Capítulo XXXV: Get out of the closet

Summer Johnsson

Mi frente estaba pegada en el borde de mi piano, tecleaba la misma melodía que tenía en la cabeza desde hace días en un bucle infinito, tenía una letra en mi cabeza, y eso solo había pasado con dos canciones, y las habían sido por el mismo chico

Te confieso que no puedo estar sin ti— teclee mientras cantaba en el tono más bajo posible— hoy te digo que me marcho, aunque no era mi intención— retuve el aire un par de segundos— sin querer me acostumbre a ti— no detuve la lágrima que se me salió— te ame sin medida, y aun asi me equivoque... que hoy ya no eres mío...

Me obligue a mi misma cuando el ruido de la puerta se hizo presente y a vi a mamá de reojo, me sequé las lágrimas e hice como que tocaba cualquier cosa 

—¿Cual tocas?— me preguntó mientras dejaba su bolsa en el perchero de la entrada

—No me acuerdo el nombre— mentí mientras tomaba asiento en la mesa al lado de mi madre para tomar mi computadora, aun faltaba un par de referencias en la documentación

—¿Algo que quieras compartir con la clase, Summer?— alguien puso su mano en mi hombro, era mi mamá

—No— respondí rápidamente

—Hija— mi mamá se inclinó para tomarme las manos— sé que estás muy afectada por lo que pasó con Jaeden, pero esto sobrepasó los límites hace mucho. Hace días estás extraña, no comes, no duermes, y traes el mismo genio que yo, antes eran tú, Issie y tu padre contra mí, ahora somos tú y yo contra Issie y tu padre, ¿que es lo que tienes?

Apreté mis puños contra la mesa... ya no podía ocultarlo más tenía que decirlo, me iba a consumir por completo si no lo sacaba

—Llama a papá— pedí. Mamá sacó su teléfono marcándole a papá, hablaron por unos segundos, pero no oí por tener la vista en la mesa

—Viene en camino, está a cinco minutos— me avisó mientras tomaba mis manos acariciándolas con sus dedos

Papá llegó a los minutos, dejó sus cosas en el sofá mientras se sentaba en una silla junto a mamá y juntaba sus manos con las nuestras que estaban empuñadas encima de la mesa

—¿Qué pasó? Puedes decirnos— papá me sonrió levemente

—Yo...— me quedé sin habla unos segundos— hice algo... pero, eso no es sobre lo que hice... es sobre lo que soy 

Tenía vergüenza, no lo iba a negar, había pensado esto muchas veces, más de las que debería solo para ser una confusión, no lo era, era mi verdad, una verdad que he estado posponiendo por mucho tiempo y que solo estaba hiriendo a las personas que amaba y no me dejaba tranquila

—Yo...— un leve sollozo se me escapo— soy bisexual. 

Levanté la vista a mis padres, pero no me decían nada, me miraban neutro y con atención sin dejar de sostener mis manos, y eso me dio la fuerza de seguir hablando

—Es muy confuso para mí, aún estoy tratando de aceptarlo. Me gustan las chicas

Tenía miedo de decepcionarlos. Mamá nunca me habló de esas posibilidad, siempre fue de inculcarme sobre relaciones con chicos, claro, nunca me había reprimido ni nada parecido, pero tenía miedo de como reaccionaria, si pensaría que soy anormal o un adefesio 

Pero con papá tenía el doble de miedo, tenía miedo que esa carta que leí a los nueve años se hiciera verdad, que de verdad me convirtiera en algo que lo decepcionara, que prefiriera irse a tenerme como hija 

No quería que me dejaran de querer

—También me gustan los chicos, pero... sé que nunca hemos hablado de esto, porque nunca di señales, y yo misma no lo sabía hasta hace poco, pero, no puedo ocultar mas mis sentimientos, me gustan los chicos, pero también las chicas... pero les juro que aun soy la misma... no me dejen de querer...

—Ay, mi cielo— mamá me abrazó sosteniendo mi cabeza contra su pecho, empecé a sollozar por su abrazo, ella me dejo un beso en el pelo— lamento no haber hablado de esto contigo, lamento si en algún momento te hice sentir que no podías decirme esto. Jamás te dejaría de querer, te amo, y eso no cambia nada, sigues siendo la niña que crie

Solloce unos segundos en los brazos de mi mamá, levanté la vista para ver a mi papá que no decía nada, y eso me asustó

—¿Papá?

