CAPÍTULO 41.

                                           BLYTHE.

Mi cuerpo estaba tan débil que era imposible para mi incluso mover un dedo, mi mirada entrecerrada y mi visión borrosa se enfocaba en Aiden quien se reincorporaba del suelo, su cuerpo tembloroso también estaba tan débil como yo, por una parte sentía alivio de que hubiera podido salir de la inconciencia, temía que más personas de la corporación vinieran por nosotros, teníamos que salir de aquí cuanto antes.

Aiden empujó uno de los cadáveres, mi mirada observó con terror el rostro sin vida a través de la mascara que llevaba, sus ojos estaban en blanco y lineas de sangre salías de sus lagrimales, no sabía que había hecho, ni siquiera sabía como lo hice, solo fue un instinto, no podría hacerlo por voluntad propia, eso creía.

Aiden llegó hasta mi, su mano apartó el cabello de mi rostro, su rostro golpeado se comenzaba a hinchar, tenia sangre y suciedad en su rostro, pero aun así él se preocupó más por como estaba yo, sus manos tomaron mi rostro y revisó cada parte de mi rostro con cuidado, luego me levantó y sus brazos me estrecharon.

—¿Estas bien?— Pregunté con la fuerza que podía reunir, Aiden asintió —Debemos de salir de aquí, no es seguro—

Aiden no lo dudó me levantó en brazos, olfateó un poco el aire, y comenzó a caminar, un dolor profundo comenzó en mi mano, apreté mis dientes y gemí de dolor, Aiden me miró asustado, sus ojos cambiaron de color, el gruñó y mostró sus colmillos, sacudió su cabeza, como si intentara volver a la normalidad, lo miré aturdida.

El dolor volvió a atacar, grité, Aiden me colocó en el suelo y me observó asustado, buscando la razón de mi dolor, mi mano comenzaba a entumecerse, Aiden detectó donde me dolía y tomó mi mano, apreté mi mandíbula y grité de dolor cerrando mis ojos, lagrimas salieron sin poder detenerlas.

—¡Blythe!— Aiden gruñó con voz tan ronca como un rugido, abrí mis ojos y bajé mi mirada, el sudor bajaba por mi rostro hasta mi cuello, abrí mis ojos aturdida a mi mano, mis venas se habían resaltado, y el color era negro, estas se movían como si gran cantidad de sangre pasara por ellas.

No sabía lo que me ocurría, el color negro y la inflamación de mis venas en mi brazo comenzó a subir, sabia que no era algo bueno, el dolor era tan fuerte, que grité tomando mi brazo, la inconciencia me abrazó.

—Funciono Bly, lo logramos—

El rostro de mi padre estaba lleno de felicidad, una sonrisa débil se formó en mis labios, podríamos traer a mamá de vuelta.

De pronto un dolor fuerte comenzó a mi brazo, mi mirada se centró en este, las venas resaltadas, el color negro, se veía y contrastaban con mi piel, apreté mi mandíbula, mi padre maldijo entre dientes.

—La contaminación se esparcirá por tu cuerpo cada vez que usas el poder, podría ser organismos de defensa impidiendo la mutación, pero esto no es bueno, no es una reacción buena, podrías llegar a perder la cordura si no la detengo, o algo peor, esos organismos de defensa atacan todo tanto los tejidos buenos como los contaminados, es por esto que la mutación avanza más rápido.

Observé con dolor, era como si quemara, como si fuego recorriera mis venas por dentro, hasta querer llegar a mi garganta y asfixiarme, mi sentido del olfato se agudizaba cada vez más, y la ira quemaba dentro de mi, casi incontrolable, miraba a mi padre con ganas de destrozarlo, de arrancar la piel de su cuello, destrozar su cuerpo.

Mi padre abrió algo en el suelo del laboratorio, tecleo una contraseña, me retorcía en la camilla, de esta sacó un maletín, tomó una inyección y un liquido, preparó la inyección y con tranquilidad se acercó a mí, la hundió en mi cuello, mi visión se hizo borrosa, el alivio llegó poco a poco.

....

Escuchaba voces a lo lejos, mi cuerpo estaba tan pesado que ni siquiera podía abrir mis ojos, los recuerdos llegaron uno a uno a mí, ya no sentía dolor, eso quería decir que lo que sea que le ocurría a mi cuerpo se había detenido.

Pensaba que había sido el éxito de los experimentos de mi padre, pero resulta que tenía fallas, me preguntaba si eso que me ocurrió era el inicio de llegar a convertirme en esas monstruos,  mutantes de primera generación, la sed de sangre, de destrozar era lo único que pasaba por mi cabeza.

Hice un esfuerzo, había llegado mucha información a mi cabeza, debíamos volver al laboratorio de mi padre en la que fue mi hogar, porque ahí podría esta la cura a todo el desastre que mi padre causó.

