05 ▬ their true relationship

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JESSAMINE AJUSTO LA GORRA EN SU CABEZA Y ACOMODO SUS LENTES DE SOL mirando a ambos lados de la calle, asegurándose que no hubiera ninguna persona cerca para finalmente caminar a la entrada de la casa. Una vez frente a la puerta, tocó el timbre, a los pocos segundos, esta misma se abrió e inesperadamente fue jalada dentro.

De la sorpresa y por el movimiento brusco, los lentes de sol cayeron al piso y antes de que pudiera decir algo, unos labios se posaron sobre los de la actriz. Al reconocer el aroma del perfume y la calidez que le brindaban los labios, respondió al instante al beso. Colocó sus manos en la nuca del contrario para profundizar el beso y a su vez, el chico la abrazó por la cintura para atraerla más hacia él.

—Si así es como me vas a recibir cada vez que pasemos más de una semana sin vernos, no me voy a quejar, cariño. —habló la castaña en cuanto se separó del beso— Te he extrañado.

Ashton soltó una leve risa y atrapó los labios de su novia una vez más: — Te extrañe mucho, ángel.

—Créeme, lo sé. —sonrió— Ahora, ¿me soltarías?

—No, ¿para qué? —la abrazo aún más, la castaña posó su cabeza en el cuello del australiano— Aquí conmigo estás muy bien.

—Solo quiero sentarme en el sillón, cariño. No iré a ningún lado.

—Bien. —en un rápido movimiento, alzó a la Rosier, quien automáticamente enredó sus piernas en la cintura del rubio, y él la sostuvo por los muslos para evitar que cayera. A la vez, la gorra de la chica cayó al piso por el movimiento repentino.

—¡Ash! ¿Qué haces? —exclamó sorprendida.

—Bueno, tú quieres estar en el sillón y yo no te quiero soltar. A esto se le llama: matar dos pájaros de un tiro. —encogió sus hombros y tomó asiento en el sillón, con su chica aún en brazos.

—Eres increíble.

—Es bueno saberlo. —la miro a los ojos y sonrió abiertamente.

Joder, sí que la había extrañado.

—Eres hermoso. —murmuró la chica acariciando el rostro de su novio— Ya no te vayas por mucho tiempo.

—Quisiera que fueras conmigo a las giras o eventos de la banda para no extrañarte tanto tiempo. —admitió el baterista.

El comentario le cayó como un balde de agua fría a la cantante. Ambos sabían donde se estaban metiendo cuando acordaron mantener la relación en secreto de todo mundo pero eso no quería decir que no desearan gritarle al mundo lo mucho que se querían o al menos decírselo a sus amigos para así no tener que estar tan alejados pero había algo que les impedía hacerlo. ¿Qué cosa? No sabían.

Durante unos segundos Jessa se planteó la posibilidad de confesarles a sus amigos y familia la relación que mantenía con Ashton pero simplemente eso la llevaba a imaginarse que eso provocaría que los medios se enteraran y echaran a perder todo por lo que habían luchado por formar juntos. Ella no quería eso.

—Yo también quisiera ir, Ash, en verdad lo hago. —bajo la mirada— Pero sabes que si lo hacemos, tendríamos que decírselos a los chicos y, ese no es el problema, pero, ¿qué tal y eso provoca que los medios se enteren?

—Te entiendo, ángel. —suspiró— Solo recuerda que no podremos ocultarnos para siempre.

—Podríamos intentarlo. Ser unos Chandler y Monica 2.0. —bromeó.

—Creí que eso hacíamos. —río.

—Supongo. —encogió sus hombros— ¿Podemos simplemente disfrutar el día? Por favor. —desvió el tema.

—Claro. No desperdiciaré uno de los pocos días que te tengo junto a mí. —se estiró para tomar el control remoto de la televisión y poner una película.

Y es que esa era una de las cosas que Jessamine Rosier y Ashton Irwin amaban de ser una pareja, los pequeños momentos que pasaban cuando se encontraban completamente solos, como ahora. La pareja se había acomodado en el sillón con la castaña recostada en el pecho de su novio mirando una película o al menos la castaña lo hacía porque el chico se dedicaba a admirar a su novia y dejarle tiernas caricias en su cabello.

—Sigo sin creer lo ciegos que llegan a ser Dexter y Emma. —murmuró, Ashton ni se molestó en contestarle pues estaba concentrado en prestarle atención a las caricias que le proporcionaba a su novia— Desde el momento uno deberían haber notado que son el uno para el otro. —la chica frunció el ceño levemente y giró su rostro para mirar a su novio— Cariño, ¿estás prestando atención?

—Lo hago. —ante la mirada insistente de la americana, se corrigió— Bueno, le prestó atención a lo importante aquí: tú.

—Ash.

—Seamos honestos, preciosa. Tengo la mejor vista justo ahora. —respondió con una sonrisa en su rostro al notar el notable sonrojo que apareció en el rostro de la Rosier.

Un pasatiempo que tenia el australiano era, sin dudas, hacer sonrojar a la actriz. Saber el efecto que provocaba en ella a pesar de tener meses saliendo, era un sentimiento muy bonito.

—Cállate. —escondió su rostro en el pecho del chico— Me harás sonrojar.

—Ese es el punto, ángel. —canturreo divertido— No te escondas, me gusta verte sonrojada.

—No quiero. —se abrazó más fuerte a su torso.

—Pero yo sí quiero verte.

La chica levantó solo un poco su cabeza para mirarlo: — Listo, ya me viste.

—Eso no cuenta. —se quejo— Vamos, linda. Te escondes como si nunca te hubiera visto sonrojada.

—Buen punto. —suspiró rendida y finalmente se acomodó de manera que ambos se pudieran mirar a los ojos. La televisión siendo ignorada por ambos.

