Mi historia comenzó normal con mi hermana Andrea y yo ______, solíamos salir de viaje muy seguido a lugares del campo; podríamos decir que el campo me gusta... pero no me encanta viajar. Ya que como soy gamer y suelo pasar horas jugando videojuegos, me gusta recordar lo que hago en cada momento de cada partida. Andrea es más extrovertida que yo, la verdad...

Cuando niñas... cada día que estábamos en casa, jugábamos a lo típico, muñecas. Ahora yo paso las veinticuatro horas jugando videojuegos y ella las doce horas del día comprando en el centro comercial. La verdad ya no nos parecemos en nada, admito que cambiamos bastante.
Mis padres siempre andan de viaje ya que como nosotras seguimos en el colegio, aprovechan la situación de que aparte está sola la casa, estarán solos de viaje. Pienso que es desagradable, pero es bonito estar con alguien que te quiere y pasar tiempo con él o ella.

Mi mejor amiga se llama Sofía y sus padres se divorciaron cuando tenía sólo cuatro años de edad. Me da lástima sentir lo que ella sintió a esa edad. Ella ahora tiene diez y seis y yo tengo diecisiete. 

*FLASHBACK*

—Andrea... ¿me podrías dejar en paz por favor?— la miré un poco amenazante para que me dejara tranquila y se marchara. Me miró y negó. Rodeé los ojos enfadada al ver su irritante sonrisa.

—_______, ¿sigues con ese estúpido duende?— arqueó una ceja al mirar la pantalla de mi computadora, mostrando un elfo de fondo. Rodeé los ojos de nuevo, aún molesta.

—¿Andrea, acaso te molesta que me guste Link?— por alguna extraña razón se empezó a reír frente a mi cara. Miré de nuevo la pantalla y apareció una notificación de Wattpad alertándome—. Y que te quede claro Andrea, Link es un Hyliano, no un duende, así que deja de molestarme por favor.

• • •

Apagué mi computadora al escuchar como su risa aumentaba de tono. Bajé la mirada al suelo y la escuché comentar de nuevo con su voz molesta: —Él no existe, no leas tonterías que te rompan el corazón después— se acercó a mi rostro intentando aclararme que él no existía.

—A lo mejor no en carne y hueso, pero en mi corazón lo estará para siempre— pensé mirando uno de mis posters que se encontraba arriba de mi cama. —, sal de aquí Andrea.

La empujé con fuerza hacia la puerta para que saliera y me dejara en paz al fin. Pensé dos veces en si prender mi computadora o ponerme a jugar Zelda. Decidí lo obvio y con rapidez prendí mi Wii.

—Bueno empecemos— me senté y apagué las luces cerrando las cortinas para que el cuarto estuviera oscuro. Reí al recordar a mi loca hermana mayor. —¿qué hará las otras doce horas del día?

Reí pensando en lo que podía hacer después de terminar sus absurdas compras; pero admito que no me importaba lo suficiente, ya que como va con su novio... me hace pensar. "Pobre de su novio".

De repente, la pantalla empezó a sacar leves luces que me dejaron confundida. No pensé nada porque luego luego se apagó y me dejó atónita. Creí que mi hermana me estaba haciendo una broma de desconectar el Wifi o incluso la luz; pero no es buena haciendo bromas para ser sincera. Empecé a apagar y encender la luz de mi recámara para revisar si se había ido la luz, mi pensamiento me irritó al descubrir que la luz estaba intacta. Di media vuelta y vi una silueta negra de un chico alto frente a mi televisor. Me impacté al verla, pero cuando agarró enfoque... me desmayé y caí al suelo.

*FIN FLASHBACK*

Ese día todo cambió al jugar mi videojuego favorito... algo que cambió mi vida para siempre... sin saber cómo me sucedió, pasé la vida contenta al verlo a mi lado, o más bien... verlo entre mis brazos...