𝑿𝑽𝑰𝑰. 𝑪𝑶𝑵𝑻𝑹𝑨𝑨𝑻𝑨𝑸𝑼𝑬
Scarlett y Sariel por fin están juntos, sin embargo su unión desata la envidia y la ira de dos personas, Selina y Judith...
Por un lado a Selina le atraía el ángel, deseaba acostarse con él, saciar su instinto más bajo... Y como no obtuvo dicho deseo, se indignó, ya que su enemiga había "usurpado" a su conquista del momento, aunque dudando de la mentalidad de aquella alma próxima al infierno, Sariel no sería de sólo una noche, por lo que ella lo convertiría en su amante frecuente, puesto que Selina no es apta para tener parejas estables, y nunca lo será... Afortunadamente ella no se llevó al ángel entre sus garras.
Y por otro lado, está Judith, quien de una manera incondicional quería a Sariel, convirtiéndolo en su crush, y justamente al verlo con Scarlett, su corazón se partió en mil pedazos... Ella no permitiría que su amado estuviera en brazos de otra, por lo que haría hasta lo imposible por separarlos, e incluso usaría la magia negra a su favor, cosa que más o menos le serviría, esto debido a que Judith se enteró que Scarlett usaba magia avanzada, lo que conllevaba a conjuros en latín de protección, una arma que le sería de ayuda a Scarlett para defenderse de la negatividad de Judith. Pero tal conocimiento sobre protección no le impediría a Judith lograr su cometido... Enamorar al ángel Sariel.
Lo bueno de este asunto es que aquellas tóxicas no saben que Sariel es un ángel, y mucho menos saben que Scarlett tiene de su lado a un ángel, a tres demonios, y por supuesto al mismísimo Diablo, porque de lo contrario, ellas estarían más que acabadas; y hasta torturadas por Mazikeen, Astaroth, Beelzebub, y sin poner de lado a Lucifer, el verdugo de los pecadores... Pero no faltaría mucho tiempo para que este par de pestes se enteren de los aliados de su enemiga...
— ¡Hija de puta! —Gritó Selina al entrar a la casa de su amiga, pateando un sillón a medio uso, estaba furiosa.
—A ese chico ya lo había visto, ese chico tan extraño en mi tienda de ropa, ese tipo... —murmuró Judith con la piel erizada, la cual indicaba un exceso de sentimientos negativos.
—Sí eso ya lo habías dicho en la escuela —dijo tajante Selina, ella no estaba de humor, bueno ella nunca está de humor, puesto que su cara connotaba apatía por la vida.
—Como sea —Judith rodó lo ojos, soportaba el humor de su amiga, y por eso se llevaban bien por estar afines a una toxicidad inimaginable—. Haré algo al respecto. Haré un ritual de venganza —ella añadió, mientras tomaba de su refrigerador una botella de agua.
Judith vivía prácticamente sola, sus medios hermanos estaban con su padre, quien era el dueño de aquella tienda de ropa ubicada cerca de la playa, donde ella trabajaba los fines de semana; así como el padre de Judith era dueño de otras tiendas de ropa, las cuales estaban distribuidas por toda la cuidad. Pero, su padre no le daba nada de dinero para que ella cubriera todas sus necesidades y las de su madre, quien por cierto era una prostituta y teibolera. Vaya vida de Judith, tenía que trabajar con su padre para pagar deudas, mientras que su madre siempre se la pasaba dormida en el día porque en la noche trabajaba hasta el amanecer. Justo así se conocieron los padres de Judith, en un burdel, su padre le pidió un servicio a su madre, y como le gustó tal servicio, la consecuencia fue que ellos se encontraban un sinfín de veces, eran amantes, y de esas noches de pasión nació Judith Kane. Eso no era amor, era lujuria, pecado que sacó de la pobreza a la madre de Judith, puesto que el señor le dio un apartamento a la amante, típico... Pero cuando el hombre se dio cuenta de que su amante estaba embarazada, abandonó a la señora, dejando a su ex amante y a su futura hija a su suerte. Sin embargo, eso no impidió que el señor le otorgara un empleo a su hija, el hombre tiene un poco de bondad, pero eso no evitará que se vaya al infierno. Toda esta historia trágica formó el carácter de Judith, quien no soporta ver a una pareja feliz, porque si ella no es feliz... entonces nadie lo será, así es su lógica, su maldita lógica. En algún punto, cuando Scarlett y Judith eran amigas, les gustaba la magia, incluso ella le enseñó un par de hechizos a Scarlett, pudieron ser amigas, pero prefirió irse al camino de la oscuridad, de la toxicidad. La vida de Judith es algo desgarradora, pero eso no le da derecho de perjudicar a otros, al contrario debería de ser buena para que el bien la acompañe... Y es por eso, que su mayor pecado es haberse metido con el padre de su entonces amiga Nicole, ella sólo quería dinero para sacar a su madre de un apuro, no justifiquemos esto, Judith se siente culpable de tal traición, sin embargo no demuestra dicho sentimiento por orgullo, lo cual le costará una eternidad de castigos...
—Patearle el trasero, eso es lo que deberíamos hacer, en vez de pendejadas como la magia —bufó Selina, mientras se sentaba en el sillón de su amiga.
