~" Mi verdad "

Vale, quizá debí haberlo pensando dos veces antes de asistir a clases aún con resaca. Ayer no recuerdo cuanto bebí, pero sé que una vez Kookie y Jin desaparecieron, di rienda suelta a mis deseos y bailé con media pista hasta cansarme, pero lo que definitivamente no debí haber hecho fue mezclar los tragos. Ahora como resultado tengo varios problemas.

Pero aunque desee dormir en la fría superficie del pupitre que tanto me llama, no puedo.
En serio la vida no puede ser más injusta. Hyunjin, por otro lado se encuentra disfrutando plácidamente los 45 minutos de todo el turno en el mundo de los sueños. Pero sé perfectamente que debo ignorar el sueño y el molesto malestar, por que tengo en cuenta que si intento siquiera apoyar mi cabeza en mi mano, voy a tener serios problemas con mi profesor, o mejor dicho, mi querido y adorado tío -nótese el sarcasmo-
Por algún motivo del condenado destino mi profesor ha tenido que faltar todos estos días, y ¡Sorpresa! Él ha tomado su puesto como maestro suplente.

Nunca había tenido ningún encuentro con él en el colegio, pero aprendí a las malas que no me lo iba a dejar fácil solo por ser su sobrino.
Bueno, no es como si lo hubiese hecho antes.
Resulta que a no más de llevar diez minutos de clase del primer turno él encontró divertido acribillarme a preguntas, solo a mi, poniéndome en evidencia enfrente de todos, todo por cabecear un poco en su estúpida clase.

Sin embargo vuelvo a confirmar que me tiene manía porque Yong Dae le ha vacilado unas cuantas veces, negádose a pizar siquiera el área cerca del pizarrón, ¿Se podía elegir siquiera? Porque yo parecía no tener opción.

Aunque aún siento la resaca golpearme bien fuerte y catigarme con un dolor de cabeza indeseable, intento dar el cien por ciento de mi y no dormirme. Doy un largo suspiro y masajéo mis ojos por enésima vez dando un pequeño bostezo y prestando atención a...lo que sea que esté hablado.

Me remuevo en el asiento buscando algo de comodidad y sostengo mi cabeza en mi brazo izquierdo obteniendo el sostén y la tranquilidad que buscaba para cerrar un poco mis ojos, total, sólo serán unos segundos para descansar los párpados.

Me autoconvenzo de que no me quedare dormido e incluso cuento hasta cinco para volver a abrirlos y dirijo mi atención hacia él, quien está con la cabeza gacha buscando algo entre sus pertenencias. Aprovecho que se encuentra distraído y vuelvo a repetir la accion pero con la intensión de contar hasta diez.
Y digo con la intención porque caigo en cuenta de que no lo logro al escuchar el encolerizado grito de mi tío.

— KIM

Doy un respingo gracias al susto y llevo mis ojos hacía él.

— ¿Le parece aburrida mi clase?

— N-No, profesor.

Inevitablemente tartamudeo y me preparo para disculparme cuando me interrumpe.

— Bien, ya me he cansado de regañarlo, joven.

— Pe-Pero —su dura mirada se posa en mi haciendome estremecer, siempre le he tenido un indescriptible terror a sus ojos cuando se enoja conmigo. Detesto no hacer las cosas como el desea, pero muchas veces me hostiga demasiado.

— Así que, puede salir del aula ahora, ya nos veremos en el salón de castigos. Será una muy productiva hora.

— ¡¿Qué?! —nunca había estado castigado. Asustado intento disculparme, pero él enarca su perfecta deja y añade.

— Que sean dos entonces.

Bajo mis manos hacia mis muslos y las empuño para que no alertarlo de que me fastidia, aunque bien debe saberlo. Respiro hondo relajando mi rictus.
Ya me he convencido, por más que intente incansablemente de no hacer las cosas mal siempre cometeré algún error frente a sus calculadores ojos.

Camino arrastrando los pies hasta llegar al aula donde tomamos horas extras puesto que solo faltan un par de minutos para que acabe el martirio escolar de las clases y comience el mío.

Unos instantes más tarde él entra al lugar y me señala el puesto que queda justo enfrente del gran buro de cedro. Volteo los ojos con fastidio y él lo nota por lo que frunce su ceño y me mira.

— ¿Que sucede? —pregunta con ironía— ¿No te gusta ser regañado? —iba a responder pero me calla abruptamente— Es una pregunta retórica —se burla y continúa— ¡Igual yo no lo hiciera si tú no llegaras con resaca y dormido a clases! No creeas que por ser mi sobrino yo te voy a aguantar todas y cada unas de tus malcriadeces, Taehyung.

Todo eso lo dijo encajando su fría mirada en mi, me encogí un poco en la silla atinando a responderle al menos dos tonos más bajos que el suyo.

— Namjoon llegó igual o peor que yo, ¿Por qué solo me señalas a mi?

— Porque estamos hablando de ti, no de Namjoon. Además él es mayor de edad y responsable. Sabe cuidarse perfectamente. —y ahí estaba ese brillo en sus ojos cuando hablaba de su predilecto.

— Yo también soy mayor de edad y se tenerlo todo bajo control de igual modo

— Entonces explicame porque estás aquí sentado y no en casa ¿eh?

— Porque tengo un tío incapaz de perdonarme un maldito error y entender que no soy una máquina.

— Cuida como me hablas, Taehyung. Suficiente he tenido con aguantarte todas y cada unas de tus malcriadeces estos años.

— ¿Estás seguro de eso? Porque creo que quién te ha aguantado suficiente he sido yo ¿no crees? Desde que entre a esta jodida escuela he tenido que lidiar con tu incomprensible conducta y constantes rechazos. Quemarme las pestañas por aprobar cada asignatura para que al menos estuvieses orgulloso de mi en algo, pero no, tu solo remarcas mis defectos.

Ya a este punto no podía parar de decirle todas y cada unas de las verdades que por años había callado. Ni siquiera logro discernir si estoy gritando con todas mis fuerzas o si aún mi voz se mantiene dos tonos más bajos que la suya.

— Y si, lo admito, estuvo mal haber ido a una fiesta para pasar todo el día con sueño y resaca sin embargo traté de centrarme y esforzarme en tu clase en especial —tampoco me di cuenta de cuando comencé a llorar pero ahí estaba, con lágrimas gruesas bajando por mis mejillas y un dolor en mi pecho por volver a experimentar su rechazo, aún así continúe y me desahogue todo lo que por años matuve guardado- Trato de no causarte molestias, ni de avergonzarte delante de nadie pero tú me la pones considerablemente difícil ¿sabes? Si realmente tanto te recuerdo a mi padre y a todo lo que te ocasionó, pues entonces tranquilo porque no me volverás a ver ni en tu clase y mucho menos en tu casa

Huí de allí sin importar sus reclamos o el mismo castigo. Aunque sabía que al final tenía que volver a la misma casa, al mismo trato gélido, a la misma rutina, pero solo quería desaparecer.

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ㅤ࿆
˖⬪ ݁❟ D̸𝔯𝐞𝕒ᴍᴍi̶𝐞 ·₊˚.