[2]


[]


Jodidamente fantástico. Un humano lo vio cambiar.

Lay suspiro, dándose control para tolerar a un humano y peor aún, como testigo. Los ojos oscuros seguían mirándolo con extraño asombro pero no detecto una pizca de miedo en ellos, cosa que solo lo hizo volver a suspirar, humanos que no temían lo que veían eran los difíciles.

- ¿Quién te crees que eres? ¿Por qué me seguiste? -al diablo el control, le enfermaba estar tan cerca de un humano.

El tipo alto de cabello plata salió de su impresión y se aferró a su chaqueta. -Había escuchado de ustedes pero creí que eran mentiras para que no saliéramos muy noche o nos acercáramos al bosque. -dijo caminando hacia Lay, paseando sus ojos por todo su cuerpo. - ¿Te duele cuando cambias? Escuche que tus huesos crujían. Ese tipo era malo ¿verdad? Lucia tenebroso.

- ¿Por qué no estas orinándote del miedo o llorando?

Los ojos oscuros brillaron. -Ah, se supone que eso haga la mayoría ¿no? Pero yo no soy como el resto, no me metas en el mismo saco.

El lobo se puso a la defensiva, ladeando la cabeza. -Esas historias que te contaron tienen verdad, no debes acercarte a nosotros.

-Pero te encargaste de ese tipo, parecía loco y sus ojos creo que eran de sangre o algo así. -el humano intento acercarse pero un gruñido de Lay lo hizo respingar. -Wow, ¿Eso fue un gruñido? ¿Puedes hacerlo de nuevo?

Lay lo miro incrédulo. -Vete, humano. No cuentes nada de lo que viste o vendré a romperte el cuello. -esperaba que mostrándole los dientes y el brillo antinatural de sus ojos, se asustara pero le sorprendió con una carcajada de emoción.

- ¡Son increíbles! -señalo sus ojos, usando sus índices sobre el borde de los suyos. -Jamás había visto unos ojos de color amatista, ¿eres el único con ellos o hay más lobos?

El cambiaforma se desestabilizo un momento, mirándolo como si el humano tuviera dos cabezas. - ¿Qué sucede contigo? Vete a tu casa, humano.

-Hay más como ustedes ¿verdad? -el humano de cabello plata no se acercó pero lucio más serio. -Me refiero a que no hay solo hombres lobo, sino también vampiros. Uno de mis clientes pasados intento ofrecerme mucho dinero por dejarlo morder mi muñeca.

Lay volvió a fruncir el ceño. Así que el humano vendía su cuerpo. -No hables de esto, ya te advertí. -se subió a su bicicleta y se marchó lo más rápido que podía por el pasaje secreto del bosque. Si el humano era listo, lo borraría de su memoria.

.



- ¿Estás loco o qué? -HoSeok golpeo la madera de su escritorio, mirándolo con reproche. -Saliste de casería sin compañía hasta la ciudad, ¡solo!

Lay suspiro, agotado. -Me fue bien solo y regrese bien.

-No creas que no vi el rasguño de tu cuello, Lay. -su hermano, como segundo al mando, a veces lo seguía tratando como un cachorro.

-Tengo 20, sabes.

-Un cachorro a mis ojos y al de la mayoría de aquí.

Aquello le saco un gemido lastimero al de ojos amatistas, lo hacía sentir muy inferior y humillado. -Ya no soy un cachorro.

-Lay, intento mantenerte a salvo hasta que encuentres estabilidad. -empezó HoSeok, relajando su postura. -Aun tienes demasiado odio hacia los humanos.

-Se lo merecen, siempre voy a odiarlos. -gruño, convencido.

-Necesitas superar tu odio para poder servir a Verse.

El azabache miro a su hermano con impacto. - ¡Ya la estoy sirviendo!

-Cazar errantes que amenacen su seguridad es un buen trabajo pero cada que hay humanos en medio, das la vuelta y lo dejas.

- ¿Por qué debo ayudarlos? -su hermano sabía por qué y estaba cansado de que siguiera recriminándoselo. -Mi lealtad es con Verse y su familia.

HoSeok suspiro, asintiendo. -Lay, ¿Qué pasa si uno de la manada encuentra a un o una compañera humana? ¿Los echaras? ¿Mataras al o la compañera? ¿Les negaras protección o lealtad?

