BLYTHE.

Actualidad. (2018)

Luego de varias horas de camino mi padre se detiene, miro por la ventada y me estiro cansada, es de noche, no me di cuenta en que momento oscureció. Frunzo mi ceño al notar el letrero de motel, vuelvo mi mirada a mi padre.

-Cada vez me siento más como una prófuga- Murmuro con un poco de molestia, mi padre suspira.

-Lo siento cariño, es mejor si descansamos esta noche y continuamos el viaje mañana, no creo que sea buena idea conducir de noche, me siento algo agotado- Guardo silencio unos segundos y asiento.

Bajo del auto y cierro la puerta, coloco mi abrigo mirando el viejo motel, me estremezco un poco, he visto muchas películas de terror y mi imaginación comienza a jugarme una mala pasada. Sacudo mis pensamientos y sigo los pasos de mi padre.

-¿Porque no viajamos en avión?, solo nos hubiera tomado un par de horas- Digo cansada, introduzco las manos a mi abrigo tratando de calmar mi frio –Papá, todo esto me parece una locura­-

Sé que debo escucharme como una adolescente molesta con la vida, pero esta actitud de mi padre y sus acciones han sobrepasado el límite de lo extraño, es justo que me dé una explicación razonable del porque nos mudamos.

-No tomamos un vuelvo porque quiero pasar desapercibido, no quiero que los medios se enteren de donde viviremos ahora. Hoy en día hay muchos peligros cariño, alguien podría querer robar mis estudios, incluso amenazar tu vida para chantajearme, pero no permitiré que eso suceda...nadie te hará daño, Blythe, prometo protegerte de todo- Frunzo mi ceño al escuchar el tomo paranoico en su voz y como se torna fría en lo último.

Elevo mis cejas y suspiro rodando mis ojos, lo único que quiero en estos momentos es descansar, una cama suave no me vendría mal, ladeo mi cabeza tratando de calamar el dolor en mi nuca, dormir en el asiento del auto fue una mala idea.

Al entrar al motel mi padre habla con una señora un poco mayor, cruzo mis brazos mirando el lugar, el lugar se ve mejor por dentro que por fuera, incluso da la apariencia de ser acogedor, me acerco a la chimenea y estiro mis manos, el calor parece hacerle bien a mis manos congeladas.

-Blythe, ven- Me acerco de inmediato a mi padre, el estira su mano y me da una llave, elevo mis cejas mirándolo y él me enseña la otra llave en su mano.

-Tengo la habitaciones de al lado, si escuchas o vez algo extraño solo grita y estaré ahí inmediatamente- Rio ante sus palabras pero el parece serio, aclaro mi garganta y asiento.

-Está bien papá- Digo con cariño y palmeo su espalda suavemente.

Al estar frente a la habitación introduzco la llave y la hago girar, entro y miro el lugar, todo está ordenado y limpio, suspiro con alivio. Camino hasta la cama, tomo mi móvil del bolsillo de mi abrigo y lo coloco en la mesita, me siento en la orilla, me inclino y quito mis zapatos dejándolos a un lado, levanto las sabanas y me acuesto para luego taparme con ellas.

Miro el techo, recuerdo las estrellas en mi viejo cuarto, cierro mis ojos y mi mente me traiciona al recordar a Aiden, su cabello castaño oscuro y sus ojos del verdes tan únicos, el dolor en mi pecho aún persiste.

Donde puede estar Aiden, ¿Estará bien? ¿Comerá bien, en las horas correctas? ¿Tendrá una cama cómoda? ¿Es feliz? ¿Tendrá amigos nuevos?... ¿Pensara en mí?.

Me remuevo incomoda en la gran cama, me estremezco al pensar en el destino de la familia Sutton. Primero fue la muerte del señor y la señora Sutton, un terrible accidente automovilístico.

Tanto para Brett como para Aiden fue muy duro esa perdida, los desbasto. Luego, Aiden pudo recuperarse pero su hermano se comportaba extraño, parecía obsesionado con saber más sobre el accidente de sus padres.

Hasta que desapareció, recuerdo que Aiden pensó que pudo haber huido de casa, era difícil vivir en un hogar lleno de recuerdos felices. Este pensamiento cambio luego de que Aiden comenzó a investigar, su actitud se estaba volviendo cada vez más extraña, siempre le rogaba a Dios para que Aiden no cayera en algo peligroso.

Cierro mis ojos y el nudo se forma en mi garganta al pensar en él, aprieto la sabana entre mis manos.

Luego Aiden desapareció, no dejo rastro, no sabía porque lo hizo y nunca nadie lo supo. Él la noche anterior me pidió ir a su casa para decirme algo importante, pero pasaron las horas y nunca llego.

Una lagrima se desliza por mi mejilla al pensar en él, sé que fui tonta, me enfade luego de su desaparición, cuando mi padre me dijo que él se había marchado, pensé que me había abandonado he incluso lo odie.

Pero luego pensé en su última llamada, sé que él pudo haber descubierto algo, pero específicamente no sé qué descubrió, él nunca me dijo nada de lo que averiguaba.

Salto cuando escucho la melodía de mi móvil, la reconozco de inmediato, sé que es el tono para una llamada entrante. Frunzo mi ceño, es tarde, no hay nadie que pueda llamarme a esta hora.

Alargo mi mano y lo tomo, deslizo mi pulgar en la pantalla, frunzo mi ceño al ver un número desconocido, parpadeo un par de veces, acepto la llamada y la llevo a mi oído.

-¿Hola?- Pregunto confundida.

Una extraña respiración se escucha al otro lado de la línea.

-¿Quién es?, esto no es divertido- Murmura tratando de controlar mi voz temblorosa.

La respiración continúa y luego un extraño gruñido, como si se tratase de un animal.

Mi cuerpo comienza a temblar, mi móvil se desliza de mi mano y cae a mi lado, me quedo quieta unos segundos, trago con dificultad y frunzo mi ceño.

Tomo mi móvil con mi mano temblorosa y pago el móvil y lo dejo de nuevo en la mesita, me tapo con las sabanas, mi mente no deja de pensar en la llamada.

Algo dentro de mí se encuentra alarmado, por una extraña razón, algo me dice que debo tener cuidado, cierro mis ojos e intento controlar mi miedo.

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Capítulo nuevo.

Voten para continuar amores.

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