Selina es una escéptica ante la magia, su historia es un poco similar a la de su mejor amiga. Selina sufrió la separación de sus padres... ella estuvo una gran parte de su niñez sola en su casa, ya que su mamá andaba afuera consiguiendo novio, olvidándose de su hija, quien la necesitaba. La soledad de Selina cambió cuando su madre consiguió novio, ellos se casaron y de su amor tuvieron a una niña, la media hermana de Selina, la cual era la favorita de sus padres. A ella siempre la dejaban de lado, y justo una noche su padrastro abusó de ella, desde ese momento Selina sintió el verdadero dolor. Por fortuna su padrastro no la abusó más, sólo fue esa noche en específico, en donde él estaba drogado, y después de eso no volvió a pasar nada, ya que el señor se metió a una clínica de rehabilitación. Selina por un tiempo le tuvo miedo al sexo, pero al sentir sensaciones diferentes en su cuerpo con un amante de su misma edad; sensaciones que no eran como el ardor en su parte íntima, producto de lo rudo que fue su padrastro; lo que sintió con su amante fue un placer exquisito, y desde ahí su subconsciente le pide sentir eso muchas veces, con personas diferentes... El sexo para Selina es una forma de sentirse amada... Dejando de lado su afán por el sexo, no olvidemos que el verdadero padre de Selina estaba en Canadá, con otra familia, y la olvidó a ella... Siempre la olvidaban... Es por eso que ella es muy egoísta, no confía en los demás, ella piensa que las personas la van a traicionar, y por eso anda a la defensiva, sacando las debilidades de las personas para usarlas en su contra. No justifiquemos sus acciones, no banalicemos su maldad, porque todos podremos tener un pasado oscuro, pero está en nosotros avanzar sin perjudicar a nadie.
Tal vez pienses que estuvo mal que ellas le hicieran muchas cosas a Scarlett para sacar todo su enojo por la vida, y que también está mal que Scarlett se vengue de ellas. No sé cuáles sean tus ideales, pero todos sufrimos, y por ende, no es justo que nos desquitemos con otras personas inocentes, porque así se alimenta un ciclo de violencia, el cual no puede ser roto, a menos de que la parte agresora se disculpe o que la persona dañada perdone; pero en esta historia el perdón es como no hacer nada, es como dejar que los otros se salgan con la suya, en esta vida y en la otra se paga todo, esto lo sabe bien Lucifer, y es por eso que Scarlett las destruirá, hasta que ellas se arrepientan de todo. Así es como Scarlett obtendrá paz, y en una pequeña posibilidad Selina y Judith recapaciten sus acciones.
—No desconfíes de la magia, eso nos encubrió de muchas cosas —respondió Judith, quien se sentaba al lado de su amiga.
—Prefiero las acciones —Selina le quitó la botella de agua de Judith y se la llevo a la boca, dando un grande sorbo para saciar su sed.
—Entonces... ¿qué propones, genio? —Contestó Judith.
—Algo, no sé... Ella tiene debilidades... Su familia por ejemplo —sugirió Selina, a quien se le formó una sonrisa maliciosa.
—Eso es caer bajo —a Judith le remordió la conciencia, no quería volver a cometer el mismo pecado.
— ¿Y?, de algún lado tenemos que joderle la vida a esa estúpida —dijo Selina.
Judith se lo pensó un poco. Iba a hablar bajo porque su madre estaba dormida, y no quería decepcionarla por sus acciones negativas, su madre la tenía en un concepto de niña buena con buenas calificaciones, y no quería decepcionar lo único que le queda de amor...
—Sé dónde vive Scarlett —confesó Judith. Ella sabía la ubicación de la casa de Scarlett, puesto que sólo una vez Scarlett la invitó a su casa para un proyecto de matemáticas.
Esa confesión le serviría mucho a Selina, pues ella planeaba, secuestrar y amenazar a sus padres, o tal vez matar a Scarlett en su habitación, incluso podría pedir la ayuda de Hans, obvio a cambio de un favor carnal, pero a fin de cuentas le serviría para contraatacar.
—Andando —Selina se levantó de aquel sillón, y le dio un ligero golpe en el hombro a su amiga para que ella reaccionara y la siguiera a su plan.
—Sí —Judith asintió.
Un tiempo pasó para que ellas estuvieran en frente a la entrada principal de la casa de su enemiga, sólo iban a inspeccionar el área, sólo querían saber qué tan fácil sería llegar a los padres de Scarlett o la misma Scarlett. Todavía no darían el paso para su venganza, aún le faltaba abarcar muchas cosas...
—No hay nadie en casa —sonrió Selina, quien observaba muy de cerca la ventana, la cual daba una visión perfecta de la sala de estar.
Todos los muebles en la casa de Scarlett estaban cubiertos con sábanas blancas, lo que significaba que no habría nadie por mucho tiempo... ¿Dónde estaban los padres de Scarlett?
— ¿Hay alguien en los alrededores? —Preguntó Judith, sacando de su pequeña bolsa, unas herramientas para forcejear puertas y candados.
