Acuarela.


Para ti, que tienes un poco de azul acuarela en tu corazón.



Cuando miras el cielo, ¿Te has detenido a pensar en algo más allá de que se ve bonito cuando esta radiante?

Y el universo; es oscuro más sin embargo fascina a mucha gente. Lo puedes pintar de tantos colores como se te ocurra y siempre te parecerá hermoso. Tan lleno de misterios, colores por descubrir, estrellas y más posibles universos. Me gustaría poder vivir tanto solo para ver hasta dónde puede llegar a pintarse de color.

Me fascina leer sobre el universo y pintarlo con acuarela.

Otra cosa que amo pintar es el océano, los ríos, las lagunas y el mismo cielo. Creo que tiene los colores más bellos y curiosos, porque juntos crean uno aún más hermoso que por más que lo intente, no puedo llegar a pintar.

Mi color favorito sobre todos es el azul y no me parece triste, si no puro y alucinante. Mi corazón debe ser azul; lleno de mar, universo y pintado con acuarela azul. Sería fantástico que pudiéramos elegir de qué color queremos pintar nuestro corazón. Sería algo realmente lindo.

Muchos me miran extraño cada vez que me paseo por las orillas de la playa o corro a lo largo de la misma, salpicando agua cristalina y girando hasta terminar empapado. Creo que los mejores placeres de la vida son los que la gente normal no ve, aquellos de los que necesitas empaparte hasta la piel para sentirlos infinitos.

Podría pasar toda mi vida pintando con acuarelas, siempre y cuando el azul existiera en mi memoria. Estoy seguro de ellos.

Recientemente encontré un lugar fantástico que me hace delirar. ¿Conoces ese tipo de puente sobre el muelle? La verdad no sé cómo se llaman pero es muuuy alto y todo tu cabello se mueve a todos lados. Es realmente fantástico y amo, amo pintar sobre el.

Es gracioso cuando he escuchado a la gente decir que es peligroso estar ahí y que la vida vale mucho como para querer quitármela ahí encima. Digo, si me muero, ¿Cómo voy a seguir pintando? ¡Ya no podría hacerlo y no quiero eso!

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Mi cabello es azul por obvia razón y se me ve de lujo, claro que sí. BaekHyun suele pintárselo de muchos colores pero dice que el azul es solo mío. Y yo le creo.

No me malentiendas, me gusta el color natural en el cabello pero me gusta que me encuentren con más facilidad si buscan una cabellera azul acuarela entre varios puntitos negros y muy pocos de color.

Siempre me hace sonreír cuando dicen "ah, busque una mancha azul acuarela y te encontré". Se siente bonito.

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Me gustan también las nubes. Puedes encontrarles varias formas y es divertido imaginar si tendrán algún sabor o si serán suavecitas. Me gusta pintarlas de muchos colores y luego reírme porque el mundo se vería mucho mejor si también pudiéramos elegir el color de las nubes, aunque pareciera raro. Muchas veces he levantado mi pincel y juego a que puedo pintar las nubes.

También me gusta la lluvia aunque me sale fatal pintarla, no me queda. Pero no me molesta, bueno, un poco pero lo compenso pintando más universos y océanos.

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La gente que pasa con frecuencia frente a los lugares donde suelo pintar, a veces me ve como si intentaran adivinar mi vida o si tendría algún otro motivo como para estar ahí casi todo el día. No preguntes como me llegue a pensar eso, simplemente me pareció leer eso en sus ojos.

La gente es tan extraña ¿sabes? Les gusta mucho especular de la vida ajena y hacer miles y miles de teorías, como las que salen por los MV de BTS ¿A qué si? Es divertido verlos preguntarse quién soy y que hago con tantas pinturas con color azul.

Veamos, soy un chico saludable en lo que cabe, no me falta un brazo o una pierna, puedo caminar, no me muero de hambre... ¿Qué tiene de especial eso como para armar una teoría? Mi ánimo es bueno y de verdad soy bueno pintando con acuarelas. No me veo un defecto en potencia aparte de que ame comer moras o gaste mucho dinero en acuarelas y papel.

¿Por qué debería tener algún defecto para que les interesara mi vida? Digo, me gusta que me miren pero no creyendo que soy un abandonado o que solo pinto para canalizar problemas inexistentes. Las personas son graciosas ¿no crees?

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En uno de mis tantos paseos por la orilla de la playa, cuando pensaba en que las moras deberían venir en miles de colores, algo golpeo mi cabeza y me hizo caer de costado al agua. Fue más el susto y que no estaba caminando con balance, que el golpe en si aunque fue duro.

