20


Termino de limpiar la máquina tatuadora tal y como me ha enseñado Liam, y la guardo en su sitio de nuevo. Hoy él me ha estado enseñando cómo funciona la máquina y cómo limpiarla, y ahora nos pondremos a hacer algunos diseños.

Hace ya una semana que Liam decidió hacerme su "aprendiz" -a él le gusta llamarme así-, y debo reconocer que he aprendido mucho. Además, he pasado más tiempo con Liam y Alex, y he conocido a Jim, el sensei. Es un hombre de unos cincuenta años, y realmente sabe muchísimo de tatuajes. Y sí, es bastante rarito, pero creo que ninguno aquí es demasiado normal, y me incluyo.

-Bueno chicos, me voy -anuncia Alex poniéndose la chaqueta-. No hagáis muchas guarradas aquí, eh, que como se entere el sensei os mata.

-Siempre pensando en lo mismo -suspira Liam, sonriendo-. Anda, vete ya.

-Sí, claro, que queréis estar solitos -se burla, y sale de la tienda tras despedirse de mí.

Liam y yo volvemos a lo que estábamos haciendo, aunque no vamos a quedarnos mucho más porque ya es bastante tarde, son casi las nueve de la noche y llevamos aquí desde las diez de la mañana. Los gemelos se han ocupado de Noah todo el día, como llevan haciéndolo toda la semana, y la verdad es que echo bastante de menos al pequeño, porque cuando llego a casa él ya está durmiendo, aunque muchas veces se espera despierto hasta que yo llego.

Estamos tomando un pequeño descanso cuando suena mi móvil y veo un mensaje de Deena.

Deena: sé que no te va mucho esto de la prensa rosa, pero creo que esto te interesa.

Junto con su mensaje, viene un enlace a una revista del corazón británica bastante famosa, y al abrirlo y leer el título ruedo los ojos casi al instante.

"Vista Alice Smeed con un chico misterioso, ¿la hija problemática de Ian Smeed por fin ha sentado la cabeza?"

Debajo del titular hay varias fotos un poco borrosa, pero se nos ve claramente a Liam y a mí caminando por la calle, y en una de ellas Liam me besa. Luego hay un largo artículo hablando de mi "vida problemática" llena de drogas, sexo y fiestas, y de cómo soy una mala influencia para Noah, quien también sale conmigo en algunas de las fotos.

Si no supiera que no sirve de nada mandar a la gente que escribe esto a la mierda, lo haría. De verdad, si es que no se puede vivir tranquila, yo no pedí ser hija de un tío famoso, de hecho ojalá mi padre hubiera sido un hombre más, y no un actor y ahora empresario famoso.

Bufo al terminar de leer el artículo, normalmente no los leo porque ya estoy cansada de ellos, pero me ha jodido que mencionaran a Noah. No quiero que se vea involucrado con los medios, es demasiado pequeño, solo tiene cuatro años, joder.

-¿Pasa algo? -me pregunta Liam, y yo niego con la cabeza. No quiero que sepa de esto.

Cuando ya estamos por irnos, guardo todo el material que hemos usado en su sitio, y entonces noto unas manos en mis caderas y unos labios dejando un beso en mi cuello.

-¿Por qué no me invitas a dormir a tu casa hoy, eh? -pregunta Liam con voz ronca en mi oído, y me muerdo el labio-. Hace mucho que no hacemos nada.

-Si quieres ser interrogado por mis hermanos...

-Me da igual que me interroguen por la mañana mientras pueda pasarme la noche entre tus piernas -murmura, dejando varios besos húmedos más por mi cuello.

-Está decidido, entonces -sonrío, y me giro hacia él.

Acerco mis labios a los suyos pero, justo antes de que se rocen, muevo mi cabeza y le doy un beso en la mejilla. Río para mis adentros ante su cara de desconcierto, y voy a recoger mis cosas.

-¿Acabas de hacerme la cobra? -pregunta, indignado.

-Eso parece -me encojo de hombros, aguantando la risa.

Y pensar que hace apenas un mes no le aguantaba. Liam tiene una forma de ser que choca bastante con la mía, pero me siento a gusto con él aunque a veces peleemos y nos gritemos por puras idioteces. Además, el sexo está genial, aunque sólo lo hayamos hecho unas pocas veces.

Algo que me está sorprendiendo incluso a mí misma es el hecho de que ya apenas salgo de fiesta cuando antes salía casi cada noche, cosa que se entiende porque ahora está Noah en casa y tengo que cuidar de él, pero además ya no tengo sexo tan habitualmente como antes. Solía acabar siempre con algún chico cada noche que salía, y sino muchos días cuando estaba cabreada iba a casa de Chris a desahogarme un poco con él, aunque entre nosotros dos nunca ha habido nada más que sexo.

-Bueno, todo listo, ¿nos vamos? -dice Liam cuando termina de ponerse la chaqueta, sacándome de mis pensamientos.

Asiento con la cabeza y cojo mis cosas antes de salir a la calle. Liam apaga todas las luces y sale para cerrar la persiana del local. En cuanto comprueba que esté bien cerrado, empezamos a caminar hacia mi casa. No puedo evitar mirar a todos lados, no quiero que vuelvan a hacernos fotos, estoy harta de no poder tener privacidad por culpa de mi padre.

-¿Cómo está Noah? -pregunta Liam mientras caminamos-. Hace tiempo que no sé nada de él, desde su fiesta de cumpleaños.

-Hace solo una semana -digo-. Está bien, se pasa el día pintando con el set que le regalaron tus padres.

-Sabía que le gustaría -sonríe él.

