15
-Ali, Sophie me ha invitado a su casa, ¿puedo ir? -me pide Noah con ojos tristes en cuanto sale de la escuela. No sé ni por qué intenta ablandarme, si siempre termino diciéndole que sí haga lo que haga.
-Claro -me encojo de hombros, y él sonríe ampliamente.
-Pelo ven tu tambien, que eles la novia de Liam -dice.
-Y dale, que no soy su novia -suspiro.
-Pelo os disteis un beshito, ashi -dice, imitando un beso.
-Bueno, pero no somos novios -digo.
-Ah... Entonshes, ¿vienes?
-Está bien -cedo.
- o -
-¡Alice, Noah! -exclama Angela en cuanto entramos en el piso junto con Liam y Sophie-. Es genial volver a veros, Noah se queda a dormir, ¿no?
-¡Shi! -exclaman Noah y Sophie al unísono, y Angela ríe.
-Eso parece -sonrío.
-Alice, cariño, ¿quieres un té o algo para beber? -me pregunta.
-No, gracias -declino su oferta con una sonrisa. Esta mujer es tan agradable, ojalá yo hubiera tenido una madre así.
-¿Está papá? -pregunta Liam, y su madre asiente con una sonrisa.
-Sí, nos estamos preparando porque esta noche tenemos una cena de empresa en Birmingham.
-Es verdad -asiente Liam.
-Dormiremos allí, ya que está bastante lejos -explica Angela-. Os he dejado dinero por si queréis pedir algo para cenar.
Entonces se abre la puerta de una de las habitaciones y aparece un hombre alto, muy alto, con gafas y abrochándose una camisa blanca.
-Oh, no sabía que había gente -dice, mirándonos a Noah y a mí.
-Es el amiguito de Soph, Noah, y su hermana Alice -nos presenta Angela.
-Oh, encantado, yo soy Johan Alden -se presenta bastante formalmente, tendiéndome la mano.
-Alice Smeed -me presento, estrechando su mano.
-Vaya, ¿tenéis algo que ver con Ian Smeed, el actor? -me pregunta, bromeando.
-Por suerte o por desgracia, sí -me encojo de hombros ante su cara de sorpresa-. Es nuestro padre.
Por suerte el tema de la fama de mi padre -y de mi padre en general- no vuelve a salir, y hablamos un buen rato de varias cosas hasta que los señores Alden tienen que acabar de arreglarse, y luego se van.
Pedimos tres pizzas grandes para cenar y ponemos una de las películas de Doraemon para que la vean los pequeños, aunque Liam y yo también estamos muy concentrados en ella.
-Ali yo quelo un bolsillo mágico -dice Noah-. Como el de Dolaemon.
-Ya, yo también lo quiero, pero solo puede tenerlo Doraemon -le contesto, y Liam ríe.
-Pelo eso es ser edoísta, lo dijo la señolita Clarkson.
-Se dice egoísta, Noah, y sí, Doraemon lo es un poco -río.
Seguimos viendo la película mientras Liam y Noah se terminan la pizza, ya que Sophie y yo estamos llenas desde hace rato. No entiendo cómo cabe tanta comida en el estómago de un niño de tres años, es increíble, en el de Liam lo entiendo porque tiene veinticuatro.
-Tego sueño -dice Noah cuando termina con la pizza y se echa en el sofá, con la cabeza en mi falda y los pies en la de Sophie.
Sophie suelta una risita y le hace cosquillas en los pies a Noah, haciendo que él grite, ría y se remueva encima de mí.
Se calman un poco y siguen viendo la película, que está más o menos por la mitad. Es entonces cuando Liam suelta un gruñido, mirando su móvil.
-Joder -murmura, y se levanta del sofá.
-Liam, ¿ande vas? -le pregunta Sophie.
-Tengo que hacer algo del trabajo, princesa, no te preocupes, sigue viendo la película -contesta su hermano con una sonrisa cálida.
Liam desaparece por la puerta de su habitación y me quedo con los dos pequeños viendo la película, pensando en qué tendrá que hacer ahora con relación a tatuajes. A lo mejor es algo sobre los ingresos de la tienda, a saber.
