12

Mila, Ali! -me grita Noah saliendo de la escuela y arrastrando a un niño rubio con él.

-Oh, ¿quién es? -le pregunto.

-Es Gustave -lo presenta-. Y es de Fanshia.

-¿Fanshia? -pregunto, enarcando una ceja.

-Shi, es fanshés.

-Ah, de Francia.

-Shi -asiente, y el tal Gustave sonríe.

Es gracioso porque ambos son rubios, la diferencia es que Noah tiene el cabello un poco rizado y Gustave totalmente liso. Y bueno, ambos tienen ojos marrones, pero sus rostros no se parecen.

-¡Gustave! -le llama una mujer con un acento francés que me trae muchos recuerdos, y el niño se despide y sale corriendo hacia la que supongo que será su madre.

Frunzo el ceño mirando a la mujer, quien me resulta extrañamente familiar, pero decido dejarlo correr.

-Oh, hola Alice -oigo una voz entusiasmada detrás de mí y me giro encontrándome a Angela, la madre de Liam y Sophie-. Y Noah, ¡hola guapo!

Owa señola Angela! -saluda Noah con una gran sonrisa.

-Hola, Angela -la saludo, sabiendo que no le gusta que le llamen señora-. Y hola, Sophie.

La pequeña me saluda con una sonrisa y hablo un rato con Angela, quien me cuenta que Liam está teniendo mucho trabajo en el estudio de tatuajes y por eso ella se ha pedido unos días libres para poder estar con Sophie. Me sorprende porque ella no debe tener más de cuarenta años, por lo que parece tuvo a Liam de muy joven.

Ya hace una semana que no veo a Liam ni hablo con él. Tampoco hay mucho que hablar, en realidad.

Cuando llegamos a casa le preparo la merienda a Noah y se la come mientras mira Hora de Aventuras en mi habitación, ya que mi salón ahora es la pocilga personal de mis hermanos. Al final decidieron dormir en el sofá-cama y dejar la habitación de Noah para él.

-Tenéis esto hecho una jodida mierda -gruño, sentándome en lo que solía ser mi sofá y ahora es una cama deshecha y desordenada.

-Como si la casa estuviera muy limpia antes -contesta Louis mientras Nate me ignora y juega a la play.

-Más que ahora, seguro -digo.

-Oye Alice, ¿nunca has pensado en estudiar algo o buscarte un trabajo? -me pregunta Louis.

-Bueno, alguna vez lo he pensado -me encojo de hombros.

La verdad es que me lo he planteado varias veces. No es que necesite el dinero, pero no hacer nada en todo el día termina volviéndose aburrido, por mucho que salga a dibujar y quede con gente, pero tampoco creo que haya nada que se me dé suficientemente bien como para estudiarlo o trabajar en ello.

-Deberías hacer algo, aunque sea sólo mientras Noah está en la escuela -dice Louis, y yo solo me encojo de hombros.

— o —

-¡Ali yo quelo jugar! -grita Noah, enfadado-. Dile a Lui que me deje jugar.

-Noah, este juego es para mayores de dieciocho, y tú tienes tres años -contesto-. Además, ni siquiera sabes jugar.

-Jope -dice, haciendo un puchero.

Bueno, no me considero la persona más responsable del mundo, pero creo que no dejar jugar a un niño de tres años al Call of Duty es tener sentido común.

Ya son casi las ocho, está oscuro afuera y Louis está preparando la cena -ya que les dejo tener mi salón hecho una mierda, al menos que hagan algo productivo- mientras que Nate sigue jugando a la PS3 igual que hace tres horas. Noah se ha cansado de ver programas infantiles y está intentando que le dejemos jugar a la play, pero ni siquiera sabe.

Esta noche en principio he quedado con Deena para salir de fiesta, ya que según ella necesita despejarse y olvidar durante un rato toda la mierda, lo cual supongo que es el hecho de que Frank sea imbécil. Así que hemos quedado con Kathy, Diego y Chris, e iremos al bar de siempre.

De repente noto mi móvil vibrar en mi bolsillo y lo saco, viendo que tengo un mensaje de Liam.

Liam: hey! ven a mi estudio de tattoos, quiero enseñarte algo

Alice: ¿enseñarme qué?

Liam: duh es una sorpresa, tú ven. te paso la dirección.

Me envía la dirección y compruebo que no queda demasiado lejos de mi casa, está a unos quince minutos a pie.

-Salgo -les digo a mis hermanos, cogiendo mis cosas.

-¿Dónde vas? -pregunta Nate, despegando la mirada del juego por primera vez en toda la tarde.

-Por ahí -contesto-. No creo que tarde en volver.

-Qué comunicativa -dice.

-Y me lo dice el que ha estado toda la tarde sin hacerle ni caso a nadie -ruedo los ojos.

-Ali, ¿ande vas? -me pregunta Noah, haciendo un puchero.

Creo que no quiere que le deje solo con estos cerdos.

