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"FOLLAMOS COMO ESTRELLAS PORNO Y NOS AMAMOS COMO SHAKESPEARE"

Días después
NARRA ALAIA

Abro mis ojos de un golpe al sentir un inmenso dolor en la parte baja de mi abdomen, me muevo incómodamente en la cama con severas muecas y veo la hora. Siete de la mañana. Es tan molesto que te llegue el periodo en la mañana, literal no puedes dormir ni tranquila con esta mierda. Quizás pensar en otras cosas me tranquilice. Guardé el collar de mi gato en mi billetera para tenerla siempre conmigo, también hice un dije con su nombre el cual puse en mi collar de corazón. Lo extraño mucho porque no tengo quien me despierte cuando Peter no está en la mañana, y ahora no puedo jugar con mi mascota. Me pone triste pensarlo pero estoy superándolo.

Giro un poco mi cabeza viendo a mi novio pegado a mí abrazándome, alejo la sábana de mí y quitó su brazo lentamente dejándome en libertad. Me voy al baño casi corriendo y apenas llego intento hacer mis necesidades femeninas sobre el ciclo menstrual. La mayoría de veces intento estar lo más tranquila que puedo, pero lo más difícil es que me dan muchas ganas, y no hablo de ganas de comer un chocolate. Pero no puedo porque no me gustaría hacer el amor con Peter teniendo esta cosa.

— ¿Cariño? — escucho afuera, abro la puerta un poco y me asomo viéndolo rascando sus ojos — ¿estás bien?

— Sí, solo... Emergencia femenina, ya voy.

Me encierro otra vez y sigo con lo mío. Me gusta compartir con Peter cuando se trata de el ciclo, me siento muy cómoda haciéndolo. Sé que la mayoría de mujeres consideran que es incómodo decirle a tu pareja sobre esto pero para mí, prefiero mantenerlo público con él. Al terminar todo lavo mis manos y salgo del baño.

— Tengo el periodo, no puedo creer que me haya llegado ahora en la mañana... Los cólicos son horribles. — digo volviendo a la cama, me arropo con las sábanas — no creo que pueda dormir más.

— Tranquila, intenta descansar. Ayer llegaste tarde del trabajo y no creo que sea conveniente que no duermas bien. ¿Te duele mucho?

— Sí.

— ¿Te doy una caricia en la panza? siempre te las doy y me dices que te relajas — ofrece sonriendo, asiento.

Baja su mano por mi estómago y comienza dando muy suaves sobos, me acurruco en su pecho tratando de dormir otra vez pero aunque no lo logre, solamente quiero quedarme aquí, junto con él, sintiendo su amor y su calidez.

— ¿Sabes qué quiero? desayunar en Starbucks, me encantan los pastelillos que sirven y mucho más el café con crema, ¿podemos ir más tarde? — murmuro dándole la idea, él asiente y besa mi frente

— Todo lo que quieras, te lo cumpliré. — susurra acercándose a mi rostro, le doy un pequeño beso en nariz tocando su cabello

— Eres muy lindo.

— Y tú muy mimada, ¿pero qué se puede hacer? Dios te hizo así y tienes que pagar el precio.

Río entre dientes y sigo con mi descanso.

[...]

Peter y yo vamos caminando por la acera de la calle a las nueve de la mañana. Vamos de camino a Starkbucks donde desayunaremos y después tenemos que ir a trabajar. Prácticamente hoy será un día donde les cuento qué hago cuando tengo el ciclo menstrual, espero no aburrirlos. Me tomé un té antes de salir de la casa, se pasó un poco el dolor. Solamente tomo pastillas cuando me siento muy mal y no puedo ni levantarme de la cama, aveces cuando tengo una reunión importante a la que debo asistir sí o sí o simplemente me quedo en la calidez de mi hogar.

Mi novio abre la puerta para mí y pasamos al interior. Tengo muchísimo tiempo sin venir a un Starbucks, no tengo tanto tiempo para salir pero cuando puedo, trato de aprovecharlo lo más posible. El aroma a cacao y vainilla llega a mi nariz y respiro tranquila. Dejo que Peter busque una mesa. Me acerco a la caja donde me atiende una muchacha castaña, la cual al verme se queda petrificada.

— Tú... Tú... Eres Alaia Stark. Eres tan increíble. — dice en voz alta. Inmediatamente los demás trabajadores voltean y también se quedan igual, en shock.

— Sí, gracias — agradezco sonriéndole un poco — ¿puedes darme un café mocha, un capuchino y dos paninis, por favor?

Asiente y toma la orden en su caja registradora, le pago con la tarjeta la cual me devuelve apenas confirma el pago. Espero unos pocos minutos. Peter llega a mi lado para esperar también. Avisan nuestro pedido y mi novio lleva todo a la mesa, le sigo, sentándome a su frente.

— Creo que no salir tanto, ya afectó. — digo notando las miradas de todos en el local encima mía — me estoy haciendo muy famosa rápidamente

— Las personas te aman por hacer que la ciudad esté protegida y en buenas condiciones. Ni siquiera el presidente ha hecho tanto. — afirma el chico tomando su café

— Ellos también aman a Spiderman.

