13

En la clase de hogar de ese día les hablaron sobre los objetos curativos. T/n ya sabía más o menos porque ya había leído esa página del libro así que se permitió hablar en voz baja con Mariah.

—...y entonces eso pasó ayer. ¿Te puedes creer que los panqueques quedaron comestibles y ricos?—susurró t/n.

—¿Tienes pruebas?—murmuró la otra.

—Si, aún quedan dos en la nevera. Si vienes luego a mi cuarto te doy a probar.

—Claro. Si quieres luego podemos salir a dar una vuelta o algo también.

—Me parece bien. Después de hacer las tareas claro.

—Por supuesto. Ayer salí con Felix, Andrea y Joseph, tengo mucho que contarte.

—¡Hey, las del fondo!—exclamó el profesor—¡Atentas que esto sale en el examen!

T/n y Mariah se callaron.

Más tarde, las dos estaban en la plaza.

—Ayer estaba con Felix y Andrea y nos encontramos con Joseph—comenzó Mariah—, todo iba bien, hasta que... Joseph comenzó a tirarle caña a Andrea. Y ella le siguió el juego. Félix se enfadó y les gritó, Andrea dijo que no era nada y le dijo algo así como... "¿Es que no puedo tontear con mis amigos?"

—Oh, esto pinta mal.

—Sisi, Félix le respondió que no, que no podía tontear con sus amigos y se fue de allí. Yo también me fui porque me sentía incómoda y cuando miré atrás cuando me estaba yendo vi a Joseph y Andrea besarse. Creo.

—Ay no. ¿En serio? Vaya drama. ¿Al final Felix y Andrea han roto?

—No lo se. Tengo que hablar con ellos aún. Pero la cosa pinta muy mal.

T/n se llevó las manos a la cabeza.

—Madre mía—dijo t/n. Por allí pasó Félix, solo y con un caminar lento. Ella lo señaló—Mira, que casualidad, por allí va. ¿Le hablamos?

Mariah se acercó a él y le tocó el hombro para llamar su atención.

—Hola Félix—lo saludó la rubia—, ¿Qué tal?

—No quiero hablar ahora—hizo un gesto para que se fuese y lo dejase en paz pero Mariah no quería irse. Ella quería chisme.

—¿Qué pasó al final?—preguntó ella.

—¡Te he dicho que no quiero hablar!—gritó él llamando la atención de la gente que pasaba por la plaza.

T/n se acercó a ellos.

—No hace falta levantar la voz, solo queremos saber qué ocurrió. ¿Andrea y tu habéis roto?

—No... No me veo capaz de dejarla, ella es mi vida...—respondió él.

T/n y Mariah se miraron con los ojos abiertos como platos.

—¿Entonces aún estás de novio mientras ella sale con tu amigo?—preguntó la última.

—Ahg... En resumidas cuentas si.

—Vaya...—murmuró t/n.

—¿Y qué vas a hacer?—preguntó la rubia.

—No se—admitió el de cabello negro—, quiero seguir con ella, pero no quiero que ella salga con Joseph.

—Es entendible... ¿Necesitas ayuda, apoyo o algo?—dijo Mariah.

Los chicos se sentaron en un banco y a Félix le asomaron unas lágrimas.
T/n le dió unas palmaditas en la espalda y él comenzó a llorar desconsoladamente.

—No pasa nada Félix, ella se dará cuenta de lo que vales. Eres un gran chico—trató de consolarlo t/n.

T/n estaba también al borde de las lágrimas, ver a alguien llorar tan fuerte frente a ella le daban ganas de echarse a llorar ella también.

Cada vez Félix lloraba más flojo, hasta que llegó el momento en el que solo eran sollozos.

—¿Estás mejor?—preguntó Mariah—Llorar desahoga.

—Si... Snif, estoy snif, un poco mejor...—dijo él.

—Quieres... ¿Decirnos algo más? Que sepas que lo que digas quedará entre nosotros.

—Aun amo demasiado a Andrea... Si no me deja ella no creo que yo pueda romper con ella.

La dos chicas no sabían cómo subirle el ánimo.

—¿Quieres que te acompañemos a la academia de nuevo?—dijo t/n

—Snif... Si por favor...

Se levantaron de su asiento y caminaron en silencio hasta la academia. En el vestíbulo las chicas se separaron de Félix, el cual se fue a su cuarto a paso lento. T/n y Mariah se se fueron a la habitación de la última.

—Casi acabo llorando yo también—admitió t/n tumbándose en la cama de su amiga.

Mariah se sentó en la silla que tenía frente al escritorio.

—Yo también, nunca creí que Andrea le sería infiel a Félix delante suyo. Ha sido inesperado.

—Si yo tuviese pareja no creo que le sea infiel nunca, es... Desagradable.

—Eso, no le seas infiel a Grusha.

—¿Por qué Grusha?

—Seguro que acabáis juntos. Estoy segura de eso.

—Hm—t/n no negó ni desmintió la afirmación.

Mariah sonrió.

—¿Entonces y si la próxima vez que quedes con Grusha intentas tomarlo de la mano o algo así?

—No quiero parecer muy atrevida...

—No parecerás desesperada solo por eso. Es una minucia. Si sería raro si lo besaras así de pronto—dijo la rubia con una sonrisa

T/n se puso colorada. Se había imaginado a ella besándose con Grusha.
Mariah se dió cuenta de eso y soltó una risita.

—¿Por qué estás roja? No pienses cochinadas.

—No... Ay...

Se tapó la cara con las manos

—Bueno, tengo todavía en mi armario decenas de chocolates de San Valentín que no creo que vaya a comerme. ¿Quieres compartirlos?—preguntó Mariah levantándose y abriendo la puerta de un armario. De su interior cayeron muchas cajas de chocolates sin abrir. Mariah las recogió y las arrojó a la cama.

—Eres bastante popular entre los chicos y chicas de aquí...

—Si, pero no como tanto. Me comí los que me diste pero aún me quedan bastantes cajas. La mayoría me las dieron los chicos del paintball.

T/n tomó una caja con forma de corazón y la abrió. Comenzó a comer los bombones que había dentro.

—Oye Mari—comenzó t/n mientras masticaba un bombón de mitad chocolate con leche y mitad chocolate negro—, ¿Tu que crees que piensa Grusha de mi?

Mariah daba vueltas en la silla giratoria.

—Creo que le gustas. Lo digo por aquella carta.

T/n casi se atragantó con el chocolate.

—No se... Una parte de mi quiere salir con él... Pero otra parte no quiere.

—Venga, te vendrá bien salir con él. Seguro que tener un novio te hace ser mejor.

—Yo que se... ¿Y si desarrollo una dependencia emocional hacia él? ¿Y si me es infiel? ¿Y si comenzamos una relación tóxica?—se lamentaba la dueña de houndour.

—Deja de comerte la cabeza, el es un buen tipo. Él te conviene. Es un buen partido.

T/n tomó un bombón de chocolate blanco y lo comió.

—Está bien...—murmuró con la boca llena de chocolate.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top