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—Madre, ¿Qué es este lugar? — pregunto YiXing con un poco de miedo, sin bajar el ritmo del paso de su madre.

—Esto, cariño, es el lugar donde todos los alfas de la alta sociedad nos reunimos para socializar. —le contesto la mujer mientras pasaban por varias personas que le inclinaban la cabeza o se acercaban para alagarle algo.

— ¿Aquí esta papá? —apenas y tenía cuatro años pero sabía que sus padres eran importantes y debía portarse bien.

—Claro, debe estar hablando con los otros doctores importantes. — antes de llegar, la mujer lo detuvo y lo hizo mirarlo. —Escucha, YiXing, los hombres que veras ahora son muy importantes y cuando crezcas y seas un alfa igual de importante que tu padre, seguirán tus órdenes. Por eso, aprende de ellos y domínalos un día. Nosotros estaremos muy orgullosos.

No lo entendía pero quería que sus padres se sintieran orgullosos.

— ¡Si, mami! —exclamo con felicidad, siendo guiado de nuevo. No paso mucho para que notara una habitación apartada gracias a un niño más grande que fue corriendo a ella.

— ¡Mira, ChulSam, te traje pastel y leche! —escucho hablar al niño más grande en un idioma desconocido, así que no pudo entenderlo pero le dio mucho curiosidad que se acercara al cuarto apartado donde un niño igual de pequeño que él, se mantenía.

La herrería de un elegante diseño impedía que el niño y los demás en su interior salieran pero no que interactuaran con los del gran salón. El pequeño, que se le hizo bonito, lo miro con sus ojitos llenos de curiosidad.

— ¡Gege, otro niño como yo! — exclamo el pequeñito en el mismo idioma, señalándolo.

El niño grande también lo miro pero frunció el ceño después de inhalar hondo. —No, Chul, es un alfa.

Y no pudo escuchar más cuando su padre lo levanto en brazos para presumirlo a sus socios.

Más tarde le pregunto el alto hombre por aquella habitación y este le contestó:

—Los defectos se quedan ahí hasta que las reuniones terminan, así no avergüenzan a sus padres.

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YiXing miro adormilado a YiFan, quien examinaba su cuerpo tras ser llevado con urgencia por desmayarse.

KyungSoo los miraba con atención junto a BaekHyun, esperando el diagnostico.

Tras el enfrentamiento que tuvo con SeHun, el omega volvió tambaleándose hacia su habitación, donde BaekHyun estaba repasando sus deberes y hablando por el móvil con KyungSoo. Con miedo al ver su estado, Byun le pidió al alfa que avisara a Kris y así pudieran llevárselo con algo de discreción.

El chino más alto termino con un semblante que a los menores no les gustó nada. Parecían malas noticias.

—No había visto un estado así en el celo de ningún omega o alfa. Perdió dos kilos, su presión esta por los suelos, y ni siquiera es capaz de enfocarme. — empezó Kris, tronando sus dedos para que el menor lo viera, pero no funciono las tres veces que lo intento. —Creo que esta en shock o demasiado cansado como para hacerlo.

KyungSoo se acercó y estiro su mano para tomar uno de los mechones de YiXing, esperando que este le siseara como llevaba haciendo cada que lo veía tras empezar su celo. Pero no lo hizo. Parecía tan ido y cansado que solo pudo tomarlo en brazos para recostarlo en una de las camillas que había en la enfermería. Lo cubrió con la manta y le palpo la cabeza, en un intento de reconfortarlo.

—Todo está bien, YiXing, duerme. — le susurro mientras esperaba una reacción.

—Le doy asco, hyung. Soy asqueroso. —susurro tan bajo pero con un dolor que le calo al alfa hasta la medula.

—No eres nada malo, no pienses eso. —le respondió con la esperanza de que pudiera dormir sin malos pensamientos. El omega cerro los ojos y pareció dormirse en segundos, aliviando un poco a sus amigos.

—Necesita mucho descanso, déjenlo aquí por lo menos dos días más. —YiFan les sonrió para animarlos, corriendo las persianas para no molestar a YiXing.

Y así, el mundo dejo de existir para él.

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—SeHun, la carta regreso. —ChanYeol pasó junto a la cama de su amigo y le paso un sobre con otro más pequeño. —Es de tu padre.

El alfa dejo el libro de golpe y abrió la carta anexa, con el corazón en la boca.

ChanYeol espero con impaciencia disimulada a que su mejor amigo terminara de leer pero se preocupó en cuanto lo vio palidecer.

— ¿Qué sucede, Hun? ¿P-paso algo con—

—Dijo que sabe que marque a un omega con mi aroma...— interrumpió, mostrándole un mechón de cabello rubio que traía un leve rastro del aroma que conocían. —Es mi castigo.

El más alto gruño con indignación e impotencia, tomando la mano de su amigo para ayudarse entre sí con la angustia. Ambos se quedaron en esa posición un buen rato, compartiendo fuerza a través del lazo de hermandad que los unía.

