➡️Capitulo 2⬅️

Evan parece nervioso al igual que yo, solo que él es más expresivo con su ceño fruncido.

--Espero que...que tengas hambre—dijo él al romper esos segundos de incomodo silencio, abrió la puerta y pasamos a tomar una mesa cercana a la ventana quedando frente a frente, de inmediato nos atendió un mesero.

--Buen Día soy John y seré yo quien los atienda, ¿desean que vuelva en un momento para que piensen en que ordenar?—

--Si, en un momento—respondió Evan, el mesero asintió y se retiró a otra mesa.

--¿Cómo encontraste mi perfil de Facebook?—hable directamente, siempre he tenido ese problema con personas que no conozco... realmente nunca he sido buena para relacionarme.

--Siempre te gusta saber todo —respondió él sonriendo como la primera vez que lo vi

--No muchos tenían mi cuenta y ni siquiera tenía fotografías, es lo que me intriga, así que si me dijeras como lo hallaste sería algo confortante—

--Después de tu discurso me dio curiosidad conocerte, busque tu nombre real y era cierto aquellos que les pregunte tu cuenta, decían que no te agregaron otros no recordaban el nombre, cosa que hizo más interesante el encontrarte, busque en amigos en común y nada, hasta que un contacto menciono que te conocía pero solo por trabajos de grupo y esas cosas...así que te agregue...el resto, bueno, ya sabes—

--De acuerdo—

--No pareces que te agrade mucho—

--No es eso... es solo que...me molesto tu respuesta al decirte de juego que eras extraño, muchos me dicen ese tipo de cosas así que usualmente las evito—

--Entonces ¿por qué estás aquí?... es decir pudiste solo evitar mis mensajes o bloquearme y fin del asunto—

--Nadie me había pedido disculpas—sin duda, me siento como una niña pequeña a la cual siempre han castigado y cuando la felicitan no sabe que responder. Afortunadamente el mesero llego y solamente pedí un capuchino mientras que el pidió un pastel de limón.

--¿qué... te parece si vamos a disparar a la tienda de armas?—menciona él—ya sabes para conocernos mejor... si te parece después podemos seguir en contacto—

— ¿Por qué eres bueno conmigo?... y no se disparar—sin duda eso lo dejo sin palabras, su expresión cambio por completo, soltó el pequeño tenedor con el que estaba comiendo tirándolo en el suelo.

—Eres interesante... quisiera conocerte Heather, te enseñare... ¿vamos?—tenía un tono rojo en sus mejillas, sentí los latidos en mi pecho desbocados ¿Qué carajos?

Eres una idiota Heather Kennedy—dijo mi conciencia

--¿Heather? ¿Heather?—hablo Evan, acercándose a mi lado, lo que me hizo reaccionarOrdenemos algo y lo llevaras para comer después—

--Si, este... suena bien—respondí mientras él pedía al mesero un jugo de frutas y yo pedí el almuerzo del día para llevar, salimos del lugar, intente pagar lo que había ordenado pero Evan se anticipó y pago todo sin preguntarme.

--¿Cuánto te debo?—dije un poco distraída ante aquel sentimiento de ser observados fijamente.

--Nada, yo te invite, seria descortés que no pague nuestro almuerzo--abrió la puerta de la tienda de armas, es increíble ver los estantes repletos, desde pistolas simples hasta rifles, sin duda un deleite para mi vista.

--Que gusto verlo aquí—Exclamo un hombre en el mostrador, tenía no más de 50 por su apariencia elegante pero acorde con su trabajo.

--el gusto en mío, sabes, quería practicar con mi amiga en el campo...Así que ya sabes ¿podrías guiarnos?—menciono Evan alegre mientras me guiñaba el ojo.

Definitivamente eres una idiota—volvió mi conciencia

--parecía que se llevan bien—dije mostrando cierto interés, ignorando a la voz que mantiene mis ideas en la tierra.

--Usualmente vengo para comprar cuchillos—respondió mientras me tomo de los hombros y me hizo avanzar a la habitación donde se encontraba el dichoso campo de tiro. Al ingresar a la sala, estaba casi vacía, los únicos que nos encontrábamos éramos Evan, al vendedor y yo. Había una pequeña bandeja con dos pistolas parecían ser 9mm, una negra y la otra plateada, el vendedor señalo las armas, tomé la plateada dudosa, no sé que más hacer gracias a los nervios corriendo por mi cuerpo.