La luz hizo que dolieran mis ojos, lo primero que mi mirada enfocó fue a Aiden, estaba sentado al lado de la cama en la que estaba, su mano sostenía la mía, me llamó la atención de que no tenia golpes ni rasguillos, estaba limpio y se veía descansado.

—¿Cuánto tiempo pasó?—

—Una semana—

La voz de Brett me hizo girar mi cabeza a la puerta, recostado en el marco de esta me observaba, de forma seria, por la forma fría  y su mirada sin expresión, me decía que se había enterado de todo.

—Blythe, está bien— Aiden apretó mi cuerpo al suyo, su rostro se enterró en mi cuello, sonreí sin evitarlo, mi mano subió hasta su cabeza, no sin antes darle una mirada comprobando que ya no tenía nada.

—Aiden, ¿podrías traerme un poco de agua?— Pregunté, el se separó, me miro y asintió con firmeza para luego salir, no sin antes darle una mirada seria a Brett.

—No es mala— Le gruñó y salió.

—¿Qué ocurrió en todo este tiempo?— Pregunté mirándolo.

—Apestabas como esas cosas— Murmuró, guardé silencio, sabia a lo que se refería y confirmó que pensaba que ocurría.

—Debemos ir al laboratorio de mi padre—

—No sé si deba confiar en ti—

Lo miré aturdida, ¿a que se refería?

—No dejaré que Aiden muera— 

—¿Y piensas que yo lo haría?— Pregunté ofendida.

—Si llagas a transformarte en uno de esos mutantes de primera generación, Aiden no va a detenerte, ni dejará que yo lo haga, el moriría en tus manos—

Apreté mis labios, hice mis manos en puños, Aiden volvió a la habitación y me ofreció el vaso con agua, lo tomé y logré bajar el nudo en mi garganta, Aiden colocó su mano sobre la mía y sonrió, mi corazón se destrozó, porque Brett tenía razón.

Guardé silencio, no iba a permitirlo lo primordial ahora era volver al laboratorio de mi padre, ahora recordaba sus lugares ocultos en este, solo esperaba que el no hubiera vuelto a ese lugar, si fuera así tal vez existía la posibilidad de que cualquier pista o explicación hubiera sido eliminada por completo.

—¿Dónde está Lee?— Pregunto recordando a mi amigo, le doy una mirada a Brett, este aparta su mirada y no se si es la luz o si en realidad veo bien, pero veo un ligero rubor en sus mejillas que disimula con una expresión de desinterés.

—Desde que logramos escapar a estado con su cabeza metida en su laptop, tratando de descodificar la información que lograste conseguir—

Es cierto, había conseguido algo de información, esperaba que eso nos diera mas conocimientos sobre lo que ocurría, incluso podrían saber la ubicación de mi padre, aunque no creo que fuera posible.

—¡Lo conseguí!— Escuché la exclamación llena de emoción de Lee a lo lejos, abrí mis ojos y me reincorporé obteniendo energía de donde no había.

Aiden me ayudó a mantenerme en pie y caminar hasta la sala de estar de la vieja cabaña, Brett nos siguió a unos pasos detrás de nosotros, Lee levantó su mirada, acomodó sus lentes y amplió su sonrisa al verme.

—Ya estas bien— Murmuro alegre, sonreí levemente y asentí.

—¿Encontraste algo importante?— Cuestione ansiosa, el volvió su mirada a la pantalla, su mirada un poco apenada.

—Me emocioné demás, lo siento, logre descifrar solo una lista con nombres de personas, no sé que significa—

Aiden gruño al igual que Brett, este se puso frente a nosotros.

—Tenemos compañía— Gruñó Brett, el miedo me invadió, los recuerdos de los mutantes de primera generación me invadieron.

—¿Mutantes?— Mi voz tembló al preguntar.

—No, son personas, detecto al menos diez—

—¿Cómo nos encontraron?— Murmuré preocupada.

—Mierda, ¡Mierda!, ¿Cómo no lo supe antes?— Maldijo Lee nervioso, el nos miro —Me estaban rastreando, creo que había alguna especie de virus con la información—

—Se acercan más— Gruñó Aiden.

—¡Abajo!— Todos acatamos la orden de Brett, contra el suelo pensé que era nuestro fin.

Muchos disparos se escucharon, mi cuerpo temblaba, Aiden se mantenía aferrado a mi, intentando protegerme, las puertas ventanas fueron quebradas, personas uniformadas de negro y con armas entraron, elevé mi mirada a la persona que se abría paso entre el escuadrón, su figura era femenina.

Brett se levanto listo para atacar sin importarle salir herido, la mujer se quitó la mascarilla que llevaba, su rostro quedó al descubierto, mis ojos se abrieron ampliamente, mis labios se entre abrieron sin poder creer lo que veía.

Ella había muerto hace años atrás.

Era imposible.

—Mamá— 

El susurro de Aiden fue lo único que se logró escuchar en la cabaña.

                                               ....

Intagram keithkatt96

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