ABBY. 

El amanecer estaba llegando, a como pudimos escavar en la tierra bajo un árbol, habíamos logrado hacer un hoyo, Trevor había terminado de enterrar a Dereck, destrozados era poco, cada uno había perdido las palabras, el describir como nos sentíamos era imposible, me siento en el suelo cuando un mareo me golpea, cierro mis ojos unos segundos, todos guardamos silencio alrededor de la tumba de Dereck. 

No había esperanza, estábamos cansados, aun faltaban dos días de viaje, no teníamos tanta agua, no habían casas cerca, el camino por el que íbamos era una calle que parecía no tener fin, alrededor solo habían árboles, lo único buena era que casi no nos topabamos con muertos, solo unos cuantos y Trevor o Allan se encargaban de ellos, Celia algunas veces descargaba su furia contenida con alguno, yo simplemente no podía acabar con uno y luego no vomitar. 

—Dereck no se merecía esto— Murmura Allan rompiendo el silencio. 

—Nadie merece acabar así— Responde Celia luego de un breve silencio —Enterrado aquí, sin que su familia esté presente, ni siquiera sabemos bien donde estamos— 

—Continuemos, no quiero perder a ninguno, mientras más nos apresuremos más pronto estaremos seguros— Interrumpe Trevor. 

Abro mis ojos y lo miro, su rostro se mostraba cansado, la luz en sus ojos se había apagado, su amigo había muerto y no había tiempo ni siquiera para llorarlo, esto era injusto. 

Trevor sacude sus manos y se gira tomando su mochila y colocándosela, lo miro y en mi corazón se hace un hueco, ni siquiera una mirada, desde que esto ocurrió es como si nuestra relación hubiera terminado, no lo entiendo, ¿En que nos habíamos convertido?, en simples sobrevivientes?, bajo mi mirada a mis manos y observo el anillo de compromiso, esto ya no servía, no valía, el mundo había cambiado, y era estúpido que me preocupara por esto cuando no sabía ni siquiera cuanto nos quedaba de vida. 

Una mano se extiende delante de mi, elevo mi mano y observo la suave sonrisa de Allan, suspiro y acepto su ayuda para levantarme, luego el me pasa mi mochila, la acomodo en mi espalda, mi mirada se dirije a Trevor, Celia camina junto con él. 

—Esto es como una pesadilla, una de la que no puedo despertar— Susurro. 

—Todo estará bien cuando lleguemos donde el ejército está evacuando personas— 

Eso espero, no puedo esperar por acostarme en una cama y descansar, por tomar una ducha con agua tibia, por comer bien, por sentarme en un lugar tranquilo y decirle a Trevor que estoy embarazada. 

—¿Fue positivo o negativo?— Pregunta Allan, parpadeo y lo miro sin comprender, el sonríe levemente, sin que esa sonrisa llegue a sus ojos —Sabes de lo que hablo— Murmura —El secreto—Susurra bajo, solo para que yo escuche, entre abro mis labios y trago con dificultad. 

—Bueno, yo... — Digo perdiendo las palabras. 

—No tienes que decirme, después de todo es a él quien debe saber—

—Fue positivo— Susurro sin mirarlo. 

—Oh.... Vaya, eso es—

—Lo sé, sucedió en el peor momento de la historia— 

—Él estará feliz— 

—¿Tú crees que lo estés?, no hemos estado bien últimamente—

—Bueno, creo que el amara saber que será padre— 

Mi mirada se centra en la espalda de Trevor, él lleva varios metros más adelante, por lo tanto no los escucha, observó como Celia lo mira y le dice algo, ambos sonríe y mi cuerpo se tensa. 

—Quiero que seas sincero conmigo— Le digo bajo, casi con un profundo temor que no podría describir, los latidos en mi pecho se aceleran. 

—Dejame adivinar, ¿Es sobre Celia?— Pregunta sin mirarme. 

—Trevor, él... — Humedezco mis labios y me quedo sin palabras, trago con dificultad —¿Él me ha engañado?—

Allan guarda silencio, y el temor dentro de mi aumenta, su expresión es neutra pero el silencio que mantiene me hace pensar lo peor. 

—Deberías preguntarse a él, ¿No crees?—

—Pero tu siempre estás con él, cuando salen, no sé, eres su amigo—

Lo miro esperando que me de una respuesta, pero el se mantiene en silencio, y con algo de duda, frunzo mi ceño, ¿Eso quería decir que si?, casi pude escuchar mi corazón romperse, pero aquí no había tiempo para lamentarse, era momento de estar alerta y sobrevivir. 

—¡Vienen varios!— Grita Trevor, vuelvo mi mirada. 

