Capítulo 58
ARI.
Observo el rostro de Connor con detenimiento, mi mano entrelazada con la suya aclama por que a de el se mueva, espero ansiosa alguna señal que me indique que el despertara y que todo sera como antes.
Humedezco mis labios resecos, las lagrimas ya no salen de mi rostro, tal vez se han acabado. Mi mente se encuentra atormentada por los bellos momentos que pasamos juntos, cada momento tan único, gestos tan sencillos que quedaron grabados en mi corazón de forma permanente.
Como hacer que esta pesadilla desaparezca. Mis ojos se cierran con un poco de cansancio pero me mantengo despierta esperando alguna respuesta en Connor. Todo lo que tuvimos que pasar, me hizo darme cuenta que mi amor es mas grande que cualquier adversidad.
Cuando estuve en esa cama debatiéndome por mi vida, en el fondo de mi conciencia sabia que tenia que despertar, o Connor sufriría, luche por volver y decirle que lo amo, que no puedo alejarme de él incluso si la muerte reclama mi vida. y me pregunto, al ver a Connor en esa cama, inconsciente tan inexpresivo, si el se encuentra en esa lucha.
El debe volver, quiero ver su sonrisa, sus ojos divertidos, sus acciones juguetonas, todo lo que lo caracteriza, lo quiero conmigo. Como seguiré adelante si construimos una vida juntos, sueños que ambos queríamos cumplir.
-Ari, es hora de que vuelvas a tu habitación- Dice mi hermano haciéndose presente en la habitación.
Mi cuerpo no responde, parpadeo y me limito a mirar los ojos cerrados de Connor. Una enfermera pasa por mi lado y inyecta algo en la bolsa que se mantiene adherida a Connor en una vía en su mano.
-Debes descansar...sabes que él odiaría verte de esta forma- Susurra mi hermano colocando su cálida mano sobre mi hombro. Suspiro y asiento levemente, mi hermano me ayuda a levantarme del pequeño banco, me ayuda a caminar lentamente hasta la salida.
Guardo silencio mientras camino, al salir de la habitación elevo mi mirada, encontrándome con unos conocidos ojos dulces que ahora se encuentran cargados de cansancio y dolor. Me detengo y el nudo vuelve a mi garganta, mi labio inferior tiembla.
La madre de Connor camina hasta mi, me suelto del brazo de Sean y abrazo a Rosie, ella corresponde de inmediato y cierro mis ojos.
-Lo siento- Susuro de forma desesperado, la madre de Connor me abraza con mas fuerza, me limito sentir el cálido abrazo de una madre, algo que hace mucho no sentía.
-No cariño, no tienes que disculparte...se todo lo que ocurrió y fueron muy valientes, se que Connor estará bien y me alegro de que tu lo estés ahora- Susurra de forma tierna, su delicada mano acaricia mi cabello.
Me separo un poco de su cuerpo y la miro a los ojos, la miro con tristeza y desesperación, ella sonríe levemente reconfortandome, logrando calmar un poco el dolor en mi alma.
-Quiero que despierte- Murmuro con voz entrecortada. Rosie me mira unos segundos en los cuales bastan para que sus ojos brillen por las lagrimas, traga con dificultad y suspira.
-Lo hará cariño...él estará bien- Susurra en un hilo de voz, bajo mi mirada y asiento -Te vez cansado, deberías volver a tu habitación- Agrega, elevo mi mirada hasta la suya, la abrazo y asiento.
Mi hermano toma mi brazo con delicadeza y me ayuda a caminar, recargo mi cabeza contra su brazo, me detengo y llevo mi mano a mis labios reprimiendo un sollozo, Sean de inmediato me abraza.
-No lo soporto- Susurro con voz quebrada, escucho como mi hermano suspira y susurra palabras para calmarme -Odio esto, odio verlo de esa manera- Las lagrimas que creía haber gastado vuelven a aparecer, es inevitable, sollozo sin poder controlar el dolor desgarrador en mi interior.
Siento como Sean me carga, camina por el pasillo, mientras lloro contra su pecho. Al llegar a mi habitación me deja en la cama y se acuesta a mi lado con cuidado de no lastimarme, me abraza y se mantiene en silencio dejando que todo mi sufrimiento salga.
...
Los días continuaban pasando, lentamente, ahora podía fingir una sonrisa sin ser capaz de quebrarme. Mi padre y mi hermano estaban a diario junto a mi. Lenox, Kelsey y Kyle me visitaban con frecuencia. Estaba perdida, a pesar de tener la compañía de todos me sentía sola, el dolor estaba destruyendo toda luz de vida en mi interior y nadie lo entendía, ni siquiera yo misma.
Sabia que tenia la esperanza de ver a Connor despertar, en mi mente y corazón no tenia lugar para dejarlo ir. la peor parte del día siempre eran las noches, los recuerdos se volvían pesadillas atormentandome, reviviendo cada instante de ese momento.
Estaba rota, me sentía rota, nada podría repararme, solo tener conmigo al Connor que una vez conocí. Muchas veces desperté en la noche con miedo, asusta de que el se fuera para siempre, entonces salia de la habitación y caminaba por los pasillos hasta su habitación, sabia que no tenia autorización de entrar pero lo hacia, necesitaba comprobar de que estuviera bien, en eso se convirtió mi rutina por una semana.
