No quiero pero a veces se me aparece ese día. Me acuerdo que sólo corría. No quería mirar para atrás. Tenía mucho miedo. Y corría. Cada vez más lento por el cansancio y el dolor. Me dolía, pero corría. Su mirada era repugnante. Sombría, asquerosa. Aunque aparecía borrosa en mi mente, superpuesta. Ya ni sabía qué se me presentaba en la cabeza. Las imágenes no las entendía. Sólo tenía recuerdos en la piel. Sus manos. ¡Por qué! Tenía que correr. Tenía que llegar. Pero, ¿adónde? En un momento creí que podía. Fue cuando finalmente miré para atrás y no había nadie. Entrecerré los ojos. Veía poco, el campo a oscuras es traicionero. Y el hilo de sangre que se me metía en la boca me confundía. Sentía un sabor salado y dulce a la vez. Y paré. Apoyé mis manos en mis rodillas y bajé mi pecho. Respiré de modo agitado. Como si fueran gemidos de parto. Aullidos. Mezclado con un sollozo que lo percibía como último. Mi último llanto. Entonces sentí su mano pesada sobre mi hombro. Una mano que podía ser la de Felipe, o la de Luciano, o la de Marilú. No me di vuelta. Sólo caí al suelo, toqué la tierra con mis manos. Ese fue mi último contacto.

Anónimo: "Me debés un café. Lindo el encuentro del otro día"

AVISO: MENSAJES DESACTIVADOS.

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Laura, desactiva los mensajes del blog por pedido de su marido para no seguir poniendose en evidencia. Ya que la hermana de Raquel -Sinceramente no recuerdo el nombre, luego lo dire.- Acudio al marido de Laura, para levantar una denuncia de que alguien la seguía por lo que el mintido dicendo que el mismo es dueño del blog.-