--no sé, disparar—respondí, Evan tomo mi mano donde sostenía el arma, levantándola hacia el papel donde tenía que disparar— ¿que...que haces?—mis palabras sonaron con miedo cuando lo que quería era que fuese lo contrario ¿Qué me estás haciendo Evan?

--Te dije que te enseñaría a disparar—exclamo nervioso pero feliz por el tono de su voz—siempre retira el seguro, ¿lo ves?... eso te salvara en caso de un asalto pero requiere de práctica para que seas rápida aunque es mejor llevarlo puesto o puede que te dispares por accidente, ah y siempre como regla no olvides revisar el cartucho con este botón...—mostro cada paso mencionado sin dejar de señalar lo importante que había dicho sobre el seguro y el cartucho, note como me miro fugazmente, se sonrojo y sentí como inicio a temblar ligeramente...al igual que yo.

¿Y cómo no estar en ese estado?... cuando nos encontramos a escasos centímetros uno del otro.

--Solo...q-queda apuntar y soltar el gatillo, sostendré tus manos por... la fuerza de empuje que tienen al disparar esta cosa—se acercó más a mí, tomo la otra mano libre y la coloco con la arma, era más alto que yo, así que él tenía la vista libre sin problema alguno.

Suspire... para después apretar el gatillo.

El estruendo de la bala hizo un gran eco en todo el lugar, dejándome con el sonido retumbando en mis oídos.

--iré a la vitrina, confió en ambos aquí—mencionó el vendedor al salir rápidamente.

--Creo... que puedo hacerlo sola—susurre impaciente.

--un par de tiros más, estas practicando... y podrías accidentarterespondió él.

--De acuerdo...si es necesario—dicho esto sentí su cabeza recargándola sobre la mía, su respiración tan tranquila, su corazón acelerado y ese aroma tan peculiar, parecido al perfume, solo que este me parece irresistible en lugar de querer alejarme de inmediato. De alguna manera deseo que ese momento no fuera a acabar.
Por los nervios, apreté el gatillo disparando sin apuntar, los tiros fueron directo al lado de la cabeza.

--Buen intento—

--Gr-gracias—sonreí lo más tranquila pero a la vez no puedo ocultar mi emoción por disparar un arma por primera vez. Sin duda parece maravilloso ver las balas que atravesaron. Siempre había querido aprender a disparar.

—Entonces ¿Te agradaron las clases básicas exprés para disparar?—

Fue divertido... no creí que lo diría, pero realmente eres una buena persona—esa respuesta salió sin pensar, se acercó para abrazarme, los latidos de nuestros corazones se volvieron más que notables, no me hace sentir incomoda, cosa que es peculiar, no me gusta que nadie se me acerque que no sea de mi familia o Michael...

Sin embargo en esta ocasión correspondí al abrazo de alguien a quien apenas conozco. Mire rápidamente el reloj que estaba arriba de la salida 4:30pm, aún era temprano

-Te protegeré siempre—susurro él, parecía que inconscientemente—mi pequeña conejo-

--Vamos a otro lugar, estoy segura que hay mucho por hablar—hable pero sin soltarlo.

--claro—Él se separó indeciso intentando disimular los nervios tomando ambas armas saliendo del lugar hacia el mostrador.

—Heather espérame un momento en la entrada, no tardareEvan de inmediato avanzo hacia el hombre que nos había atendido, tenía curiosidad pero aun así asentí y me senté en un banquillo mirando hacia afuera.

Trama algo, debes de estar alerta—dijo mi conciencia
siempre estoy alertareplique mentalmente
y es por eso que aceptaste ese abrazo—con sarcasmo más que evidente, mi conciencia comúnmente era así.
Parece un agradable chico, confió en mi instinto, de no ser así... jamás hubiéramos conocido a Michael—respondí

¿lista para irnos? Hey... ¿te encuentras bien?—pregunto Evan detrás de mí, al mirarlo note dos pequeños maletines

--S-sí, solo salgamos—era afortunada, después de que Evan pregunto mi conciencia se quedó callada en lugar de empezar a debatir como hace normalmente, caminamos de regreso al restaurante, pero esta vez fuimos al estacionamiento hacia un auto negro azabache, él abrió la puerta del copiloto.