Noah no dura despierto ni veinte minutos más y a Sophie se le están cerrando los ojos, así que decido quitar la película y cojo a Noah en brazos con cuidado. Él se revuelve un poco entre mis brazos, pero sigue durmiendo. Sophie se levanta y me sigue, caminando medio dormida, y los llevo a la habitación de la pequeña. Allí Angela ya ha preparado otra cama para Noah, y le pongo allí, tapándole con las varias mantas que hay. Sophie sube a su cama y también la tapo para después desearle unas buenas noches. Ella me sonríe, con los ojos cerrados, y cuando veo que se ha dormido salgo de la habitación.
Yo recojo todas mis cosas y las meto en mi mochila, preparándome para irme pese a que ya es medianoche, pero tampoco es como si no estuviera familiarizada con el Londres de madrugada.
Abro la puerta de la habitación de Liam para decirle que me voy, y me lo encuentro sentado en la silla delante del escritorio, pasándose las manos por el pelo en señal de frustración.
-Uh... Liam, me voy -le digo, y él se gira hacia mí, clavando sus ojos marrones en mí.
-¿Qué dices? Son las doce, quédate a dormir aquí, que ni Soph ni yo mordemos.
-Tú sí que muerdes -le digo, levantando una ceja.
-Bueno, un poquito, pero puedo dormir en el sofá -contesta, sonriendo.
-Es igual, Liam, tengo cosas que hacer mañana -le digo, poniéndome nerviosa. Estoy pasando demasiado tiempo con él y cediendo demasiado, y eso me asusta.
-Como quieras -suspira-. Pero, ¿puedes ayudarme en una cosa?
-Sí, supongo -me encojo de hombros, y me acerco a él.
Veo que tiene delante un esbozo del dibujo de la cara de un lobo, pero todavía no está acabado.
-No sé cómo mierda acabar esto -gruñe-. Estoy bloqueado. Una chica lo quiere para mañana y acaban de decírmelo, dice que quiere un tatuaje de un lobo diseñado por mí.
-Está quedando genial -murmuro.
-Bueno, no está mal, pero no quiero que sea un simple lobo y ya está, me gustaría que el relleno o la línea fueran diferentes -me explica.
-Está bien, voy a buscar una silla y te ayudo -digo, girándome para ir a por la silla, pero Liam me coge de la cintura y me sienta encima de él, en su regazo.
-Puedes sentarte aquí -me susurra al oído, y sé que está sonriendo aunque no le veo.
-Parece que no tengo otra opción -digo, riendo un poco, y me pongo a mirar el dibujo, cogiendo el lápiz.
Los dedos de Liam acarician mi brazo despreocupadamente, haciendo que mi piel se erize, y me pongo nerviosa porque me prometí que nunca me sentiría tan vulnerable con un chico y estoy volviendo a caer, y odio eso. Intento concentrarme en el dibujo, y pronto una idea llega a mi cabeza. Divido la cara del lobo por la mitad, cojo un compás que hay por ahí tirado y empiezo a dibujar algunos círculos grandes para luego rellenarlos con varias formas distintas en la mitad derecha de la cara del lobo.
-Una mandala... No se me había ocurrido -comenta Liam, apoyando su barbilla en mi hombro y mirando el dibujo con atención-. ¿Sabes? Se te da genial esto, Alice, y nos falta personal en la tienda de tatuajes... ¿Te gustaría aprender a tatuar?
-¿Me estás ofreciendo un trabajo? -pregunto levantando una ceja, pero sigo concentrada en el dibujo.
-Te estoy ofreciendo enseñarte a usar la máquina de tatuajes y a tatuar, y luego darte un trabajo en la tienda, sí -dice-. Aunque bueno, ahora que lo pienso tampoco necesitas el dinero, pero sería genial tener a alguien como tú en la tienda.
-En realidad sí me gustaría -contesto, intentando que no se note que realmente me gustaría mucho trabajar allí, no quiero sonar desesperada ni nada de eso.
-Mmh, perfecto -dice, empezando a dejar cortos besos húmedos en mi hombro, justo encima de mi tatuaje de rosas, haciendo que mi piel se erize.
-L-liam, ¿qué haces?
-Shh, tú sigue dibujando -dice, llevando sus besos a mi espalda desnuda, ya que llevo una camiseta de tirantes que deja la espalda descubierta.
