Capítulo XXVIII

-Éste es el último globo -dije apartándome para contemplar mi obra maestra.

Era una columna de globos pero yo me sentía como Miguel Ángel al acabar de pintar la Capilla Sixtina. Nótese mi nula mano para las manualidades y el milagro que esta triste columna de globos representaba.

-Ahora a ver cuanto dura - rió Xulia por detrás.

-¡Ey! ¡No te metas con mis globos!

-No, ¡por Dios! ¡Jamás me atrevería!

-Ella probablemente haría algo más cruel -dijo Claudette acercándose para poder admirar mi obra de arte.- ¡Ey, vas mejorando!

-Solo rezo por que no se caiga...

-Verás que no boba. Y ahora...- dijo cogiéndome la mano-... ¡HORA DE DISFRAZARSE! - y prácticamente me arrastró entre risas hasta la habitación, donde empezamos a prepararnos.

Adorábamos disfrazarnos porque era como dar rienda suelta a las niñas pequeñas, que vivían en nuestro interior, para que decidiesen a su antojo. Mi niña interior, que aún llevaba lazos en las coletas, escogió un disfraz muy a juego conmigo. Con un tutu azul lleno de galletitas de gomaeva, y una camiseta azul con una cara, servidora estaba lista para ser la Monstruita de las Galletas. Claudette, por su parte, y siempre fiel a su estilo, escogió un mono corto de estampado militar que, mínimo, haría que Noah se apuntase al ejército.

Vamos, yo si fuera chico lo hubiese hecho al verla.

Arregladas, nos fuimos al salón donde estaban Xulia vestida de ángel y Arno con una lira en la mano dispuesto a endulzarle el oído a cualquier chica que se le cruzase por delante.

-WOW chiquis, ¡estáis geniales! -dije.

-Fue a hablar la glotona. Siempre dije que el azul te quedaba de miedo hermana -habló Canela.

-Y tu, primita, ¿estás segura de que el ejército no te paga por conseguir nuevos reclutas? Porque te aseguro que funciona -habló Arno.

-Si lo hacen, mi cuenta aún no ha notado esa comisión. Mañana les pongo una queja.

-Ah, por cierto, le hablé a Aaron y le dije que viniese un poco antes de que empezase la fiesta para poder arreglar lo de la música.

-Es verdad, que aparte de florista, tenemos a un DJ en la familia. Sabes que esta es su casa Canela -le contesté.

Y con las tonterías, Aaron llegó una hora antes al piso.

-¡Canela, tu tentación acaba de llegar! -avisó Claudette desde la cocina una vez le abrió la puerta a quien suponíamos era nuestro DJ.

Cuando llegó al salón, donde estábamos ultimando detalles, todo tuvo más sentido que el de una simple broma para los tortolitos. ¡Aaron venía disfrazado de demonio! Y bueno, teniendo en cuenta al angelito que teníamos por amiga... la cosa prometía.

-¡Ni que nos hubiésemos puesto de acuerdo reina! -saludó con un beso al ángel.

-No te me acerques, demonio, que me tientas mucho -respondió ella.

-Cuando quieras nos vamos a pecar...

Arno y yo, en este intercambio, estábamos mirándonos y pensando si toser a lo disimulado o irnos serían buenas opciones para no sufrir tanto con nuestra soltería.

De repente, noté que me llamaban y ya tuve la excusa perfecta para salir pitando de allí. A ver, no me malinterpretéis: los adoro con toda mi alma pero, vaya, hay momentos que resultan demasiado íntimos como para presenciarlos.

-¿Sí? -dije saliendo del salón

-Layla, soy Zoey.

-Ah sí, Zoey. Dime, ¿que pasó? ¿Te llegó bien la ubicación? ¿Sabes llegar?

-Sí sí, tranquila, pero te quería comentar algo...

-Dime pues.

-¿Te importa si viene mi hermano conmigo? Es que es un poco sobreprotector y no se fía de que vaya sola...

-Sí mujer, ¡sin problema! ¡Cuanta más gente mejor! Y además, así se fiará de que somos buena gente -reí yo.

-Jo, pues ¡muchas gracias! Estaremos ahí en breves.

-¡Perfecto! ¡Nos vemos!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top