JUEGO FINAL (25-feb-2018)
Luz y oscuridad 7/7
La guerra se ha terminado, dejando ver el amanecer en aquel lugar abandonado.
Apenas hemos sido capaces de conversar, dejando notar lo que no habíamos hecho antes... coherencia.
--Celos o no... igualmente casi me matas. Un lo siento no reparara todo lo que has hecho, estoy segura que tampoco no podré presentar a mi novio en un largo tiempo, todo por tus estúpidos impulsos—murmuro con sueño, no he dejado de estar alerta ante tus movimientos, es absurdo ver cómo hemos terminado. Hablando como si nada hubiera sucedido.
--Lo único que se me ocurre decirte es eso... lo siento tanto... aunque debes de admitirlo... fue emocionante—reíste con tanta tranquilidad que no me quedo más opción que acompañarte.
--Dejando el dato que he probado a la muerte una vez más y que estamos relativamente "bien", creo que deberíamos volver—argumento poniéndome de pie, él camina a mi lado a medio metro, siento su mano retirar mi cabello de mi mejilla a lo que de inmediato mi cuerpo reacciona en sacar mi cuchillo colocándolo en su cuello, dibujo ligeramente sobre su piel dejando un hilo de sangre escurrir. Me alejo sutilmente mientras volvemos a caminar, el salón de fiestas este vacío y no es sorpresa decir que todos están en sus respectivas moradas. Quisiera poder contactar al menos a mi familia, mencionarles que estoy bien, o al menos recibir un mensaje de aquel amor. Pero no... ni siquiera tengo mi celular conmigo. Las manos me sudan al darme cuenta que aquel veinteañero abre la puerta del copiloto. ¿Cuál es la diferencia si subo? En poco tiempo la carretera nos da la bienvenida, escucho la voz interna de mi cabeza quejarse por el dolor en las costillas, por lo que no tardamos en ir a un médico antes. El estúpido número de seguridad social es pedido ante las secretarias. Con una revisión general afirman que ninguno de los dos tenemos alguna fractura (a excepción de la nariz de él)
--¿Cómo ocurrió todo esto?—dice el medico mirándonos fijamente
--Un asalto—respondemos al mismo tiempo, somos libres en cuestión de un par de recomendaciones ante nuestro ataque, un par de días de descanso completo y medicamentos para el dolor son todo lo que nos dan. Como si pudiera descansar. En cuestión de silencio incómodo y un camino lleno de canciones de la radio estamos frente a mi casa.
El filo de mi cuchillo es demostrado una vez más, quedando clavado en el asiento del conductor a milímetros de la pierna de este chico.
--No hagamos esto rutina—exclamo con cansancio, volviendo a guardar mi querida arma.
--¿Por qué no terminaste con esto... conmigo? Tenías dos malditas balas—tu voz se vuelve quebradiza, se lo que intentas decir; ¿Por qué no te asesine? Sencillo... seria como matarme a mí. Uno es parte del otro, quiera o no... hasta que uno de los dos muera.
--No quiero ir a prisión, segundo punto; lo que no me mata solo me hace más fuerte. Sé que en cualquier momento puede volver a ocurrir. Y simplemente te pediré que si vas a matarme... hazlo... pero te recuerdo... no soy presa fácil—acaricio mi cuello recordando esos segundos llenos de desesperación. Muchas de esas palabras las dije al aire, y simplemente no dudo en todo esto, ¿esto es un final o un inicio a un nuevo capítulo? Sea lo que sea, está siendo difícil decir adiós.
--Lo sé bien, siempre lo he tenido en mente desde que te conozco... hasta entonces Amanda... ¡antes de que te vayas!... Gracias... por... todo... —
Sonrió con un poco de nerviosismo, si se refiere al hecho de que no matarlo lo entiendo, todo se volvió tan sombrío que ninguno de los dos pensamos llegar tan lejos.
--Adiós, espero verte alguna otra vez—murmuro
--Nos veremos antes de lo que pensamos—contesto encogiéndose de hombros, solo asentí al cerrar la puerta del auto, somos un desastre andante y aunque ambos seguimos en este plano, sabemos que solo es temporal... después de todo lo conozco desde que tengo siete años. Trato de salvarte aun sin saber porque ¿habito? ¿Cariño? ¿Aprecio? No lo sé, y será así hasta el final, sin embargo tengo en claro que esto no volverá a ocurrir como tal. Irónicamente, juntos nos mataremos y separados no sobreviviremos. Eres luz y yo oscuridad, somos frio y calor al mismo tiempo... entro a casa con miedo, miro a mis padres observarme fijamente... aún siguen con la ropa de la reunión así que estoy segura que no han estado aquí más de quince minutos.
--No olvides que...--
--Si, si... nada de novio hasta terminar carrera—a completo la frase de mi padre de estas últimas semanas, si tan solo supiera... que tengo un chico con su nombre tatuado en mi corazón. Y aunque esto no tiene sentido como todo en la vida; me doy a la tarea de plasmarlo evitando una sobredosis de emociones que causen una reacción desastrosa.
La realidad supera la ficción.
Lo que inicio con un mal paso, ahora es un simple recuerdo con dolores del ayer, tanto sentimental como físicamente.
Pero ¿Qué puedo mencionar? Las cosas suceden y ya.
*A.R.S*
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