Le sonrío, él me guiña un ojo. Seguimos con nuestro desayuno, que la verdad mantuvimos en una conversación normal a pesar de que aquí todos estuvieran pendientes a lo que hago. La verdad es que no me molesta que las personas me reconozcan, lo aprecio demasiado ya que  me valoran mucho pero también siento que tengo un peso encima porque debo cuidar de Nueva York como superheroína y mantener mi perfil de empresaria famosa. Son los dos títulos oficiales que tengo.

— Disculpe, señorita... — volteo a mi izquierda, viendo un niño de unos cuatro años con gafas verdes muy tierno — ¿podría darme su autógrafo? la aprecio mucho, señorita Stark.

— Claro— acepto sin dudas sonriéndole amablemente. Le escribo en su papel y se lo devuelvo. — ¿quieres que te diga un secreto? él es Spiderman

El niño abre la boca emocionado y se acerca a Peter.

— Me gusta mucho cuando hace la doble voltereta hacia atrás y lanza sus telarañas, ¿quién le enseñó? — pregunta muy curioso.

— Solo son trucos que aprendí.

— ¡Qué cool!

Río levemente por la expresión de felicidad del niño en su rostro. Después su madre lo llama y se tiene que ir, se despide de nosotros muy contento. Tomo mi café mocha.

— No creo que nadie le crea, los padres son muy... Incrédulos cuando sus hijos les cuentan algo — murmura Peter andando su teléfono. Tomo un sorbo de mi bebida.

[...]

— ¡Allí hay una osa mayor! ¿no lo ves? ¡está justo ahí! — digo señalando con mi dedo índice hacia el cielo con mucha decisión

— Esa no es una osa mayor, tiene forma de una estrella. 

— Claro que lo es, ¿acaso no viste el documental de History Channel que me estaba viendo ayer? dijeron que se forma con siete estrellas y claramente hay siete ahí. He ganado otra vez.

Rueda los ojos. Por la noche jugábamos a quién encontraba más figuras formadas por estrellas, es muy divertido para nosotros porque nos pone a pensar pero muchas veces discutimos como niños pequeños por uno tener más razón que el otro. Por lo general siempre gano yo, ya que veo muchos documentales mientras que Peter se la pasa viendo películas de acción.

— Se me olvidó decirte... May me llamó, dice que te ayudará a buscar el vestido con ayuda de Pepper, Betty y Morgan. A mí me ayudarán Harry, Ned y Happy. — anuncia — mañana a las ocho.

— Trataré de ir, no quiero estar mal el día de la prueba de los vestidos.

— Creo que serás muy rápida para buscar uno aunque te tardes como media hora en escoger un vestido normal... Una pregunta, ¿te gusta más el smoking negro o blanco?

— Negro. El blanco siento como si fueras a bautizar a un bebé.

Se ríe — sí, es cierto. Recuerda que debemos ir a apartar el lugar y a empezar a organizar los preparativos, tengo la esperanza de que nos casemos en menos de un mes.

— Sí, yo también.

Ambos nos quedamos viendo el cielo estrellado en silencio. Los dos tratamos de que la boda salga lo mejor posible a pesar de tener muchos trabajos encima, y también anhelamos poder avanzar mucho más. Pero esperen, ¿Peter aún querrá?

— Oye, Pet... — le llamo, él hace un sonido con la boca en señal de obediencia. Entralazo mi mano con la suya antes de seguir hablando — tú... ¿Todavía quieres tener bebés?

— Claro que sí, lo adoraría. Aunque primero debemos estar preparados mental y físicamente. Ned me dijo que los hijos literalmente se comen tu tiempo, hay que estar pendientes al cien por ciento y no me gustaría que pasase algo.

— No te preocupes, tenemos todo lo que hay que tener para ser unos buenos padres. Tú eres muy cariñoso y yo soy muy estricta, es suficiente para educarlo.

— Pero, olvidamos la parte más importante. — pausa, se sienta en el suelo y yo lo hago igual. Sí, estamos en el techo del edificio donde vivimos — para poder tener bebés, debemos hacer "eso" pero sin protección. Y nunca lo hemos hecho así que se sentirá diferente.

— Muy diferente— afirmo mirándole a los ojos— ¿seguro que estás listo para formar una familia después de la boda?

Asiente — lo estoy si tú lo estás.

Me sonríe levemente con mucha ternura, le doy un beso suave y me sigue. Me acerca más a él tomándome de la cintura, coloco mis manos en sus mejillas.

— Oye... Tengo que ir a patrullar y necesito irme ya. — murmura entre mis labios, sigo besándole. Se separa. — prometo que seguiremos esto después

Asiento. Deja un beso en mi mejilla para después levantarse, correr hacia la orilla del edificio y saltar. Suspiro. Otra vez he quedado sola. Me levanto del suelo dispuesta a volver a mi apartamento para esperar nuevamente a mi novio, quien vuelve tarde en la noche.




















































































PREGUNTA: ¿bebé?

P.D: Feliz día de la mujer 🖤

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