—No —sonrió Selina, observando el tranquilo vecindario de su enemiga.
Judith no tardó ni cinco minutos para abrir la puerta principal de la casa de Scarlett, una gran habilidad suya, la había aprendido desde los cinco años...
—Eres grande, Judith —alabó Selina a su amiga, algo raro por parte de ella, ya que Selina no solía alabar a nadie más que a sí misma, bueno a menos de que ese alguien le sirviera en algo, en algo que a ella le interesaba.
Al abrir aquella puerta, ambas entraron, no sin antes cerrar la puerta para evitar sospechas; luego observaron cada detalle, todo parecía desolado, entraron a cada habitación, no había nada, y en la habitación de Scarlett no había nada de cosas más que su cama cubierta por una sábana...
—Esto es una pérdida de tiempo —bufó Selina, pateando la cama de Scarlett.
Entraron al baño de Scarlett, y tampoco había nada, ni siquiera un peine con los cabellos de Scarlett, lo cual le serviría a Judith para hacer su tan sonado hechizo de venganza.
De pronto escucharon pasos provenientes de la sala de estar. Selina y Judith al escucharlas, entraron despavoridas al clóset de Scarlett.
—Maldición —susurró Judith.
Entonces aquellos pasos se aproximaron a la habitación dónde estaban las tóxicas.
—Debe de estar aquí lo que busco —era una voz conocida, Scarlett...
— ¿Segura que está en este lugar? —preguntó otra persona que acompañaba a Scarlett, era ¿Sariel?
—No lo sé, Lucifer. La daga de plata debería de estar en mi habitación, con ello hice los rituales de invocación —respondió Scarlett.
Ante lo que dijo su enemiga, las tóxicas se miraron intrigadas, Lucifer... Invocación... ¿A qué jugaba Scarlett? Ambas miraron por un pequeño orificio de aquel clóset, y observaron a su enemiga, y posteriormente miraron a aquel hombre de porte elegante, atractivo y con un semblante de mucha seguridad. ¿Acaso sería el sugar daddy de Scarlett?, eso pensaron las tóxicas, porque no era común que Scarlett anduviera con hombres mayores, y este hombre no era su padre, porque ellas ya conocían de vista a su padre.
—Tal vez la escondieron en el almacén que tenemos en el patio trasero —dijo Scarlett, quien salió rápidamente de su antiguo cuarto.
Scarlett y Lucifer estaban buscando algo en específico que le interesaba al Diablo. Ahora bien, pondremos en contexto esta situación, y para eso tenemos que irnos unas horas antes de que las tóxicas entraran a la casa de Scarlett.
—Scarlett —llamó el Diablo.
Ellos estaban en Lux, pasándosela bien, Sariel estaba a un lado de Scarlett con su mano posada en el hombro de su novia.
—Sí —Scarlett respondió al ver a Lucifer acercarse.
— ¿Me permites un momento con mi hermano? —Dijo el señor del infierno, con una sonrisa de celos dirigida a Sariel.
—Sí, claro —contestó Scarlett, quien se apartó de ellos, para irse a platicar con Astaroth, quien estaba en la barra fumando.
Cuando Scarlett se alejó lo suficiente de los seres celestiales, entonces Lucifer empezó a hablar.
— ¿Acaso me perdí de algo? —Dijo Lucifer, para después tomar un sorbo de whiskey.
— ¿De qué hablas? —Contestó Sariel intrigado.
—Tú y Scarlett... —murmuró Lucifer—. ¿Son pareja? —Fijó su mirada en Sariel.
—Sí —respondió firme Sariel. A lo que Lucifer encendió sus ojos, tornándolos de un rojo intenso. Sariel al ver a su hermano de esa manera no se inmutó.
— ¿Esto es parte de tu misión? —Habló Lucifer con una voz demoniaca.
—Algo así —respondió Sariel, y por consiguiente su hermano lo tomó del hombro y lo obligó a sentarse en un sillón que estaba en medio del Lux.
—No permitiré que le hagas daño —dijo Lucifer—. Si algo sé de los ángeles enviados por papá, es que harían cualquier cosa por complacerlo; y después de que me dijiste que no estás aquí por mí, sino por ella, eso me hace sospechar sobre tus intenciones.
Sariel se quedó helado, él no pensaba hacerle daño a Scarlett, sino al contrario, pero sus sentimientos por ella florecían, por lo que era inevitable terminar enamorado de ella.
—Juro por papá que no le haría daño. Él me dijo que la cuidara —Sariel dijo, un poco tembloroso por la actitud protectora de su hermano, algo que jamás le había visto.
—Mmm —suspiró el Diablo dudoso, tornando de sus ojos de Diablo a sus ojos normales.
—No entiendo por qué te pones así por Scarlett —dijo Sariel, deshaciéndose del pequeño agarre de Lucifer.
—Ella es un misterio —bebió un poco de licor Lucifer—. Cuando estoy con ella me siento poderoso, y esto sumado a que es inmune a mis poderes —añadió un poco confundido por toda la situación.
—Debe de tener una explicación —dijo Sariel, tratando de disipar las grandes dudas de su hermano.
