A Vanessa, en el corto lapso de tiempo que pudo ver la mirada de Blas, le pareció ver una sombra de miedo. Pero, ¿miedo a qué?
Por un momento, le dio la impresión de que estaba avergonzado por algo, aunque en realidad no tenía mucho sentido pues, en su situación, no podía hacer nada incomodo para alguno de los dos. En teoría vaya...

Y fue ahí cuando se le encendió la bombilla a nuestra doctora.

-Blas, te recuerdo que con un parpadeo me das una respuesta negativa y con dos parpadeos me dices que si- le comentó sonriente

Fue entonces cuando Blas volvió a girar la cabeza y su mirada volvió a chocar con la de Vanessa. Parpadeo dos veces y fue entonces cuando Vane entendió que su idea había dado resultado. Blas se había olvidado de como iba el método de los parpadeos y por eso no le había contestado. Se sintió avergonzado por haber olvidado algo tan simple, se dijo a si misma.

Fue en ese momento, aunque ella lo sabría mas tarde, en el que Blas entró en su corazón. Le había parecido tan tierno el hecho de que se avergonzase por haber olvidado el método, que en lo mas profundo de su ser le entraron ganas de achucharlo. Aunque como ese sentimiento tenia muchas capas de emociones que traspasar para llegar a la superficie, se fue degradando y lo único que le llego a la superficie fue una sensación extraña que la impulsaba a estar mas cerca de el. Y en cierta manera, eso fue lo que hizo: se sentó bien en la cama y le cogió la mano sonriente.

Por primera vez se sintió ilusionada y contenta por empezar a atender a alguna persona.
No lo malinterpretéis, no quiere decir que a los demás los atendiese por obligación pura y dura, sin ningún tipo de ilusión por ayudarlos; era solo que los pacientes pasaban por el filtro de Raúl antes de ser traspasados a su consulta y pues eso hacia que todo resultase monótono en cierto sentido. Ella no podía rechazar ni empaparse de las historias de sus pacientes. A ella sólo le llegaban historiales clínicos que debía modificar hasta dejar al paciente en óptimas condiciones físicas. Y eso era en cierta manera lo que le daba rabia de su trabajo hasta el momento, pero como era tan conformista pues no protestaba. Y así le había ido de cierta manera...

-Chicos, estoy de vuelta- hablo Manuel entrando por la puerta- ¿Que tal os ha ido?

-Bien, creo que Blas va a colaborar con la terapia- dijo ella sonriente

-De eso te quería hablar Vane- hablo con cara preocupada- sospecho que el Consejo del hospital querrá tener la habitación disponible lo antes posible al saber que Blas ya despertó. Sería mucha molestia trasladarlo a Fallen Angels para su recuperación?

-Por supuesto que no!  Dame un momento y le aviso ahora a Raúl.

Se despidió de Manuel y, antes de hablar con Raúl para arreglar los detalles del ingreso, fue a hablar con Blas.

-Blas, tengo que decirte algo- comenzó a hablar y por un momento, tuvo miedo. Tuvo miedo de que Blas rechazase el traslado a la clínica y que eso empeorase su estado de salud. Al fin y al cabo eso implicaba contarle una parte de la verdad y eso podía suponer un trauma tan grande que impidiese su posible recuperación. A pesar de ello cogió aire y continuó ante la mirada expectante de su paciente- Resulta que llevas mucho tiempo aquí ingresado y el Hospital necesitara pronto esta cama para otro paciente que pueda necesitarla, así que pensamos que... ¿Qué te parece si te vienes conmigo a la clínica donde trabajo y te hospedas allí hasta que te recuperes?

Blas la miro un poco nervioso. Todavía no acababa de entender como una total desconocida para él le esta ofreciendo algo parecido a vivir juntos y alejarlo de todo lo que el conocía. Y lo que menos entendía, era porque ese sentimiento no lo asustaba sino que, al contrario, le agradaba de una manera extraña.
Encontraba en la muchacha morena que estaba sentada a su lado una sensación extraña de tranquilidad. Le transmitía una sensación de serenidad y confianza que lo relajaba. Se sentía como si al lado de aquella joven pudiese ir hasta el fin del mundo pues en cualquier lugar estaría seguro.
Sabia poco de lo que le habían enseñado antes de aquel accidente del que todos hablaban pero hubo algo que lo impulso a actuar y por ello le dio la respuesta que Vanessa quería y estaba esperando.

Parpadeó dos veces.

Vanessa sintió que todo aquel miedo que había sentido antes se desvanecía. Blas había aceptado y por ello estaba segura de que empezaba su nuevo proyecto con muy buen pie.
Ahora solo quedaba la parte complicada: hablar con Raúl. Vanessa sabía como estaban las cosas en Fallen Angels y por eso, sabia que Blas se podría quedar allí perfectamente, en la residencia habitada para gente con necesidades similares a las suyas. Sin embargo, también era consciente de que Raúl era un hueso duro de roer y que le costaría convencerlo.
Pero ella había decidido ayudar en la recuperación de Blas y haría hasta lo imposible por que así fuese. De eso estaba segura.

-Estoy segura de que no te arrepentirás de haber confiado en mi Blas!- dijo ella- Ahora discúlpame un momento que lo voy a tramitar todo.

O eso esperaba ella. Como su madre diría: Del dicho al hecho, hay un trecho

Aquí tenéis un nuevo capitulo de Amnesia. Espero que os guste y que, si es así, le deis a la estrellita y comentéis. No sabéis lo feliz que me hace saber lo que os parece la historia.

Besos, nos vemos pronto...
Igual antes de lo que creéis😏

Vane💜