Supo que había dado en vena sensible cuando su hermano menor lo miro con ojos abatidos y vidriosos. La culpable de la masacre a su pequeña mañana fue una mujer a la que le habían dado protección y confianza. Pero no podía retractarse, él había dejado atrás su odio para poder proteger a su gente y su hermano no.

- ¿Qué pasa si tu compañero o compañera es humana?

El ojo de Lay salto en un tic de indignación. -Moriré.

El pelirrojo se levantó de un tirón, cabreado. - ¡Ya basta! ¡No juegues con eso!

Lay paso saliva con dificultad, su hermano imponía y mucho. -No quiero emparejarme con un humano. Nada va a forzarme. ¡Cortare mi corazón en ese caso!

El sonido de una fuerte bofetada inundo la estancia, dejándola en una tensión terrible. HoSeok mantuvo la mano en alto hasta que entro en razón de lo que hizo. Jamás, nadie de su familia, había golpeado a Lay y ahora él era el primero.

Le dolía pensar en perder a su hermano por su odio. -Lay, perdón, yo...

El chico salió tan rápido que no le dio tiempo de pensar en algo más. No fue su intención golpearlo pero no soporto que hablara tan fácil acerca de matarse si la luna elegía un humano para él.

.



SeHun no puede armar un recuerdo suyo sin terminar decepcionado. Sabía lo básico de sí mismo: su nombre, su edad, su cumpleaños, que podía hablar dos lenguas y que una de ellas debía ser un secreto, no era nada común que los normales como él pudieran hablar la lengua madre de los sobrenaturales.

Había días donde lograba escuchar fragmentos de la misma lengua en sus sueños pero no estaba seguro ni confiaba en nadie como para practicarla o preguntar, hasta la noche que encontró la prueba de que no estaba loco.

El hermoso chico lobo le hablo en la lengua humana pero antes de eso lo escucho mascullar en la lengua sobrenatural y él entendió perfectamente. Estuvo muy decepcionado de que el chico lobo huyera de él.

Después de su encuentro, empezó a soñar con la extraña lengua y el chico lobo en su forma animal, corriendo y gruñéndole a un ser muy alto y de sonrisa carmesí.

Venderse era algo que decidió hacer ante la falta de oportunidad para trabajar con una memoria incompleta y nadie a quien recurrir. Tenía un techo decente y podía darse el lujo de comer y vestir mucho mejor que los demás chicos y chicas de la vida nocturna. Tenía esa suerte de encontrar clientes con mucho dinero que a veces solo pagaban por tenerlo hablando y hablando o simplemente se quedaban mirándolo. Le parecía extraño que muchos de sus clientes se desesperaran por tocarlo y dejarse empujar contra algo duro por él, parecían entrar en trance con solo mirarlo.

Sabía que los sobrenaturales caminaban a cualquier hora del día y que eran tan listos y atrevidos como para caminar entre ellos sin que lo supieran. Aunque, extrañamente, SeHun siempre los encontraba pero prefería callárselo.

Aquella noche, era una de esas donde ellos caminaban con mayor frecuencia y donde seguramente uno o una de las que compartía oficio con él, aparecería en algún callejón con la sangre drenada. A él no le importaba siempre y cuando no fuera consigo el problema, ellos eran los idiotas que aceptaban ir con ellos a cambio de un dinero que jamás usarían.

A la ciudad tampoco le importaban los cuerpos que se encontraban. Muchos, como él, no tenían a nadie que velara por ellos ni quien pidiera justicia por sus asesinatos a manos de algún vampiro o ser oscuros.

Recordar aquello trajo a su memoria al hermoso chico lobo. ¿Él cazaría también a los que mataban a los de su clase si se lo pedían? ¿O solo se encarga de los que son de su mundo?

El sonido de pisadas ligeras lo saco de su trance mental, haciéndolo erguirse y girarse con una sonrisa seductora en su cara, misma que se borró al reconocer quien era por su olor. De alguna manera, podía identificar que era cada persona que pasara cerca de él.

- ¿Vienes por otra víctima, C? -pregunto, mirando al alto y atractivo hombre que caminaba campante hacia él.

-Más tarde, H. Hoy vengo siguiendo un delicioso aroma. -C era un vampiro, uno que ya había echado a su bolsa algunas mujeres de la vida galante.