—Todo esto me tiene harto, estas manipulaciones provocadas por parte mi padre o de Amenadiel.... Primero la detective que me hace sangrar, y luego Scarlett quien me hace poderoso en vez de vulnerable como la detective.
—Amenadiel no tiene nada que ver. Aun así lo averiguaremos, hermano —Sariel le respondió a su hermano.
—Por supuesto —dijo Lucifer en un tono sarcástico, debido a que desconfiaba de sus hermanos, puesto que ellos lo abandonaron cuando él se reveló contra su padre—. ¿Tú vas a ayudarme?... Si tú no me ayudaste cuando caí del cielo —Lucifer abrió esa vieja herida de hace eones de años.
—Eso pasó hace mucho tiempo, recuerda que toda la familia estuvo en total shock, y papá estaba muy desconcertado... Todo se fue desmoronando —respondió Sariel, tratando de apaciguar el dolor de su hermano celestial con su propio dolor.
—No quiero saber más de eso —Lucifer dio por cerrado el tema—. Pero sí le haces algo a Scarlett, juro por mí que te destruyo —amenazó, tornando por un segundo sus ojos rojos para que la amenaza tomara fuerza.
—No te preocupes —dijo Sariel—. Y cambiando de tema gracias por disipar la furia de tus demonios, olvidé darte las gracias.
—No hay de que, además no quiero que te maten y que mi padre me cobre los platos —dijo Lucifer, mirando a la demás gente que se encontraba en el Lux, todos divirtiéndose, y era por eso que no quería irse... Los Ángeles, su hogar, su trabajo con la policía, Chloe, Scarlett, y otras razones más para que Satán se quedara más tiempo en la Tierra. Además, a veces él temía que su padre lo obligara a irse al infierno, quitándole lo que más amaba...
—Lucifer —una voz disipó los pensamientos del Diablo—. Lucifer —dijo de nuevo la voz, a lo que él alzó la mirada, para después encontrarse con Scarlett, quien se acercaba hacia él.
— ¿Qué pasa? —respondió Lucifer.
—Ya me comentó Astaroth sobre tu pequeño experimento de mortalidad —dijo Scarlett—. Y creo que en eso te puedo ayudar...
— ¿En qué? —Preguntó el Diablo interesado, esto le sería muy útil, pues planeaba que Maze le lanzara cuchillos de diversos materiales como hierro, oro, plata, entre otras, para saber si la detective era lo único que le hacía daño...
—Pues tengo una daga de plata, con ella invoqué a Beelzebub —dijo Scarlett, y justo cuando mencionaron su nombre Beelzebub se acercó hacia ella.
— ¿Yo qué? —Habló Beelzebub con una botella en mano... A este demonio le encanta emborracharse...
—Nada —dijo Lucifer, para después tomar del brazo a Scarlett y llevarla hacia su Corvette.
— ¿A dónde vamos? —Preguntó Scarlett al salir del Lux.
—Tú me llevarás hacia esa daga, puede que esa daga tenga algo, ya que... pues invocaste a un demonio con eso... —explicó Lucifer, Scarlett lo entendió perfectamente, y sin dudarlo se subió al vehículo.
—Vamos por eso —dijo Scarlett.
Y así fue como Lucifer y Scarlett terminaron en la casa de los padres de ella, buscando esa daga, que desafortunadamente Scarlett no llevó cuando sus padres la echaron, y que por azares del destino terminaron en aquella casa aliados y enemigos, ninguno sin saber la visita del otro. Eso sí, Scarlett al ver su casa desolada, sabía que sus padres se fueron a esa casa de campo, en donde se iban cada vacaciones o cada vez que ellos necesitaban un escape de la ciudad... Pero esto no era de un par de semanas, por el aspecto de los muebles, parece ser que sus padres estarían un tiempo indefinido en esa casa de campo... Todo por la pelea, todo inició por invocar a un demonio, tal vez tuvieron miedo, y por eso se fueron, dejando a la merced a su hija...
Scarlett y Lucifer se fueron al almacén antes mencionado, y por consiguiente se toparon con un cerrojo, el cual para abrirse se necesitaba un código, que por suerte Scarlett se sabía, ella digitó el siguiente código: 020582, la fecha de la boda de sus padres... Luego de ello, Scarlett se topó con un montón cosas de valor...
— ¿Por qué todo en tu casa parece desolado?, pensé que tus padres estaban... Hasta estaba planeando una manera sigilosa de entrar —dijo Lucifer.
—Se fueron a una casa de campo, eso está muy lejos de la ciudad —respondió Scarlett, omitiendo los detalles, ya que aquella ubicación era secreta, y ella juró mantener dicho secreto para resguardar a su familia, y más si ella estaba involucrada con el Diablo. Lucifer no es malo con ella ni nada por el estilo, pero Scarlett temía que sus padres la vieran vengarse, ellos siempre la tenían en concepto como una niña pura, pero al verla aquella noche haciendo una invocación de sangre le temieron mucho, esa acción les rompió el corazón.
Scarlett y Lucifer buscaron minuciosamente por aquel almacén, y después de unos cuantos minutos, por fin Scarlett encontró la dichosa daga, la cual aún seguía manchada de sangre, de su sangre.
