Let me lead the way
Antes de nada, siento muchisisisisisimo haber tardado tanto en subir. Mi inspiración para esta novela ha decidido irse de viaje y no había manera de que volviera. Ya os dejo leer.
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Salgo de casa y me dirijo al parque donde he quedado con Blas. Alguien me tapa los ojos y sonrío al escuchar su risa.
- Sé que eres tú, chiqui.
Me giro y le beso. No me importa que sea en mitad de la calle o que alguien pueda vernos. Sonríe contra mis labios en mitad del beso.
- ¿Y para que querías que saliéramos tan pronto de casa? Yo me hubiera quedado en la cama un ratito más. -Le digo haciendo pucheros tras nuestro beso.
- Eres la pereza personificada.
Entrelaza nuestras manos y vamos paseando así. Me es extraño todavía eso de ir cogido de un chico por la calle pero Blas... es simplemente perfecto.
- Pero, ¿a qué es una buena idea?
- Tengo una mejor. -Me da un pico.- Haz la maleta para tres días, vamos a aprovechar estos días que tenemos libres.
- ¿Y dónde se supone que vamos?
- Eso es una sorpresa, no te asustes no intentaré secuestrarte. Me voy que tengo que prepararlo todo. Te recojo a las seis, mi vida. -Se gira y sale corriendo tras besarme de nuevo.- Lleva ropa para bañarte. -Grita antes de alejarse más.
Sonrío, este chico está loco. Decido dar una vuelta antes. Veo a tantas parejas. Personas cogidas de las manos paseando felices un domingo por la mañana. Besándose, abrazándose... Niños en los parques jugando con sus padres.
Y yo sólo en la compañía de mi soledad, que simplemente está ahí, no da conversación, no me besa, no me abraza si ve que estoy tiritando. Vuelvo a casa cuándo veo que son ya las once. Miro mi móvil y tengo como seis llamadas perdidas de Andrea.
¿Qué le pasa ahora? Decido llamarla de vuelta no vaya a ser algo importante. Al segundo tono descuelga.
- Hola. -Responde muy efusivamente.
- ¿Y tanta felicidad junta?
- Álvaro me ha pedido salir. -Grita quedándome sordo por su tono de voz.
- Relaja la fresa, princesa. Que casi me quedas sordo.
- Oye, que yo estoy muy relajada.
- Estás histérica, no me mientas.
- No lo estoy.
- Lo que tú digas, ¿me ayudas con una cosa?
- Uy, como cambia de tema. ¿Qué quieres?
- Me voy de vacaciones con Blas y necesito que me ayudes a hacer la maleta.
- Uy, ¿y donde vais?
- Esa es la cosa, que no lo sé. Lo único que me ha dicho es que son tres días y que lleve ropa para bañarme.
- Te quiero en veinte minutos en la puerta de tu casa.
Me cuelga antes de poder responderle, esta chica está loca. Abro la puerta de casa y está Blas en el salón con su portátil sobre las piernas. Que rapidez, por favor. Lo mismo si me siento disimuladamente a su lado, con suerte me entero de donde pasaremos los próximos tres días de vacaciones.
Me siento a su lado pero está metido en twitter. Igualmente me quedo allí, apoyo mi cabeza en su hombro y él me rodea con su brazo izquierdo.
- Mira cuantas fotos hay de nuestro beso. -Me dice mientras mira todas sus notificaciones.
- Me gusta esta. -Señalo a una foto en la que salimos los dos en un primer plano.
- Y a mí. -Me da un beso en el pelo y marca como favorito la foto.
Suena el timbre. ¿Ya han pasado mis veinte minutos?
- Tengo que irme, chiqui.
- ¿Comemos juntos por ahí?
- No sé qué plan tiene Andrea, ya te llamo.
- Está bien, hasta las seis entonces. -Coge mi mano y deposita un beso en mis nudillos.
- Hasta las seis.
Salgo de casa y veo a mi mejor amiga subida en su coche.
Estamos el resto de la mañana de tienda en tienda. Creo que Andrea quiere matarme por decirle antes que estaba histérica. Por fin paramos de comprar y entramos en un restaurante a tomar un refresco antes de irnos a casa.
- Se supone que quien se va de viaje soy yo, no tú. -Le dijo dejándome caer sobre la silla.- ¡Llevas más bolsas que yo!
- Lo que pasa es que eres más raro que un perro verde, no te gusta nada.
Le miro mal. Llega un camarero para coger nuestro pedido. Cuando se va nos quedamos en silencio. Le doy un sorbo a mi Coca-Cola y le mando un mensaje a Blas diciéndole que al final sí que podemos comer juntos.
- No me has contado que hay entre Blas y tú. -Me dice levantando las cejas.
- ¿Qué explicación quieres?
- Anoche en el concierto besándoos, esta mañana los dos juntitos... Algo hay y sabes tan bien como yo que me lo vas a contar.
- Estamos juntos. -Respondo con timidez pero se me escapa una sonrisa.
- No sabes cuánto me alegro, mereces alguien que te quiera y te haga feliz.
Seguimos hablando entre risas y Andrea preguntándome cosas sobre, según lo ha llamado ella, Blarla (mezcla de Blas y Carla).Cuando acabamos la comida, pagamos y Andrea me deja en casa con el tiempo justo para hacer mi maleta. Subo a mi habitación sin saludar a nadie.
Cojo mi maleta de encima del armario y meto en ella la nueva ropa que me he comprado y algún conjunto del armario. Por último meto en un bolsillo, para que no lo encuentre, un pequeño regalo de navidad para Blas.
Los días que pasaremos donde quiera que vayamos serán nochebuena, navidad y al día siguiente volveremos. Ayer ya mandé mensaje a mis padres diciéndoles que no podría ir a casa por navidad porque tenía trabajo.
Acabo de cerrar todo cuando alguien llama a la puerta de mi habitación. Me sorprende ya que está abierta. Un sonriente Blas está apoyado en el marco de mi puerta con su maleta al lado.
- ¿Está ya listo el amor de mi vida?
- No soy el amor de tu vida, Blas.
- Si lo eres, date prisa que perdemos el avión.
- ¿Vamos en avión? -Pregunto bajando la maleta de encima de la cama.
- Si y sale -Mira la hora en su móvil.- en tres cuartos de hora.
- Pues tenemos un poco de prisa, ¿no?
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Hola, hola, otra vez. ¿Qué os ha parecido? ¿Dónde creéis que irán? Se aceptan sugerencias.
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