Varios muertos salieron de entre los árboles hacia la calle, y ahora venían hacia nosotros, eran bastantes como seis, el horror recorrió mi cuerpo.  Allan que estaba a mi lado corrió hasta que llegó junto a Trevor. 

Celia sostuvo el tubo que se encontró en el camino, Trevor prefirió buscar el cuchillo para no hacer ruido con el arma, además de que las balas serían utilizadas sólo para emergencias, Allan atacaria con un tubo. 

Apresure mi paso hasta llegar a ellos, frunzo mi ceño al ver que tres más salen del bosque, esperaba que no aparecieran más, si no sería imposible contra todos ellos. 

—Son muchos, pero podemos deshacernos de ellos— Murmura Allan. 

Busco mi cuchillo en el bolso y lo aprieto en mi mano, Trevor se giro y me miro. 

—Ten mucho cuidado— Dice elevando sus cejas, trago con dificultad y asiento. 

Allan no espera y corre hasta el muerto que viene más cerca, el grita y entierra el tubo metálico en la cabeza del muerto, hace un gesto de desagrado y lo saca, el cuerpo cae sin moverse, Trevor también avanza y se lanza contra otro, Celia espera a que lleguen a ella. 

Camino hasta acortar la distancia con uno, los latidos en mi pecho son fuertes, ya había acabado a uno, pero esa vez todo fue tan rápido, no estaba pensando con claridad, ahora parecía tan difícil enterrarlo un cuchillo en la cabeza. El muerto era una mujer, tenía la mandíbula caiga, le congaba de poca piel y musculo, las náuseas me golpearon, estaba cubierta de sangre, la ropa sucia, el pelo revuelto y sucio, los ojos empeñados en algo blanco y opaco, la nariz comida, retroceso varios pasos de forma torpe. 

El terror me golpea junto con el asco, mi respiración se acelera, de pronto un cuchillo traspasa la cabeza de ese muerto viviente, Trevor me mira y deja caer el cuerpo, llevo mi mano a mis labios y sin poder evitarlo me inclino y vómito, mi cuerpo tiembla. 

—Abby, mantente alejada— Advierte rápido, niego con mi cabeza, quería ayudar —Aun estas débil, puede ser peligroso si te enfrentas a alguno— Es lo único que dice para volver a donde hay más muertos caminando juntos. 

Elevo mi rostro y miro como ellos acaban con los muertos, Celia lo hacía descargando su ira, Allan tenía ya el rostro cubierto de sangre pero no se detenía, Trevor lo hacía con gran facilidad, frunzo mi ceño al ver que salen más. 

—¡Son muchos!— Grita Celia preocupada. 

Jadeo al ver que Allan es atacado por dos, el trata de apartarlo y evitar que lo muerdan, Celia y Trevor también están ocupados, actuó de inmediato. 

No dejaría que nadie más muriera. 

Corro hasta donde esta Allan, y atacó a uno de los muertos por detrás, hundiendo el cuchillo en la parte trasera de la cabeza del muerto, retiro rápido el cuhicllo, la sangre resbala por mi mano, y varias gotas salpican mi rostro, ahora Allan puede acabar con el otro. 

Grito cuanto siento un peso en mi espalda, me giro y forcejeo con uno de los muertos, este tiene más fuerza, es un hombre grande, caigo y el muerto conmigo, este intenta morderme, pero con rapidez, Allan entierra el tubo en la cabeza del muerto, más sangre me salpica, hago un gesto y tiro el cuerpo hacia un lado. 

Me siento y alarmada miro si hay más cerca, pero lo único que veo es como Trevor acaba con los últimos tres que había, el jadea cansado, y luego se gira mirándome, el enojo quemando su mirada. 

—Te dije que te mantuviera alejada, te dije malditasea que no te acercaras, ¡Por un demonio que nunca me escuchas!— Grita llegando a mi y levantandome del suelo, el sostiene mi brazo con fuerza, lo aparto de forma brusca y lo miro con enfado. 

—Basta, ella me ayudo— Interviene Allan frunciendo su ceño colocándose en medio de Trevor y mío. 

—No te metas, hijo de puta— Dice con molestia. —Y olvidate de estar cerca de ella nuevamente—

—Estas siendo un idiota Trevor, escuchate, el estaba apunto de ser mordido— Señalo con enojo, el me mira y su mandíbula se tensa. 

—Y por poco terminas siendo mordida tu—

—Somos un equipo, estas siendo egoísta, no podemos dejar que alguien más muera—

Trevor me mira el toma mi brazo y me hace alejarme de ellos, su mirada se centra en la mía. 

—¿Te gusta?, ¿Ese hijo de puta te gusta?— Pregunta entre diente, frunzo mi ceño mirándolo incrédula. 