Sigo con el dibujo, intentando concentrarme completamente en éste, pero entonces las manos de Liam tantean por debajo de mi camiseta, hasta colarse debajo de ésta. Acaricia mi barriga y sus manos empiezan a subir poco a poco hasta llegar a mis pechos. Los acaricia por encima del sujetador y sigue besando mi espalda. Baja lentamente mi sujetador, y entonces sus pulgares acarician mis pezones y gimo, moviéndome un poco encima de él.
-Mierda Liam, yo así no puedo dibujar -gruño, excitada, y puedo sentir cómo sonríe en mi espalda antes de que una de sus manos se cuele dentro de mis pantalones. Su dedo acaricia mi clítoris y arqueo mi espalda, soltando un largo gemido. Me muevo a causa del placer repentino que me ha causado y mi culo toca su erección, bastante notable en sus pantalones de chándal. Él jadea en mi oído y saca su dedo de mi sexo para bajarme los pantalones. Lo siguiente en desaparecer es mi camiseta, y cuando se deshace de mi sujetador el frío endurece mis pezones.
Liam empieza a besar mi cuello de nuevo, apartando mis bragas e introduciendo un dedo dentro de mí. Gimo y echo la cabeza hacia atrás, dándole mejor acceso a mi cuello. Introduce otro dedo, haciendo dos los que están dentro de mí, y empieza a moverlos a un ritmo constante, acariciando mi clítoris con su pulgar de vez en cuando.
-Oh, dios -murmuro entre jadeos.
-Mierda, no aguanto más -gruñe Liam, y saca sus dedos de mí para cogerme en brazos y levantarse.
Me pone en su cama y se coloca encima de mí, sus labios encontrando los míos inmediatamente en un beso hambriento. Tiro del borde de su camiseta, en señal para que se la quite, y él se separa del beso unos segundos para deshacerse de ella y de sus pantalones, quedando en bóxers. Su erección se nota a través de la fina tela, y cuando vuelve a besarme llevo una mano ahí, cogiendo su pollą.
-Joder, Alice -gime en mi boca, y muerdo suavemente su labio inferior.
-¿Te gusta? -le pregunto con una sonrisa traviesa, orgullosa de estar haciéndole perder el control.
-Necesito estar dentro de ti ahora -gruñe, y se separa un momento para coger un preservativo del cajón de la mesilla de noche.
Se baja los bóxers y se lo coloca rápidamente. Desliza mis bragas por mis piernas, eliminando la única prenda que se interponía entre nosotros, y se posiciona en mi entrada.
Empuja dentro de mí lentamente y, cuando está completamente dentro, ambos gemimos. Liam empieza a moverse a un ritmo constante y baja su boca a uno de mis pequeños pechos, atrapando el pezón con sus labios. Joder, se siente tan increíblemente bien. Él sigue torturando mis pechos con sus labios y su lengua, y abro más mis piernas para que llegue más profundo, gimiendo cuando lo hace.
Liam coge mis piernas y se las pone en los hombros, haciendo la penetración muchísimo más profunda y la posición más íntima. Me siento abrumada de repente, nunca he estado así de cerca de un chico durante el sexo, nunca ha sido tan pasional, tan íntimo, y eso me asusta pero a la vez me gusta. Una embestida particularmente fuerte hace que los pensamientos huyan de mi cabeza, y cuando mis dedos encuentran mi clítoris, empiezo a sentir el orgasmo construyéndose dentro de mí.
-Alice... -susurra Liam en mi oído, entre jadeos-. E-estoy cerca...
-Yo también -gimo.
Entonces Liam empieza a embestir más fuerte, y tapa mi boca con su mano cuando mis gemidos y gritos se vuelven demasiado altos, ya que los pequeños duermen y no queremos que nos escuchen. No pasa mucho hasta que noto mi interior estallar y llego al orgasmo temblando debajo de él. Entonces Liam saca la mano de mi boca y entierra su cara en mi cuello, soltando pequeños gemidos y gruñidos mientras se corre llenando el condón, y juro que es lo más erótico que he oído en mi vida.
Cuando ambos estamos más calmados, Liam se levanta para deshacerse del condón, y al terminar se pone unos bóxers limpios y me pasa unos a mí junto con una de sus camisetas.
-Entonces, ¿te quedas a dormir? -sonríe, y no puedo evitar reír, sintiéndome en las nubes por primera vez desde hace mucho tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top