Estaba sentándome cuando una mancha de muchos colores apareció corriendo hacia mí.

—carajo, no te vi. Lo siento. ¿Estás bien? —abrí mas mis ojos porque era demasiado alto. Más que JongIn y yo pensaba que él era alto.

Asentí tomando su mano y mirando mi ropa toda mojada, incluso mi cabello parecía algas ahora. El rostro del nuevo poste se puso del color de las fresas, se veía lindo.

—lo lamento. Estás todo mojado por mi culpa.

Negué dándole una sonrisa. En alguna parte del día iba a terminar mojado. Recordé que había recogido lo que me aventó y abrí mi palma para mirarlo. Era una botella de vidrio con un papel en ella.

El chico arcoíris respingo y estiro la mano para quitármela pero fui muy rápido y la pegue a mi pecho, negándole.

—vine a lanzar eso y te golpee, debo volver a intentarlo.

Mire la botella y la señale. El asintió.

—sé que sonara estúpido que alguien de mi edad siga creyendo que si lanzas tus deseos al mar en una botella de cristal, estos se cumplirán. — conforme hablaba, rasco su nuca y miro al mar en varias ocasiones.

Volví a negar y lo tome de la muñeca, comenzando a correr directo hasta el alto puente, mi lugar favorito en el mundo. Me guarde la botella dentro de la chaqueta y empecé a subir, señalándole que tenía que subir conmigo. El blanco termino adornando su cara.

—no puedo, le temo a las alturas.

Hice un puchero en protesta pero termine señalando que nos sentáramos en el muelle y balanceáramos nuestras piernas. Seguro daba risa mirarlo a la distancia por la diferencia de largo en las piernas. No era mi culpa ser tan bajo.

—me llamo SeHun, eem... un gusto conocerte. — doblo su mano hacia mí, sonriendo mientras me miraba.

Estreche su mano con ánimo y levante el índice, corriendo a buscar tantas conchas como cupieran en mi mano. El me miro confuso en todo momento.

Regrese y me puse a acomodarlas en la madera bajo nosotros. Escribí mi nombre y mi apodo y se senté como indio, esperando su reacción.

—"YiXing", "Lay" — leyó con interés, luego me miro con sorpresa y para confirmar lo que pensaba, señale mis labios y después negué. El asintió con una mueca avergonzada. —entiendo, ¿Cómo te gusta que te llamen?

Me puse feliz porque no dejo morir la plática aun sabiendo que no podría responderle. Señale los dos y levante el pulgar. Me gustan los dos.

SeHun asintió y señalo mi botella. — ¿me regresaras mi botella?

Negué por cuarta vez, tome las piedras y las acomode de nuevo. —"es mía ahora"

Su puchero fue el más divertido que había visto. —pero tengo que lanzarla al mar y no puedo si no me la devuelves.

—"color favorito"

Enarco sus cejas y me volvió a mirar con confusión. Moví mis manos para que me respondiera.

Se llevó el índice y el pulgar a la barbilla, luego me miro a los ojos, luego mi ropa y mi cabello. Termine ladeando la cabeza ante eso. —me gusta el color de tus ojos pero prefiero el de tu cabello, parece acuarela.

Juro que mi corazón se detuvo un segundo. Que cosa más bonita había dicho.

Asentí enérgicamente mientras aplaudía, luego señale su cabello y levante los dos pulgares, guiñándole un ojo. Eso lo hizo avergonzarse y reírse.

—no te burles pero creo que es más fácil que te encuentren si llevas muchos colores en el cabello.

Si no fuera medianamente educado, me hubiera lanzado sobre él pero eso lo asustaría. Aun así no pude evitar rebotar sobre la madera mientras nos señalaba repetidamente y señala mi cabello. Creí que no me entendería pero lo hizo.

— ¿verdad que sería genial que pudiéramos pintar todo con acuarela?

Y me levante para taclearlo, olvidando los modales por una vez. Era la primera persona que creía eso como si fuera lo más fantástico del mundo y eso, a mis ojos, lo volvía fantástico.



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YiXing empezó a pintar muchos más universos después de conocer a SeHun. El cabello del alto parecía un algodón de múltiples colores y se le antojaba tomar su pincel cada que lo veía.

El chico de cuerpo fuerte había empezado a frecuentar la playa para poder verlo pintar. En la siguiente ocasión que se vieron, admitió que se sentía atraído a sus pinturas y no le vendría mal aprender un poco.

