BLYTHE. 

Llevo mi mano a mi frente y seco el poco sudor, humedezco mis labios al sentir la necesidad de tomar agua, Lee a mi lado se queja en voz baja, miro con cansancio el largo camino que atravesamos en el bosque, Brett caminaba frente a nosotros guiandonos, el no se veía nada cansado y eso que cargaba a Aiden inconsciente en su hombro. 

-Creo que la idea de matarnos aun esta en su mente- Murmura Lee con cansancio refiriéndose al largo camino que nos ha hecho hacer Brett. 

Aprieto mis labios y acelero mi paso hasta llegar al lado de Brett, hago un gesto y aparto la rama de algunos arbustos del camino, mi mirada va a la suya, Brett me da una mirada, sus ojos son normales ahora, el no había tenido consecuencias en sus ojos como Aiden quien ahora sus ojos eran de diferente color. 

-¿A donde nos llevas?- Pregunto con seriedad, no había pensado esto antes, cosa que fue muy estúpido, Aiden estaba inconsciente, si Brett quería hacernos daño podía hacerlo, y ahora nos estaba internado en el bosque a quien sabe donde, y Lee y yo lo habíamos seguido sin dudar. 

-A un lugar seguro- Es lo único que responde con voz profunda. 

Lo miro unos segundos, su expresión es seria, como si el hecho de hablar conmigo fuera una obligación o algo que no tiene más remedio, hago un gesto al sentir como un mosquito me pica en mi brazo de inmediato lo quito. 

-¿Seguro de esas cosas que escaparon del laboratorio?, ¿Las has visto?, ¿Son muchos?- Lanzo las preguntas rápido, Brett me mira y emite un gruñido ronco, me sobresalto un poco y lo miro asustada. 

-Tu voz me hace dolor la cabeza- Gruñe, mi expresión se torna molesta ante sus palabras, aprieto mis labios -Dije que hablaremos cuando estemos seguros- 

Lo miro con enojo,mi mirada deja la suya y va a Aiden, mi enojo es remplazado por preocupación, ya tenía varios minutos inconsciente, ¿Estaba el realmente bien?, miro a Brett con preocupación. 

-¿Él está bien?, lleva muchos minutos de esa forma, ¿Y si algo malo ocurrió?, ¿Tienes alguna forma de tratarlo?- Un gruñido de su parte me interrumpe, su mirada de, te acabo de decir que cierra la boca, esta de nuevo en su rostro. 

Detengo mis pasos mientras que el sigue caminando, su mirada sostiene la mía unos segundos y luego la aparta, tenso mi mandíbula, Lee llega a mi lado. 

-Idiota- Murmuro con enojo, Brett vuelve su mirada con seriedad y luego la aparta. 

-Puede escucharte- Dice Lee, tomo una respiración y continuó caminando. 

-Lo sé, quería que supiera lo que pienso de él- Respondo de mala gana, Lee ríe bajo, frunzo mi ceño -Me comienzo a arrepentir de venir con él, estábamos bien los tres--añado molesta, Lee me mira y eleva su ceja. 

-¿Estas segura que es por su actitud, o porque ahora tienes competencia para tener la atención de Aiden?- Pregunta con diversión, hago con gesto y lo miro, el eleva sus hombros restándole importancia -Debes entender que es su hermano, no siempre ibas a tener toda su atención para ti-

-¡No estoy molesta por eso!- Exclamo con enojo, sintiendo mis mejillas tomar color. 

-Llegamos- Dice la voz de Brett interumpiendonos. 

Lee y yo miramos a lo que Brett nos trajo, elevo mis cejas al ver una vieja cabaña, muy poco mantenida, era como si hubiera sido abandonada hace mucho tiempo, Brett continúa caminando dirjiendose a la cabaña, él con un golpe con su bota abre la puerta de la cabaña con facilidad. 

Lee y yo nos mantenemos inmóviles, Brett se gira y eleva su ceja, hace un gesto con su barbilla para que entremos, tomo un suspiro y miro a Lee, este me da una mirada, como si me preguntara que haríamos, dudo unos segundos, pero al ver que Brett tiene a Aiden ya no hay modo de cambiar de opinion, trago con dificultad y asiento, ambos nos dirijimos hacia la vieja cabaña. 

Miro a los alrededores, todo estaba rodeado por árboles, me preguntaba como Brett había encontrado esta cabaña, me cruzo de brazos, subo las escalares de madera que crujen, me quedo unos segundos en el porche de la cabaña, frunzo mi ceño, y entro. 