—¿Estas hablando enserio Trevor?, ¿Te estas escuchando siquiera o viendo como estas actuando?— 

—Te he visto, y he visto como ese te mira, como pasan tiempo juntos— Acusa entre dientes, profundizó mi ceño. 

—Con que derecho dices eso cuando tu hablas más con Celia que conmigo—

—¿Y eso que tiene que ver?, ¿Es diferente?—

—¿A sí?, y porque es diferente según tu, porque tengo que ser la única estúpida en esta relación, que me engañas y sigo ahí de idiota?— Pregunto molesta, el frunce su ceño. 

—¿De qué mierda estas hablando?– Pregunta enojado y confundido, aprieto mis labios ante su cinismo. 

—Vi como la miras, como le sonríes, ¿y sabe que es lo que más detesto? — Pregunto en un hilo de voz, el relaja su expresión al verme llorar —Que cada vez que estas conmigo pareces enojado y frustrado, pero cuando estas con ella te vez feliz— Digo con voz quebrada. 

—Abby, eso no es verdad— Murmura dando un paso hacia mi pero me alejo y niego. 

—Escucha Trevor, solo dime que no quieres seguir conmigo, no tienes que fingir que quieres seguir con esta relación cuando es evidente que no— 

—¿Que?, Abby, que mierda estas diciendo—

—Solo se sincero conmigo— Susurro —Eso me lastimaria menos—

El me mira frunciendo su ceño, entre abre sus labios para decir algo pero el ruido de algo lo detiene, todos nos quedamos extrañados y en silencio, hasta que algo se hace visible en la calle, entre cierto mis ojos. 

—¡Hay que esconderse!— Exclama Trevor, el toma mi brazo y me hace correr hasta los árboles cercanos, nos escondemos detrás de varios árboles, el hace un gesto para que guarde silencio. 

—No entiendo, son personas, personas vivías, podemos pedir ayuda— Susurro confundida. 

—No sabemos que clase de personas son, podrían querer quitarnos las provisiones y no tenemos mucho—

El sonido se escucha más cercano, son varias motocicletas, trago con dificultad y mi cuerpo tiembla cuando se detienen en la calle. 

—¡Salgan de ahí!, ¡Sabemos que se escondieron!— Grita una voz de hombre, miro a Trevor con miedo. 

Celia y Allan se encuentran en unos arbustos, todos guardamos silencio. 

—No nos hagan ir por ustedes, si lo hacemos no les ira nada bien—Dice otro, me tenso. 

—Okey, les daremos cinco segundos, si no salen iremos por ustedes y no será nada bueno— 

—¡Uno!— Comienza a contar, abro mis ojos —¡Dos!... ¡Tres!—. 

Miro como Trevor sale a la vista, llevo mi mano a mis labios. 

—Esta bien, esta bien, aquí estoy, soy yo—

La risa de uno de los hombres se escuchan. 

—No te quieras pasar de listo muchacho, no estabas solo—

El silencio se forma dando espacio a la tensión. 

—¡Lo siento!, también estoy yo— Escucho la voz de Allan —No hemos visto a más personas y nos asustamos—

—Lo comprendo, es sensato el no querer interactuar con personas desconocidas, es una lástima que se encontrarán con nosotros— Murmura el hombre. 

—¿Porque?— Se atreve a preguntar trevor desconfiado. 

—Verás, la comida es difícil de encontrar o por lo menos obtenerla, sin que esas cosas nos ataquen, al igual que el agua, y bueno, pues entenderás que es más fácil tomarla de otras personas— Explica con hipocresía, aprieto mis labios manteniéndonos oculta 

—No tenemos mucho— Dice Trevor. 

—Denos lo que tengan, todo vale en este timpo— Ordena. 

—No sobreviviremos si nos quitan esto— 

—Estamos viviendo la ley de la supervivencia del más fuerte muchacho, y comprender que no nos quieran dar sus alimentos, pero no hay opción— Murmura el hombre, escucho como truena sus dedos y de inmediato armas cargandose se escuchan, abro mis ojos. 

—Esta bien, esta bien, no tenemos porque llegar a más— Dice Allan. 

Las mochilas de Allan y Trevor son entregadas a esos tipos, uno de ellos ríe. 

—De verdad que no había mucho por aquí— Murmura uno de ellos, aprieto mis labios. 

—Espero que puedan llegar lejos, y sentimos haberles quitado sus provisiones— Dice el hombre con hipocresía. 

Luego se escuchan como las motocletas se ponen en marcha, espero unos minutos para salir, al igual que Celia. 

Ahora teníamos menos de la mitad de las provisiones que teníamos, no aguantaríamos un día más si no teníamos comida y agua. 

                                ...... 

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