—Finalmente —suspiró Lucifer, quien al ver la daga dio un respiro, ya que minutos antes al no aparecer el objeto, se estaba desesperando un poco.
—Listo —dijo Scarlett, quien caminó a la salida del almacén, seguida por Lucifer, para luego cerrar el almacén bajo el cerrojo.
Por consiguiente ellos se fueron al Corvette, para emprender el camino hacia el pent-house de Lucifer. Scarlett no se fijó que su casa estaba forcejeada, ya que su llave de repuesto abrió perfectamente la puerta.
Mientras tanto, Selina y Judith se quedaron expectantes a lo que había dicho Scarlett...
—Esa tipa... ¿Acaso hizo un pacto con el Diablo? —murmuró Judith al salir del clóset, justo cuando Scarlett y Lucifer se fueron—. Eso es muy complicado —añadió boquiabierta.
—Ese tal Lucifer ha de ser su amante, no mames —dijo Selina al salir también del clóset, pensando en el tipo atractivo que presenció hace unos minutos—. Pero a decir verdad, está buenísimo, yo sí le doy y no consejos —ella se relamió sutilmente los labios, pensando en sexo.
—Ay, puerca —dijo indignada Judith. Pero la indignación ya no le queda porque ella se metió también con un hombre mayor...
—Déjate de estupideces, y mejor investiguemos a ese tal Lucifer, y la conexión que tiene con la pendeja de Scarlett —habló tajante Selina, mientras sacó su celular y buscó en las redes sociales a Lucifer—. Lucifer Morningstar... Mmm, Estrella de la Mañana —articuló luego de dar con un resultado en su búsqueda.
— ¡ES EL DUEÑO DEL LUX! —exclamó Judith, luego de recordar aquel club, y sus múltiples salidas a ese lugar...
—No puedo creerlo, ¿serán amantes? —Selina apretó sus labios, no quería creer que su enemiga se esté comiendo a dos hombres que le atraían...
—No lo sé —respondió Judith—. Pero para averiguarlo, ¿no tenemos que espiar a Lucifer en su club? —sugirió.
—Sí —asintió Selina—. Esta noche iremos —sentenció finalmente Selina, para posteriormente abrir una ventana, y salir por esta, luego salió Judith, y finalmente cerraron dicha ventana para no causar sospechas de un allanamiento.
Por ende las tóxicas se fueron a su base, la cual siempre era la casa de Judith... Rara vez Selina se iba a su casa, ya que no le prestaban atención, es por eso que se aferraba a Judith, pues era la única que la valoraba...
Mientras tanto, Scarlett y Lucifer llegaron al pent-house, su séquito los esperaba ahí.
— ¿A dónde fueron? —dijo un Sariel ¿celoso?
—A mi antigua casa, a conseguir esto —respondió Scarlett mostrando la daga.
—Recuerdo esa daga —mencionó Beelzebub.
—Me encanta esa arma, la llevaré a mi colección —Astaroth comentó mirando el objeto minuciosamente.
—Ni lo pienses, As —respondió Scarlett, esa daga le pertenece a mi familia desde hace 66 generaciones.
—Wow —todos los presentes dijeron al unísono, asombrados por tal revelación.
—Una reliquia sin duda, sin embargo espero que sirva esto para mi teoría —Lucifer le extendió la daga a Maze, quien con una sonrisa tomó el objeto filoso, y se alejó de su rey a una distancia razonable.
Ante esa acción Scarlett también se alejó, y se puso junto a su novio celestial, ambos observaban el espectáculo que iba a dar Mazikeen, al igual que los dos demonios.
Maze se colocó en posición de ataque, apuntando con el arma a Lucifer, y en menos de un segundo, la daga voló por los aires, impactando en el pecho de Lucifer, el cual quedó sin un solo rasguño, es más hasta la daga rebotó, y tomó una dirección hacia Mazikeen, ella con un ágil movimiento tomó la daga. Una hazaña muy sorprendente, que dejó a todos los presentes boquiabiertos, porque no era una situación tan común...
—Impresionante —sonrió Astaroth—. Necesito una de esas dagas.
—Diantres... —murmuró Beelzebub.
—Eso es muy extraño —habló Sariel—. La daga tenía que caer al suelo cuando esta impactara en tu pecho...
—Pero no sucedió —Lucifer respondió.
—Es como si tu cuerpo no sólo fuera invulnerable, sino que este repele el ataque, y lo vuelve en contra de tu atacante —comentó Mazikeen
— ¿Una especie de escudo? —Scarlett miró a Maze.
—Puede ser, debemos de probar con más armas —dijo Maze.
—Sí, ve por más armas —ordenó Lucifer—. Esto no es normal.
Maze asintió ante la petición de Lucifer, y por consiguiente se fue de nuestra vista.
— ¿Cómo sería esto posible? —Dijo Sariel.
—No tengo idea... Debe de ser obra de papá —respondió Lucifer, mirando molesto hacia arriba.
Todos los presentes tuvieron dudas inundando sus pensamientos...