SeHun estaba estudiando música y acababa de formar parte de un grupo de cinco chicos más que debutarían como estrellas en un futuro. Y vaya que tenía talento. En cuanto composición musical, SeHun era un genio y ya le había mostrado muy buenas melodías que compuso con su guitarra.

—no pasa nada porque no puedas cantar, solo sigue el ritmo y mi voz.

Y vaya que lo hacía. En más de una ocasión llego a pintar a SeHun mientras este tocaba y cantaba y para dar a entender que su música era preciosa, pintaba destellos blancos alrededor del alto. SeHun terminaba fascinado por lo que pintaba al final de la tarde.


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También conoció a algunos de los amigos de SeHun, igual de locos y maravillosos.

Debido a lo bien que se llevaban y lo amable que el músico era con él, empezó a pensar en la opinión de los demás. Porque SeHun era un hombre maravilloso y con mucho futuro por delante, mientras él... seguía pintando en vez de hablar.

Estaba pensando demasiado tal vez, SeHun no era como los demás. Él no iba a hacerlo a un lado y lo había demostrado.

Aun así no se explica por qué le dolió tanto cuando vio al alto sonriéndole con ganas a un rubio que cantaba y bailaba dando muchos giros. La voz de aquel rubio era bonita y parecía estarle recitando un poema sobre las aves y el mar, algo que el jamás podría hacer.

Apretó el bloc de pintura y bajo la cabeza, sintiéndose insignificante en una fracción de segundo. Se mordió los labios y creyó por primera vez en lo que la gente decía cuando le veía.

Sus acuarelas no iban a darle una voz con la cual cantarle a SeHun que se había enamorado de él. Ni el más precioso de los azules podía calmar el dolor en su corazón.

Por eso se dio la vuelta, dejando el bloc más pequeño sobre la banca por la que paso. Ya no le importaba.

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Desde aquel día, YiXing empezó a huir de SeHun. Dejo de ir más tiempo al muelle para no encontrarlo, incluso iba cuando el mayor tenía ensayo y escuela, impidiendo que se vieran.

Estaba confundido y dolido consigo mismo y mientras miraba a SeHun esperando en el muelle mientras miraba al cielo, le hizo reafirmar que estaba tan enamorado del cantante. Tanto, que le dolía admitirlo.

No había pensado en alguien de manera amorosa. Lo más cercano fue lo que sintió por el alto hombre rubio al que pinto de camino a casa, porque el chico serio tomaba el mismo transporte que él. Tiene muchas pinturas del rubio y su corazón brincaba cada vez que lo veía. Mas sin embargo, el sentimiento era muy diferente a lo que sentía por SeHun.

A SeHun lo deseaba ver a cada minuto, hora y en cada suspiro. Ver sus ojos, su sonrisa y su cabello de colores.

¿Qué el amor no debería ser una sensación bonita? Como el rosado con el que pintaba cerezos en el lienzo, rojo como sus labios después de comer fresas.

¿Por qué le dolía como cuando la contaminación le impedía pintar todos los colores? No, incluso dolía más que eso. Dolía más que quedarse sin acuarelas, sin papel o arruinar una buena pintura.

Incluso dolió más que el rechazo de sus padres. No podía ver ningún tono cálido en ese amor.

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Había pensado en que no tenía nada más que perder. Se plantó frente a sus padres con todo el coraje que creyó olvidar y lo escribió entre temblores.

"Soy gay."

El primer golpe se lo esperaba. Su madre se llevó las manos a la boca mientras gemía horrorizada. Y su padre, su frio padre, le estrello el puño en la mitad del rostro y lo agarró del cuello de la camisa.

—no tendré un jodido marica como hijo.

Lo soltó con rudeza, estrellándolo contra la pared. YiXing metió las manos a su bolsillo y saco el juego de llaves de aquella casa y se marchó después de hacer una corta reverencia. Solamente les agradeció por haber cuidado de él en el pasado y se marchó con el corazón roto.

La gente lo miraba consternado por su labio roto, el moretón en el pómulo y la mirada perdida.

No fue a decirles con la esperanza de que lo aceptaran, aunque lo hubiera agradecido, solo quería dejarles en claro quién era.

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Soplo cada una de las pequeñas hojas que fue arrancando de su cuaderno, hipando para evitar volver a llorar. Se sentía fatal y deshacerse de sus pinturas lo hacía sentir un poco mejor. Así no podría recordar porque estaba llorando.

¿Por qué la vida se las había ensañado con él? Amaba los colores de las acuarelas pero también amaba a SeHun y por más que le pintara su amor, jamás iba a poder decírselo con su propia voz. Y otros más si podían, por eso se sentía más triste.

