*Capítulo 73*
Shaun Andersen
Las cosas lejos de un hogar tienen sus ventajas si con eso me refiero a que al menos hace la vida más tolerable.
No es que no extrañe en donde viví la mayor parte de mi vida.
Dentro de lo que cabe, la vida. No es tan difícil si uno se mantiene lejos de lo que le causaba dolor de cabeza, quisiera decir que deje de pensar en Stormy, la verdad es que jamás será así.
Es un cliché amoroso del cual estoy pensando que es una idiotez pensar en esto. Pero duele, jodidamente con todo el corazón. Aun así, no digo que la vida es horrible, aunque lo sea.
Pero Stormy jamás me permitirá decir algo así. Aunque ella no está aquí...
Detesto caer en eso de "ella" aunque es inevitable, es como Daria, con su actitud de "no me importa una mierda" pero a veces la veo sostener una almohada como si fuese un bebe, aun duermo en el suelo porque me niego a compartir una cama con ella, es una buena mujer, pero solo no quiero si quiera estar cerca. Es extraña...
Mira quien lo dice, exclamo mientras fijo mi vista en el camino, detesto manejar a altas horas de la noche, pero no es que quiera, es que la paga es lo suficiente para que cada vez mi auto este de regreso. No es que no agradezca a Omar por su "hospitalidad" es solo que quiero regresar a casa. Es lo único que me importa, ahora que las cosas deben de seguir su ritmo normal.
La normalidad es un hecho que se vuelve como un chiste.
Pronto veo a un sujeto hacer el signo de pedir un "aventón" ¿debería dárselo? Definitivamente no, pero tengo una corazonada cuando me detengo y coloco las luces intermitentes, puedo ver como el sujeto corre hacia donde estoy, luego escucho la puerta abrirse.
—¿Vas para el sur? —escucho una voz familiar.
—¿Stan? ¡Cuánto tiempo! ¿hacia dónde vas exactamente, trataré de llevarte lo más cerca posible— parece ser que también lo sorprendí, pues su rostro es de desconcierto.
—No pensé que estuvieras lejos de Trenton, lo bueno es que el mundo es pequeño—dice acomodándose en el asiento del copiloto, lo grandioso es que no tengo que pedirle que se coloque el cinturón de seguridad pues de inmediato lo hace, parece que en cuanto este chico encuentra a alguien es una máquina de lanzar palabras. Me cuenta de sus viajes, de su trabajo lo veo bastante motivado a pesar de la hora que es.
—Tu hermano me contacto, conocí por fin a Patrick. Sabía que ustedes tenían algo, siempre acierto—exclama como si fuese cosa de nada.
¿Qué Michael hizo qué?
—Supongo que sabrás el lío en el que estamos— no sirve nada que me moleste por eso, después de todo yo fui quien le recomendó a mi hermano la ayuda, me cuenta todo con lujo de detalle, incluso me da un frasco, un aerosol para ser más exactos.
"úsalo, solo para emergencias con Patrick" me dice antes de que lo deje en un motel de paso, donde también me detengo.
A veces creo que descansar en una cama donde no conoces, da un poco de asco, aunque el cansancio es tan persistente, simplemente no hay otra manera de decirlo. El lugar está un poco más pulcro de lo que suelen ser estos lugares por lo que dormir no es tan complicado.
Dado a la necesidad del empleo, la carga donde va algo atrasada me levanto un poco más temprano que de costumbre ¿Stan necesitara aun el aventón o se habrá ido? Toco a su puerta, me ve con algo de resentimiento, aunque su sonrisa reaparece de inmediato, se alista mientras yo reviso algunas cosas del tráiler. Todo parece estar en orden, es así como solo aguardo a que llegue a subirse, todo se ha pagado.
Entiendo porque los moteles de paso ganan tan bien, tarifas accesibles e incluso habitaciones decentes es el corazón del negocio. El camino ha sido bastante silencioso, iniciando porque Stan está dormido tan profundo que parece muerto, me he detenido un par de veces por saber si aún está vivo. Con la muerte rondando todos los lados, es mejor estar seguros, el lugar donde descargo la vajilla para una boda parece estar lleno de tensión debido a la cantidad de personas sirviendo ante la pareja glamorosa llena de joyas. Quisiera tener una vida superflua llena de lujos, despilfarros, y egocentrismo.
—No son felices Shaun— exclama Stan que me ha dado una mano para poder terminar antes esta entrega, contando que además invitaría el desayuno. No me culpen.
No soy muy conocido a tener amigos y tener a una persona que hablar sanamente de cualquier cosa, sin filtros.
Este desayuno sabe a gloria, tiene todo lo que me gusta, es crujiente, tiene sal a perfección es completamente la mejor hamburguesa con doble carne, queso blanco con mostaza dulce. Sin duda el que Stan conozca casi todo lugar en el país, le da una gran ventaja para saber de todo tipo de comidas.