Mientras tanto en la casa de Judith, las tóxicas se preparaban para irse al Lux, eran las 9:00 pm, hora ideal para irse de fiesta... Se vistieron provocativas, Selina iba con la intención de seducir a Lucifer, mientras que Judith quería verse bien... Ambas portaban una navaja para su defensa... Eran chicas peligrosas si ellas se lo proponían...
—Esto no se quedará así —murmuró Selina al esconder su navaja en su sostén...
Por fortuna Lucifer no estaba en el Lux, más bien estaba resguardado en su pent-house, pensativo por lo ocurrido; por otro lado Scarlett llamó a sus amigas para hacer el ensayo de Literatura, así como poner al corriente a Sariel con las tareas... Sus amigas sin dudarlo fueron al Lux, querían conocer a Lucifer Estrella de la Mañana.
—Lucifer —Scarlett habló, distrayéndolo de sus pensamientos...
— ¿Qué sucede, Scarlett? —Respondió Lucifer.
—No te importa si unas amigas vienen al Lux, para conocerte... —dijo Scarlett.
— ¿Unas amigas? —alzó Lucifer una ceja, tornando a su típica conducta de conquistador...
—Sí, pero no te las comas —Scarlett bromeó.
—No lo sé, puede ser —Lucifer sonrió.
—Ni se te ocurra —ella rio.
—Cariño —interrumpió Sariel.
—Ay, voy a vomitar —Astaroth rodó los ojos—. Cursi —bufó el demonio, a lo que él ángel lo miró molesto.
Técnicamente a nuestro demonio Astaroth no le gustaba ver a su invocadora con un ángel... Le daba asco, pero se contuvo, ya que ella feliz... Mientras que Beelzebub, pues él permanecía callado, ya que no era de su incumbencia la vida de Scarlett... O tal vez era porque estaba un poco celoso, más no lo demostraba...
—Calma, As —dijo Scarlett con sutileza, aunque se estaba riendo por dentro por la broma sarcástica que hizo el demonio.
De pronto las puertas se abrieron, revelando así a Zara y a Joy, quien admiraban el pent-house del Diablo...
—Bienvenidas chicas. Soy Lucifer Morningstar —habló Lucifer, con una sonrisa típica—. Es un honor conocer a las amigas de Scarlett —él se acercó a ellas, viéndolas con sus ojos, y poniendo en práctica sus poderes.
—Mucho gusto, soy Zara Henderson —ella se presentó, sin quitarle la vista de enfrente.
—Yo soy, Joy Evans —ella igual dijo sin quitarle los ojos de encima a nuestro simpático diablillo.
— Y díganme... ¿Qué es lo que más desean? —Lucifer dijo la dichosa pregunta...
—Yo, yo, yo —Zara y Joy dijeron al unísono, hipnotizadas por los poderes de Lucifer.
—Yo deseo ser médica —Zara reveló.
—Deseo, al chico de allá... —Joy respondió, volteando la mirada hacia Astaroth.
Astaroth al ver a la chica llamada Joy, se acercó a ella, la miró de pies a cabeza, era hermosa... Tal vez pasaría la noche con ella...
—Pues aquí estoy —le dijo Astaroth a Joy, quien luego de escuchar su voz salió de su trance.
Scarlett no podía creer lo que sus amigas deseaban... Buenos deseos, sin duda...
—Todavía sirven mis poderes —sonrió el Diablo, dirigiéndose a su barra para servirse licor.
— ¿Así que usted es el Diablo? —Zara dijo al salir de su trance, quedando confundida por lo que había revelado.
—El mismo —respondió Lucifer.
—Pensé que sería de otra forma —comentó Joy.
—Lamento decepcionarte, pero no tengo cuernos ni cola, ni mucho menos patas de cabra —bromeó Lucifer, para después tomar un sorbo de licor.
—El Diablo tiene buen gusto —dijo Zara—. Eso lo dice una canción del grupo The Rolling Stones.
—Sí, ellos hicieron un pacto conmigo —respondió Lucifer. A lo Scarlett y Zara quedaron asombradas.
—Lo sabía —comentó Scarlett.
—Hola, hola, hola —Astaroth se dirigió hacia Joy.
—Hola —ella sonrió.
— ¿Quieres un trago? —propuso el demonio.
—Sí —Joy sin pensarlo dos veces dijo.
Y luego de aquella respuesta, los dos se bajaron hacia el club. Scarlett, se quedó confundida por la acción de su amiga, pero la dejó divertirse... Qué más da, Astaroth no es un tipo malo, y además está guapo.
—Genial, ya se fue, y tenemos que hacer un ensayo —suspiró Sariel.
—No te preocupes —le dijo Scarlett—. Déjala que se divierta.
—Esa es mi amiga —sonrió Zara.
—Sí no te molesta, hermano... Iremos a hacer los deberes —Sariel dijo.
—Para nada, pero no te quemes el cerebro, chico —le respondió Lucifer.
Scarlett y Zara ante la broma se rieron por lo bajo... El humor de Lucifer era único. Luego de eso, ellos se fueron al estudio de Lucifer, a hacer sus respectivos deberes, ya que al terminar deseaban divertirse un poco en el club.
Por otro lado Selina y Judith ya estaban en el Lux, bailando, y tomando bebidas...