Mi mirada recorre el lugar, parece como si Brett hubiera ordenado, ya que el lugar para estar abandonado debería estar más polvoso y sucio, pero no es así, aprieto mis labios, Brett va a una de las habitación, lo sigo sin poder confiar totalmente en el, mis pasos se escuchan contra el piso de madera, me detengo en el marco se la puerta al ver que Brett deja a Aiden en una pequeña cama. 

Brett se levanta y me mira, sus ojos me observan con seriedad, mi cuerpo se tensa y retrocedo, el sale de la habitación pasando por mi lado. 

-Entonces, ¿Ya podemos hablar?- Pregunto tratando de que mi voz se escuche decidida y sin temor, Brett cruza sus brazos sobre su pecho, sus brazos trabajados se marcan sobre la camisa que lleva. 

-Si, pueden ponerse cómodos, traeré algo de tomar- Es lo único que dice Brett para luego girarse y dirijirse a lo que supongo es la cocina. 

Lee entra y se sienta en un sofá algo viejo, él mira con curiosidad la cabaña, camino hasta él y me siento a su lado. 

-¿Crees que podemos confiar en él?- Pregunto en un susurro, Lee humedece sus labios. 

-Si quería quebrarnos el cuello ya lo hubiera hecho- Responde elevando sus cejas, una pequeña sonrisa curva sus labios, y sus ojos rasgados llenos de diversión -Por cierto, ¿Porque no me diste el detalle de que era sexy?- Añade, ruedo mis ojos y me recuesto en el sofá. 

-¿Eso importa?-

-Bueno si es alguien como él, debería venir con alerta por lo menos- Murmura con una sonrisa de medio lado, una pequeña sonrisa se forma en mis labios. 

...... 

Brett se acerca, deja dos vasos en la pequeña mesa frente a nosotros, Lee toma el vaso mira el contenido, se encoge de hombros y da un sorbo, frunce su ceño, vuelve a tomar y asiente satisfecho, ruedo mis ojos. 

-Entonces, ¿Que es lo que no sabemos?, porque hace unas horas estábamos en el laboratorio clandestino del edificio abandonado, y nos atacó una cosa que nos quería matar-

-Yo me encargue de la cosa, lo dejé fuera de combate con un golpe- Interviene Lee mirando a Brett con una sonrisa de medio lado, entre cierro mis ojos, ¿Acaso quería lucirse frente a Brett?, tomo una respiración. 

-¿Es eso el peligro?, ¿Cuántos de ellos son?- 

El miedo se instala en mi pecho, esas cosas habían escapado, estaban libres, no sabíamos cuantos eran o si podíamos detenerlas. Brett recarga sus brazos en sus rodilla y nos mira a ambos con su habitual seriedad. 

-No sé el número exacto, pero he visto alrededor de treinta- Dice seguro, entre abro mis labios, eso es un número muy elevando, trago con dificultad -generalmente salen de noche, creo que la luz perjudica sus ojos, estos fueron hechos para ver en la oscuridad, son mutantes de primera generación-

-¿Mutantes de primera generación?- Interumpo sin entender, Brett tensa su mandíbula. 

-Son los primeros humanos con los que experimentaron, por lo tanto, la tecnología y los medicamentos que hicieron no tenían tantos estudios como lo tienen ahora, como ven, las consecuencias son esas, convirtieron humanos en esas cosas- 

-Oh Dios mio- Susurro sin poder creer, llego mis manos a mi cabello y cierro mis ojos, me detengo y frunzo mi ceño, miro a Brett con algo de miedo. 

-¿Que generación es la tuya y la de Aiden?-

-La tercera- Murmura, bajo mi mirada. 

-¿Como son los de segunda generación?- Pregunta Lee frunciendo su ceño, mirando a Brett. 

-No son muy diferentes a los de la primera, pero estos tiene un poco de instinto humano, como vieron, los mutantes de primera generación han perdido todo su lado humano, sólo atacan a matar, a todo aquello que se mueva lo devoran, no tiene instinto de sasicedad por lo tanto, pueden toparse con un equipo entero de futbol americano que uno de ellos devorara a el equipo completo- 

-¿Los de segunda generación si tienen instinto humano?- 

-Los de segunda generación son más peligrosos, ya que ellos tienen inteligencia, ¿Han visto los animales?, ellos atacan a su presa sin un plan específico, los de segunda generación son inteligentes ellos si son capaces de pensar y formar un plan para atrapar a su presa, también solo rodan en la noche-

-¿Como es que las personas no los han reportado?, es decir, no hay noticias, en los noticieros no han dicho de estas cosas atacando personas- Digo extrañada y sin entender, mis manos tiemblan un poco al saber a lo que nos enfrentamos. 