Fue la primera vez donde pintar no lo hizo feliz y donde el azul de sus acuarelas se mezcló con sus lágrimas en lo alto del puente del muelle.

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Si se lanzara ahora mismo, la gente por fin podría hablar con ganas sobre él. Del pobre chico mudo que pintaba con acuarelas frente al mar. Del pobre chico que empezó a pintar para no deprimirse porque evitaba hablar después de la enfermedad, porque no podía cantar las canciones que le gustaban. Del pobre chico que había sido echado de su casa por desear volverse un pintor en vez de un abogado al igual que su padre. Del chico que les confeso a sus padres que era gay y su padre lo había golpeado, mostrándole lo repulsivo y decepcionante que era. Del pobre chico que no paraba de pintar en acuarela azul para no sentirse vacío y que la tristeza no lo pintara a él. Del pobre chico que se enamoró de un talentoso músico al que jamás podría cantarle que lo amaba.

Hablarían de él, quien adoraba pararse a una gran altura e imaginar que era infinito y que los colores que tanto amaba pintar, también estaban en él.

Sabrían que el azul es su favorito porque representa su tristeza y su paz en una sola pincelada. Sabrían que en un inicio odio pintar y no quería.

Por eso seco sus lágrimas y tomo impulso para saltar. Esta vez lo haría sin que SeHun lo viera y se tardaría en salir todo lo que quisiera. Tal vez hasta que todo lo azul del mar se impregnara en su corazón.

Sin embargo, cuando se acercó a la orilla, tuvo miedo. Tanto miedo que se hecho hacia atrás y se aferró a sí mismo, temblando y jadeando. Ahora quería bajarse pero no podía, tenía miedo.

— ¡YiXing! — el grito de SeHun le hizo dar un brinco sobre la madera. Solo así se dio cuenta de que estaba sentado sobre sus piernas y sus dedos se cerraban en los tubos.

SeHun realmente estaba ahí.

— ¡no te muevas, iré por ti! — no soñaba. SeHun de verdad estaba subiendo al puente a pesar de su fobia a las alturas. Subía por él. —tranquilo, estoy aquí. — una vez en lo alto, el rubio se acercó a abrazarlo con fuerza.

—...H-Hun.... — su garganta dolió como el diablo pero de verdad deseaba decir su nombre. —SeHun...

Y el músico se quedó en shock, sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas. —E-estas... estás hablando.

—d-duele mu-mucho...— YiXing apretaba los hombros del mayor por el dolor en su garganta y la emoción de tenerlo rodeando su cuerpo. —SeHun...

Ambos permanecieron en esa posición hasta que el cielo se oscureció y las primeras estrellas empezaron a brillar. Después, se quedaron abrazados, mirando el cielo y eligiendo las que más les gustaran. SeHun no dejo de tomar la mano de YiXing y besarlas, haciéndolo sonrojar.

—debes responsabilizarte por que he vencido mi fobia por ti. — soltó de pronto, mientras Lay permanecía recostado contra su pecho y sus manos jugaban con las propias. —así que no se te ocurra volver a huir de mi o tirar tus pinturas. Tampoco puedes irte cuando quiero confesarme, eso no se hace.

YiXing empezó a reírse, recibiendo besos en las mejillas y en la cien.

— ¿de qué te estas riendo? ¡Lo digo enserio! —SeHun lo volteo mientras intentaba hacerle cosquillas, ganando que el menor cayera encima suyo y sus rostros quedaran a un suspiro de distancia.

—por qué...— el chico tomo aire. —estoy tan enamorado de ti que no tengo pensado dejarte ir, incluso si tengo que pintarte en un cuadro para que no puedas irte.

Esta vez fue el rubio quien se rio. —no tiene sentido estar en un cuadro si no estás conmigo.

—mejor dame un beso. —el pintor no lo dejo pensar para cuando ya había estampado sus labios con los suyos y apretado sus mejillas. —ahora eres mío.

—estoy de acuerdo pero ahora necesitamos pensar en algo más...— asintió SeHun acariciando las mejillas de Lay.

— ¿Qué cosa?

— ¿Cómo vamos a bajar? —el rosado de las mejillas de SeHun bajo al igual que todo el color de su rostro. —creo que aún no lo supero.

Y YiXing se volvió a reír, abrazándose a su pecho. No sabía cómo bajar sin tener que lanzarse o bajar por donde subieron, las dos harían gritar a su SeHun. Por lo mientras, quería quedarse abrazado a su músico, por ese día y por el resto de los que vinieran.



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FIN

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