┃Capitulo 14┃
La hermosa noche daba paso a quella reunión que sería perjudicial para muchos, el auto aparcó en el estacionamiento subterráneo, katsuki suspiro antes de intentar quitarse el cinturón pero para su buena o mala suerte el maldito cinturón de seguridad se había atacado.
── Dejame ayudarte.── Hablo el mayor al ver que este tenía dificultades con el cinturón.
Katsuki desvió la vista intentando no ver de cerca a él mayor, si lo hacía se pondría más nervioso de lo que ya estaba, no sabía por qué estaba tan inquieto no el por qué su maldito lobo estaba tan malditamente alegre solo le pedía a todos los dioses no hacer una maldita estupidez.
Ya con su cinturón desabrochado el mayor bajo del auto, el menor iba a hacer lo mismo hasta que recordó las indicaciones del mayor, tenía que comportarse como un Omega de la alta sociedad, así que tendría que esperara que el mayor abriera la puerta.
Suspiro con cansancio pensando que este tipo de cosas eran estúpidas pero tenía que hacerlas, el mayor abrió la puerta del copiloto y le ayudo a bajar del auto, al bajar izuku lo tomo de la mano y aseguro el auto.
── Pórtate bien y saldremos rápido de esto.── Le susurro al oido para después tomar su cintura y dirigirse al elevador.
Katsuki se aferró al el sintiendo su cara calentarse, esto era una completa mierda, cuando el elevador llegó a su destino puso una cara neutral, trataría de mantenerse tranquilo.
Cuando las puertas fueron abiertas su mirada escarlata diviso al montón de gente que se les había quedado viendo, ignoro aquellas miradas cuando sintió un apretón en su cintura.
Miro cómo izuku también se mantenía neutral, caminaron entre el montón de gente que lo miraban, unos con interés y otros con envidia, al pasar frente a un espejo katsuki pudo notar el porque.
Se veían imponentes, debia admitirlo, se veían espectacular, miro a izuku quien mostraba una leve sonrisa a las personas que lo saludaban, se apretó más a él sonriendo de forma burlona, que estupidez.
── ¡Midoriya, amigo mío! Que bueno que viniste pensé que no lo harías.── un regordete hombre hizo acto de presencia captando la atención de todos.
── El gusto es mío fat gum, jamás podría perderme tu fiesta de cumpleaños.── Hablo izuku con una sonrisa.── Además quería que conocieras a mi Omega, saluda Suki.── Está vez el mayor se dirigió a él menor.
Quien internamente estaba que golpeaba a ese idiota por haberlo tratado como si fuera una maldita mascota, pero debía controlarse por el bien de ambos.
── Buenas noches, es un gusto conocerlo.── Dijo con una dulce y delicada voz que lleno los oídos de los alfas.
En especial al cumpleañero.
── Valla Midoriya, que Omega más hermoso, se nota que lo cuidas demasiado, dame un precio, quiero que sea mío está noche.── Dijo con superioridad.
El menor frunció el seño mirando atentamente a él mayor que le dedicó una mirada rápida antes de responder.
── Como me pides a mi... Hermoso Omega como regalo de cumpleaños, amigo mío dudo que se pueda.── Respondió de forma indiferente.
Katsuki sintió claramente como el mayor lo apretaba cada vez más de la cintura pegandolo a él, de un momento a otro el más alto de volteo acercándose a su oreja.
Lo que muchos pudieron interpretar como una muestra de pertenencia, katsuki lo interpretó de forma diferente, sonrió de medio lado disimulando su nerviosismo, el mayor se separó de el y volvió a mirar a su obeso amigo.
── Tal vez pueda hacer una excepción está noche ya que es tu cumpleaños, quiero 10 millones de dólares por el, ni más ni menos.── hablo.
Todos dejaron escapar un jadeo de sorpresa y otros de indignación, se aceptaba que el Omega era hermoso, su belleza era algo de otro mundo, pero no creían Que el Omega valiera tal cantidad de dinero.
Pero su postor no pensaba lo mismo, el hombre chasqueo los dedos y en menos de cinco segundos uno de su subordinados ya le había traído un portafolio lleno de dinero en cuál le entregaron a izuku.
Con algo de desconfianza izuku recibo el dinero y le ordenó a katsuki ver si allí estaba la cantina acordada, el menor miro el portafolio y se dió cuenta de que había más de 10 millones allí.
── En ese maletín hay 30 millones, me sorprende que hayas pedido tan poco por tal belleza.── Dijo con una sonrisa arrogante.
Mientras izuku no quitaba la sonrisa de su rostro, se alzó los hombros de forma despreocupada antes de quitarle el maletín a katsuki.
