*Capítulo 65*

Michael Andersen.

Escuche la regadera, lo cual me hace despertarme extrañado, ¿Heather debería de estar aquí a esta hora? Veo la hora en mi celular y noto la notificación de mi canal; al parecer se ha subido, no le quiero tomar tanta importancia de no ser por el final, no son alucinaciones ante tal ataque de pánico.... quiero no tomarle importancia, realmente que no, por lo que me levanto hacia la cocina, no hay mucho por comer, lo cual saco la leche del refrigerador, cuando escucho una puerta cerrarse, corro escaleras arriba tocando rápidamente la puerta de Heather.

—prepare el desayuno... ¿vas a bajar? Ya son 1 de la tarde –murmuré sonriendo un poco, la veo estar tan asombrada que me da risa.

—eh...si—es todo lo que dice, ¿el gato le comió la lengua?

— ¿estás bien? pareces algo nerviosa... ¿qué es esa marca en el cuello?—acerco mi mano para quitar el cabello que estorba, ¿es un moretón? Solo recibo que de un pequeño paso hacia atrás.

—Todo está bien, bajo en unos minutos—cerro la puerta de golpe, nunca la vi así, ni siquiera cuando entre por accidente a su habitación.

— ¡QUE PASA!... vaya forma de despertar—escucho del otro lado de la habitación. ¿Qué paso? Solo me he dormido menos de una noche y ella ya está trayéndolo a casa... no quiero ni pensar en que mi pequeña hermana, ni tan pequeña, de solo imaginarlo me dan escalofríos, somos adultos , no es posible que me ponga así. Solo camino a fuera de la casa y tomo el periódico, quizás leer las noticias me relaje más que pensar en la vida sexual de mi mejor amiga, poco a poco vuelvo a la cocina donde mi cereal no es más que una masa pegajosa de azúcar, veo como entran Evan y Heather a la cocina como si fuese un extraño

—Buenos días tortolosmusitó tranquilo, exclamo mientras tomaba asiento enfrente de mi cereal.

—¿Qué hora es?—volvió a preguntar

—Hora de explicarme que hace él aquí ¿a qué hora llegaron? no los escuche llegar —hago un rollo con el periódico de pacotilla, no hay muchas buenas noticias, la hoja inicial solo marca asesinatos.

—Eran casi las 11, tuvimos un percance en casa de Jeff así que... pasamos la noche aquí--explico Evan extendiendo su brazo vendando.

— ¿El dúo Koval también está aquí?... De acuerdo... mejor desayunen que estoy seguro que irán a verificar su casa—murmuré, entonces uno de los Koval fue quien entro a la regadera, pensé que con tantas cosas era ella, pero es bueno fastidiarla un poco con tal color— ¿te duele el cuerpo?—

—Si... fue... del susto corrimos mucho—su rostro rojizo no disminuye ni con el pasar de los minutos, noto a ambos incómodos, yo también lo estoy; no es quisiera saber cuándo lo hicieran, prefiero mantenerme al margen de eso, pero a pesar de eso y de la a sexualidad que tenía ella, dudo mucho de la protección de ambos, ¿Por qué lo digo? Porque sé que es espontáneo.

—No quiero ser tío Heather, aun no—la interrumpo con su café preparado por su novio.

— ¿De... de que hablas?...oye subiste el video al canal pero tuviste un ataque ¿cierto?—no intentes cambiar el tema...

—Si olvide tomar mi medicamento, pero el efecto paso y volví a la cama como si nada... aunque no pude recordar el video y estaba la cámara contactada a la conexión de internet—me muevo rápidamente y levanto su cabello dejando a la vista una marca rojiza—sin sobrinos—

Sentencio como si fuera un delito, pero siendo realista, ¿Qué haría ella con un bebé? Es como pensar ¿Qué haría yo con un bebé?

—¡miren a quienes desperté!—anuncio Evan rompiendo la incomodidad del momento, veo a Jeff con el cabello aun húmedo por lo que eso resuelve el asunto de la regadera, ambos se ven fatigados con aspecto de muertos vivientes, por lo que no abro más la boca y oculto el periódico.

Lo que menos quiero es que tengan más miedo a lo que suceda, y no, no es poner una venda en los ojos, después de todo, estoy seguro que se cuidan en extremo.

— ¿qué quieren hacer?... aparte de llamar a los exterminadores en casa de Jeff. Ya que... dudo que nos dejen ir a trabajar a esta hora –dijo Evan

—hoy... me mudo con Jessie—he olvidado empezar a empacar, por lo que dejo de pensar y voy hacia la habitación, no quiero dar vuelta a atrás, quiero una vida normal o al menos un intento de ella. Las cosas empeoran cuando enciendo el televisor y veo que nuevamente las noticias no dejan nada bueno, al menos se encontraron tres cuerpos, esta vez en las afueras de la autopista, todos con la misma palabra tatuada en la muñeca "Rabbit" que si digo más... estarán más paranoicos. De la nada escucho la puerta cerrarse

¿Se han ido sin despedirse?

Pero si me voy esta noche no podré despedirme de los chicos y pedirle a Jeff que esté al tanto de Heather, al menos él es quien ha sido más honesto, cuando menos lo espero suena el timbre. Abro y es Jessie

—te debo un gran desayuno de lo que quieras Mike—dice en cuanto la veo, su sonrisa ladina me reconforta, esto es lo mejor. Un paso a la vez pero firme.

