(no soy muy buena escribiendo ... ya saben... S3xo así que... dejare lo mejor que pueda XD aun así, sus comentarios estarían mas que perfectos para que pueda mejorar y escribir lo que a ustedes les gustaría :3)

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Entre a la habitación, Evan no se encontraba por ningún lado, me acomode en la cama mientras leía las últimas noticias en mi móvil.

"asalto, deja a chico sin vida" decía el título, era la misma dirección de #081, no quise leer más, respondí algunos mensajes de Facebook de mi hermana y lo deje en la mesa de noche, recosté mi cabeza sobre la almohada dejándome llevar por la comodidad de esta.

--no me siento bien... creo que tengo fiebre--escuche decir a mi novio al igual que la puerta se abría

--siéntate, iré por medicamento—me levante lo más rápido que mi cuerpo disponía, el parecía decaído a pesar de que hace unos minutos se encontraba en perfectas condiciones, al buscar entre al pequeño botiquín del baño escuche como tocaban a la puerta principal.

¿Quién carajos será a esta hora?—Pensaba en mis adentros

--No debiste llamar a un médico—grito Evan abajo

--¿qué hablas?—Deje todo para ver a quien había abierto la puerta

--A la doctora... dice que tú la llamaste—Señalo a Cassandra que parecía realmente una doctora con su bata

Espero que no se le pegue a la piel y este todo el tiempo con eso. —bromee internamente

--es que ella... es una amiga.... y esto es una emergencia ¿no?--respondí mirando a ambos

--Te me haces conocida, ¿no es familiar tuya Heather?--exclamo señalando sus ojos. Los nervios me comen viva...

--No... Solo somos buenas amigas—respondió Cassandra extendiendo un frasco reconocible. El medicamento de Michael y el mío-- toma esto, te quitara todas las molestias y si persisten, Heather me llamara--

--Gracias—tomo el frasco sin la etiqueta y lo miro detenidamente, Cassandra fue por agua a la cocina— ¿no es un médico clandestino?—

--No, solo que podría perder su empleo si sabe que me ayuda de vez en cuando, me he estado enfermando bastante--mentí a pesar de su mirada de desconfianza, al tener el vaso con agua tomo la dosis que le había dicho para luego "marcharse", subimos a mi habitación, donde ambos nos quedamos dormidos en cuestión de minutos.

(...)

Mi vista aún no se acopla a la oscuridad, desperté a causa de un dolor de cabeza, abrí el cajón de la mesita de noche para tomar el medicamento que Michael me había dado, engullí las pastillas sin agua y deje las cosas en su lugar. Mire a Evan a mi lado, durmiendo tan tranquilo, su respiración era relajante a pesar de que tuviera sus brazos en mi cintura que ocasionaba nerviosismo.

--Te amo--susurre mirándolo

--Yo te amo más--respondió sonriendo sin abrir sus ojos

--¿hace cuánto que estas despierto?—replique acomodando un mechón de mi cabello

--Como una hora—abrió sus ojos en la oscuridad, es extraño pero él es el único con él que puedo mantener contacto visual más de unos segundos-- adivina que día es hoy--

--No lo sé... jueves 24-- El intento de mi mente hizo que el dolor de mi cabeza aumentara

--Hoy cumplimos 5 meses-- dijo feliz

--¿exactamente hoy?-- ¡mierda!, en serio que debo tomar el medicamento cada 4 horas para mantenerme en el presente, aún sigo sin creer lo que había dicho, los meses corrieron sin perdón alguno

--Si específicamente en la madrugada--Me abrazo fuerte, atrayéndome hacia el

--¡No, tu brazo!-- exclame intentando soltarme, pero su firme agarre impide si quiera alejarme unos centímetros

--Estoy bien, ni siquiera parece que lo tengo vendado--susurro en la oscuridad, nuestros rostros estaban tan cerca que podía sentir nuestras respiraciones agitadas, su esencia me invadía como si de un hechizo se tratase, sentí como acariciaba mi mejilla suavemente llegando hasta donde se encontraba mi pulso disparado, sonrió de una manera picara y se acercó a mí, robándome un tierno beso... cedí ante él cerrando mis ojos, correspondí al dulce sabor de sus labios separándonos minutos después, una de sus manos jugueteaban en mi cuello haciéndome estremecer, mientras que la otra me mantenía cerca.

--Evan-- dije débil. Sencillamente...ante el soy vulnerable, el no contesto, solo se limitó a rosar mis labios con su pulgar, recorriendo hasta mi cuello y un poco en mi esternón.

