-Bueno, ¿cómo está Blas?- pregunto Raúl.

-Bien, de momento bien. Sus signos vitales están bien y es capaz de comunicarse a través de parpadeos. Quizás es muy pronto para asegurarlo pero creo, sinceramente, que su recuperación será bastante rápida- comentó pensativo el mayor.

-Me alegro mucho tío pero...

-¿No acabas de entender como encajas tú en todo esto verdad?- acabó Manuel la frase por su sobrino.

-Exacto...- puntualizó este.

-Pues bien, el caso es que al comunicarnos entre parpadeos, le pregunté que si tenía familia y me respondió que sí. Eso significa que no se imagina ni por asomo que sus padres fallecieron hace diez años y ahí, es donde necesito tu ayuda. Blas necesitará ayuda psicológica para asumir esa terrible pérdida y pensé que quizás Vanessa se podía hacer cargo de su caso cuando le diesen el alta provisonal en el hospital- comentó dubitativo.

Manuel era consciente del favor tan grande que le estaba pidiendo a su sobrino.
Desde que había formado la clínica, su novia y futura prometida nunca se había encargado de ningún paciente masculino de mas de dieciséis años. Llamémoslo celos o una actitud demasiado sobreprotectora por parte de Raúl pero, el detalle es que ese hecho nunca había ocurrido...

-Tío, Vanessa nunca se ha encargado de un paciente masculino. No estoy seguro de que sepa como hacerlo y ya sabes que la salud del chico es lo primero- quiso excusarse este.

Manuel, sin embargo, que ya se esperaba una reacción similar, ya tenía preparado el contraataque.

-Hijo, entiendo que no quieras cambiar el método de trabajo que llevas usando todos estos años pero entiende mi posición también.
Vanessa es una psicóloga muy buena y una fisioterapeuta inmejorable. No hay un solo paciente que haya pasado por sus manos que no se haya recuperado, y no encuentro mejor profesional para que se encargue de Blas. Además, no creo que le haga demasiada ilusión enterarse de que su novio duda de sus capacidades...- dijo Manuel dejando caer esto último.

El doctor sabía de sobra que a Vanessa no le haría ninguna gracia enterarse de eso. A esa mujer le gustaban los retos y no le gustaba que le dijesen que no podía hacer algo. Era el claro ejemplo de que el refrán que dice "Si quieres, puedes" era muy cierto. Nunca aceptaba un no por respuesta y siempre luchaba, hasta en final, por lo que quería.
Esa, era una de las virtudes que más apreciaba la gente en ella.

-¡No dudo de ella! Es solo que...- dijo y, al darse cuenta de que tenía la batalla perdida trató de enmendar su error- Esta bien, si ella acepta el caso, yo no me opondré- y apretando el botón del interfono hablo con su secretaria- Naomy, ¿podrías avisarle a Vane de que en cuanto pueda se pase por mi oficina? Pudiendo ser, cuanto antes mejor...

Puede que ser que os suene raro, mal o incluso fuera de lugar, pero el interior de Manuel estaba luchando para que no se notasen las carcajadas que estaba reprimiendo. Bien mirado, la situación era algo irónica: Raúl, intentando enmendar una situación causada por sus celos, pidiéndole ayuda a su secretaria, la cual esta enamorada o encaprichada con él, para que le hable a su novia, que es la única que podría ayudarle ahora mismo. Porque quedarle mal a su tío nunca fue considerada una opción.

-Claro doctor, enseguida le aviso- respondió la siempre servicial secretaria

En la oficina se hizo un silencio incómodo que no duro demasiado, afortunadamente. La puerta de abrió dejando paso a la psicóloga y fisioterapeuta mas talentosa que Manuel había visto en toda su vida.

-Dime Raúl- contestó agitada Vanessa al entrar, probablemente de correr para acudir al llamado, pensando que solamente se encontraría a su novio en la oficina- Oh, hola Manuel. Disculpa, no tenia ni idea de que estarías aquí.

-No te preocupes, disculpas aceptadas- comentó el mayor sin ninguna importancia causando un leve sonrojo en las mejillas de la joven.

-Por favor cielo, siéntate. Mi tío quería hablar contigo- le aconsejó Raúl a su novia

-Raúl, ya te he dicho que los motes cariñosos en la oficina no, por favor- dijo, como quien regaña a un niño pequeño, ella.

Desde muy pequeña, cuando descubrió su vocación, había decidido que cuando se pusiese a trabajar siempre separaría lo personal de lo profesional. Había visto muchos casos de personas que habían estropeado sus relaciones por mezclar ambos ámbitos; si bien la mayoría habían sido películas, a su edad sabía que no todo en la television era ficción y que algo real tenía que esconderse tras aquellos argumentos. Definitivamente, la ruptura de sus padres por este motivo, no hizo más que acrecentar la decisión inicial de la niña.

-No tiene nada de malo Vane- dijo él con una dulce sonrisa- Mi tío ya sabe de nuestra relación.

-Aún así, no me parece correcto...

-Vane- dijo el mayor cogiéndole una mano, captando así su atención- Lo que ha hecho Raúl no tiene nada de malo en realidad. No pasa nada porque te dedique alguna palabra bonita porque lo importante os lo decís con vuestra manera de miraros, de actuar cuando tenéis al otro cerca. Hace falta estar ciego para no darse cuenta de que estáis totalmente enamorados el uno del otro así que no reprendas al pobre chiquillo. Solo dejate mimar un poco.

¡Holi! Aqui estoy de vuelta con otro capítulo nuevo. Esperó que os guste y os quería comentar una idea que me dio una de las lectoras de la historia.
¿Que os parecería que hiciese un grupo de Whatsapp de la novela? Seríamos algo así como él AmnesiaSquad (okno😂) pero me entendéis. Sobre todo me gustaría que mas que un grupo de una novela que fuese una familia.
¿Os gustaría entrar? Solo pasarme vuestro numero por privi pls😊

No os olvidéis de darle a la estrellita y comentar😘😘
Att:Vane💕🌹