La Paranoia poco a poco apoderándose de mi, ¿Y si en este momento había un mutante de segunda generación fuera de la cabaña escuchandonos y esperando a atacar?, hace unos minutos oscureció, y Brett dijo que salían en la oscuridad. 

-¿Has visto a un muerto dar un testimonio de quien lo mato?- Pregunta Brett elevando sus cejas, una sonrisa torcida llena de diversión, el respira, su nariz se mueve un poco, y una sonrisa se amplia un poco más -¿Tanto miedo tienen?-  La burla en su pregunta mirándonos, aprieto mis labios. 

-Lee y yo somos simples humanos, no estamos modificados, no tenemos superpoderes, si una cosa de esas nos ataca, estamos muertos, no tenemos ninguna posibilidad frente a esas cosas-

-Mutantes- Corrige Brett, su expresión más seria -Fueron humanos antes, y no fue la elección de ninguno convertirse en lo que son ahora- 

-Okey, mutantes, esos mutantes, son un peligro-

-Ese no es el peligro verdadero- Murmura Brett cruzando sus brazos y recostandose en el sofá, elevo mis cejas ante sus palabras llenas de tranquilidad o resignación, no podía distinguir. 

-¿Estas cosas... Digo, mutantes, no son lo peor?, ¿De verdad las has visto?, parecen sacadas de una película de terror- Comenta Lee sacudiendo su cabeza sin entender, Brett frunce sus labios. 

-El problema es la corporación en la que tu padre trabajaba, ellos se han llevado toda la información de los experimentos, incluso muchos de los mutantes fueron llevados por ellos, y creo, que han seguido con los experimentos, pero lo peor de todo, es que tienen un equipo para acabar con los mutantes de segunda y tercera generación- Revela Brett, el enojo es evidente en su mirada, incluso la pupila de sus ojos se afila.

Entre abro mis labios sin poder procesar toda la información, ¿La corporación si sabia sobre los experimentos?, ¿Porque buscaban a mi padre?, ¿Ellos tenían a mi padre?. 

-Entonces ellos están tratando de mantener todo bajo control, para asi poder seguir ellos con los experimentos- Digo aturdida -¿Crees que tengan a mi padre?- 

-No sé, se todo esto porque vi como unos hombres en una camioneta blanca con el logo de la corporación bajaron con trajes herméticos y cazaron a uno de los mutantes de segunda generación, los seguí, y ellos atraparon a dos mutantes de primera generación y se los llevaron-

-¿Porque querrían a los de primera generación?, están dementes, no son humanos- Interviene Lee sin comprender, asiento a lo que dice. 

Es decir, no tiene mucha lógica que quiera a los experimentos que salieron mal, ¿Porque querer asesinar a los de tercera generación que son los más humanos?, Brett y Aiden eran casi humanos. 

-Exacto, algo malo va a suceder, pero no se que es, probablemente, nosotros los mutantes de tercera generación y los de segunda, no seremos fácil de dominar como a esos que están dementes-

-Esque, no logro comprender. El fin de mi padre con la idea de la mutación genética, era el tener una nueva generación de humanos mejorados, un mundo sin enfermedades, ¿Porque acabar con los que más se acercan al objetivo inicial?- Comento tratando de entender todo. 

-Tu padre y todos los científicos que estuvieron involucrado en esto crearon algo más en el camino- Dice Brett mirándome con seriedad, elevo mis cejas sin entender -Crearon armas humanas-

Abro mis ojos, Brett se remueve y nos mira a ambos. 

-¿Como crees que sería el poner a uno de esos mutantes de primera generación, en medio de una guerra, a tus enemigos?- 

-No hablas enserio- Susurro casi sin voz, Brett eleva sus hombros. 

-Maldición, me encantaría poder hackear el sistema y saber que es lo que traman en realidad- Gruñe Lee frunciendo su ceño.

Parpadeo, jadeo y tomo sus manos, Lee me mira asustado ante mi acción, trago con dificultad, dudo unos segundos pero luego lo miro con decisión. 

-Tengo una idea- Digo decidida, Lee frunce su ceño y su rostro adquiere algo de desconfianza, Brett eleva su ceja -Hay que ir a la corporación- Digo mirando a ambos. 

Sabía que era arriesgado, pero era lo mejor que se me ocurria para averiguar que sucedía. 

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