Capítulo XVIII

-A mí personalmente no, pero con Claudette ya fue otro cantar. Que yo sepa, pocas veces llegó a tener algo serio con un chico porque todos pretendían meterse en su cama antes que decirle "hola". Salió con bastantes chicos, en el mismo plan que salió hoy con Noah, pero pocos conseguían mantener esa chispa de ilusión que es tan vital en ella. Los pocos que lo consiguieron, ya te digo, la cagaron muy rápido.

-Tengo que darte la razón en que hay mucho imbécil por ahí suelto, sí.

-No sé si imbéciles pero, ¿con distintas formas de ver la vida? Sin duda. Claudette y yo somos muy parecidas en eso: ella era la parte racional y yo, la del cuento de hadas. Desde que estamos juntas aprendimos mucho la una de la otra en ese sentido y nos demostramos que la perspectiva de la otra no era ni tan fría, ni tan imposible como parecía. Precisamente por todo lo que me enseñó, y porque se a un 95% de seguridad que Noah es uno de esos chicos que le podrían hacer tilín, es por lo que te lo pregunto. No quiero que le hagan más daño.

-En ese sentido, y te lo garantizo a un 99%, Noah no le va a hacer ilusiones que no planee cumplir. No digo que no se puedan malinterpretar algunas cosas y que quizás me mires algún día por la facultad con cara de asesina porque "me dijiste que no le haría daño", pero te aseguro que no le va a prometer la luna si únicamente quiere un polvo. Él no es así.

-Ojalá tengas razón, porque te juro que me da miedo que vuelva a sufrir tanto.

-¿Tanto? -me preguntó extrañado

-Hombre, no es lo más halagador para el autoestima de cualquier persona que únicamente se te acerquen por tu cuerpo así que...

-En serio, por eso no te preocupes que antes de que Noah se comporte de una forma tan imbécil, le parto la cara. ¡Y eso que no me gusta la violencia!

-Gracias, en serio pero, ¿por qué haces esto si apenas nos conoces? -le dije extrañada.

-No hay porqué, tranquila. Supongo que en esta vida a nadie le gusta que le traten mal, y a mí, tampoco me gusta ver como alguien de mi entorno trata mal si puedo evitarlo...

-De verdad, eres un Jack completamente diferente al que conocí en el aula de descanso -comenté con una de estas sonrisas que no son bonitas estéticamente pero que se sienten que salen del alma.

-A ver, no se nota mucho pero ahora estoy peinado y tal -dijo acicalándose.

-¡Serás memo!

Y acto seguido nos empezamos a reír. No sé explicarlo pero me sentía muy cómoda en su compañía y parecía que fuésemos amigos de toda la vida. Era algo extraño, pero se sentía bien.

Nos quedamos así un rato, mirando a la nada y pensando en todo supongo, sumidos en el letargo que produce una conversación profunda o el sabor de un coulant de chocolate que quieres disfrutar al máximo. Únicamente rompíamos el silencio para hacer algún comentario sin mayor importancia o para preguntar cualquier cosa.

Poco después llegaron Noah y Claudette y llegó la hora de irnos a casa. Con un camino prácticamente en silencio, a las dos de la mañana estaba Noah aparcando frente a nuestro portal, pero esta vez con un solo par de minutos de improperios. ¡La cosa avanza chiquis! Nos bajamos del coche y ellos nos acompañaron hasta el portal.

Noah y Claudette se despidieron con un beso y un abrazo, síntoma de que en serio se gustaban, o al menos eso se veía desde fuera, y Jack y yo con dos besos y un "gracias por la velada".

- Por cierto -me dijo antes de irse- no te lo dije antes, pero me alegro de que hayas sido tú mi compañía inesperada esta noche.

Gesticulé un igualmente mientras veía como Noah se montaba al coche y una sensación muy cálida se extendió por mi pecho. Decir que pensé que podría morirme de amor allí mismo quizás era exagerado, pero creo que no sabría otra forma de expresarlo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top