—Fue buena idea sobornar a ese guardia —susurró Judith.
—Sí, pero concéntrate, por aquí no veo a Scarlett —contestó Selina.
Se colaron entre la muchedumbre que bailaba, y de pronto visualizaron a Joy con un tipo...
— ¿Esa no es Joy? —preguntó Judith.
—Efectivamente. Y este tipo se ve muy mayor para ella... —sonrió de lado Selina, sacando su celular para tomar una foto a esa parejita, y los captó en una situación incómoda, cuando ellos se fueron a un pasillo oscuro a besarse.
— ¿Por qué hiciste eso? —Preguntó Judith.
—Porque es amiga de Scarlett, y me cae mal, con esto la ridiculizaremos en la escuela —respondió Selina luego de tomar dicha foto.
—Y piensas poner una pancarta en la entrada de la escuela —Judith dijo con sarcasmo.
Selina al escuchar las palabras de su amiga, se le vino una idea...
—Podría ser —respondió Selina, tenía esos aires de malicia...
Entonces las tóxicas visualizaron a Scarlett y a Lucifer bajar por un ascensor, por lo que Selina no perdió oportunidad y les tomó una foto. Ella pensaba que esto sería la única manera de ridiculizarla, ya que imprimiría esa imagen un sinfín de veces, y pegaría dicha fotografía en todos los casilleros de la escuela, todo esto sumado con la idea de una pancarta, además le pondría la siguiente descripción a la foto: Scarlett Knight es vista con su sugar daddy en un club nocturno. Su plan parecía perfecto, aunque para ella no era suficiente castigo, Scarlett debía de sufrir mucho más... Pero esto calmaría un poco su sed, ya que con esta humillación, la dignidad de Scarlett caería bajo...
Minutos antes de que sacaran la foto; Scarlett, Sariel y Zara se encontraban redactando el dichoso ensayo de filosofía, pero les faltaba información, que internet no les podía proveer, ya que se necesitaba un libro en específico...
—Ay no —suspiró Scarlett—. Nos falta un libro, pensé que no lo necesitaríamos, pero ahora lo necesitamos más que otra cosa.
— ¿Qué libro es? —Preguntó Sariel.
— "Pensamientos de Hegel" —respondió Scarlett.
—Debe de estar aquí, este lugar está lleno de muchos libros... El Diablo está rodeado de conocimiento —Zara comentó, observando la abundancia de la biblioteca de Lucifer, esto aunado con los cristales que rodeaban el estudio.
—Tienes razón en eso —Scarlett dijo, y después salió del estudio de Lucifer, dirigiéndose al mismo, quien aún se encontraba pensativo por lo sucedido anteriormente—. Lucifer —Scarlett lo sacó de sus pensamientos, como si ella le diera un empujón para afrontar sus problemas y su realidad...
—Sí, ¿algo pasa? —dijo Lucifer, dirigiendo su mirada hacia la chica.
— ¿Acaso tienes el libro "Pensamientos de Hegel", en tu gran biblioteca? —Scarlett preguntó.
Lucifer lo pensó unos segundos, estaba seguro que no tenía ese libro, pero si tenía un diario del mismo Hegel, ya que hace unos siglos el mismo Lucifer le había hecho un favor, y el idealista alemán como recompensa le entregó su diario, en el cual estaba sus ideas más profundas, ideas ocultas que nunca salieron a la luz...
—Lamentablemente no tengo ese libro, pero tengo algo mejor que eso —respondió Lucifer.
Y así fue como Lucifer y Scarlett bajaron al Lux, porque se dirigían a una bodega donde Lucifer guardaba otras reliquias... Los pagos de sus favores... Ante dicha situación Selina le sacó provecho, maldita sea... Era su contraataque... Ella juró desde su vacía alma que se vengaría de Scarlett Knight y de sus amigas, porque su ideología era de que por ella pagarían todos los de su alrededor...
Scarlett, Sariel y Zara terminaron la tarea, lo que les dio tiempo de divertirse en el club, bailando al ritmo de canciones pegadizas y claro la pareja de novios dándose uno que otro beso dulce...