—¿Cuánto tiempo les das Shaun? A ese matrimonio. Yo les daré a lo mucho cuatro meses ¡y estoy siendo generoso! —
—Quizás dos, la cara del tipo al ver las decisiones de su "boda" fueron un desastre, ese tipo de "noviecillas" y "noviecillos" son un desastre andando en un mundo lleno de realidad, el dinero no compra la felicidad, aunque, ¿sabes? No me molestaría ser un amargado con dinero de sobra—parece ser la conversación más normales que he tenido, me siento libre más cuando veo que Stan empieza a reírse ocasionando que escupa un par de aros de cebolla, las personas a nuestro alrededor miran un poco, aunque vuelve a su asunto como si nada; es grato sentirse normal.
—Shaun ¡tú ya lo eres y sin dinero! —su risa es tan contagiosa que me uno a él como si fuésemos amigos de hace años, me recuerda a las veces que salía con Eric a comer...
Es extraño, pero aun puedo sentir su presencia como si se tratara de algún aura, claro, cada vez que puedo creo que está en cualquier lugar del mundo haciendo lo que más le encantaba; el alpinismo...
—¿No te cansas de reír tanto? — Stan parece no tomarle importancia, volviendo a reír más fuerte ¡este hombre no se le acaba el aire! ¿Dónde lo apago? es demasiado energético, pronto su rostro se convierte en una mezcla de terror y seriedad. Miro en su dirección, mirando a unos sujetos acercándose a él como si fuese un prófugo de la ley, por suerte este restaurante pidió pago por adelantado pues me remuerde pensar en dejar una cuenta no pagada.
Una de las camareras grita despavorida cuando ve las armas en nuestra dirección.
¿Así es como termina? Stan me levanta de un tirón, mientras corremos dentro de los sanitarios escuchamos las balas caer en todo lo que nos rodeaba con anterioridad, había familias, había trabajadores, había gente inocente, pero solo iban detrás de nosotros.
El hecho de huir por una ventana nos hace sentir como prófugos de la ley, pronto subimos al maldito camión, dirigiéndonos a donde me hospedo pues no es tan lejos de este lugar, incluyendo que tampoco me interesa mucho quedarme ahora. Al llegar nos damos cuenta de que Daria está muerta en la entrada, no podemos hacer más ruido del que quisiéramos, los vecinos no tienen una buena relación con ellos. No dudaran en señalar con el dedo con tal de tener esa falsa sensación de protección.
Stan parece desconcertado, es la primera vez que no dice una palabra.
—¿Esto de quien es obra? Las pruebas tampoco han iniciado...—
—Shaun; sabias que Daria mato a su hijo ¿no es así? —escucho la voz de Omar en una habitación cercana interrumpiendo mi idea.
Stan me mira con algo de temor, ambos sabemos que debemos salir de esta casa, salir, no mirar atrás. En lugar de eso mi estupidez me hace reflexionar; él fue capaz de matar a su hermana ¿Quién dice que no hará lo que sea por ir a matar a un pobre diablo como yo? Eso explicaría las fachas de aquellos hombres que dispararon sin apuntar, son los amigos de este sujeto.
Camino a donde se escuchaba la voz de aquel hombre y hacer lo único que se hacer mejor que nadie. Mentir.
—No tengo idea de que hablas. Daria solo menciono que tenía un hijo, el cual cuidaba su padre biológico. No sé nada más—sé que las mentiras una vez que entran al mundo no pueden parar. Aunque esta ocasión viendo como sostiene un arma mientras sudo como un cerdo me serán suficiente para esto.
Un estallido, el olor a pólvora y la sangre cayendo hacen aparición en un tiempo que parece detenerse al ver el cañón de Omar apuntándome.
Omar cae como una bolsa de basura, frio, sin vida.
—La gente en situaciones familiares son todo un tema. —exclama Stan detrás de mí, dándome unas palmadas en la espalda, lo veo acercarse al cuerpo sin vida de ese hombre, su arma aun deja salir algo de humo del cañón. ¿Todo el mundo en este lugar tiene un arma?
—Esto es lo normal detrás de las cortinas de "moral y ética", deja la sorpresa. — sigue diciéndome, como si me hubiera leído la mente acerca de todo lo que he pensado. No soy un tipo que se asombre de esto, es solo que Stan; el sujeto que me ayudo a dejar una vajilla a una casa, el cual comimos tranquilamente, ahora mato a un hombre como si de nada se tratara, no quiero darle muchas preguntas a este asunto.
Realmente no entiendo qué clase de persona es. O que clase de persona soy. Intento moverme lo mejor que puedo, recojo algunas pertenencias, ropa, dinero, uno que otro empaque de comida.
No quiero nada más, siendo lo contrario de Stan. Revisa en los cajones de ropa cuidadosamente, se lleva algunas cosas que estaban dentro de lugares cerrados con candados.
—No eres un ladrón Frederick—la misma sensación de temor me abruma cuando Stan me mira, es frio, apático e indiferente.
—Todos tenemos que comer Andersen, este empleo, esto de "ayudar" de "cazar", de "enfrentar" criaturas no es algo que te de mucho dinero. ¿Cómo puedo vivir una vida normal? Cuando esa cosa que te persigue, sigue a cientos más, adultos, adolescentes, niños... simplemente no puedo ignorar el hecho de que vivan algo más normal ellos. —
Tiene razón, nunca he sentido lo que es tener una vida normal, ser aquel chico gordo sufriendo bullying por el hecho de que sea solo mi apariencia.