--quiero regalarte algo-- su nerviosismo era evidente por la forma de temblar al hablarme, se acomodó de lado mirándome mejor--Es algo que he pensado mucho, pero quiero hacerte saber que solo te pertenezco a ti--

--No creo que sea necesario, estando conmigo es más que suficiente--murmure en la oscuridad, él se levantó colocando el seguro de la puerta.

Ay... esto no puede estar pasando-- debato en mi interior si correr o quedarme donde me encontraba, Evan se sentó al borde de la cama mirando hacia el suelo.

--Heather... cuando te pedí que fueras mía, tus palabras fueron "ahora y siempre" sin condición a pesar de lo que ocurrió antes de mis estupideces-- seguía teniendo la cabeza abajo, a pesar de eso hablo claro y aun con nervios-- Pero... yo no dije nada o hice nada para demostrarte que solo seré tuyo el resto de mi vida--

--Si estamos juntos es prueba de lo que dices, además... el tiempo puede hacerte cambiar de opinión y tal vez en días o meses le digas esto a otra chica mejor que yo--mis palabras aunque ciertas, eran lacerantes para mí... Evan miro en donde me hallaba sentada en la cama, se acomodó a mi lado cubriéndose con el cobertor, colocando mi mano derecha en su pecho donde se encontraba su corazón, los latidos eran parecidos a los de una arritmia.

--Esto lo provocas tu-- pego sus labios con los míos con desesperación, el estado de shock no me ayuda en nada, y el tacto de su manos recorriendo mi cuerpo causan escalofríos, sus caricias son como la seda, haciéndome olvidar todo lo ocurrido en la tarde anterior.

--Evan... no... No solo llevamos... 5 meses, es poco tiempo--Dije al fin reaccionando, se bien que muchos hombres quieren sexo y se van alegando su hombría

--Te juro que no te defraudare en ningún momento, quiero... que tengas lo que jamás he dado--sus palabras eran serias, con una de sus manos me tomo por la barbilla obligándome a mirarlo frente a frente--Te amo--

Note como buscaba algo entre los cobertores al terminar de decir eso, hasta que sostuvo firme mi mano izquierda, el frio anillo que había colocado en mi dedo anular, es de un lindo tono plateado con tres picos en la parte de enfrente.

--Te amo--entrelace mis manos entre las suyas, el empezó a besarme delicadamente bajando hasta mi yugular, dejando una marca de sus dientes. ¿Cómo reaccionar ante sus caricias? ¿Cómo detenerlo cuando tu mente empieza a dejar de pensar coherentemente? ¿Cómo...decir no?... cuando quiero ser suya eternamente

Sus manos bajaron hasta quedar en mi cadera, poco a poco fueron levantando mi camisa para después lanzarla en algún lugar de la habitación... y dejando a la vista el vendaje de mi hombro herido, oculte mi rostro rojizo en su cuello.

--Te aprovechas de la situación, porque sabes que no puedo negarme—murmure para después darle un beso en el cuello, nos recostamos suavemente, agradecía a la oscuridad que era suficiente para ocultar el vendaje, sin darme cuenta había quitado mi short, su respiración fue aumentando al igual que la mía, solucionamos el asunto de la ropa en poco tiempo, nuestros labios sellaron un te amo dicho al unisonido, sus manos recorrieron cada curva de mi cuerpo, mientras yo admiraba todo de él, su rostro, cada facción, cada musculo de su cuerpo...es perfecto para mí..

Su personalidad, su físico, siendo él... el hombre de mi vida.

--¿segura?--susurro en mi oído con voz seductora

--S... si--dicho esto beso mis labios con pasión. Pronto esos besos se convirtieron en pequeñas mordidas juguetonas, abrió mis piernas delicadamente acariciando mis muslos para luego sostenerme firme por la cintura, sus manos frías recorren cada parte de mi cuerpo elevando y atontando mis sentidos no dejaba de besar mi cuello ocasionando que soltara ligeros quejidos. Cedí ante presa del sentimiento quemante en mi corazón y cuerpo, dejando de lado todo pensamiento que quisiera arruinar este momento, sin dejar de sostenerme agarro mis manos para luego entrelazar nuestros dedos y continuar con nuestro momento, la noche sin duda es nuestro único testigo de aquel acto de amor, uniendo nuestros cuerpos y reacciones en solo uno, por un tiempo que hemos congelado.

(...)

Aquellas caricias poco a poco fueron descendiendo, simplemente reduciéndose a pequeños besos en el cuello y caricias sobre mi espalda

—Te amo Heather—murmuro sonriendo satisfactoriamente antes de dormir plácidamente a mi lado, sus brazos hicieron el lugar perfecto para protegerme, recosté mi cabeza sobre su pecho quedándome atrapada ante cada latido aun frenético y el calor de su cuerpo.

—Yo te amo más Evan—

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