Mientras que Joy estuvo todo el tiempo con Astaroth, hasta se besaron en medio de la pista, tenían buena química, y como se dieron las cosas tuvieron una maravillosa noche; llegaron a la casa de Joy, todo estaba en silencio, sus padres estaban de viaje... comenzaron a besarse lentamente, Astaroth era muy bueno besando, aquellos besos extasiaron a Joy, quien lo siguió en ese juego divertido con sus lenguas. Al llegar a la habitación de Joy, Astaroth se quitó la camisa, dejando a la vista su cuerpo trabajado, vaya el trabajo en el infierno deja buena forma. Joy por consiguiente se quitó su blusa, dejando a la vista sus pechos, Astaroth se relamió los labios... Las personas que le llegaban en el infierno no eran muy atractivas para su gusto, pero al verla le encantó su figura... Él se acercó lentamente a ella, dejando pequeños besos en su vientre, subiendo poco a poco hasta llegar a su cuello, y lo besó lentamente, Joy soltaba gemidos, eso le agradaba, el tacto de Astaroth era preciso... dándole a Joy un placer inigualable... Luego de calentar la situación, Astaroth se quita su pantalón, al igual que su bóxer dando a notar su miembro erecto, algo que le agradó a Joy... Ella casi por instinto se quita su sostén, y casi al instante As se lanza hacia esas maravillas y las lame como si no hubiera un mañana... Cada toque, cada caricia, cada lamida, hace chispas en el cuerpo de Joy, el demonio sabía lo que hacía, y ninguno de los ex novios de Joy logró hacerle sentir dichas sensaciones deliciosas. Luego Astaroth le quitó el pantalón a Joy, y posteriormente su ropa interior... Él bajó a su zona íntima y le besó cada centímetro de aquella zona, enfocándose en su zona erógena que hacia soltar fuertes gemidos a Joy... Después ella hizo lo mismo por él... Todo ese instante era perfecto... Él no era rudo con ella... Ellos se dejaron llevar, los roces al principio eran suaves, y luego se tornaron fuertes, la habitación se llenó de gemidos, los cuales aumentaban la pasión entre el demonio y la mortal... Quién imaginaría que ellos dos eran fuego cuando estaban juntos... Ambos llegaron al mismo tiempo al orgasmo, y lo volvieron a repetir muchas veces más... Fue increíble ese encuentro, que más tarde se convertiría en un juego para ellos... Dos seres de mundos diferentes, conectados en cuerpo...
En cuanto a Zara pues... ella se la pasó charlando con Beelzebub en una de las mesas del Lux, este le agrado, era un tipo interesante, amigable sin duda, un demonio que se preocupaba por su mejor amiga... Y a esta situación también las tóxicas le sacaron provecho, tomaron una fotografía de ellos, y la guardaron para su contraataque...
Nadie percibió a Selina y a Judith, ellas se fueron del club, cuando todo el ambiente se estaba apagando... Y con una sonrisa de victoria se fueron, esas malditas no se quedarían con los brazos cruzados...
Al día siguiente, fue un día normal, Scarlett y Sariel entraron juntos al salón, mientras los esperaba Zara, en cambio Joy llegó tarde, estaba agotada, y como no si toda la noche estuvo en vela... Fue un día normal de clases... Las tóxicas seguían ahí, sólo que ahora no le decían indirectas a Scarlett, sino que permanecían calladas, ya que ellas guardaban sus energías para el duro golpe hacia su enemiga...
Los días pasaron, Selina y Judith imprimieron muchas copias y mandaron a hacer una pancarta de aquella foto de Scarlett, así como de las fotos de Joy y de Zara con los respectivos demonios, con la siguiente descripción: "Consiguen sugar daddy, y se van de putería al Lux". Y justo un domingo por la noche, las tóxicas se cuelan en la escuela, para pegar las copias y colgar la pancarta...
Era un lunes por la mañana, por alguna extraña razón Zara, Joy, Scarlett y Sariel, iban caminando a la escuela, todos al mismo tiempo, nadie se adelantó ni nada. Y al llegar, lo primero que captaron sus ojos fue esa pancarta, llena de sus fotos y esa horrible descripción... Oh no, estaban pérdidas...
— ¡PERO QUÉ CARAJOS! —Exclamó Joy.
Scarlett se quedó petrificada, todos se le quedaron viendo... Estaba nerviosa, nunca la habían humillado así. A lo que Sariel la abrazó fuertemente, ella respiraba rápido, a Scarlett le comenzó a dar un ataque de ansiedad, y eso lo presintió Sariel, y por eso la abrazó con todas sus fuerzas... Mientras que Zara y Joy se abrazaron entre sí, conteniendo su furia y sus ganas de llorar. Ellos entraron lentamente a la escuela, en estado de shock, sabían quiénes eran las responsables, y las harían pagar... Pero al entrar se toparon con copias de esas fotos, estaban por todas partes, y hasta la directora, quien se encontraba en el fondo del pasillo, sonrío descaradamente...
Scarlett con los ojos llorosos y llenos de furia, sacó su celular y le llamó al mejor castigador... Lucifer.
—Lucifer —ella habló entrecortada, las lágrimas se desbordaban de sus ojos, a lo que el Diablo se quedó tenso de la preocupación.
— ¿Qué sucede, Scarlett? —Preguntó un Lucifer consternado, al otro lado de la línea.
—Ven a mi escuela, por favor. Necesito que castigues a alguien —sollozó, cayó de rodillas al piso, no sabía qué hacer. Sariel con su vista vio a Selina y a Judith reír a carcajadas, mientras sacaban su celular, Sariel sabía que le iban a tomar fotos, y entonces él reaccionó y abrazó a Scarlett, cubriendo con su cuerpo a una llorosa Scarlett para que no captaran su tristeza. Y así una vez más, ella era una víctima del Bullying y de la humillación...
— ¡VOY PARA ALLÁ! —Dijo un Lucifer molesto, para después colgar la llamada. Scarlett no lo pudo ver, pero los ojos de Lucifer, en ese momento se tornaron rojos, rojos como el infierno... Este sería el fin de las tóxicas sin duda, ellas no debieron meterse con Scarlett Knight... Nadie lastima a la protegida del Diablo... NADIE.
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