Capítulo 2
La habitación continuaba en la misma penumbra que la alumbraba días atrás. Las blancas paredes estaban teñidas de un color grisáceo debido a la escasa iluminación, pensada así para que los rayos de sol no dañasen las retinas de paciente en caso de un posible despertar. La camilla, situada en él centro de la habitación, estaba rodeada de varios aparatos que permitían la vida del ocupante de la habitación.
Al acercarse a la camilla él doctor comprobó con pesar que todo seguía igual, a pesar de las pequeñas esperanzas que se habían ido forjando en su corazón a cada paso que se acercaba.
Sin explicación alguna, sintió una necesidad superior a él de sentarse en esa camilla a hablarle al chiquillo que había visto crecer y morir a la vez; por eso despidió a la enfermera Mayalen y tras rogarle que volviese en treinta minutos si no la requería antes procedió con su antiguo ritual.
Se sentó en la cama, le cogió la mano al que ya consideraba como su hijo y empezó a hablarle
-Blas, hola... Ehh... sé que hace mucho que no vengo por aquí pero es que desde que Laura me faltó, me cuesta cada vez mas venir a verte. Cada objeto en esta habitación tiene asociado un recuerdo y parece mentira, pero... Aun duele.
Hoy Mayalen me ha dicho que había posibilidades de que despertases pues tus constantes vitales parecían haber experimentado algún cambio pero supongo que, otra vez, las esperanzas de que despiertes se vuelven a reducir a un uno por ciento. A ese uno por ciento al que Laura, la mujer que te quiso con toda su alma y que te cuido como si fuese tu madre, se aferro para hacerme cumplir una promesa que a día de hoy mas bien es casi un lastre.
No me malinterpretes, te quiero y eso no va a cambiar, pero cada vez que vengo aquí y te veo atado a esta cama sin que pueda hacer nada por evitarlo noto que esa promesa pesa más que nunca. Pesa porque siento que le estoy fallando a la mujer que mas amé en toda mi vida, porque siento que te estoy fallando a ti y casi fallándome a mi mismo...
Cuando llegaste a este hospital te convertiste en un reto para todos y cada uno de los médicos que trabajábamos aquí; para Laura y para mi, después te convertiste en una promesa: en la promesa que hicimos de salvar vidas al graduarnos, en la promesa que hicimos de salvarte... Para ti no pasa él tiempo sin embargo, yo en estos años he perdido tantas cosas que casi me da miedo hacer la cuenta.
Ahora mismo estoy sólo Blas.
Se que eso a ti no te dice nada, pero al menos dale un gusto a este pobre viejo que te ha visto crecer y vuelve a la vida. Despierta por favor...
Él doctor suspiró sabiendo que sus ruegos serian vanos, como siempre. Pero esta vez se equivocaba. Se levantó dispuesto a soltar la mano del que al fin y al cabo no era mas que su paciente y abandonar la habitación.
Extrañamente algo se lo impedía
El doctor era un hombre de ciencia y por tanto poco dado a fiarse de sus presentimientos. Para él, los presentimientos eran una tontería de la sociedad porque no tenían ninguna base científica pero esta vez, algo le impulso a quedarse. Llamémoslo curiosidad o que no tenía nada mejor que hacer que pasar unos instantes más en aquella habitación, el detalle fue que se quedo allí sujetando la mano de Blas un rato más.
Tuvo buen motivo para ello pues a los pocos segundos notó una presión.
Se giró para ver si la enfermera había entrado sin su permiso en la habitación, quizás para avisarle de que la media hora ya había transcurrido, pero su sorpresa fue bastante grande al descubrir que estaba solo. Volvió a girar la cabeza y encontró al joven ocupante de la habitación con los ojos abiertos como platos tratando de sujetarle la mano.
Tras la impresión inicial, que no vamos a negar que poca precisamente no fue, su profesionalidad se impuso y corrió hacia él monitor para empezar a comprobar todos sus signos vitales. Ensimismado en su objetivo no se dio cuenta de que la enfermera Mayalen había entrado en la habitación.
-Ve como le dije que parecía dar señales de conciencia?- dijo con una sonrisa socarrona la enfermera
-Mayalen, por favor, después bromeamos todo lo que quieras pero ahora mismo, necesito que vayas a por él doctor Martinez y le digas que avise al equipo de doctores que llevan este caso. Los necesito aquí lo antes posible
-En seguida doctor
La enfermera era así: tomaba muchas confianzas con la gente que trataba a menudo y a veces se pasaba de lista como diría el doctor, pero a la hora de la verdad era una de las enfermeras mas eficientes que Manuel había visto en todos sus años como galeno.
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