—Creí que te vería allá—alego mientras la dejo pasar a lo lejos veo a su abuelo con una camioneta, me saluda con una sonrisa pero se queda en su lugar.

— Mi abuelo, dice que es bueno ayudarte a empacar, además de que también dejo a tu auto—dice mostrándome las llaves, es un lindo gesto y no puedo evitar no tomar su palabra cuando así solo haré un viaje para las cosas que aunque no son tantas, puede ella empezar a desempacar, los ayudo a subir cosas algo estorbosas como cajas con algunas fotografías, documentación importante y objetos de valor como alguna que otra lámpara por sentimentalismo. Ellos se adelantan; yo les menciono que los alcanzaré esta noche, por lo cual no queda mucho que conversar ante eso y parten.

Quisiera poder pensar coherentemente, cuando todo parece evolucionar de una manera tan rápida que no sé cómo explicarla. Poco a poco la tarde cae, junto con las cajas dentro de mi auto, que algunas debí dejar que se las llevara Jessie y su abuelo.

—Esta noche... ¿es en serio?—escucho a la gritona de Heather ¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Ya había quedado en algo... aunque podría quedarme por esta última noche... ya que después no sabré cuando volveré a visitarte —seré honesto con ella, después de todo tampoco quiero quedarme anclado a Trenton, quizás irme sea lo mejor para todos o a la mayoría.

—recuérdame donde está la casa de Jessie—sus ojos se ven más que tristes, lo entiendo pero debe de comprender que este día llegaría, tiene que ser fuerte y aunque yo no este... la cuidare.

—Cerca de Pensilvania—

Dime la verdad— me arremete de inmediato.

—En Pensilvania— ¿estoy siendo demasiado duro?

—Supongo que... es muy hermoso, todos se van allá— dudo que hablar de eso ayude, sobre todo cuando es una persona tan hermética, pensar que guardar tus pesares es bueno, da un terrible resultado, yo lo sé, lo he intentado.

No te pongas así, hablaremos por Skype y será como si estuviera aun en la ciudad— solo que sin estarlo, aun temo por ella, quisiera que viera la manera de mudarse de Trenton.

— ¿Lo prometes?—

—Lo juro—miro mis llaves por lo que solo tengo la intención de hacerle saber que confió en ella, saco del arillo el par de llaves de mi casa para dejarlas en las pequeñas manos de Heather. —Confió que estará en buenas manos—

—Bien entonces, antes de que empiece a llorar, podría ayudarte a subir tu equipaje—dice ella con lágrimas.

—Solo faltan un par de cajas que guardare en la mañana, será mejor disfrutar esta noche— cierro la cajuela y de sorpresa nada se ha atascado siendo seguido entramos a la casa, la calidez que esta proporciona quiera que nadie quiera irse, se siente tan dulce, con tantos sentimientos que es imposible no pensar en las memorias que se han creado aquí, desde buenos hasta malos.

— ¿oye Heather quieres que ordenemos pizza o podemos cocinar?— ¿A dónde fue? No quiero perder tiempo, además estoy cansado para intentar preparar algo, por lo que sin pensarlo marco al número frecuente de pizza; he sido comprador leal desde hace tanto que ya tienen los números registrados, creo que mis escapadas a este lugar se deberán a tal lugar, en tiempo de nada la orden estaba lista, solo falta que lleguen por lo que me avisan que tienen un evento familiar, así que quizás demore mi pedido.

Por lo que miro en los estantes y algunas botanas junto varias galletas están ahí, eso abrirá mi apetito. Heather bajo junto el Wii U que Shaun me había obsequiado, aún tengo tantas cosas de las cuales preguntar por él. Aun sabiendo todo lo que estamos viviendo prefirió alejarse antes que ser ayudado, quiero sacarme esas dudas pero me atormentan al mismo punto; yo.

Con tantas cosas solo puedo actuar involuntariamente, hasta que noto que ella ha dejado de reproducir el video sobre un gato.

Está dormida, inversa en sus propias peleas.

Mientras que yo sigo con tantas batallas sin resolver, puede que se le considere huir ¿pero que otra opción queda? ¿Quedarme y pelear? ¿Por qué? ¿Por cuánto tiempo? ¿Hasta que mi corazón se canse?

El timbre suena, y el reloj marca las dos a.m. ¿Quién es a estas horas de la madrugada?

Abro la puerta con cautela y veo que es Jerry el repartidor.

—Disculpa que haya sido tan tarde Mike, mi jefe te manda una pizza extra por el inconveniente—dice Jerry apurado

—está bien, aunque no era necesario que la trajeras, es tarde. Quédate el cambio y conduce con cuidado—alego tomando la pizza, es egoísta pero mi estómago reacciona, pago con un billete de cien dólares, sé que es tarde y el cambio no es tan importante ahora, además Jerry lo merece por haberla traído

— ¡wow! Mike gracias y si, tendré cuidado hace rato unos chicos me lanzaron piedras—se va dejándome paralizado, los ataques están a la orden del día, pero no puedo quedarme con la zozobra todo el tiempo, al menos por esta noche quiero estar en paz. ¿Por qué no hacer una vida más plena?

Poco a poco el sol interrumpe mi soledad junto con el descubrimiento de que puedo comer dos pizzas en una noche, creo que debí de haber guardado un poco para Heather...

Solo quedan las últimas cosas antes de partir... respiro profundo.

—Sin escape—escucho al loco encerrado en mi mente...

**************************************

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top