Si bien Oh SeWan los crio a ambos con puño de hierro, inculcándoles todo lo que la alta sociedad esperaba de dos alfas nacidos en familias renombradas, castigándolos con dureza cada que no cumplían con los cánones o mostraban debilidad, incluso llegando a golpearlos porque se negaron a apartarse de la única persona que les mostro el amor sin distinción de género, raza, jerarquía o posición.

Y ahora estaba sufriendo de nuevo.

Pero, ¿de qué omega hablaba? ¿Cuál marca de aroma? Ninguno se acercaba a los omegas por obvias razones que se les inculcaron, y las marcas de aromas significaban posesión para ellos.

Una madre lo hacía cuando nacía su hijo para mantenerlo seguro, un alfa lo hacía con su omega para que otro alfa o beta supiera que ya tenía pareja, lo mismo hacia un omega. Podía hacerse inconscientemente durante el celo, y consciente durante el tan llamado cortejo que una muy reducida minoría seguía respetando.

Los alfas ya no consideraban digno para su jerarquía hacer algo tan insignificante para conseguir un omega, pues ellos solo decían quiero a este y el omega debía obedecer.

Para Oh SeWan todo el que nacía omega era desechable, usable y una mera incubadora para engendrar solo alfas.

Aún estaba en su memoria la vez que su padre los amenazó con dejarlos en la ruina si producían un omega, una vez que se encargara del problema.

Y sabían a que se refería.

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— ¿Qué haces, ChulSam? — ZiYan, el guapo chino de ojos ámbar se asomó por el hombro del otro omega, recibiendo un codazo que le dio en un ojo.

— ¡ZiYan, tus preciosos ojos! —el más bajo se tiro de rodillas para examinar su obra, pues consideraba muy bellos los ojos de su amigo. — ¡Lo siento, lo siento! Me asustaste.

—Solo te asustas si haces algo malo y lo hiciste... me duele. — una lagrima de cocodrilo bajo por la mejilla pálida del alto, llamando la atención de cierto alfa que pasaba por el comedor.

—Perdón, no lo vuelvo a hacer. Te juro que yo—uy, te va a quedar morado. —ChulSam arrugo los labios al notar el rápido enrojecimiento en el golpe y lo que seguro se volvería moretón.

—Solo quería saludarte—el chino lo abrazo del cuello como un koala, luciendo algo graciosos debido a la diferencia de altura. ZiYan lograba sacarle unos quince centímetros con su 1.80.

—Yan, ¿Cómo es que siendo omega eres tan alto? Tienes diecisiete, ¿no?

El chico desvió la mirada y lo soltó, luciendo muy incómodo. —Tengo suerte, supongo. ¿Quieres comer algo? escuche que hoy darán flan.

El cambio de tema repentino le recordó a su amigo y lo hizo sentir mal. —No tengo. Puedes ir a comer tú, yo necesito terminar unas tareas. — el chico tomo sus cosas y se marchó apresurado, con una idea en mente que no debía escaparse.

ZiYan lo miro con amargura, dándose la vuelta y chocando con un chico más alto que él. — ¡Wow, semental Wu!

El alfa subió una ceja, sin soltar su carpeta. — ¿semental? No soy un— ¿Qué te paso en el ojo?

— ¡Oh! Salve a un gatito de un árbol y un ninja. — contesto, rodeando al alto médico. —En fin, debo irme, ¡adiós!

Kris lo siguió con la mirada hasta que desaprecio.

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— ¿Estás seguro de tu cuenta, Kyung? — BaekHyun recostó la cabeza del alfa en su muslo, notándolo algo extraño. —tu aroma es un poco más espeso.

—Bueno, hay un alfa que te ha estado mirando desde hace media hora. — respondió el alfa, mirando mal a un chico que estaba a varios metros de ellos y que fingía leer un grueso libro. —Digo, sé que eres hermoso pero es obvio que un día seré tu esposo. Creo que debo ayudarlo a recuperar la vista, sí, eso debo hacer.

BaekHyun soltó una risa corta por el tono infantil que uso el de cabello negro, teniendo claro que el chico no atacaría a nadie pero si estaba celoso. Obvio que había notado la mirada del chico pero desde el primer momento la ignoro y se centró en el guapo hombre que derribaba sus barreras al estar con él. ¿Cómo podría mirar a otro hombre cuando su pareja destinada estaba a su lado?

—Baek, ¿te sentarías conmigo en el camino al campamento? —pregunto después de que el rubio lo adormilara con caricias en su cabello. —Sé que cada año hay un autobús mixto y no quiero sentarme en uno lleno de alfas estúpidamente egocéntricos.

—Claro que estaremos juntos. — recordando algo, el omega dejo las caricias y se mordió el labio. —KyungSoo, ¿Qué opinas de SeHun y ChanYeol?

El alfa, que había fruncido el ceño por dejar de ser mimado, lo pensó un momento. —No me caen bien.