── Mi hermoso Suki, hoy serás el regalo de cumpleaños de este apuesto.... Hombre.── Dijo mientras se hacía detrás de katsuki quien avanzaba hacia el hombre como su fuera un depredador.
Aquel hombre no podía estar más cautivado con aquella fiera de ojos color carmín, izuku sonreía como un desquiciado mientras que katsuki se fue con aquel hombre hacia un rumbo desconocido.
Cuando katsuki desapareció de su campo de visión se dió medía vuelta y fue hacia el puesto de licores para disfrutar de aquella velada.
Mientras katsuki fue llevado a una de las muchas habitaciones que habían en ese lugar, al entrar se quedó pasmado al ver lo grande que era la habitación, la cual era una suite, el hombre le dió un par de órdenes a sus subordinados antes de cerrar la puerta con seguro.
Katsuki avanzo hasta la cama y allí se sentó, luciendo tan malditamente sexy, el hombre se re lamió los labios, aquel omega era espectacular, katsuki se deshizo de su abrigo y se cruzó de piernas esperando.
Aquel hombre se abalanzó encima de el que hacía un gran esfuerzo para no hacer una maldita cara de asco, dejo salir aquel dulce y embriagante aroma a limón, que era dulzón y empalagoso.
El hombre besaba con desesperación su cuello, cuando katsuki sintió que iban a morder rodo sobre la cama quedando encima del hombre, no quería lidiar con marcas en su blanquea piel, el mayor puso una mano en su trasero para apretarlo con deseó.
Pero a él menor no podía parecerle lo más asqueroso aquel tacto, de forma lenta casi hipnotizante fue subiendo su vestido, a medida que el vestido subía el hombre se sentía cada vez más extasiado.
Pero un corte rápido a su garganta acabo con su vida, miro al Omega y este tenía una sonrisa ladeada, intento gritar pero era en vano pues no podía articular ni una sola palabra, entre más intentaba hablar más rápido se desangraba.
Cuando el cuerpo dejo de moverse katsuki tomo de nuevo sus cosas y se arregló, pero antes de salir saco su arma y un silenciador que había llevado por si acaso.
Cuando terminó de armarlo lo escondió, al abrir levemente la puerta, se encontró con dos hombres en la parte de afuera, intentando disimular salió de la habitación pero fue tomado del brazo de forma brusca.
── Oye, ¿que haces aquí afuera? ¿No deberías estar dentro?── Dijo uno de ellos apretando el agarre.
Cuando el otro se fue a asomar a la habitación katsuki los pateó hacia adentro, de forma rápida le dió un tiro en la cabeza a ambos antes de cerrar la puerta y mirara hacia los lados como su nada hubiera pasado.
Se dirigió hacia la puerta trasera con tranquilidad, hasta que escucho un grito a lo lejos, se quitó los tacones y empezó a correr hasta llegar hasta la puerta trasera encontrándose con izuku recostado tranquilamente en el Ferrari.
── Tenemos que irnos.── Dijo.
── Eso fue rápido katsuki.── Sonrió por la rapidez del menor.
Ambos subieron al auto y arrancaron a toda velocidad siendo seguidos por una manada de autos blindados, izuku manejaba como todo un profesional mientras que katsuki se mantenía atento a que nadie los allá seguido.
Chasqueo la lengua con enojo al ver cómo cinco autos los seguían a toda velocidad y lo peor era que los estaban alcanzando, suspiro con nerviosismo antes de mirara al mayor que extrañamente se veía muy relajado.
── Están a punto de partirnos el trasero y tu solo sonríes mientras fumas marihuana.── Gruño.
── Lleva las cosas con calma niño, además que una buenísima idea.── Dijo el mayor algo risueño.── Te recomiendo que te coloques tu cinturón.── El menor grupo entre dientes ignorando lo que le dijo mayor.
Pero rápidamente se arrepintió cuando vio que este los dirigía hacia un maldito acantilado.
── ¿¡PERO QUE DEMONIOS!?── Grito.
El mayor empezó a cantar una canción que estaba en la radio mientras se fumaba un porro de marihuana, mientras el menor estaba en pleno ataque.
Un grito para nada varonil salió de la boca del menor cuando el auto quedó suspendido en el aire, y como si estuvieran viendo una caricatura el carro callo estrepitosamente hacia abajo.
Antes de que cayeran hacia su inconmensurable muerte se escuchó una maldición por parte del más bajo.
── ¡HIJO DE PUTA!
Se escuchó como último antes de que el auto desapareciera entre los frondosos árboles, esto era una completa mierda.
Joder, ame la última parte, izuku es un maldito loco y más si está borracho, por qué si, el hijo de puta estaba ebrio 🙂
Allí les dejo el dato 🤞😩
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