-Estas mejorando, creo que puedes volver a casa ahora pequeña- Comenta el doctor con una gran sonrisa.
lo observo unos segundos, mi mente comienza a jugarme una dolorosa ilusión "pequeña", la voz de Connor se repite en mi mente, vuelvo a la realidad y sonrió levemente. Connor debería volver a casa también, su familia desea que el este bien nuevamente, como puedo irme y dejarlo de esta forma.
-¿Cuando podrá mi hija volver a casa?- Pregunta mi padre al doctor, este termina de colocar la venda en mi espalda y se dirije a mi padre.
-En un par de días ella puede ser dada de alta- Responde el doctor seguro. Desvío mi mirada evitando la de los mayores, cierro mis ojos unos momentos controlando mis emociones.
La puerta de la habitación en la que me entro es abierta de forma brusca. Llevo mi mirada hasta el causante, mi hermano tiene una expresión sorprendida, su mirada se posa en la mía, traga con dificultad y humedece sus labios.
-Connor ha despertado- Murmura con incredulidad en su voz, parpadea un par de veces y su mirada sorprendida cambia a una sonrisa.
Mi cuerpo entero se paraliza, trato de procesar la noticia, suelto un jadeo y mi corazón comienza a golpear contra mi pecho rápidamente. Me bajo de la cama y siento mis piernas desfallecer, mi padre rápidamente me sostiene, intento asimilar la noticia hasta que las lagrimas de emoción inundan mis ojos.
-Connor...ha vuelto- Susurro, frunzo mi ceño y luego sonrío -Quiero verlo- Digo con un poco de desesperación.
Sean observa a mi padre y mi padre al doctor, este asiente y sonríe. Mi hermano rápidamente se acerca a mi y entrelaza su brazo con el mio para caminar hasta la habitación de Connor.
Respiro agitadamente ansiosa y nerviosa, miro a mi hermano, el me sonríe y asiente. Después de varios días siento paz en mi alma, el despertó, esta de vuelta.
Al llegar frente a la habitación de Connor puedo ver a el padre de Connor sentado en una de las bancas con el pequeño Maxim en sus brazos, noto las ojeras oscuras al rededor de sus ojos mostrando la preocupación por su hijo. Lenox se encuentra a unos cuantos metro y Alex a su lado, ambos sonríen aliviados con la situación.
Entrelazo mis manos y juego con mis dedos nerviosa, la madre de Connor debe estar adentro con él. No puedo esperar el momento de verlo, cuando la puerta se abre la madre de Connor posa su mirada en mi, un nudo se forma en mi vientre, ella sonríe y se acerca, eleva su mano y acaricia mi mejilla.
-El quiere verte- Susurra con voz quebrada por la emoción, asiento y camino hasta la puerta.
Tomo un suspiro profundo, empujo la puerta y elevo mi mirada encontrándome con esos ojos tormenta que tanto amo. Observo como el intenta sentarse y hace una mueca, así que corro rápidamente hasta el y lo abrazo.
-Mi pequeña...estas bien- Susurra con voz mas ronca de lo normal. Cierro mis ojos sintiendo la calidez de sus brazos, recargo mi cabeza en su pecho y escucho el latido de su corazón, mi cuerpo tiembla y mis ojos esta vez liberan lagrimas de emoción.
-Pense que te había perdido...y luego, me haces esperar de esta forma, yo solo te quería conmigo lo mas pronto posible, pero tu no despertabas, tuve tanto miedo, que ese día se convirtiera en el ultimo para ti, no podría vivir si tu...-
Las manos de Connor me separan de su cuerpo y toma mis labios con los suyos, los mueve con lentitud, me dejo llevar por este momento el cual temí que nunca se volviera a repetir, llevo mis manos hasta su nuca y profundizo el beso hasta que siento las vendas en su cabeza.
Me separo lentamente, sonrío y lo miro con detenimiento, observo las vendas que lleva en su cabeza y el aparato por el que recibe oxigeno una simple cánula nasal. Elevo mi mano y acaricio su mejilla, el me mira fijamente, sus ojos se encuentran un poco rojizos y sus labios pálidos, aun así es el chico mas apuesto que he conocido, el chico que amo y siempre lo haré.
-Te amo Ari, lo que sucedió me rompió, el verte de esa forma, ver como tu vida se iba en mis manos...esa fue la verdadera muerte para mi- Murmura con dolor en sus ojos, trago con dificultad.
-Termino mal para ellos- Digo incomoda al recordar a esos dos, Connor endurece sus facciones y puedo ver como sus ojos reflejan culpa al acariciar las marcas en mi cuello y mi rostro.
-Nada de lo que paso fue tu culpa- Susurro de inmediato, Connor baja su mirada y niega pero no dice nada -Estuve recibiendo amenazas tiempo atrás...pero nunca dije nada, lo pase por alto, si de alguien es la culpa es mía- Agrego con pesar en mi voz.
Connor abre sus ojos ante mis palabras, frunce su ceño, aprieta sus labios y sus manos en puños. humedece sus labios y me mira fijamente, el dolor y preocupación rompen un poco mas mi corazón.
-Ellos vinieron a ti por mi, sabían lo importante que eres para mi, sabían mi punto débil- Dice con voz ronca, hace una mueca y cierra sus ojos. Me levanto y hago que se recueste.
-Es mejor que descanses, estaré aquí, a tu lado- Digo preocupada al ver su estado alterado- Su cuerpo se relaja un poco y no protesta, simplemente hace caso a lo que digo y se recuesta en la cama.
Entrelazo mi mano con la suya, este da leves caricias mientras me mira, sonrío y beso su frente, el sonríe levemente pero ese brillo no llega a sus ojos.
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