Y ahí estaban, tres chicos que no se tragaban entre sí pero hacían un esfuerzo por un chico en común que era muy importante para todos en diferentes sentidos. O al menos lo intentaron.

El más alto de los tres acababa de caer sobre su trasero después de recibir un fuerte puñetazo de parte del segundo mayor de los tres: JongDae.

JunMyeon se mantuvo de brazos cruzados justo a la derecha del furioso coreano. Ni siquiera los estaba mirando pero su gesto y su pose articulaban por el que estaba igual de molesto que Chen.

El rubio de cabello arcoíris se limpió la sangre del labio y se levantó mirando al suelo. Sinceramente pensó que aquel golpe llego más tarde de lo habitual, el chico que lo golpeo llevaba más de un año reprimiéndose.

-eres un maldito imbécil... te mereces más de un golpe.- gruñía JongDae con los puños apretados.

-JongDae...- SuHo lo llamo con un tono severo, pidiéndole que se calmara.

-¡no! ¡Ya tuve suficiente!- grito el castaño oscuro dando un manotazo en el aire. -¡lleva un maldito mes atrasado con lo que YiXing le pidió y ya no queda tiempo! Y no intentes defenderlo porque bien sabemos que estas igual de molesto que yo.

-pero este no es el momento.- comento el pelinegro.

-¿entonces cuando? ¡Ya no queda tiempo! ¡Nada!- JongDae señalo a SeHun. –Este imbécil es el culpable de todas la veces que YiXing lloro el año pasado y este ¡y no lo entiende!- bramo con los ojos acuosos.

SuHo bajo la mirada con amargura y el rubio miro consternado a sus mayores: SuHo no evadía una mirada o un comentario y JongDae nunca perdía los estribos así, mucho menos lloraba frente a alguien más que Lay. Quizás el odio que le tenía era mayor que él.

-¡YiXing lloro cuando no veniste a su presentación! ¡También lloro cuando nos dejaste plantados en la fiesta que anduvo organizando un mes antes de tu cumpleaños! ¡Lloro cuando le creíste más al imbécil de Ren y lo golpeaste! ¿Tienes idea del daño que le hiciste?- JongDae exploto agarrando a SeHun del cuello de la camisa. No podía retener toda su ira. –no... no lo sabes...ni siquiera te importa.

-YiXing me importa.- soltó en automático.

-¡no es verdad!- lo estrello con fuerza contra el poste del parque. –por eso lo abandonaste tan fácil por Ren... por eso te valió mierda cuando te pidió hablar sobre eso y tú no fuiste...lo dejaste esperando en la cafetería y lo vi llorar de nuevo por ti...- la voz de JongDae se fue apagando con el paso de las palabras. –por eso no abriste sus cartas después de un mes... no sabes cuánto te odio ni cuanto te adora.

El castaño oscuro soltó lentamente su camisa y froto duramente la manga de su chaqueta sobre sus ojos. Las lágrimas no salieron pero se quedaron a un paso de hacerlo. No dijo más, la explosiva ira se convirtió en una pesada tristeza.

-tenemos que irnos, JongDae. Nos está esperando.- SuHo jalo del codo al castaño y lo arrastro lejos del rubio. –JongDae tiene razón, SeHun. No tienes idea de cuánto te adora.-finalizo dándole la espalda para marcharse.

SeHun se quedó en el suelo, reflexionando. Recordaba que YiXing le había pedido hablar dos meses atrás y no había ido por seguir molesto con él por lo de Ren. Sigue culpándose por haber sido todo un bastardo con Lay y sentía que aún había muchas incógnitas. El misterio del porque YiXing había dejado de ir a la universidad, se había mudado, dejo su trabajo, se alejó de todos y comenzó con aquel asunto de las cartas se hacía cada vez más confuso y complicado.

-YiXing... lo siento tanto...- musito al aire, sosteniendo la carta que había encontrado escondida en la banca que siempre compartía con Lay cada vez que iba a ese parque.

Hola SeHun. ¿Cómo estás?

Esta vez no hay reto tampoco pero te mandare dos pedacitos de la foto.

No tengo mucho de qué hablar esta vez. Me siento muy débil y estoy durmiendo todo lo que puedo para recuperarme más rápido.

Ya quiero verte...pero todavía faltan muchas cartas. Por favor encuéntralas rápido y ven a verme.

La próxima estará estratégicamente escondida en nuestra banca favorita de nuestro parque favorito. Suerte.

Te quiero.