eres así de desagradable con él porque es un niño, pero a mí no me vengas con mierdas -espeta.

-¡Ali! -grita Noah saliendo de la habitación y cogiéndome de la mano, evitando que le conteste a Liam-. Mila qué hemos hecho.

Me arrastra hasta la habitación y me enseña un castillo de Lego bastante mal hecho, pero no soy tan perra como para criticarlo. Además, por tener tres años no está nada mal.

-Oh, es bonito -digo, intentando sonar emocionada, y creo que funciona porque Noah sonríe ampliamente.

-Si puedes ser simpática y todo -me susurra Liam al oído desde atrás, y aunque no ha sido nada sexual, noto mi piel ponerse de gallina.

Nope queridas hormonas, con él no.

-Vete a la mierda -susurro de vuelta con una sonrisa sarcástica, y él ríe.

Al cabo de un rato ya es hora de cenar y decido llevarme a Noah a casa. Compramos pizza por el camino y nos la comemos mirando una película en casa, hasta que Noah se queda dormido y lo llevo en brazos a su cama.

Bueno, he sobrevivido al cuarto día con un niño.

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Hola hola aloha! Cuarto capítulo! Bienvenido, Liam *mira la foto y babea* (decidme que se ve la foto por favor)

Dije que subiría 3 capítulos esta semana y son el de hoy, otro miércoles y el siguiente probablemente el sábado.

Nos vemos el miércoles entonces!
Claire

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