—Hola. —susurro divertido ante el repentino silencio.

—Hola. —respondió de igual manera.

—Volviendo a lo que dijiste de que debieron darse cuenta desde el día uno que eran perfectos para el otro. —retomó la conversación— A veces algunas personas tardan más tiempo en darse cuenta de sus sentimientos.

—¿Es mi imaginación o fue una indirecta muy directa? —elevó sus cejas.

—Yo solo decía. —murmuró inocente— Aproximadamente casi seis años después de conocernos es que iniciamos nuestra relación.

—No es mi culpa que se te diera por esconder tu crush en mi durante años. —se defendió.

—Tenias novio cuando nos conocimos. —le recordó.

—Y una semana antes de que termináramos, tú empezaste a salir con Gemma. —le recriminó.

—Creo que lo importante aquí es que al fin estamos juntos. —hablo antes de dejar un corto beso en sus labios.

—La espera valió la pena.

Jessa aún no lograba entender como es que no había notado la increíble persona que era Ashton Irwin mucho antes. Bueno, sí había notado eso pero no del modo romántico que el muchacho lo hacía cuando recién se conocieron, y de eso se enteró años después por las bromas de sus amigos acerca del crush que Irwin tenía en ella. Sabía lo afortunada que era por tener a una persona como él a su lado, es decir, no cualquiera se aparecía en tu casa a altas horas de la madrugada solo porque tenías un ataque de pánico o a llevarte helado solo porque se te antojaba. Y sí, Ashton realmente hacía esas cosas.

—Ahora eres tú la que me mira y me voy a sonrojar.

—No suena a algo que me vaya a molestar.

—De eso estoy muy consciente.

—Aguarda un segundo, ¿es está tu sonrisa de idiota? ¿De la que tanto habla tu mamá?

El baterista agrandó su sonrisa y se inclinó lo suficiente para juntar sus labios en un tierno beso— Te quiero, ángel.

—Y yo a ti, amor. —luego del pequeño intercambio, ambos regresaron su vista a la película para acabarla.

Después de varios minutos en los que la película terminó, la castaña se paró, recibiendo quejas del baterista.

—¿A dónde vas? Quédate acostada conmigo otro rato más.

—Pero es hora de la comida. Y tengo hambre. —hizo un puchero con sus labios.

—Bien. —accedió y la actriz siguió su camino a la cocina. Ashton aprovechó el momento para revisar sus mensajes— Oh dios.

—¿Qué ocurre? —le pregunto en cuanto lo miro tomar asiento en la silla de la barra.

—Los chicos están hablando de ese día.

Frunció el ceño sin dejar su labor culinaria: — ¿Qué día?

—El cumpleaños de Calum. —el rostro de la chica se contrajo unos segundos y sus mejillas se tornaron rosas.

—Oh, ese día.

—Fuimos muy descuidados. —admitió.

—Me sigue pareciendo increíble que nadie se diera cuenta. —comentó de acuerdo recordando lo ocurrido semanas atrás antes de tomar su celular y responder unos cuantos mensajes.

En la fiesta que le hicieron al bajista, las cosas se descontrolaron solo un poco entre el grupo de amigos pero la pareja lo había llevado solo un poco más al extremo. Era claro que ambos querían disfrutar ese día como la pareja que eran pero no podían hacerlo por el anonimato en el que ambos habían decidido estar así que se dedicaron a disfrutar de la noche como amigos, claro, eso hasta que las copas se les subieron a ambos y sin preocuparse por si alguien los veía, seguía o los buscaba, terminaron en el segundo piso besándose sin ningún pudor. La situación escaló al punto de terminar encerrados en una de las habitaciones y bueno, el resto fue historia.

La mañana siguiente a eso, sin saber cómo, ambos despertaron lo suficientemente temprano como para evitar que alguien los encontrara en esa íntima situación y lograron salir del lugar. A las horas que les preguntaron donde estaban, fingieron que Jessa se había sentido mal y Ashton se ofreció a llevarla a su casa, para después cada uno dormir en sus respectivos hogares. Tuvieron mucha suerte de que les creyeran y nadie los hubiera visto.

Aunque ahora que lo pensaba, ¿cuál hubiera sido el problema si se enteraban? En algún momento iban a contarles de su relación, ¿cierto?

—Bueno, estábamos ebrios y los chicos lo estaban aún más después de ese concurso de shots del que nos escapamos. —se justificó antes de responder los mensajes del grupo.

—Luke duro mucho en ese concurso, creí que sería el primero en caer. —hablo distraídamente sin perder la concentración de la pasta que estaba haciendo y seguir mensajeando con sus amigos.

Chasqueó la lengua de acuerdo con la castaña: — Igual yo, ¿quién hubiera pensado que Zoey fue la primera en caer?

—Cierto. En fin, cosas que no volverán a pasar.

—¿Segura? —enarcó su ceja desafiante.

—Segura. —lo retó con la mirada.

—Eso lo veremos. —declaró antes de abalanzarse sobre la castaña y empezar a repartir besos por todo su rostro.

—¡Ash, espera! —pidió entre risas— ¡Se va a pegar la pasta!

—Haremos otra. —declaró antes de apagar la estufa y tomar en brazos a su chica para ambos entrar a la habitación del australiano— No sabes lo mucho que te quiero.

—Y yo a ti, precioso. —respondió antes de besarlo— Pero en serio, tengo hambre.

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bueno, bueno, les traigo un poquito de lo que hacen los niños cuando no se están escondiendo de sus amigos y de los medios.
ojalá les haya gustado, los adoroooo
y vengo a agradecer por el kilito de personas que me siguen, las amo ♥

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