—No cambia la niña maravillosa que eres— se inclinó limpiando mis lágrimas con sus pulgares, mamá me seguía sosteniendo y acariciando mi cabello— tus gustos no va a medir lo mucho que te queremos, yo te ame desde la primera vez que abriste los ojitos, y así va a ser siempre, mi niña 

—¿No están decepcionados?— me pasaré lentamente del agarre de mi mamá

—Jamás nos sentiriamos decepcionados de ti, mi cielo— me aseguró mientras limpiaba mis lagrimas— perdóname si alguna vez dije algo que te hizo sentir mal  

Ambos me abrazaron mientras me juraban y perjuraban que nada iba a cambiar, que me amaban sin importar nada, y eso hizo que se me relajaran los nervios

—Ya volví— Isabella entró a la casa, al vernos en bolita y llorando, frunció las cejas— ¿de que me perdí?

—Issie— limpie mis lagrimas— al fin estoy fuera del closet, tu hermana es medio gay, soy bisexual

Se sentía bien decirlo sin miedo a la palabra, sin vergüenza, porque era lo que soy, y desde hoy ya no me ocultaría, lo diría sin pena

—Ja— mi hermana se rió unos segundos— eso lo supe desde que mamá nos puso por primera vez a Queen y te gusto mas Roger Taylor de mujer que de hombre

Los cuatro reímos, papá le hizo un ademan a Issie de que se acercara y así lo hizo, nos juntamos en un gran abrazo familiar que eran más risas que lágrimas 

—Les tengo noticias— habló papá una vez deshicimos el abrazo— ya tengo los boletos a Miami Beach. Nos vamos el siguiente miércoles

—Mi alma pide playa— hablo Isabella— pero mi cuerpo dice No.

Los tres miramos mal a Isabella, ella tiene mucho mejor cuerpo que yo y aún así se queja

—Ay, no me vean tan feo— Isabella desvío la vista

—Estar en Miami Beach te va a ayudar a desestresarte— me dijo mi papá mientras me sobaba los hombros

—Mañana es tu presentación, ¿verdad?— me preguntó mi mamá, asentí— ¿podemos ir?

《N0.》

—Pero es solo para maestros y pues los demás grupos— conteste sin importancia

Isabella me dio un golpe en la pierna por debajo de la mesa, se lo regrese con más fuerza, espero que con eso entienda que tiene que tener la boca cerrada

—Que lastima, queríamos ver tu aplicación

—La tengo en la computadora si la quieren ver— dije señalando mi computadora cerrada

—Bueno— mi mamá y mi papá se pusieron detrás de mí esperando ver mi proyecto 

Puse la aplicación y como era obvio compilaba y mostraba todo normal

—¿Y cómo funciona?— pregunto mi papá

—La verdad, no tengo ni la más mínima idea— respondí con una sonrisa exagerada, mi mamá me dio un zape

—Y qué vas a exponer mañana entonces— me dijo mi mamá

—Como el usuario puede hacer uso de esta aplicación— señale la pantalla— con el usuario me refiero a Satanás, que no nos va a pagar ni un solo centavo— de nuevo hice mi sonrisa exagerada

—Deja de decirle así a tu maestro— mamá negó levemente 

—A Mariano no le molesta— me excusé 

—Sí, pero aún así, le deben respeto— me reí por el comentario de mi papá

Mamá dijo que ella calentaba la cena, mientras papá dijo que se iría a duchar, yo me quedé con Issie en la mesa 

—¿Dónde estabas?— le pregunté 

—Por ahí— me dio el avionazo— gusana, con tú salida del closet, ¿quiere decir que no hay posibilidades de que regreses con Jaeden?

—Él me odia— suspire pesadamente 

—Ese chico no podía odiarte ni aunque le rompieras la X-box— se rió— sé que se aman, y sé que se extrañan

—No es momento para nosotros— le dije soltando una gran respiracion, sentia como si un gran peso se me quitara de encima, y solo quedaba dolor— lamento haberlo herido, por mi indecisión, y lamento haberlo hecho hasta ese punto, porque no solo él salió herido 

También hería  Lilia, y eso no se lo merecía, pero esperaba que con el tiempo pudiéramos volver a ser amigas, pero más que ella, me lamentaba haber perdido a mi mejor amigo

Y nada haría que volvieramos a ser mejores amigos 

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Ellis

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