--sube—

--No me lo tomes a mal, pero no subo a autos de desconocidos—

--Tranquila, no soy un psicópata...toma esto—me dio un maletín pequeño negro, al abrirlo mire el arma que había disparado más temprano—espero que te haya gustado... vi ese brillo en tus ojos y quise que recordaras esta primera salida, además...si sientes que estas en peligro inminente, sabes disparar...pero confía en mí, no te sucederá nada—

Asentí asustada y me senté en el auto, seguido de que el cerrara la puerta, al darse la vuelta para ir al asiento del conductor, revise el arma tenía 7 balas... realmente estaba hablando en serio.

Al subir, encendió el auto y en el reproductor de música.

Sonaba la canción de Jack The Ripper de Motörhead seguida de The game de la misma banda, al ver las calles pasar daba un ambiente muy agradable.

--Tienes buen gusto en música—dije sonriendo al mirarlo—No creí que escucharas Motörhead

--¿De qué hablas? si es una gran banda. ¿Te gusta también su música?—

--Claro que si los escuchaba durante las clases en las que eran aburridas—

--Entonces sí que eras la chica nerd que me decían he—

--jeje... se podría decir que sí. Pero cuando no tienes amigos en el colegio es lo único que puedes hacer—

--¿Por qué fue eso?

--Fue en parte mi decisión, no quería lidiar con las oxigenadas de mi salón sabes, era horrible escuchar comentarios estúpidos sobre uno mismo—

--eso explica mucho pero, jamás ¿te quisiste relacionar con alguien de confianza?—

--No, la mayoría a quienes conocí fueron inmaduros conmigo...solamente tengo a un chico que considero mi amigo, solo que él vive a una hora de aquí—

--¿Conoces a Jeffrey Koval... el de tu antiguo salón?—

--Si, hable con él algunas veces por trabajos en equipo el último mes de clases, no lo niego era educado, solo que... no me acercaba a él debido a que tenía que estudiar y sobretodo que al tocar el timbre salía rápidamente—

--Bueno... ahora que sé que tenían buenas migas, el me dio tu contacto de Facebook—

--Vaya, si algún día hablo con él, será mejor que le dé las gracias—

--¿En- en serio?—

--claro—suspire y mire el camino, el silencio no era incomodo sino reconfortante más la música hacia un buen ambiente, detuvo el auto al mirar detenidamente me percate que era el parque en el que solía ir con mi familia antes de que me perdiera por seguir un pequeño animalito (creyendo que era un conejito de color blanco con ojos purpuras, me adentre más allá del sendero marcado y mis tíos que estaban cuidándonos a mis hermanos y a mí, buscaron por horas, hasta que al fin me encontraron dormida, nunca me dijeron que sucedió aquella vez y no pregunte por miedo a la respuesta, no recuerdo cuando me dormí...lo que se único que sé es que perseguía a aquel animalito).

Evan abrió la puerta, es increíble como mi mente se perdía a tal grado de ignorar lo que sucedía alrededor. Salí del automóvil con el maletín en mano y caminamos en silencio hasta llegar a un lugar lleno de vida, rodeado por árboles frondosos.

--¿Qué estudiaste, no te vi nunca en la universidad?—dije un poco impaciente, mientras tomaba asiento en el suave césped al lado de él

--Estudie... Ingeniería mecánica, pero fue por mis padres, tu salón y el mío estaban a extremos opuestos del campus, cuéntame ¿cómo fue que estudiamos años en el mismo colegio y jamás nos cruzamos?—

--Debió ser por la cantidad de horas que estaba en la biblioteca—

--eso explica mucho, yo apenas sabía de su existencia—el Rio relajadamente—ha sido un lindo día, pasarlo contigo—

--Realmente que lo fue—trate de sonar alegre pero la melancolía me invade, sin duda había buenas personas en el mundo y cuando las encuentras es difícil dejarlas ir.

--Podemos hacer esto algún otro día, ¿crees que puedas el próximo sábado?—

--Creo que sí, aunque cualquier cambio, lo mencionaré por mensaje de Facebook—

--O si es repentino, podrías llamarme—Evan saco su celular de su bolsillo—Te daré mi número

De inmediato, también saque mi celular y guarde el número que me dio. Hablábamos de casi todo, a excepción de nuestros pasados, me encanta escuchar sus ideas sobre cómo aprender a hablar otros idiomas o sobre sus experiencias con los profesores en la universidad.