— ¿Por qué?

—Oh es el tipo más creído y alfista que conozco después del emperador y Alec. Trataba de invisible a los omegas pero después de su celo, parece que los aborrece y no tolera a ninguno cerca. Park es peor, tiene tatuada la idea de que los omegas deben obedecernos solo porque somos alfas y que para lo único que sirven es darnos hijos. Ambos vienen de una de las familias más poderosas y alfistas de nosotros, pero esperaba que no fueran tan racistas.

—Hay algo que me gustaría comentarte, pero quiero que sea solo entre nosotros.

—Cariño, sabes que soy un asco haciendo amigos. Cuéntamelo todo.

—Sabes que el celo de YiXing fue agresivo con ustedes también pero hubo un momento en sus pesadillas que menciono a un tigre como compañero y pareció especialmente dócil cuando llego con aroma a madera.

—Yo también note ese aroma en ti cuando dejaste a YiXing. Me pareció que él no quería que ese aroma desapareciera por el de otros, así que se encerró.

—Tengo la sospecha de que el destinado de YiXing está en la escuela. Pero como solo los destinados pueden encontrar el aroma exacto de sus parejas, no tengo ninguna pista.

KyungSoo levanto la cabeza, más interesado. —Quisiera ayudar pero creo que deberías dejarlo en sus manos. Parece que tiene un buen lio y la manera correcta de ayudarlo es si primero nos lo pide.

BaekHyun asintió, regresando a mimar a su alfa.

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— ¡Hyung, hyung! — ChulSam entro tras golpear una vez, encontrando a YiXing inyectándose algo con una de esas jeringas caras que no sabía que contenían. —Ah, ¿supresores?

El otro omega pareció ido por un segundo antes de retirar la jeringa y esconderla en su cajón. —Uh... si, lo son.

— ¿Te sientes mejor?

YiXing asintió, sentándose. — ¿Qué sucede, Sam?

— ¿Nos sentamos juntos en el autobús? Quiero ir escuchando The Last Samurai. —mientras hablaba, el menor fue sacando cuadernos de su mochila y dejándolos en la mesa que separaba las camas. —Hoy vimos un poco de biología marina y fue fantástico, el maestro Jimin hizo la clase divertida. También estudiamos el enfrentamiento beta de hace cincuenta años y... ¿hyung? — ChulSam movió un poco su mano frente a YiXing, que seguía con la mirada perdida en el vacío, a pesar de que parecía mirarlo. — ¿Hyung, estas bien?

El chino más alto tardó en reaccionar. — ¿Qué? Ah, Sam, hola... ¿Qué tal las clases?

El mestizo se quedó callado, levantando la otra mano y moviéndola para asegurarse de que Zhang siguiera el movimiento con su mano. Tras conseguirlo, siguió con la misma mirada. —Hyung, iré a traerte un poco de fruta, ¿Por qué no duermes un poco?

— ¡Un poco de fresas con kiwi! — YiXing aplaudió con renovado ánimo mientras notaba las libretas en su mesa. — ¡Que amable compañero al traerme los apuntes! Prometo apresurarme, gracias.

ChulSam se marchó con un sentimiento dividido que solo podía clasificarse como malo. No era la primera vez que su amigo actuaba como si... estuviera ahí sin estarlo.

Al bajar, noto al Rey de la casa omega ahí, junto a los que ya habían salido de las clases matutinas. Recibió una invitación a unirse con un movimiento de mano, intuyendo cual era la noticia que les daría.

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—La escuela organizo un campamento para las casas RW cerca del lago Verdene. —anuncio Yunho, sin cambiar de expresión. Todos los alfas de su casa estaban escuchándolo con atención, mirándolo con los ojos brillantes de admiración. —Escúchenme bien, bestias: el maestro LeiMing tiene la esperanza de que podamos convivir con los omegas de la otra casa y como hacemos lo que sea para enorgullecerlo, lo cumpliremos. Nada de peleas, roces de algún tipo, marcas de aroma, cortejo o esa basura. ¿Quedo claro? —la voz alfa los hizo temblar y bajar la cabeza. —El que rompa las reglas y haga sufrir al maestro Lei, se las verá conmigo.

— ¡Si, emperador! — el unísono fue grave y alto.

—Además, eso no es todo. Este año será algo... problemático.

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— ¿Cómo que los grupos serán mixtos en todas las actividades? —gruño un omega del fondo. —Eso es peligroso.

Jaejoong lo miro con solemnidad antes de responder. —No, querido, es la oportunidad para demostrarles que somos suficientes sin un alfa y que podemos ser más racionales que ellos. Esto, demostrara que los que tenemos el orden, somos nosotros.

La aceptación fue unánime y los chicos se mostraron animados. Si el Rey lo creía así, debía hacerse.

Pero tres de ellos no lo veían de la misma manera.

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Estas perspectivas tienes su propósito... 
Actualizó porque no puedo dormir.