Llegamos a mi portal y, tras abrir la puerta, subimos las escaleras. Es entonces cuando, delante de mi puerta, veo a un hombre de espaldas a nosotros, debatiéndose entre si llamar a mi puerta o no.

No me jodas, no puede ser.

Cuando advierte nuestra presencia, el hombre se gira, y es entonces cuando todas mis sospechas se confirman.

-¿Josh? -pregunto, notando mi pulso acelerarse al verle, pero no sé si es por la sorpresa o por la rabia.

-Alice... -suspira.

-¿Qué coño haces aquí? -pregunto, furiosa-. Te dije que no quería volver a verte, vete ahora mismo.

-Alice, tengo que decirte algo...

-Me importa una mierda -gruño-. Vete.

-No... -contesta, pero es interrumpido.

-Te ha dicho que te vayas -dice Liam.

-¿Y tú quién coño eres? -le pregunta Josh con el ceño fruncido.

Genial, lo que me faltaba, una pelea.

-Josh, vete ahora mismo -repito, y él desvía la mirada de Liam para volver a posarla en mí.

-Alice, he dejado a mi mujer, ahora podremos estar juntos -dice, y veo cómo los ojos de Liam se abren de par en par ante su confesión.

No, por favor, no.

-¿Su mujer? -pregunta Liam, mirándome con reproche.

-No es tu jodido problema -gruño en respuesta.

-¿Con un tío casado? Eso no me lo esperaba ni siquiera de ti, Alice -dice Liam, soltando un bufido.

-Tú mismo dijiste que era una zorra, ahora no te hagas el sorprendido -digo, intentando no caer en la ridiculez de darle explicaciones de nada, Liam no es mi pareja ni nada de eso, no tengo que explicarle una mierda.

-Pues perfecto, de puta madre -dice, y se gira para empezar a andar hacia las escaleras y desaparecer.

-¿Qué coño es lo que quieres, joderme todavía más? -le pregunto a Josh, mucho más cabreada que antes-. Pues lo has conseguido, felicidades, ya puedes irte.

-Yo no quería eso, ni siquiera sabía que tenías algo con ese, aunque estarás mejor sin él -contesta-. Quería decirte que he dejado a Emily, le he pedido el divorcio porque no soportaba estar sin ti.

-Pues bien que me mandaste a la mierda cuando tu querida Emily empezó a sospechar, ahora no vuelvas a pedirme nada, ya no quiero nada de ti.

-Vamos, esta no es la Alice que conocí esa noche en el bar, no te hagas la difícil -dice, y entonces pierdo los nervios.

-¡Que te vayas de una puta vez! -grito, enfadada-. ¡No quiero saber una puta mierda de ti, me jodiste la vida, Josh!

-Alice... -empieza, pero entonces se abre la puerta y aparecen mis hermanos.

-Jodido depravado de mierda, te dije que no volvieras a acercarte a mi hermana -dice Louis, con tono amenazante-. Vete ahora mismo o te juro que te destrozo.

-No voy a dejar de luchar por ti, Alice -es lo último que dice Josh antes de irse.

Entro en mi piso con mis hermanos, después de que me pregunten si estoy bien, y me siento en una de las sillas de la mesa del comedor, apoyando mi cabeza entre mis manos.

¿Por qué mierda ha tenido que volver ahora? Será hijo de perra.

-¿Ali? -pregunta la somnolienta voz de Noah.

-Hola, peque -le saludo, acariciando su cabello-. ¿No puedes dormir?

-No, había alguien glitando -dice-. Daba miedo.

-Ya se ha ido, tranquilo, no va a pasar nada -le sonrío, intentando calmarle, y parece que funciona.

-Buenas noches, Ali -me dice, despidiéndose con su manita.

-Que duermas bien -contesto, y él sonríe antes de volver a meterse en su habitación.

Me fumo un cigarro en el balcón, pensnado en todo lo que pasó con Josh y obligándome a no enviarle un mensaje a Liam, él es el gilipollas que ha juzgado sin saber, no tengo por qué explicarle nada.

Permanezco en la cama echada, intentando recuperar el aliento tras un increíble orgasmo, con los efectos de la cocaína cada vez menos presentes en mí, haciendo que toda mi euforia disminuya un poco. Josh se levanta de la cama y se pone los bóxers y los pantalones.

-¿Ya te vas? -le pregunto, necesitando que se quede y sintiéndome estúpida a la vez por parecer tan desesperada.

-Tengo que irme -se encoje de hombros-. Y, uh, hay algo que debo decirte.

-Dispara -digo.

-Tenemos que dejar de vernos, Emily está empezando a sospechar, vio los arañazos que me dejaste el otro día en los brazos.

-¿Es una broma? -pregunto, esperando de corazón que lo sea. Yo ya sabía que algún día esto iba a terminar, pero tenía la esperanza de que él me eligiera a mí por encima de Emily. Soy una idiota.

-Lo siento, Alice, lo hemos pasado bien, pero ambos sabemos que esto tenía fecha de caducidad, estoy casado con Emily y la amo.

-Oh, claro, la amas pero te pasas las noches follándomę, tiene mucho sentido, sí -río sarcásticamente, intentando ocultar lo que me duelen sus palabras. Él ama a Emily, y no a mí-. Jodido hijo de perra, no quiero volver a verte.

-Lo siento -es lo último que dice antes de salir de mi habitación.

Las noches después de eso fueron una mierda. Ahora entiendo que era el típico enamoramiento tonto de una chica de diecisiete años por un hombre mayor que ella -Josh tenía treinta-y-dos años en aquellos entonces-, pero me dejó marcada.

Y ahora, tres años más tarde, el muy cabrón está de vuelta, pero lo que no sabe es que he cambiado, y no voy a dejar que me manipule.

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