--Mi pasatiempo favorito es escribir o leer relatos de terror, ya sabes las Creepypastas ¿te gustan?—exclamo con un brillo en los ojos

--No me agrada mucho el tema de lo sobrenatural, si no lo veo no pienso que sea verdad, además que nunca he leído alguna—

--Traeré mi laptop para que te muestre una de mis creaciones, son interesantes, te hace pensar en querer investigar más allá—

--De acuerdo señor escritor, estaré gustosa de leerlo—mire al cielo, el tiempo paso muy rápido, la oscuridad nos envuelve en su manto místico—Evan es tarde debemos irnos—

--Demonios... ni siquiera se la hora—él se levantó y me ayudo a incorporarme—Es un poco peligroso a estas horas—

--Deben de ser las 9:30pm—dije en un suspiro al caminar cada vez más rápido, ambos escuchamos pasos detrás de nosotros e iniciamos a correr, Evan parecía conocer el lugar a pesar del bosque denso por lo que me tomo de la mano, logramos llegar al auto y descansamos un poco.

--tengo la pistola... está cargada... podemos detenernos—mis palabras eran entre cortadas

--Heather, tu nariz está sangrando— alce mi mirada completamente con un poco de temor

--Al igual que tu— rápidamente abrió el auto, inclinándose por la guantera para sacar una pequeña caja de pañuelos, se acercó para limpiar suavemente la sangre coagulada, me sentó en el asiento del copiloto mientras el quitaba su sangre de la nariz— ¿te sientes bien?—

--Si...es solo que no me pasaba desde hace mucho—tenía mucho frio así que iniciaba a temblar— ¿te encuentras bien?—

--Solo un poco de sangre, nada fuera de lo común será mejor que te lleve a casa—

--Puedo caminar, estaré bien—dije al bajar del auto—gracias de todos modos—

--estas demente, podría pasarte algo no sabemos quién nos seguía.... Tal vez en este caso si te encuentres con un psicópata—

Eso último me convence de inmediato, tengo un miedo demasiado fuerte hacia ese tipo de situaciones, me aterran más los vivos que los muertos. Volví al asiento del copiloto, Evan subió rápidamente parece un poco paranoico... aunque la verdad no puedo culparlo

Mire el maletín con el arma adentro, sin duda recordare este día.

--Son las 10:10pm, ¿Quién diría que no nos daríamos cuenta?—exclamo mientras se detuvo en un semáforo y buscaba algo en el asiento de atrás—Pero dicen que si disfrutas el día pasara más rápido—

--El tiempo sí que es injusto—

--Ten, sé que tienes frio—me extendió una sudadera negra, me la coloque de inmediato--¿Dónde vives?—

Le mencione la dirección y siguió el camino que le indicaba, hablamos de volver a salir y hablar seguido, contaba algunas vivencias que le habían pasado en la última semana de clases desde caer en lodo afuera de su casa, hasta casi reprobar la materia de estadística por un trabajo.

--Bien, aquí es señorita—dijo al detener el auto, salió sin perder el tiempo apresurándose a abrir la puerta de mi lado.

--No es necesario esto—

--Lo es Heather, después de todo es algo tarde no puedo permitir que piensen que saliste con un vagabundo—

--jajaja sí que eres un poco diferente—

--Lo sé, soy raro puedes decirlo con toda libertad, ahora que te conocí personalmente sé que es de una manera tierna y no agresiva—

Cruzamos el patio hasta llegar a la puerta que él toco firmemente. Minutos después abrió la puerta mi hermana.

--Es tarde ¿Dónde te habías metido?—cuestiono deteniéndose a mirar a Evan

--Lamento la hora de llegada de Heather pero tuvimos una salida, no volverá a suceder—dijo Evan sonriendo al mismo tiempo que me empujaba suavemente a los brazos de mi hermana con el maletín y la comida que había pedido en el restaurant que me dio antes de que abriera la puerta—Fue agradable conocerte...--

--Samantha, hermana de Heather—exclamo seria

--Un gusto, soy Evan su amigo, que tengan una agradable noche—él se dio la vuelta y subió a su auto.

--¿Y cuándo nos hablarías de él?—dijo sonriendo con cierta malicia al cerrar la puerta—no importa, mañana me dirás hasta entonces, me iré a dormir tengo que madrugar—

--Espera y ¿mamá dónde está?—

--En su habitación, pero ya está durmiendo a decir verdad... creo que también Carlos jajá en fin, buenas noches—dijo mientras subió ella las escaleras de dos en dos

--Descansa—mire el reloj de mi celular 10:57pm

Fui a la cocina rápidamente y tome el portátil esperando que Michael siquiera conectado.

Gratamente era así.

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Espero que les vaya gustando, hasta la próxima ~Leah~

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