Conoció a SeHun gracias a que una de ellas, Marie, envidiaba insanamente a SeHun y sus clientes, metiéndose en sus negocios cuando lo buscaban clientes. Estaba tan furiosa con él que empezó a darle direcciones equivocadas y excusas cuando preguntaban por SeHun, quitándole algunos clientes hasta que apareció C. El vampiro se llevó a la mujer y la vacío antes de dejársela a los carroñeros. Después, le dio a SeHun un fajo de billetes y dijo: "Por conseguirme el almuerzo". De vez en cuando lo veía caminar por su zona, buscando victimas con una sonrisa.

-Uno de mi mundo. Un él joven y lleno de vida. -C meneo las manos, recordándole a SeHun que había deducido que el vampiro era viejo por usar ademanes de caballeros de la antigua Inglaterra.

-Eso es extraño-dijo, mirándolo moverse por el callejón de luz plateada. -, tú no buscas sobrenaturales. Dices que su sangre no te gusta.

-No lo quiero por su sangre, mi estimado niño. -C giro en su dirección, con la misma sonrisa sin imperfecciones. -De hecho, es más fuerte en ti.

- ¿Qué?

-Ah. Hueles delicioso, a lobo joven y fértil. -susurro repentinamente frente a él, con los colmillos y los ojos brillantes. - ¿Dónde está ese lobo? Dime y te daré una buena suma, podrás vivir bien por meses.

SeHun entrecerró los ojos, desconfiado. Seguramente se refería al hermoso chico lobo que se topó la semana pasada, pues era al único que conocía. - ¿Por qué lo buscas? ¿Qué significa eso de fértil? ¿Cómo es que huelo a él?

Los ojos ámbar brillaron de nuevo. Fue demasiado tarde para darse cuenta de que no había negado su encuentro con un lobo. -Supongo que no te matara saber. Nosotros los sobrenaturales nos reproducidos un poco diferente a ustedes, no solo las hembras pueden concebir vida, hay hombres que son muy especiales.

-Eso es absurdo. - ¿hombres embarazados? Sí, claro.

-Cuando logre impregnarlo con mis hijos, te dejare verlo. Contrario a las creencias, un hibrido es muy fuerte y mi casta debe ser la mejor.

- ¿Por qué dices que huelo a él? -ya no tenía caso fingir. -Ni siquiera lo toque, me gruño.

C se carcajeo, disculpándose por portarse vulgar poco después. -Son de los más precavidos que encontraras en mi mundo, son terriblemente leales con los suyos pero son tan sexys como el infierno y son conocidos por ser unos excelentes guerreros.

-Eso no responde a mi pregunta.

-Entre los míos y cada sobrenaturales, hay manzanas podridas, al igual que en tu gente. Los lobos tienen fama y respeto por ser de los pocos que se encargan de cazar a esas manzanas y aplastarlas, son temidos y odiados por ello. Son muy fuertes y contrario a las creencias, pueden hacerle frente a muchos de mi mundo y ganarles.

-De nuevo, no me respondes.

-El lobo que quiero es un cazador, un ejecutor de su manada, como le dicen y lo huelo en ti porque cambio frente a ti y te dejo ver su cuerpo humano.

SeHun lo miro con sorpresa. - ¿Puedes saber algo así por el olor?

La sonrisa de C se ensancho. -Claro que puedo. Cuando son peludos tienen un olor y cuando cambian, tienen otro más suave o picante. El mío tiene un olor fascinante en cuerpo de hombre.

-Eso suena muy pervertido y desagradable, sabes.

-No puedes decirme eso, no tú. -el vampiro se recargo en la pared frente a él, cruzando los brazos. -Entonces, ¿el padre de mis hijos te gruño?

El chico de cabello plata sonrió burlescamente. -Fue lo más increíble que he visto y él, joder, él es precioso. Me amenazó con romperme el cuello, tan lindo.

C volvió a reírse. - ¿Ojos dorados y cabello de color? Usualmente los lobos tienen los ojos ámbar, dorados, grises o azules y el cabello gris, rojizo, castaño o plateado. Casi ninguno tiene cabello negro.

SeHun negó. -Cabello negro azabache y ojos amatista.

El vampiro silbo. -Eso es nuevo. Jamás he escuchado o visto a un lobo con los ojos amatista, eso es propio de los elfos. ¿Tenía orejas puntiagudas?

-No, su cabello cubría sus orejas.

-Solo los elfos tienen los ojos amatista. -dijo C, mirándolo recargado en un poste de luz roto. -Y ellos ya no existen.

.


Lo que dijo C es muy importante. Recuerden.

Supongo que es obvio quien es C uwu

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top