-Voy a salir, tú te quedas con Louis y Nate.

-Pelo yo quelo ir contigo... -dice, pareciendo triste.

-Está bien -suspiro, cediendo.

Es una mierda porque cuando pone cara de tristeza no puedo decirle que no. Joder, me estoy volviendo una blanda. Sólo espero que la "sorpresa" de Liam no sea nada sexual, aunque con lo impredecible que es puede ser cualquier cosa.

Le pongo a Noah su chaqueta y su bufanda, ya que es de noche y estamos en octubre, por lo que hace bastante frío y más aquí en Londres. Cuando ya está listo, nos despedimos de nuestros hermanos y salimos a la calle. Él se mantiene cogiendo mi mano con la suya todo el rato. La verdad es que creo que es la primera vez que salgo a pasear por Londres con el pequeño. Pasear por aquí de noche es algo que me encanta, pero cómo no, tienen que aparecer los pesados que quieren fotos conmigo y con Noah. Al parecer ellos sí saben quién es. Noah se muestra claramente agobiado, y intento echarlos a todos para poder seguir caminando. Suerte que sólo era un pequeño grupo de amigos, pero como empiecen a llamar a más gente, se va a liar.

Diez minutos después, y sin ningún otro encuentro con gente molesta, llegamos a la dirección indicada, y llamo a un timbre que hay al lado de la puerta. Pronto ésta se abre y aparece Liam, quien sonríe al vernos.

-Hombre, pero si es Noah -le dice al pequeño, tendiéndole la mano para que se la choque, y Noah lo hace dando un saltito muy adorable-. Pasad. En teoría la tienda está cerrada, pero estoy acabando el tatuaje de una clienta, y quería enseñártelo.

Tatajes! -exclama Noah, emocionado.

-Sí, ¿quieres ver cómo se hacen? -le pregunta Liam.

Shi! -grita, y suelta mi mano para cogérsela a Liam. Traidor.

Entramos en una habitación, y allí hay una chica echada, y veo claramente que Liam le ha estado tatuando el brazo izquierdo, ya que lo tiene untado en líquido y está rojo.

-Esto es lo que quería enseñarte -me dice, y luego se dirige a la chica-. ¿No te importa, no, Penny?

-Qué va -contesta ella, con una sonrisa.

Me acerco a ellos y veo que el tatuaje que hay en su brazo es el diseño de una calavera mexicana que le ayudé a dibujar hace una semana, en su casa. Me fascina ver cómo algo que he hecho yo, aunque haya sido a medias, está ahora en el cuerpo de una persona.

-Es increíble -murmuro.

-Qué humilde -ríe Liam, y la chica lo mira, confundida-. Alice me ayudó a diseñarlo.

-Oh, pues es increíble -me dice la tal Penny, sonriendo-. Me enamoré en cuanto lo vi entre los diseños de Liam. ¿Eres tatuadora también?

-No, no lo soy -contesto, notando algo de pena. Puede que me gustara serlo.

-Vaya, pues deberías serlo -dice.

Le doy una media sonrisa, y entonces noto unos golpecitos en mi pierna. Miro abajo y veo a Noah levantando los brazos en señal de que le coja en brazos. Lo levanto y él mira el tatuaje de Penny, ya que antes no llegaba a verlo. Su cara se ilumina y sonríe, inclinándose a tocarlo, pero lo tiro atrás antes de que lo haga.

-No lo toques, Noah, acaba de hacérselo y no es bueno tocarlo -le explico.

-Ah, vawe. Lo shiento, no quelía hacerte pupa -le dice a Penny, y ella sonríe.

-No pasa nada -le contesta.

Pronto nos despedimos de Penny, ya que su tatuaje ya está terminado, y Liam cierra la tienda y se ofrece a acompañarnos a Noah y a mí a casa. Cuando llegamos, el pequeño se abraza a la pierna de Liam a modo de despedida, y yo le doy un "adiós" un poco incómodo, pero él sonríe antes de cogerme de las caderas, acercar su rostro al mío y besarme. Sus labios están un poco fríos, pero aún así la sensación es increíble, y me asusta el hecho de que cuando beso a cualquier otra persona no siento lo mismo. Aunque no suelo besar a la gente, normalmente sólo tengo sexo.

Liam se separa y me da una sonrisa antes de desaparecer por las calles de Londres, y cuando miro a Noah éste suelta una risita.

-¡Liam y Ali son novios! -grita, aplaudiendo y riendo-. ¿Os vais a casar?

-Claro que no -río.

-Yo me casaré con Sophie -dice, convencido, y me da bastante ternura que piense eso.

-Qué rápido vais, ¿no? -río, y él sólo sonríe mientras yo saco las llaves para entrar a casa y refugiarnos del frío.

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Alohaa, sé que voy un día tarde pero ayer me dormí antes de poder terminar el capítulo, sorry. El sábado subiré el siguiente!

Hasta entonces!
Claire

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