En lugar de eso, mi apariencia, mis logros, mis esfuerzos, mis problemas, pasaban a segundo plano e incluso llegaba a responder esos insultos con golpes "tu hermano al que le falta la ferretería entera en la cabeza" " tu hermano el que vive lejos porque está loco" "Una familia de locos solo falta que Shaun sea de una granja" increíblemente por más problemas que me metí no se respondía en mi nombre; los profesores, directores y todo aquel que me conocía sabía que mis tarde en detención solo se quedarían ahí, al terminar no habría un auto o padre esperandome para llevarme a casa, debo de admitir que en algún momento quise que dejaran a Michael en el psiquiátrico, tenía lo que casi no sentía -atención- entiendo que hacían lo mejor que se les ocurrió y yo, que soy el hermano que debía ser fuerte por su hermano mayor, aquel niño que siempre tenía visiones, que gritaba cada noche en casa, que no le dejaban ir a la escuela normal por temor a que hiriera a otro niño, soy aquel hombre que creció siendo la sombra de su hermano mayor enfermo mentalmente.
Cuando en realidad nunca sufrió eso, sino un ataque sin cesar por parte de criaturas realmente tétricas, aquellas que viven en el pozo de las pesadillas de cualquier persona, donde las aberraciones que sufrimos a lo largo de nuestra vida han sido causadas por eso. Donde no teníamos opción, teníamos un mal diagnóstico.
¿Quién creería que estos seres son de verdad?
Stan, más que nadie se ha dedicado a eso. ¿Cómo cobras por algo que no se sabe si es verdad? ¿Cómo compruebas que es real? Que es un peligro inminente, simplemente no puedes, y los recursos para esto son escasas. O, mejor dicho, prácticamente nada.
Una vez con mis pocas pertenencias, aun veo a mi amigo revisar que más puede llevarse en su viaje. Recuerdo que Omar tenía ahorros guardados en el ático, nunca subí allá, me amenazaba con volarme la cabeza si entraba. Aunque ahora no habrá riesgo alguno, si es que no se convierte en una especie de zombi rencoroso. El pequeño ático está en el cuarto de Omar, Stan parece entender el punto o quizás la curiosidad lo invadía. Rompo aquel gran candado de la puerta del ático, esta así escondido que parecería que rompo el techo de la casa. El polvo simplemente entra en mi nariz quemándome un poco, cuando veo que en realidad es solo un espacio muerto del techo puedo notar dos cajas viejas, llenas de oxido con el mensaje "en caso de emergencia" al pasarlas hacia Stan descubrimos dinero en efectivo en ellas, aun puedo escuchar a ese hombre decirme una y otra vez hasta el cansancio que los bancos eran la peor manera de tener control monetario.
Es demasiado bueno para ser verdad. Lo reconozco, pero en esta vida, los muertos no tienen de que más preocuparse. Stan está feliz, pero siento esa vibra, entiendo el punto de cuidarse siempre, sin pensarlo, saco la exorbitante cantidad de fajos de billetes sobre la cama de la habitación, mi amigo no toca ni un dólar.
La vida es dura, pero sé que él no es un ladrón. Solo está haciendo lo necesario para sobrevivir. Una vez que el dinero quedo en partes iguales, le di más para que le sirviera de ayuda. No hablamos mucho, realmente necesito aprender a ayudar su causa, nuestra causa en esta vida.
Sé que él, ni yo, ni Michael o nadie de los que conozco tuvieron una vida tranquila, pero puedo aprender de ello.
—Stan, como tu conocido... podría aprender sobre lo que haces— su cara no tiene mucha simpatía por mi petición, mi respiración simplemente me deja dudando ¿habrá sido buena idea?
—Únicamente pido completa y total transparencia con todo lo que hablemos, no eres, ni serás nunca mi pupilo. Eres tú y será a tu ritmo, de la misma manera seré transparente e incluso hasta podre aprender. —
—Lo que sea que ayude, después de todo también sé a qué te refieres, es momento que enfrente todo esto como debía—
—Para esto se trata de tener valentía—
—Entonces ya son dos cosas que pides Frederick. De todos modos, es algo que necesito hacer. — el primer paso para todo esto siempre fue la aceptación, el pensar que todo este tiempo me he estado escondiendo no me ayuda en mucho, ahora necesito aprender de mis errores, sobre no tener paranoia, no mirar sobre tu hombro a quienes creo proteger si me voy. Nopuedo hacer mucho si estoy muerto, aunque tampoco es que haga mucho sin saberque hacer.
Después de colocar las cosas en un par de maletas viejas abandonamos el lugar, pensamos en lo sospechoso que se vería dejar mi empleo, así que deje el camión en la central presentando una renuncia por urgencia, la liquidación fue bastante buena, el dinero nunca le cae mal a nadie. Ahora solo falta reparar en su totalidad mi vehículo del cual estará listo pronto, por el momento nos quedamos en un hotel cerca del mecánico intentando idear un plan para estos nuevos planes.
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